Estrabismo

¿Cómo funcionan la vista y el movimiento ocular?

En el proceso de visión, el ojo capta la información sobre el tamaño, la forma, el color y la textura de los objetos, así como la distancia a que se encuentran o la velocidad a la que se mueven, y la transmite a gran velocidad al cerebro. Este recibe una imagen de cada ojo y la transforma en una única imagen tridimensional, que aporta la percepción de profundidad y volumen (es lo que se conoce como visión binocular).

El cerebro controla también la coordinación de los movimientos de los seis músculos que rodean al ojo, y por tanto, la posición ocular. Estos músculos, llamados extraoculares, están unidos al ojo por su parte exterior y le permiten rotar y moverse en una u otra dirección: izquierda, arriba, abajo o en ángulo. Para que ambos ojos logren alinearse y enfocar un único objetivo, es necesario que estos músculos trabajen de manera coordinada


¿Qué es el estrabismo?

Si alguna alteración impide que los músculos extraoculares se coordinen correctamente entre sí, puede darse un trastorno ocular conocido como estrabismo o tropia. En este caso, los ojos no se alinean correctamente, por lo que, en vez de enfocar el mismo punto, apuntan a diferentes direcciones. Es decir, uno mira hacia delante, mientras que el otro puede hacerlo hacia abajo, hacia arriba o hacia adentro.

Este problema es relativamente frecuente en niños y suele aparecer desde los primeros días de vida hasta aproximadamente los cuatro años. Además de las consecuencias estéticas y su posible impacto social, produce afectación de la visión binocular: el cerebro del niño pequeño ignora la imagen que transmite al cerebro el ojo desviado. La persistencia de esta situación puede conducir a que uno de los ojos vaya perdiendo agudeza visual y se convierta así en un ojo vago o ambliope. La detección precoz en el estrabismo es fundamental porque su tratamiento temprano aumenta las posibilidades de éxito.


¿A quién afecta?

Según datos de la revista “Anales de Pediatría”, el estrabismo es, junto con los defectos de refracción -miopía, hipermetropía-, la patología relacionada con los ojos más frecuente que se presenta en la infancia, ya que la sufre un 4% de la población preescolar


¿Qué tipos de estrabismo hay?

El estrabismo puede clasificarse en función de varios criterios. En primer lugar, según la dirección a la que se desvía el ojo, puede ser:

  • Estrabismo convergente, esotropia o endotropia: el ojo se desvía hacia dentro.
  • Estrabismo divergente o exotropia: la desviación se produce hacia fuera.
  • Hipertropia: el ojo se desvía hacia arriba.
  • Hipotropia: la desviación se produce hacia abajo.

En segundo lugar, de acuerdo a su persistencia en el tiempo, el estrabismo puede ser:

  • Constante: la alineación incorrecta de los ojos es permanente.
  • Intermitente: la alineación incorrecta aparece solo cuando se mira a un objetivo a una determinada distancia (más cerca o más lejos), hacia los lados o hacia una oposición oblicua. También puede aparecer en circunstancias concretas, como una enfermedad o en estados de nerviosismo, estrés o cansancio.

En tercer lugar, el estrabismo se puede clasificar en función de si se desvía un ojo o no:

  • Estrabismo alternante: se mira de manera indistinta con cualquiera de los dos ojos. El ojo que no se usa queda desviado, pero al alternar los ojos, ambos desarrollan una visión semejante, por lo que puede existir una buena agudeza visual en ambos.
  • Estrabismo monocular: solo se emplea un ojo, mientras que el otro permanece siempre desviado. En este caso, es más probable que se sufra ambliopía u ojo vago en este último.

Existen, en ocasiones, niños que presentan el denominado pseudoestrabismo: sus ojos parecen cruzados pero en realidad no lo están. Ello se debe a que presentan una nariz ancha y plana con un pliegue de piel en la parte interior del párpado. Esta apariencia suele mejorar conforme el niño va creciendo.


¿Cuáles son las causas del estrabismo?

Se trata de una patología compleja y parece que la mayor parte de los tipos de estrabismo son producto de una alteración en el control del cerebro sobre los músculos que intervienen en el movimiento y posición del ojo. En muchos casos, se trata de un problema congénito -con antecedentes familiares en muchos casos-, cuya causa se desconoce, pero también puede ser un trastorno adquirido.

