Cálculos en la vejiga

¿Qué son las piedras en la vejiga?

Las piedras en la vejiga, también conocidas como cálculos vesicales o litiasis vesical, son acumulaciones duras de minerales (con frecuencia de ácido úrico), que se forman en este órgano del cuerpo. Normalmente, tienden a formarse cuando, debido a una concentración demasiado alta de orina, las partículas que la componen se cristalizan.

La razón de esta acumulación suele ser la incapacidad de la persona que padece los cálculos de vaciar su vejiga por completo. En los hombres de edad avanzada, esta alteración puede estar relacionada frecuentemente con la obstrucción de la salida de la orina de la vejiga debido al agrandamiento de la próstata, entre otras causas.

Las piedras pueden permanecer en la vejiga o desplazarse hacia la uretra, desde donde suelen ser expulsadas al orinar, sin necesidad de tratamiento. Si no sucede así, pueden aparecer distintos signos y síntomas, aunque los más comunes son dificultades para miccionar y dolor abdominal. Los cálculos pequeños pueden no presentar síntomas.

Si no son expulsadas, las piedras en la vejiga necesitan tratamiento, con el fin de prevenir infecciones recurrentes o daños irreversibles en la vejiga o los riñones.


¿Quién padece cálculos en la vejiga?

De acuerdo a la Asociación Española de Urología (AEU), las piedras formadas en la vejiga afectan sobre todo a pacientes varones ancianos o, según la Clínica Universidad de Navarra, es una enfermedad casi exclusiva de pacientes varones mayores de 50 años. En cualquier caso, este tipo de cálculos son mucho menos frecuentes que los cálculos renales.


¿Por qué se forman las piedras en la vejiga?

Como hemos comentado, los cálculos pueden formarse cuando la persona no es capaz de vaciar su vejiga por completo. Normalmente, esto sucede debido a algunas afecciones que alteran la capacidad de la vejiga para almacenar la orina o bloquear su flujo en el camino desde la vejiga hacia la uretra. Entre estas afecciones, se hallan:

  • Agrandamiento de la próstata: más común en hombres mayores y puede obstruir el flujo y la salida de la orina.
  • Vejiga neurógena: se produce cuando los nervios que transmiten la información del cerebro a los músculos de la vejiga para contraerse o relajarse, quedan dañados a raíz de trastornos como un accidente cerebrovascular, una lesión en la médula espinal, la enfermedad de Parkinson, la diabetes, una hernia de disco…
  • Infecciones de las vías urinarias que inflamen la vejiga, la uretra, etc.
  • Uso de dispositivos médicos como las sondas vesicales -tubos delgados que se introducen por la uretra para ayudar a drenar la orina de la vejiga- u objetos que accidentalmente lleguen a la vejiga, como un método anticonceptivo.
  • Piedras en los riñones: aunque no se forman en la vejiga, pueden descender hasta ella a través de los uréteres y transformase en cálculos vesicales si no se eliminan..

¿Qué síntomas tiene la litiasis vesical?

En el caso de que las piedras sean pequeñas o incluso siendo grandes, si no bloquean el flujo de orina, pueden no mostrar síntomas. En cambio, estos sí aparecen cuando el cálculo irrita la pared de la vejiga o bloquea el flujo de la orina. Aunque pueden variar, algunos de los síntomas más comunes son:

  • Dolor o presión en la parte inferior del abdomen.
  • Orina más oscura o turbia.
  • Sangre en la orina.
  • Necesidad de orinar con frecuencia.
  • Problemas o incapacidad para orinar. En ocasiones, también se produce la interrupción brusca del chorro de orina.
  • Sensación de ardor al miccionar.
  • En el caso de los hombres, dolor o molestias en el pene o los testículos.
  • Aunque menos frecuente, puede producirse la pérdida de control de los esfínteres de la vejiga.
  • También, si existe una alteración de la función crónica de la vejiga y/o signos de infección de las vías urinarias, pueden darse complicaciones como fiebre, dolor al miccionar, una obstrucción bilateral aguda o afectación de los riñones por reflujo de la orina (nefropatía por reflujo).

¿Cómo se tratan los cálculos en la vejiga?

Aunque las piedras suelen salir por sí solas, si no lo hacen y tampoco son tratadas, pueden producir infecciones repetidas en el tracto urinario o los riñones y, a largo plazo, daños irreversibles en la vejiga (dolor al orinar, micción frecuente…).

Por este motivo, si existen cálculos en la vejiga, pueden ser necesarios los siguientes tratamientos:

  • Si los cálculos son pequeños, deben beberse entre seis y ocho vasos de agua diariamente para intentar expulsarlos de manera natural. En caso de que haya dolor, es recomendable la toma de fármacos, siempre establecidos el médico. Si es muy intenso, no se controla o aparecen complicaciones, puede ser necesaria la hospitalización. En algunas ocasiones (por ejemplo, cuando existe una obstrucción importante al flujo de la orina), puede ser necesario evacuar la orina desde el riñón (descompresión) para evitar daños graves a los riñones o infecciones generalizadas (sepsis).
  • Como los cálculos vesicales habitualmente se generan por la incapacidad de vaciar la vejiga por completo, el incrementar la ingesta de agua puede no ser suficiente y con frecuencia es necesario extraerlos.
  • Si la piedra no se deshace ni sale por sí sola, es necesario extraerla con un pequeño tubo que lleva una cámara incorporada, llamado citoscopio. Este se inserta en la vejiga a través de la uretra para visualizar los cálculos, que luego son disueltos o fragmentados en trozos pequeños con un láser, ultrasonido o un dispositivo mecánico (cistolitolapaxia).
  • Eliminación quirúrgica: si las piedras son demasiado grandes y no es posible la extracción mediante el procedimiento anterior, puede ser necesaria la cirugía para extraer el cálculo directamente de la vejiga.

Fuentes

Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.