Barotraumatismo

¿De qué partes se compone el oído?

El oído, el órgano que nos permite oír, se compone de tres partes:

  • Oído externo: lo forman el pabellón auricular (oreja) y el conducto auditivo externo, un estrecho canal que llega hasta el tímpano.
  • Oído medio: es una pequeña cavidad rellena de aire, en la que se encuentran el tímpano (o membrana timpánica), la cadena de huesecillos auditivos (martillo, yunque y estribo) y la trompa de Eustaquio que comunica el oído medio con la faringe y que tiene como función equilibrar la presión exterior y la del oído medio.
  • Oído interno: está formado por el aparato del equilibrio (sistema vestibular) y la cóclea. Esta, responsable de la audición, con forma de caracol, contiene fluido y las células ciliadas y de ella parte el nervio auditivo, que conecta el oído con el cerebro.

¿Qué es el barotraumatismo?

Conocido también como barotrauma, barotitis media o aerotitis media, el barotraumatismo es una lesión en el oído provocada por un desequilibrio entre la presión del aire en el ambiente y la presión en el oído medio. Puede producirse, por ejemplo y de forma leve, durante el despegue o el aterrizaje de un vuelo, ascendiendo un puerto de montaña o buceando. Si el diferencial de presión involucrado es alto y además tiene lugar en un lapso de tiempo corto, el barotraumatismo puede ser más grave (por ejemplo, buceo en aguas profundas).

El barotraumatismo puede generar dolor moderado o molestias en el oído, sensación de opresión o congestión y/o pérdida auditiva leve o moderada, entre otros síntomas.  Es más habitual cuando la trompa de Eustaquio está parcialmente obstruida (por ejemplo durante un resfriado o alergia) o presenta alteraciones que disminuyen su diámetro (cicatrices o tumores, por ejemplo). En estos casos, la función de la trompa que permite igualar las presiones, falla y aparece el barotraumatismo, más fácilmente si además el cambio de presión es rápido.

Aplicar, en los momentos de cambios bruscos de presión, medidas como respirar con la boca abierta, bostezar, tragar saliva o masticar chicle pueden contribuir a abrir la trompa de Eustaquio. Ello, a su vez, permite que el aire salga o entre del oído medio, lo que ayuda a contrarrestar las diferencias en la presión y, por tanto, a reequilibrarla.

Esta afección si es leve, suele curarse por sí sola, pero, en caso de que no desaparezcan los síntomas en poco tiempo, puede recurrirse a fármacos como los descongestionantes.  Si la afección es grave o hay pérdida sostenida o completa de audición, dolor muy intenso o hemorragia por el oído, debe consultarse inmediatamente a un médico. Solo muy raramente es necesaria la cirugía cuando han tenido lugar daños en el tímpano o en el oído interno o cuando la trompa presenta cicatrices o tumores.


¿A quién afecta?

Se trata de un problema común que puede suceder a cualquier persona en cualquier edad. Según la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), el 20% de la población corre el riesgo de sufrir barotrauma al volar en avión.


¿Cuáles son las causas del barotraumatismo?

Como hemos visto al inicio, en el oído medio se encuentra la trompa de Eustaquio, un conducto estrecho que conecta el oído medio con la parte posterior de la nariz. Se trata de una especie de tubo que permite que el aire del exterior entre y salga del oído medio. De esta manera, regula la presión del aire dentro de él y contribuye a que ésta sea equivalente en ambos lados del tímpano.

Habitualmente, la presión en el oído medio y la atmosférica son similares, pero si esta última cambia muy rápidamente, el aire debe moverse a través de la trompa de Eustaquio para igualar la presión en el oído medio. Cuando la presión cambia de repente, puede suceder que la trompa de Eustaquio no reaccione con la suficiente rapidez o que no pueda abrirse con normalidad, lo que provoca un desequilibrio de presiones y puede lesionar el tímpano, que es el órgano que separa el oído externo del oído medio. Cuanto mayor y más rápido sea el cambio de presión, mayores son las posibilidades de sufrir un barotraumatismo.

el barotraumatismo es una afección benigna que responde bien a los cuidados personales y se cura con el tiempo por sí sola.
Rara vez el barotraumatismo requiere de cirugía para su curación.

Entre las circunstancias que pueden desencadenar la barotitis media, se encuentran:

  • cambios bruscos de altitud que se producen durante el aterrizaje o despegue un avión
  • inmersión, especialmente en aguas profundas
  • subir o bajar en ascensor en un edificio alto
  • conducir por zonas montañosas
  • someterse a terapia en cámaras hiperbáricas de oxígeno para la cicatrización de heridas
  • hacer paracaidismo
  • la exposición a una explosión

También los bloqueos u obstrucciones de la trompa de Eustaquio -debido a cicatrizaciones, tumores, infecciones, resfriados comunes o alergias- pueden impedir que el aire circule hacia adentro y hacia afuera del oído medio. Ello reduce la presión dentro del oído medio, lo que provoca que el tímpano se abombe hacia el interior y provoque dolor u otros síntomas característicos del barotraumatismo.


¿Existen factores de riesgo?

