Cáncer de riñón

Descubrimos qué es el cáncer de riñón de la mano de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

¿Qué son los riñones?

Los riñones son los órganos excretores con forma de judía o habichuela. Cada riñón tiene, aproximadamente, el tamaño de un puño y están situados en la parte posterior del abdomen. Hay dos, uno a cada lado de la columna vertebral.

El riñón derecho está justo debajo del hígado, y el izquierdo debajo del diafragma y adyacente al bazo. Sobre cada riñón hay una glándula suprarrenal. La asimetría dentro de la cavidad abdominal causada por el hígado, da lugar a que el riñón derecho esté levemente más abajo que el izquierdo. Los riñones están ubicados en el retroperitoneo, es decir, detrás del peritoneo (en la cavidad abdominal).

Aproximadamente, los riñones están a la altura de la última vértebra dorsal y las primeras vértebras lumbares. Los polos superiores de los riñones están protegidos, parcialmente, por las costillas 11ª y 12ª y cada riñón está rodeado por dos capas de grasa (perirrenal y pararrenal) que ayudan a amortiguarlos.


¿Qué es el cáncer de riñón?

El cáncer de células renales (también llamado cáncer de riñón o adenocarcinoma renal) es una enfermedad en la que se encuentran células malignas o cancerosas que se originan en el revestimiento de los túbulos del riñón (en la corteza renal).


¿Qué incidencia tiene el cáncer de riñón?

El cáncer de células renales es responsable de un 2-3% de todos los tumores malignos en los adultos. Es dos veces más frecuente en hombres que en mujeres.

La mayoría de los casos se diagnostican entre la 4ª y la 6ª década de la vida (a partir de los 50 años de edad), pero se puede presentar a cualquier edad.

Además este tipo de cáncer es más frecuente en afroamericanos que en raza caucasiana.


¿Qué causa el cáncer de riñón?

El cáncer de células renales se presenta más frecuentemente de forma esporádica (sin antecedentes familiares) y raras veces forma parte de un síndrome hereditario (5% de los casos).

No se conocen las causas exactas de esta enfermedad, sin embargo, hábitos como el consumo de tabaco, la exposición a ciertos productos químicos (como el petróleo o el cadmio), la obesidad, la enfermedad quística renal adquirida en pacientes sometidos a diálisis crónica (30% de estos pacientes desarrollan un cáncer renal) y el uso indiscriminado de analgésicos se asocian con un incremento de la incidencia de esta enfermedad.

También hay implicados factores genéticos. Recientemente se han podido establecer las bases genéticas y moleculares de esta enfermedad.

Existen varios síndromes hereditarios que asocian cáncer renal de distintos tipos histológicos con otro tipo de tumores. En general, aquellos pacientes con un familiar de primer grado diagnosticado de cáncer renal antes de los 40 años, los que presentan cáncer renal bilateral o multifocal en un mismo riñón pueden tener un componente hereditario. En estos casos se puede recomendar al paciente y familiares pruebas específicas con la finalidad de realizar un diagnóstico precoz de la enfermedad. Hay que recordar que tan sólo un 5% de los tumores renales que se diagnostican forman parte de un síndrome hereditario, la inmensa mayoría son esporádicos.


¿Qué tipos de cáncer renal existen?

El carcinoma de células renales representa un 80-85% de todos los tumores malignos renales, típicamente se origina en la corteza renal y presenta varios subtipos.

  • Carcinoma de células claras (80%). Es el más frecuente.
  • Carcinoma papilar (15%).
  • Carcinoma cromófobo y oncocitoma (5%).
  • Carcinoma de los conductos colectores (inferior al 1%).
  • Variante sarcomatoide: puede coexistir con cualquiera de los subtipos anteriores.

Otros tipos de cáncer renal son:

  • Carcinoma de células transicionales.
  • El nefroblastoma o Tumor de Wilm’s es otro tipo de cáncer renal que se presenta típicamente en la infancia.
  • El angiomiolipoma.

¿Qué síntomas presenta el cáncer renal?

El carcinoma de células renales se asocia con una gran variedad de signos y síntomas, lo cual hace más difícil el diagnóstico. Muchos pacientes no experimentan síntoma alguno hasta que la enfermedad se ha extendido a otros órganos. 

Con los nuevos métodos diagnósticos, hasta un 40% de los pacientes se diagnostican de manera casual de un tumor renal cuando se realizan una Ecografía o una TAC por otras razones. 


Se ha descrito como típica la asociación de hematuria (sangre en la orina), masa y dolor en costado, pero esta triple asociación tan solo está presente en un 10% de los casos. La hematuria aparece en más de la mitad de los casos, pero puede no ser visible y tan solo evidenciarse en un análisis de orina (hematuria microscópica).

Hay distintos tipos de tratamientos y estrategias terapéuticas disponibles para los pacientes con cáncer de células renales, dependiendo del estadio del tumor, su localización, etc.
En general el cáncer de riñón se extirpa mediante cirugía, siempre que sea posible, en las etapas iniciales.

La anemia (descenso en cifras de Hemoglobina), fiebre y pérdida de peso son relativamente frecuentes en este tipo de tumores.

Menos frecuentes son la policitemia(aumento en la cifra de hemoglobina) y la hipercalcemia (esta última debe obligarnos a descartar una extensión del tumor a los huesos).


¿Cómo se diagnostica?

