Dismenorrea
¿Qué es la dismenorrea?
La dismenorrea es el dolor pélvico o abdominal que aparece antes de la menstruación o durante esta. El término procede de los vocablos griegos dys (difícil) y rhoia (flujo), por lo que literalmente significa “flujo menstrual difícil”.
Se trata de un problema ginecológico muy frecuente, que puede afectar a cualquier mujer en edad reproductiva. Su intensidad y características pueden variar, pero, en ocasiones, llega a reducir la calidad de vida de quien lo padece. De hecho, se trata de una causa importante de absentismo escolar y laboral, así como de consulta médica.
El uso de fármacos analgésicos y antiinflamatorios y los tratamientos hormonales, incluyendo los anticonceptivos pueden contribuir a mitigar el dolor.
¿A quién afecta la dismenorrea?
Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), aproximadamente una de cada tres mujeres sufre dolor menstrual. Es común especialmente en adolescentes y adultas jóvenes -se trata de uno de los síntomas ginecológicos más frecuentes en la adolescencia-, aunque algunos tipos -dismenorrea secundaria- son más frecuentes en mujeres mayores de 30 años.
¿Qué síntomas tiene la dismenorrea?
El síntoma más significativo es un dolor intenso en la parte baja del abdomen o el área de la pelvis que aparece antes de la menstruación o a la vez que esta. Puede desaparecer a lo largo del primer día o persistir durante todo el periodo.
El dolor, que puede irradiarse a la región lumbar y a las piernas, puede ser agudo y espasmódico o constante y sordo. Asimismo, puede aparecer sin más síntomas o estar acompañado de otros como hinchazón, náuseas y vómitos, cefalea, diarrea, mareos, ansiedad, depresión e irritabilidad.
Como se ha indicado anteriormente, el dolor puede llegar a ser tan intenso que provoque absentismo laboral o académico, interfiera en la vida social y afecte al estado de ánimo de la mujer.
¿Qué tipos de dismenorrea hay según su causa?
La dismenorrea se clasifica, de acuerdo a su causa, de la siguiente forma:
- Dismenorrea primaria o funcional. No se conoce exactamente qué la provoca, pero no se debe a ninguna enfermedad o anomalía pélvicas. Parece que la principal causa del dolor es un incremento anormal de la motilidad del útero debido al aumento de unas sustancias químicas llamadas prostaglandinas. La misión de las prostaglandinas es estimular la constricción de los vasos sanguíneos para disminuir la hemorragia e incrementar las contracciones del útero para eliminar por la vagina el contenido menstrual.
Suele aparecer entre uno y tres años después de la primera menstruación – (menarquia, aparición de la primera regla) y afecta a mujeres de entre 17 y 25 años que no han tenido hijos. Aparece invariablemente asociado al ciclo menstrual (comienza con la menstruación o justo antes -entre 1 y 2 días antes-). Se trata de un dolor de tipo espasmódico, pero que también puede ser constante. Aunque se localiza en la parte baja del abdomen, puede irradiar hacia los muslos y la espalda. Puede estar acompañado de náuseas, vómitos, astenia, mialgia, diarrea o estreñimiento y dolores de cabeza. Se presenta habitualmente el día anterior o dentro de las primeras cuatro horas de regla y suele desaparecer a las veinticuatro o cuarenta y ocho horas. - Dismenorrea secundaria. Es consecuencia casi siempre de alguna enfermedad o anomalía pélvica. Las más frecuentes son la endometriosis, adenomiosis uterina (presencia de tejido endometrial en el músculo uterino -miometrio-) y miomas (tumores uterinos benignos localizados en el miometrio, el músculo uterino). Son menos comunes las malformaciones congénitas (útero bicorne, útero septado), la enfermedad pélvica inflamatoria (infección polimicrobiana del cuello uterino, útero, trompas u ovarios) adherencias intrauterinas o la presencia de un DIU (anticonceptivo conocido como dispositivo intrauterino), entre otras. También pueden causarla alteraciones urológicas, gastrointestinales o músculo-esqueléticas. Afecta en mayor medida a las mujeres de más de 30 años que han tenido hijos, salvo que se deba a malformaciones congénitas. El dolor es continuo y pesado y suele presentarse una semana antes de la regla y persistir durante varios días. También puede aparecer entre menstruaciones y durante las relaciones sexuales o tras ellas.
¿Qué factores de riesgo existen?
Se cree que tienen más probabilidades de padecer dismenorrea las mujeres que fuman, las que ingieren alcohol durante la menstruación, las que tienen antecedentes familiares de dismenorrea, las que presentan ciclos menstruales largos o intensos o aquellas que tuvieron su primera regla (menarquia) antes de los 11 años.
¿Cómo se trata la dismenorrea?
El tratamiento de los síntomas de la dismenorrea comienza con un descanso adecuado, sueño regular y ejercicio. Puede ayudar una dieta baja en grasas y la administración de suplementos nutricionales, como ácidos grasos omega-3, semillas de lino, magnesio, vitamina B1, vitamina E y zinc.
En el caso de las mujeres con dismenorrea primaria, se debe confirmar y comunicar a la mujer la ausencia de trastornos ginecológicos estructurales para tranquilizar y evitar el estrés de sospecha de una lesión subyacente.
