Afonía

¿Cómo se genera la voz?

La voz es el sonido que produce el aire cuando, tras ser espirado por los pulmones, circula a través de la laringe y hace vibrar los dos pares de cuerdas vocales -aparato fonador-.

El sonido que se produce resuena y se amplifica en distintas cavidades de la cabeza -faringe, boca, paladar óseo,  nariz y senos-, que constituyen el aparato resonador. Este último dota a la voz de su timbre característico, diferente en cada persona.


¿Qué es la afonía y que puede originarla?

La afonía es la pérdida total de la voz o que esta sea prácticamente inaudible. Aunque la persona trate de forzar las cuerdas vocales para hablar, es incapaz de articular sonidos inteligibles. En muchas ocasiones, la afonía está producida por la inflamación de la laringe o por otras causas de tipo orgánico que pueden afectarla. Otras veces pueden existir causas relacionadas con su funcionamiento (funcional) o, incluso, puede tener un origen psicológico.

Al igual que otras afecciones del tracto respiratorio superior como la gripe y la faringitis, la incidencia de la afonía que cursa con inflamación laríngea causada por virus respiratorios es mayor en otoño e invierno. Aunque molesto, suele tratarse de un cuadro leve y que mejora en unos días.

En el caso de que la pérdida de voz no sea total, pero existe dificultad para producir sonidos al hablar, o de que haya cambios en la intensidad, volumen, tono o timbre, se trata de disfonía o ronquera. Este último es, por tanto, un trastorno menos grave, pero, en caso de que no se trate adecuadamente o se complique, puede transformarse en una afonía.


¿Quién padece trastornos de la voz?

Los trastornos de la voz son el principal motivo de consulta en las unidades de foniatría -la rama de la medicina que estudia y trata las alteraciones de la voz-. De acuerdo a la Clínica Universidad de Navarra, el 5% de la población española sufre algún trastorno relacionado con ella.

Tienen más tendencia a sufrir este problema las personas cuya profesión está ligada al uso prolongado de la voz como docentes, vendedores, locutores o cantantes. No obstante, cabe destacar que los niños que ya tienen capacidad de hablar son quienes más a menudo sufren afonía funcional, ya que suelen hacer un mal uso de la voz.


¿Cuáles son las causas de la afonía?

Como comentábamos al inicio, la afonía puede tener una causa orgánica, funcional o, incluso, psicológica -afonía psicogénica-. Las causas de afonía y disfonía las mencionamos de forma conjunta puesto que puede decirse que la afonía es la alteración máxima de la disfonía, que afecta a todas las características de la voz, es decir, la afonía supone su pérdida total.

La inflamación de la laringe es una de las causas de la afonía.

Entre las causas orgánicas, en cuyo origen se encuentra una lesión anatómica en los órganos responsables de la fonación, destaca la inflamación de la laringe, que es la parte del sistema respiratorio donde se hallan las cuerdas vocales.

A su vez, la laringitis puede estar originada por una infección de las vías respiratorias como el resfriado -sobre todo en las estaciones frías-, un mal uso de la voz como gritar o cantar fuerte, respirar sustancias irritantes como polvo, humo o gases, consumir tabaco o alcohol o tomar comidas picantes, demasiado frías o demasiado calientes.

Más raramente, la causa puede ser una dolencia como el reflujo gástrico, debido a que el ácido que asciende desde el estómago puede irritar las cuerdas vocales.

La inflamación de la laringe puede agravarse y producir lesiones en las cuerdas vocales como nódulos -pequeñas callosidades benignas-, pólipos -pequeños quistes, también benignos, muchas veces consecuencia del tabaquismo, el reflujo gastroesofágico o al mal uso continuo de la voz- o granulomas de contacto.

Otras posibles causas de afonía son trastornos neurológicos que afectan a la laringe como la disfonía espástica -espasmos de la voz que impiden el flujo vocal regular-, el Parkinson o la miastenia gravis, una enfermedad que debilita los músculos voluntarios. Igualmente, puede ocurrir que se quiebre el nervio laríngeo recurrente -que desarrolla su acción  conductora de los impulsos nerviosos- en la mayoría de los músculos de la laringe, por causas como una intervención quirúrgica en la zona -por ejemplo, de tiroides- o un tumor maligno (por ejemplo, cáncer de laringe).

Así mismo, existen alteraciones endocrinológicas que pueden provocar afonía como el hipotiroidismo o los cambios producidos en el climaterio femenino -la etapa previa a la menopausia-.

En niños pequeños, los trastornos de la voz pueden estar originados por el llanto o los gritos excesivos, así como por malformaciones congénitas. Cuando son un poco mayores, una de las principales causas son las infecciones virales o enfermedades que afectan a la garganta o el sistema respiratorio como gripes, resfriados o asma.