Entre las causas más comunes de estrabismo en niños se encuentran:

  • Problemas en los músculos o en los nervios de los músculos que coordinan los movimientos oculares: por ejemplo, pueden no haberse desarrollado correctamente.
  • Problemas de refracción: por ejemplo, el esfuerzo de acomodación para enfocar con claridad que supone una hipermetropía elevada puede impulsar los ojos hacia la nariz -hacia dentro-. Con la miopía ocurre lo contrario, ya que, al necesitarse un menor esfuerzo de acomodación para ver de cerca, los ojos tienden a desviarse hacia fuera. Sufrir anisometropía -diferente graduación entre los dos ojos- puede también producir estrabismo.
    Trastornos cerebrales congénitos o de nacimiento: como la parálisis cerebral, el síndrome de Down, la hidrocefalia o trastornos neurológicos consecuencia de nacimientos prematuros.
  • Tumores cerebrales.
  • Una catarata o una lesión en el ojo que afecte la visión.

Entre las causas de estrabismo en adultos están:

  • Los accidentes cerebrovasculares son la primera causa de estrabismo.
  • Otra posible causa de estrabismo adquirido es una lesión traumática que dañe el cerebro o aumente su presión -lo que altera el control de los movimientos oculares- o un traumatismo de la órbita ocular que dañe los músculos extraoculares.
  • Problemas neurológicos, tumores del sistema nervioso central, la enfermedad de Graves (una patología tiroidea que puede causar afectación ocular), la diabetes mellitus o secuelas de cirugías oculares pueden provocar también estrabismo en el adulto.

¿Qué síntomas y problemas asociados produce el estrabismo?

El síntoma más común del estrabismo, como ya sabemos, es el alineamiento incorrecto de los ojos (ojos bizcos), por lo que cada uno de ellos apunta en una dirección diferente.

En niños, otros posibles signos y síntomas -a los que los padres deben estar atentos- son:

  • Descoordinación de los movimientos oculares (los ojos no se mueven juntos).
  • Inclinar la cabeza para usar ambos ojos o adoptar posturas raras con ella al enfocar objetos.
  • Entrecerrar un ojo si hay luz.
  • La ambliopía u ojo vago: suele afectar a aproximadamente un 30% de los niños que sufren estrabismo. Dado que cada ojo está orientado a una dirección diferente, el cerebro recibe dos imágenes diferentes. En el caso de los niños, aprende a ignorar la que le manda el ojo desviado y solo ve la del que está bien alineado. De esta manera, evita la visión doble, pero se pierde la capacidad de ver en tres dimensiones y el ojo cuya imagen el cerebro ignora nunca verá correctamente.

En los adultos, el estrabismo puede producir también:

  • Visión doble (diplopía): al contrario que los niños, los adultos no pueden evitar desarrollarla, porque sus cerebros no son capaces de ignorar la imagen que les llega del ojo que está mal alineado. También puede ocurrir que las dos imágenes que reciben se superpongan y confundan entre sí.
  • La pérdida de la percepción de la profundidad y de la sensación de volumen puede producir, a su vez, problemas para el cálculo de las distancias.
  • Dificultades al leer o dolor de cabeza al hacerlo.
  • Fatiga visual.

¿Cómo se corrige el estrabismo?

El objetivo del tratamiento es corregir el alineamiento de los ojos con el fin de evitar la ambliopía, restaurar una visión correcta y mejorar la apariencia estética. Para lograrlo, es crucial realizar un diagnóstico precoz.

La mayoría de los casos se solucionan con las siguientes medidas:

  • Corrección del defecto de refracción de los ojos mediante gafas: el uso permanente de gafas puede ayudar a corregir el alineamiento de los ojos.
  • Uso de prismas: en el caso de los adultos, si existe diplopía leve o moderada, puede recurrirse al uso de prismas, unos cristales con forma de cuña que se adhieren a las gafas o se incorporan a la graduación de los cristales de estas. Estas lentes desvían los haces de luz y, de esta manera, desplazan la imagen que produce la visión doble. Alivian, pero no corrigen el problema de base.
  • Oclusión del ojo fuerte: en el caso de que haya ambliopía, debe procederse a la oclusión total del ojo correctamente alineado -el ojo fuerte- cubriéndolo con un parche. También puede provocarse visión borrosa en este, con el fin de obligar a trabajar y mejorar la del ojo débil. Cuanto antes se trate la ambliopía, mejor será el resultado. En caso de que se retrase el tratamiento, puede ser permanente.
  • Realización de ejercicios musculares: estos pueden contribuir a alinear los ojos correctamente, sobre todo cuando intentan enfocar un objeto cercano. Fundamentalmente, se ponen en práctica con pacientes adultos
  • Toxina botulínica: se emplea para el tratamiento de diferentes formas de estrabismo y parálisis que afectan a los músculos del ojo y se aplican en forma de inyecciones que provocan una parálisis transitoria en el músculo hiperactivo.
  • Cirugía: si los métodos anteriores no han funcionado, suele ser habitual corregir el desequilibrio de los músculos extraoculares mediante cirugía. Puede ser necesaria más de una intervención para la realineación total de los ojos.