  • Exploración física y antecedentes. Es importante explorar al paciente para verificar el estado general de salud e identificar cualquier signo de enfermedad, como masas, bultos o cualquier otro signo que parezca inusual. También se interroga al paciente sobre sus hábitos, antecedentes de enfermedades y tratamientos recibidos o antecedentes de cáncer en la familia.
  • Analítica de sangre. Procedimiento mediante el cual se examina una muestra de sangre para medir las cantidades de ciertas sustancias liberadas a la misma por los órganos y tejidos del cuerpo.
  • Analítica de orina. Determina el color de la orina y su contenido en azúcar, proteínas, la presencia o no de sangre y bacterias.
  • Ecografía abdominal. Procedimiento en el cual se hacen rebotar ondas sonoras de alta energía en tejidos u órganos internos. Es útil para identificar masas renales y distinguir si son de naturaleza quística (con contenido líquido) o sólidas.
  • TAC (Tomografía Axial Computerizada) con contraste. Procedimiento por el cual se hacen una serie de fotografías detalladas del interior del cuerpo, desde ángulos diferentes.
  • RNM (Resonancia Nuclear Magnética). Procedimiento que utiliza un imán, ondas de radio y una computadora para crear una serie de imágenes detalladas de áreas internas del cuerpo.
  • Arteriografía renal.
  • Pielografía intravenosa. Serie de radiografías de los riñones, los uréteres y la vejiga para determinar si el cáncer se encuentra en estos órganos.
  • Evaluación de enfermedad extraabdominal.
  • Biopsia o punción-aspiración con aguja fina (PAAF). Extracción de células o tejidos realizada para que un patólogo los observe bajo un microscopio y determine la presencia o no de células tumorales.
  • PEC-TAC. Esto le permite al radiólogo localizar con mayor precisión anatómica las áreas de mayor captación (que sugieren un área de cáncer) en la PET, aunque no se trata de una técnica estándar y solo debe usarse en casos seleccionados.

¿Cuál es el pronóstico del cáncer de riñón?

Aproximadamente, un 30% de los pacientes presentarán la enfermedad diseminada o metastásica en el momento del diagnóstico y un tercio de los restantes desarrollarán metástasis a lo largo de su evolución. 

El pronóstico y las opciones de tratamiento dependen básicamente de los siguientes factores:

  • Estadio de la enfermedad: a medida que avanza el estadio (de I a IV), menores son las posibilidades de curación.
  • Edad del paciente y estado de salud.

En la enfermedad avanzada o metastásica los niveles de hemoglobina, neutrófilos, plaquetas y calcio en sangre, conjuntamente con el estado general y el tiempo transcurrido desde el diagnóstico, son factores que clasifican a los pacientes en tres grupos de riesgo pronóstico: buen pronóstico, pronóstico intermedio o mal pronóstico.


¿Cómo se cura?

Hay distintos tipos de tratamiento disponibles para los pacientes con cáncer de células renales:

I. Cirugía: el tratamiento dependerá de la etapa en la que se encuentre el cáncer, así como el estado de salud en general.

Etapas I, II o III

En la etapa I o II el cáncer está limitado en el riñón. En la etapa III crece hacia las venas grandes o se ha propagado por los ganglios linfáticos adyacentes. Cuando la enfermedad se presenta localizada al riñón la cirugía puede ser curativa.

En general se extirpan mediante cirugía siempre que sea posible. Aunque existen dos métodos comunes.

  • Nefrectomía parcial (eliminación de parte del riñón). Procedimiento quirúrgico para extraer el tumor y parte del tejido que lo rodea con el fin de conservar tejido renal sano y funcionante.
  • Nefrectomía radical (extirpar el riñón por completo).Procedimiento quirúrgico que extrae el riñón, la glándula suprarrenal, el tejido de alrededor y, por lo general, algunos ganglios linfáticos cercanos. A veces deben resecarse también parte de órganos adyacentes en caso de que el tumor esté adherido.
  • Estadio IV: la opción de cirugía para pacientes con enfermedad diseminada o extendida tiene como objeto reducir el mayor volumen de masa tumoral posible y es útil en algunos pacientes que son candidatos a recibir posteriormente tratamiento con inmunoterapia o con terapias dirigidas.

Cirugía de metástasis. Es útil en casos muy seleccionados, especialmente en metástasis pulmonares de poco volumen y de pequeño tamaño.

II. Radioterapia:

La radioterapia es un tratamiento contra el cáncer que utiliza radiación de alta energía para eliminar las células cancerosas.

En cáncer renal, la radioterapia sobre el tumor primario se considera una opción de tratamiento paliativa, es decir, no curativa y se puede considerar en algunos casos con enfermedad localizada al riñón y condiciones médicas desfavorables para someterse a una cirugía.

III. Tratamiento médico:

Cuando se trata de un cáncer renal avanzado, la cirugía no es curativa y por lo tanto se recomienda un tratamiento con fármacos que actúen globalmente y lleguen a todos los órganos del cuerpo.

IV. Quimioterapia:

En general, el cáncer de células renales, a diferencia de otro tipo de tumores es resistente a quimioterapia, por lo tanto son necesarias otras estrategias terapéuticas.

V. Inmunoterapia clásica:

Es un tipo de terapia biológica que estimula la capacidad del sistema inmune para combatir el cáncer. Se emplean sustancias producidas por el cuerpo o fármacos elaborados en un laboratorio para estimular, dirigir o restaurar las defensas naturales del cuerpo contra la enfermedad.

VI. Terapia dirigida:

La terapia dirigida utiliza fármacos y otras sustancias que pueden identificar y eliminar células cancerosas específicas sin dañar las células normales.

VII. Inmunoterapia moderna.

El sistema inmunitario de los pacientes con cáncer está bloqueado por el tumor y la inmunoterapia moderna busca desbloquear el mecanismo por el que se escapa el tumor para que nuestro sistema inmunitario pueda eliminarlo.

VIII. Tratamiento sintomático:

Además del tratamiento específico de la enfermedad es importante el manejo de síntomas en cáncer renal. Para aliviar el dolor, además de fármacos analgésicos, es útil la radioterapia como tratamiento paliativo.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.