Entre las disfonías de tipo funcional, que son de las más frecuentes, nos encontramos aquellas que se relacionan con el abuso y al mal uso de la voz -lo que suele tener que ver con la profesión del paciente. También, como se ha dicho ya, el mal uso continuado de la voz (gritar) puede provocar afonía en los niños.

En el caso de las disfonía de tipo psicológico, las cuerdas vocales de las personas afectadas no pueden unirse o separarse para hablar, pero sí lo hacen sin problemas cuando tosen.


¿Cómo se trata la afonía?

Si la causa de la afonía es una infección, normalmente se recuperará la voz tras dos o tres días de reposo en un ambiente cálido y correctamente humidificado. A veces, es necesario el uso de antiinflamatorios.

En caso de que el reflujo gastroesofágico haya provocado la laringitis, será necesario tratar esta afección con medidas como el uso de antiácidos, evitar comidas condimentadas o fritas y reducir el consumo de café.

Si el trastorno es funcional, deben modificarse los malos hábitos en el uso de las cuerdas vocales con la ayuda de un foniatra o patólogo del habla.

Los nódulos vocales se tratan también con reposo y rehabilitación foniátrica, aunque, si persisten, puede ser necesaria la extirpación quirúrgica. También para eliminar los pólipos se precisa  recurrir a la cirugía.

En el caso de una disfonía que se repite en la misma persona, o en aquellas que duran más de 15 días, y sobre todo si existe el hábito tabáquico  es conveniente realizar una exploración de la laringe para descartar la posible existencia de lesiones eventualmente malignas.


10 consejos para cuidar tu voz

  • 1. Mantén tus cuerdas vocales hidratadas.
    De esta manera, estarán perfectamente lubricadas. Ello significa que debes intentar hidratarte adecuadamente, a ser posible, a sorbos y con mucha frecuencia. También es conveniente reducir el consumo de bebidas alcohólicas o con cafeína, pues producen deshidratación.
  • 2. Respira adecuadamente.
    Es decir, inspira por la nariz y no por la boca. Cuando hables, es importante que evites contener la respiración mientras piensas qué vas a decir. Al hablar, realiza respiración diafragmática en lugar de pulmonar; ello supondrá menor esfuerzo para emitir los sonidos vocales.
  • 3. Haz un buen uso de tu voz.
    Procura hablar de manera pausada y siempre con un tono e intensidad moderados. Si estás en un ambiente ruidoso, intenta no gritar o elevar demasiado la voz. Si tienes sensación de sequedad en la garganta o ronquera, trata de mantenerte en silencio. En el caso de que trabajes con la voz o seas propenso/a a sufrir afonía o disfonía, haz pausas para descansar la voz. Mientras estés realizando actividad física, no hables.
  • 4. No carraspees con demasiada frecuencia.
    Ello supone un sobreesfuerzo que inflama las cuerdas vocales. Si necesitas hacerlo, suelta el aire por la boca al tiempo que pronuncias una “h”. Evita también, dentro de lo posible, toser o sonarte la nariz con demasiada fuerza.
  • 5. Cuida tu postura corporal.
    La espalda ha de estar vertical y cabeza, cuello y columna, bien alineados. De esta manera, obtendrás mayor resonancia y no sentirás la necesidad de hablar más alto, al tiempo que evitas tensión muscular en la columna.
  • 6. No fumes.
    Además de ser causa de cáncer de pulmón y laringe, el tabaquismo altera de manera permanente el tono y otras características de la voz.
  • 7. Cuida tu alimentación para cuidar tu voz.
    Ha de ser variada y excluir los alimentos demasiado fríos o calientes. Evita también las comidas picantes. Si tienes la garganta irritada, toma caramelos de regaliz, miel o cítricos en vez de los de menta.
  • 8. Evita los ambientes secos y poco húmedos.
    Para ello, sé moderado en el uso del aire acondicionado y la calefacción. Si es necesario, recurre a un humidificador para aumentar la humedad del aire. Asegúrate también de que la temperatura es adecuada, para evitar que se resequen las mucosas, así como de que el recinto está bien ventilado, con el fin de evitar que se acumulen polvos, humos, gases o sustancias irritantes.
  • 9. Duerme lo suficiente.
    Evita situaciones de agotamiento, estrés y tensión psíquica. Y procura descansar las horas suficientes (habitualmente, entre 7-8 horas diarias).
  • 10. Evita algunos medicamentos.
    Algunos fármacos como los descongestionantes resecan la mucosa y deshidratan las cuerdas vocales, por lo que pueden provocar afonía.

Podcast