Sí, ya que cualquier afección que bloquee o inflame las trompas de obstáculo o limite su función incrementa el riesgo de sufrir un barotrauma. Entre ellas, destacan las siguientes:

  • Anomalías anatómicas como tener una trompa de Eustaquio demasiado pequeña -problema más común en bebés y niños pequeños-.
  • Padecer infecciones como otitis media, resfriado o sinusitis -infección de los senos paranasales-.
  • Sufrir rinitis alérgica.
  • La exposición a factores irritantes como el humo del tabaco.
  • Quedarse dormido durante el ascenso o descenso de un avión, ya que, durante el sueño, el mecanismo de deglución se ralentiza, lo que impide regular la presión en el oído con medidas de cuidado personal como bostezar o tragar saliva.

¿Cuáles son los síntomas?

Como se comentaba al inicio, los síntomas del barotraumatismo pueden ser:

  • Dolor moderado o molestias en el oído.
  • Sensación de congestión o taponamiento.
  • Pérdida auditiva (hipoacusia) leve o moderada o audición amortiguada.
  • Mareos.

Si la diferencia de presión es muy grande, pueden darse los siguientes síntomas:

  • Dolor intenso en el oído.
  • Sensación de presión como si se estuviera debajo del agua.
  • Pérdida auditiva moderada o grave.
  • Acúfenos (zumbido en los oídos).
  • Vértigos (sensación de que todo gira alrededor).
  • Rotura del tímpano y en algunos casos rotura de la ventana oval (acceso del oído medio al interno)
  • Hemorragias en el oído o la nariz.

¿Qué complicaciones puede tener?

Las complicaciones, que son poco frecuentes, pueden incluir:

  • La infección aguda del oído.
  • La pérdida permanente de la audición.
  • Acúfenos crónicos.
  • La ruptura o perforación del tímpano.
  • Vértigo.

¿Cómo se trata el barotrauma?

En la mayoría de los casos, el barotraumatismo es una afección leve que responde bien a los cuidados personales y se cura con el tiempo por sí sola. Si los síntomas no desaparecen en poco tiempo o son graves, puede ser necesario recurrir a los siguientes tratamientos para equilibrar la presión y aliviar los síntomas:

  • Medicamentos descongestionantes. Los aerosoles nasales y los descongestionantes orales pueden ayudar a que la trompa de Eustaquio se destape. Asimismo, los antiinflamatorios no esteroideos pueden contribuir a aliviar el malestar si es intenso. En caso de que exista una infección en el oído o nasal, pueden necesitarse antibiótico si es bacteriana, así como si hay riesgo de infección por obstrucción de la trompa de Eustaquio.
  • Llevar a cabo la maniobra de Valsalva. La persona debe cerrar las fosas nasales haciendo pinza en ellas con los dedos, mantener la boca cerrada y soplar suavemente por la nariz como si estuviera sonándosela. También existe la maniobra de Toynbee, que consiste en pinzar la nariz y a continuación tragar.
  • Cirugía. El tratamiento quirúrgico para el barotraumatismo raramente es necesario, incluso las rupturas de tímpano o de las membranas del oído interno suelen curarse por sí solas. Sí puede ser necesaria la cirugía en caso de propensión al barotraumatismo grave en una persona que vuela con frecuencia o que está recibiendo oxigenoterapia hiperbárica. En este caso, se llevaría a cabo una pequeña incisión en el tímpano -una miringotomía-, que permitiría igualar la presión del aire y drenar los líquidos.

Cómo lidiar con el barotraumatismo

Las siguientes recomendaciones pueden ayudar a evitar el barotraumatismo, así como a aliviar las molestias que este produce:

  • 1. Durante el ascenso y descenso del avión, bosteza, traga saliva, come un caramelo o masca chicle.
    Estas acciones abren la trompa de Eustaquio y permiten al oído medio obtener más aire y reequilibrar la presión entre este y el exterior. También puedes respirar con la boca abierta.
  • 2. Practica las maniobras de Valsalva o Toynbee.
    Hazlo de manera preventiva antes de que aparezcan los síntomas, sobre todo durante el aterrizaje.
  • 3. No duermas durante el despegue y el aterrizaje de un vuelo.
    Solamente si estás despierto podrás tomar medidas de autocuidado como las mencionadas en los apartados anteriores.
  • 4. No vueles o practiques submarinismo en caso de infecciones.
    El buceo es peligroso si se padecen infecciones respiratorias o alergias. Asimismo, si estás resfriado o sufres sinusitis u otitis y tienes tendencia al barotraumatismo, reevalúa tus planes de viajes. Si te has sometido a una cirugía de oído de manera reciente, consulta al médico si es seguro para ti volar.
  • 5. En caso de congestión de la nariz, emplea un aerosol nasal.
    Hazlo entre treinta minutos y hora antes del despegue y del aterrizaje para reducir los riesgos de sufrir un barotrauma.
  • 6. Toma tus medicamentos para la alergia.
    Si padeces alergias, toma una hora antes del vuelo el antihistamínico que te haya prescrito tu médico.
  • 7. Usa tapones filtrados para oídos.
    Disponibles en farmacias, las tiendas del aeropuerto o centros auditivos, estos tapones reequilibran la presión del tímpano durante el despegue y el aterrizaje de un vuelo. No obstante, necesitarás tomar medidas de autocuidado como bostezar o tragar igualmente.
  • 8. Alimenta a los niños en el avión durante los descensos y ascensos.
    Los niños mayores de cuatro años pueden comer algo, beber con una pajita o mascar chicle, manteniendo siempre una posición erguida. Los bebés o niños pequeños pueden succionar el pecho, el biberón o el chupete. En su caso, no están recomendados los descongestionantes.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.