El objetivo del tratamiento es aliviar los síntomas. Para ello, puede recurrirse a medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) que, además de aliviar el dolor, inhiben la producción de prostaglandinas. La prescripción suele indicar que lo más recomendable es empezar a tomarlos uno o dos días antes del comienzo de la menstruación en vez de esperar a que aparezcan los síntomas, y habitualmente se continúan 1 ó 2 días después de que comience la menstruación.
También el calor en el abdomen y la realización de ejercicio suave pueden contribuir a mitigar el dolor.
En el caso de que las anteriores medidas no sean efectivas, puede recurrirse a la supresión de la ovulación mediante métodos anticonceptivos hormonales de baja dosis. Existen también otras terapias hormonales distintas de los anticonceptivos, que pueden ser de utilidad.
Por último, la cirugía puede ser necesaria, especialmente en casos de dismenorrea secundaria.
9 consejos para prevenir y aliviar la dismenorrea
Las siguientes recomendaciones pueden contribuir a prevenir este síntoma y aumentar la calidad de vida de las mujeres que lo padecen:
- 1. Aliméntate de una manera equilibrada.
Sigue una dieta variada, rica en frutas y verduras y baja en grasas y en sal. - 2. Valora tomar suplementos dietéticos.
Diversos estudios han demostrado que los suplementos de magnesio, ácidos grasos omega-3, vitamina B1 (tiamina) y B6, vitamina E y zinc pueden reducir el dolor menstrual. Hidrátate adecuadamente. - 3. Bebe al menos dos litros al día de agua.
También puedes tomar caldos, infusiones y zumos. - 4. Mantén la cafeína a raya.
El café, el té y las bebidas de cola contienen cafeína, que puede influir negativamente sobre el dolor. En general, las bebidas excitantes producen catecolaminas, una sustancia que aumenta la rigidez del músculo. - 5. Reduce el consumo de tabaco y alcohol.
Ambos constituyen factores de riesgo del dolor menstrual. - 6. Practica ejercicio físico aeróbico de manera regular.
Mejorará tu circulación y te proporcionará bienestar físico y mental, gracias a la producción de endorfinas. Adecúa la intensidad a tu estado físico. - 7. Intenta reducir el estrés los dos días anteriores a la menstruación.
Trata de controlar el estrés, especialmente el derivado del trabajo o estudios antes de que te baje la regla, ya que el estrés, al igual que las bebidas excitantes, produce catecolaminas, que aumentan la rigidez del músculo y, por tanto, el dolor. - 8. Aplica calor en la zona baja del abdomen.
Puedes poner sobre él una compresa caliente, un parche de calor o una bolsa de agua caliente (a temperatura que no queme la piel). También puedes darte un baño de treinta minutos a 39-40º, ya que el agua caliente favorece la vasodilatación. - 9. Descansa un número adecuado de horas.
Trata de dormir entre ocho y nueve horas diarias e intenta que sean reparadoras, porque no solo importa la cantidad de tiempo que pases durmiendo, sino también la calidad del sueño. Establecer horarios regulares para acostarte y levantarte y realizar cenas ligeras puede ayudarte a conseguirlo.
Fuentes
- Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). Dolor menstrual.
- Elsevier. Revista Farmacia Profesional. Dismenorrea. Blanca Díez, Patricia Fernández, Edurne Hidalgo, Estíbaliz Salinas. Farmacéuticas. Grupo de trabajo del COF de Bizkaia. Vol. 20, Núm. 2.Febrero de 2006. Pp. 56-58.
- Elsevier. Doyma. Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). Revista Progresos de obstetricia y ginecología. Protocolos SEGO. Dismenorrea en la adolescencia (actualizado a febrero de 2013). Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia.
- Asociación Española de Pediatría (AEP). En familia. Regla dolorosa (dismenorrea). Mª José Rodríguez Jiménez, Pilar Brañas Fernández. Artículo publicado el 17-6-2012, revisado por última vez el 1-12-2013.
- Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). Familia y Salud. Dismenorrea. Autor/es: Olga Cortés Rico. Pediatra. Centro de Salud “Canillejas”. Madrid. Pilar Sánchez Reche. MIR de Pediatría. Hospital “Ramón y Cajal”. Madrid. José Luis Montón Álvarez. Pediatra. Actualmente jubilado. Fecha de publicación: 24-10-2011. Última fecha de actualización: 25-02-2018.
- Clínica Universidad de Navarra (CUN). Dismenorrea.
- Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). Grupo de Educación en Salud para la Ciudadanía. Dismenorrea.
- Merck. Manual MSD versión para público general. Dismenorrea. Por Joann V. Pinkerton, MD, University of Virginia Health System. Última modificación del contenido dic. 2020.
- Collegi de Farmacèutics de Barcelona (COFB). Dismenorrea.
- Familydoctor.org. Academia Americana de Médicos de Familia. Dismenorrea. Este artículo fue contribuido por: familydoctor.org editorial staff. Última Versión Actualizada: January 30, 2019.
- Servicio Gallego de Salud (SERGAS). Dismenorrea.
- Mayo Clinic. Calambres menstruales. Escrito por el personal de Mayo Clinic.
- MedlinePlus enciclopedia médica. Institutos Nacionales de la Salud (NIH). Dolor menstrual. Versión en inglés.
*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.