Amaxofobia

¿Qué es la amaxofobia?

La amaxofobia es la fobia o miedo a conducir o a subir a un vehículo que sienten algunas personas. Se trata de un problema relativamente común en la población, más frecuente en mujeres que en hombres hasta los 60 años, en que las proporciones se igualan. Su origen puede estar en haber sufrido una experiencia traumática al volante o en contar con poca experiencia conduciendo, aunque en otros casos la causa se desconoce. El origen etimológico del término son las palabras griegas amaxo (carruaje) y fobos (miedo).

La Asociación Americana de Psiquiatría lo clasifica en su Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-V por sus siglas en inglés) como un tipo de trastorno de ansiedad que provoca la circunstancia concreta de estar conduciendo. Se trata por tanto de una fobia y lo que cambia es el estímulo que la produce, en este caso conducir o subir a un automóvil. Hay que tener en cuenta que la conducción implica gestionar un alto número de estímulos al mismo tiempo, además de la responsabilidad que supone manejar un vehículo, sobre todo, si se transportan pasajeros, por lo que esta fobia puede tener una gravedad adicional por las posibles consecuencias, como un accidente.

La amaxofobia, como todas las fobias, se manifiesta en la esfera mental y en la física. La persona sufre sentimientos catastrofistas al subir a un vehículo. Además de esa distorsión de la realidad, entra en un estado de alerta en el que dirige de forma excesiva la atención al entorno y se dificulta la concentración en la tarea de conducir, todo ello con el riesgo que implica en una actividad tan seria y demandante de concentración como es la conducción. Desde la esfera física se manifiesta con síntomas como nerviosismo, sudoración, ritmo cardiaco acelerado  o rigidez muscular. Además, la persona que sufre esta fobia suele sentirse incomprendida por su entorno, lo que le genera frustración e incrementa la falta de confianza en sus capacidades de conducción.

En algunos casos, el miedo a conducir puede ser extremo o paralizante; en este caso, llega a abandonarse esta actividad. Para tratar el problema, puede recurrirse a terapia psicológica especializada, cursos específicos para superar el miedo a conducir y simulaciones en entornos virtuales.


¿A quién afecta el miedo a conducir?

De acuerdo al Estudio de Amaxofobia en los Conductores, publicado por Fundación CEA en diciembre de 2018, la fobia a la conducción afecta a más del 28% de los conductores. De ellos, entre los 40 y los 59 años de edad, el 55% son mujeres y el 45%, hombres. Esta proporción se iguala (50%) a partir de los 60 años. 


¿Cuáles son las causas de la amaxofobia?

Existen distintos factores que pueden causar o desencadenar el miedo a conducir. En primer lugar, este parece ser más frecuente entre quienes han sufrido o presenciado una experiencia traumática previa como un accidente de tráfico u otros problemas durante la conducción.

Igualmente, existen factores relacionados con la personalidad del conductor como tener una baja autoestima, ser muy perfeccionista o tener predisposición a sufrir estrés o ansiedad, así como padecer otros trastornos de ansiedad como la claustrofobia, la hipocondría o la agorafobia. También es común que la persona haya sufrido con anterioridad ataques de pánico y tema la posibilidad de que se repitan al volante.

Otra posible causa de amaxofobia es la conocida como ansiedad social, vinculada generalmente a la manera de conducir de otros conductores, las situaciones relacionadas con agresiones o críticas procedentes de estos o de los peatones y la responsabilidad que se siente al transportar a otros pasajeros.

Asimismo, puede causar miedo a conducir una preparación deficiente o la falta de pericia al volante o de experiencia en personas que acaban de sacarse el carnet o que han conducido poco desde que lo obtuvieron. También el paso de los años o el consumo de drogas, alcohol o medicamentos pueden reducir los reflejos, la visión o el oído, entre otras capacidades, y, en consecuencia, disminuir la confianza al volante facilitando la aparición de este trastorno.

La aparición de amaxofobia tiene relación con la personalidad del conductor como ser muy perfeccionista.

Respecto a las circunstancias concretas de conducción, el Estudio de Amaxofobia en los Conductores refleja que el tipo de vía por el que se conduce de forma habitual, la climatología adversa, la conducción nocturna y la intensidad de la circulación (mucho o poco tráfico) son factores que también generan ansiedad al volante. Se dan casos en los que, por ejemplo, una persona con este trastorno puede conducir por carretera pero no por autopista por la ansiedad que le causa la intensidad del tráfico en la zona en la que habitualmente emplea el coche.


¿Con qué signos y síntomas se manifiesta la amaxofobia?

Los signos y síntomas físicos más comunes de la amaxofobia son sudoración, nerviosismo, aumento de la frecuencia cardiaca, rigidez y dolor muscular, mareos, dolor de estómago, temblores, sensación de falta de aire o entumecimiento de las extremidades. En la esfera psicológica pueden aparecer insomnio y pesadillas relacionados con el viaje, disminución o aumento del apetito, sensación permanente de alerta, pensamientos negativos y visualización de accidentes, además del aislamiento social que en ocasiones produce la imposibilidad de conducir. Es habitual que una persona con amaxafobia evite conducir o subir a un vehículo lo que limita en gran medida su vida social y su independencia.

También es habitual que si inicia la conducción pueda sufrir una crisis de ansiedad durante la conducción, deteniendo el vehículo y negándose a continuar la conducción. Esto implica la petición de ayuda con un alto sentimiento de vergüenza o culpabilidad.

La incomprensión del entorno, como se indicaba al inicio, puede causar frustración en la persona que sufre amaxofobia y un aumento de la falta de confianza al volante.


¿Tiene cura la amaxofobia?

Sí, la amaxofobia puede superarse. El primer paso para lograrlo es tomar conciencia del problema, identificar las emociones y trabajar en su regulación, tanto a nivel físico como psicológico. También es necesario aprender y desarrollar estrategias de afrontamiento que permitan obtener de manera gradual el control de uno mismo y de la conducción.

  • Para lograrlo, puede recurrirse a terapia psicológica especializada. Esta puede incluir tanto el aprendizaje de técnicas de relajación, focalización de la atención -mindfulness-, respiración y visualización– como el manejo de los pensamientos negativos y catastrofistas. Después, se expone a la persona de manera gradual y en entornos controlados a la conducción.
  • Igualmente, es posible asistir a cursos o talleres de conducción específicos para superar la amaxofobia, en los que se reaprenden las claves y técnicas para una conducción correcta y segura.
  • Una tercera opción es recurrir a programas de realidad virtual inmersiva, que permiten realizar simulaciones realistas en diferentes entornos de conducción. Cuando la persona avanza, se pasa a la conducción real, de nuevo, en un ambiente controlado.

Cómo superar la amaxofobia

Las siguientes recomendaciones pueden contribuir a mitigar el miedo a conducir:

  1. 1. No obvies que tienes un problema.
    Reconocer tu miedo a conducir es el primer paso para superarlo, al igual que ser muy consciente de que esta fobia no es motivo para avergonzarse.
  2. 2. Recurre a un profesional.
    La amaxofobia es un tipo de fobia y los profesionales de la psicología cuentan con multitud de herramientas para superarlas. No tengas vergüenza en consultar, las fobias son habituales y el tratamiento muy efectivo.
  3. 3. Conoce a otras personas con amaxofobia.
    Te permitirá compartir tus sentimientos con otras personas, lo que te hará sentir comprendida y, además, conocer historias de superación que te mostrarán que es posible vencer el miedo a conducir.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.