Anosmia

¿Cómo funciona el sentido del olfato?

La nariz, además de permitirnos respirar y filtrar y humedecer el aire, es el órgano del olfato. Puede percibir hasta diez mil aromas diferentes, cuando las moléculas de olor que transporta el aire y entran por las fosas nasales y llegan a la mucosa nasal o pituitaria. En esta, se hallan las células nerviosas olfativas de la nariz.

Cuando las moléculas se disuelven en la mucosidad, estimulan estas células, que producen señales nerviosas. Dichas señales se transmiten a un primer centro nervioso llamado bulbo olfatorio, que se encuentra en la parte superior de la cavidad nasal, en la base de la parte frontal del cerebro.

El bulbo contiene el epitelio olfativo, una zona de la mucosa nasal que contiene entre 10 y 20 millones de neuronas olfatorias. Estas transmiten las señales nerviosas a través del tracto olfatorio al cerebro, que se encarga de interpretarlas e identificar el olor correspondiente.

De esta manera, es posible disfrutar de los aromas y también de percibir señales de peligro mediante el reconocimiento de olores asociados a situaciones potencialmente peligrosas como una fuga de gas o un incendio o mediante el reconocimiento del olor y gusto de los alimentos en mal estado.

De hecho, el sentido del olfato resulta crucial también para diferenciar los sabores de los alimentos u otras sustancias que se hallen dentro de la boca. Es decir, aunque se perciban como gustativas, estas sensaciones tienen su origen en el olfato. Además, los olores de los alimentos también llegan hasta las neuronas mientras masticamos, por vía retronasal. Como vemos, los sentidos del gusto y del olfato están vinculados muy estrechamente entre ellos.


¿Qué es la anosmia y a quién afecta?

La anosmia es la pérdida total del olfato, lo cual impide detectar olores. Las causas más comunes son obstrucciones nasales provocadas por alergias e infecciones en las vías respiratorias superiores como el resfriado o la gripe, aunque también puede estar provocada por problemas relacionados con el envejecimiento o los que afectan a los centros nerviosos del sistema nasal o a muchas otras causas.

Según la Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL), es un problema del que se disponen de pocos datos, pero estudios recientes llevados a cabo en España en nuestro país indican que sufre anosmia un 0,5% de la población y un 17%, hiposmia (pérdida parcial del olfato). Estos porcentajes aumentan con el envejecimiento y también es mayor el número de hombres afectados respecto al de mujeres.


¿Cuáles son las causas de la anosmia?

Los trastornos del olfato, y en concreto, la anosmia, pueden ser debidas a muchas causas; a continuación mencionaremos las más habituales.

Aunque se han descrito algunos casos de anosmia congénita, generalmente se trata de un trastorno adquirido. Durante el envejecimiento, algunas personas pierden cierto grado de olfato (presbiosmia) sin que se pueda determinar la causa. Sin embargo, normalmente, es consecuencia de algún tipo de obstrucción en el interior de la nariz que impide que las moléculas de olor accedan a la zona olfativa o de una destrucción o daño en el epitelio olfativo o en las vías centrales nerviosas.

Las infecciones virales de las vías respiratorias altas, especialmente la gripe, son las causas más comunes de obstrucción nasal. Otros tipos de infecciones, la rinitis alérgica, los pólipos nasales y la desviación del tabique nasal pueden también provocar una obstrucción nasal que derive en pérdida del olfato.  Además, estudios recientes realizados en pacientes de covid-19 apuntan que los trastornos olfativos y gustativos son síntomas prevalentes en la infección por este coronavirus, aunque la información disponible actualmente es muy escasa. 

Otra posible causa de anosmia es la destrucción del epitelio olfativo, lo cual puede ocurrir en caso de algunos tipos de sinusitis o rinitis, de usar de manera prolongada algunos tipos de fármacos -descongestivos nasales, anfetaminas, estrógenos…-, de exposición a tóxicos como el cadmio o el manganeso, de consumo de drogas como cocaína o, raramente, de tumores.

Por último, puede producirse la destrucción de las vías nerviosas, debido a causas como el Alzheimer, trastornos neurológicos degenerativos como la esclerosis múltiple, un traumatismo craneoencefálico, una cirugía intracraneal, una infección o un tumor en la cabeza o la base del cerebro -o un tratamiento de radioterapia para eliminarlo-.

También pueden estar relacionadas con la anosmia otras enfermedades como la obesidad, una nutrición deficiente, la diabetes y la hipertensión. Se desconoce el papel exacto del tabaco, aunque se piensa que sustancias como la nicotina y el alquitrán debilitan las células sensitivas de los receptores olfatorios.


¿Qué repercusiones tiene en la salud perder el olfato?

El sentido del olfato está muy poco desarrollado en los seres humanos, por lo que, aunque su déficit no provoque un gran impacto en la vida diaria, puede tener igualmente repercusiones importantes.

Como se comentaba al inicio, la carencia de olfato implica la pérdida de un sistema temprano de alerta de la persona antes circunstancias graves y o potencialmente peligrosas. Además, la anosmia puede constituir un primer síntoma de una enfermedad grave, por lo que es necesario detectarla y averiguar si la ha provocado alguna enfermedad, como por ejemplo, el Alzheimer.

En la actualidad, la anosmia puede ser una pista para sospechar la Covid-19.

Las personas con anosmia no pueden distinguir bien los sabores.

En otros casos, puede limitar la vida social y desencadenar una depresión.

Por otra parte, dado que el sentido del gusto depende en gran medida del olfato, las personas con anosmia pueden distinguir las sustancias saladas, dulces, ácidas y amargas, pero no son capaces de diferenciar los sabores, ya que los aromas no pueden llegar hasta las células sensoriales y estimularlas. Es decir, padecen ageusia o pérdida del sentido del gusto, lo que puede impedirles disfrutar de la comida y la bebida e influir en sus hábitos nutricionales.

Por ejemplo, pueden comer menos y perder peso o todo lo contrario. También puede ocurrir que se añada demasiada sal a la comida y ello provoque otros problemas de salud como hipertensión o daños en los riñones.


¿Cómo se trata la anosmia?

En función de la causa, la pérdida del olfato puede tratarse corrigiendo el trastorno o problema específico que la ha provocado, si es posible. Por ejemplo, se puede combatir una infección bacteriana con antibióticos, eliminar pólipos que estén obstruyendo las vías nasales o recurrir a los antihistamínicos en caso de alergia. Otras veces, la anosmia no precisa tratamiento, es temporal y retorna de manera espontánea. Esto suele ocurrir, sobre todo, tras una infección viral de las vías respiratorias como un resfriado o una gripe. Sin embargo, en algunos casos, puede ser permanente. En el caso de conservar algo del olfato, pueden agregarse a los alimentos potenciadores del sabor y el olor, para que aumente el disfrute al comer.

Si la pérdida del olfato y el gusto no es bien aceptada, puede ser necesario apoyo psicológico o psiquiátrico.


¿Existen otros trastornos del olfato?

Como hemos dicho ya, la pérdida del olfato parcial se conoce como hiposmia. En caso de que afecte solamente a uno de los lados de la nariz, puede pasar desapercibida. También puede producirse parosmia, que es un cambio en la manera en que se perciben los olores. Por ejemplo, puede volverse desagradable un aroma que es agradable. La fantosmia es un tipo de parosmia y se refiere a la sensación de percibir olores que en realidad no existen. Estas alucinaciones olfatorias son relativamente raras, asociadas normalmente a enfermedades neurológicas o psiquiátricas.

Otro trastorno es la heterosmia, en la que se confunde un olor con otro. La cacosmia es la percepción de un olor desagradable ocasionado por estímulos del organismo sin existencia de moléculas olorosas en el ambiente. Estas alteraciones en la percepción olfativa afectan generalmente a todos los olores, aunque, en algunos casos concretos, pueden afectar a uno solo.

Por último, el término osmofobia se refiere a presentar una reacción de miedo al vincular determinados  olores con experiencias vitales previas

Recomendaciones de seguridad para personas con anosmia

Es muy importante que las personas con anosmia tengan en cuenta algunas medidas de seguridad en su día a día:

  • 1.Sé muy cuidadoso/a con la conservación de los alimentos y sus fechas de caducidad.
    Revisa siempre este dato antes de ingerir cualquier comida o bebida y desecha cualquier alimento que haya excedido el plazo aconsejado.
  • 2. Almacena en espacios claramente diferenciados los líquidos tóxicos de los destinados a la ingesta.
    Su apariencia puede ser similar, por lo que es conveniente evitar posibles confusiones.
  • 3. No utilices gas y líquidos inflamables.
    Evita su uso tanto en el ámbito profesional como en el doméstico. Instala detectores de humo y gases en el hogar. De esta manera, podrás reaccionar en situaciones de riesgo como un incendio o un escape o fuga.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.