Cáncer de útero

Descubrimos qué es el cáncer de endometrio-útero de la mano de la doctora Luisa Sánchez Lorenzo, de la SEOM, Sociedad Española de Oncología Médica.

¿Qué es el útero?

El útero es un órgano hueco muscular en forma de pera invertida, situado en la pelvis femenina, por delante del recto, por detrás de la vejiga y en contacto con la vagina. En su parte superior, a cada lado, encontramos las trompas

Se divide en:

  • Cuerpo uterino.
  • Cuello uterino o cérvix: situado en la parte superior de la vagina.

La pared del cuerpo uterino consta de tres capas: 

  • Perimetrio: membrana serosa externa.
  • Miometrio: membrana muscular media, capa gruesa de tejido muscular liso que se distiende durante el embarazo. Aquí están localizados los principales vasos y nervios del útero.
  • Endometrio: membrana mucosa interna que se adhiere al miometrio. Este revestimiento se renueva cada mes tras la menstruación.

¿Qué es el cáncer de endometrio-útero?

Los tumores del útero se originan su mayoría en el endometrio, debido a los cambios que se producen en las células.

Existen lesiones uterinas benignas que deberán ser vigiladas por sus posibles complicaciones. Los miomas son tumores benignos que tienen su origen en la pared muscular del útero.

La endometriosis es la presencia de tejido endometrial fuera del útero y puede suponer un mayor riesgo para el desarrollo de otros tumores.


¿Cuál es la incidencia del cáncer de útero?

El cáncer de útero a nivel global es la 7ª neoplasia más frecuente en mujeres y la 2º ginecológica, tras el cáncer de cérvix. Se calcula que en 2018 se diagnosticaron unos 382.000 nuevos casos y se registraron casi 90.000 fallecimientos debido a esta enfermedad. En países desarrollados es el cáncer ginecológico más frecuente. En España, el cáncer de endometrio es la 4ª neoplasia más frecuente en mujeres con 6.784 nuevos casos en 2018.

La media de edad al diagnóstico es de 63 años, pero más del 90% de los casos se diagnostican en mujeres mayores de 50 años. Un 4% de las pacientes son diagnosticadas antes de los 40 años. Un 75-80% de los casos son diagnosticados en estadio I, con una tasa de supervivencia a 5 años de un 90%. Desafortunadamente, la tasa de supervivencia a 5 años es más baja cuando existe diseminación regional (68%) o a distancia (17%).


¿Por qué se produce?

La mayoría de los casos de cáncer de útero no se pueden prevenir, pero la reducción de factores de riesgo puede disminuir la probabilidad de desarrollar la enfermedad.

Es muy importante dar a conocer los factores de riesgo y síntomas del cáncer:

  • Exceso de exposición a estrógenos. Pueden ser endógenos, como la obesidad, los tumores productores de estrógenos, menarquía en edad temprana y menopausia tardía, o exógenos, como la terapia estrogénica sin progestágenos o la terapia con estrógenos combinada con progestágenos, entre otras.
  • Edad. La media de edad de diagnóstico es de 62 años.
  • Historia familiar. Ya sea por antecedentes de un familiar de primera grado (madre, hermana o hija, en cuyo caso el riesgo aumenta desde <2% hasta un 3.1%), o por mutaciones genéticas hereditarias asociadas a mayor riesgo de cáncer de endometrio.
  • Dieta. Riesgos asociados al consumo de azúcar, alcohol o grasas y el efecto protector del café y vegetales.
  • Infertilidad.
  • Menarquia (primera regla) precoz y menopausia tardía.
  • Etnia. La caucásica parece tener mayor riesgo de desarrollar cáncer de endometrio. Otras etnias son diagnosticadas con estadios más avanzados de la enfermedad.
  • Región geográfica. Las mujeres que viven en países desarrollados tienen mayor riesgo de desarrollar un cáncer de endometrio. Esto parece estar relacionado con la expectativa de vida, ya que este tipo de tumor se desarrolla más frecuentemente en mayores de 50 años.
  • Radioterapia pélvica previa por otra neoplasia.

Se considera que de la totalidad de cánceres de endometrio diagnosticados, actualmente solo un 2-5% son hereditarios; si la paciente fue diagnosticada antes de los 50 años, esta cifra asciende hasta el 10%.

El riesgo de una mujer de desarrollar cáncer de endometrio es aproximadamente de un 2%, pero cuando está en relación con algún síndrome heredo-familiar su riesgo se sitúa entre un 3-50%.

Los síndromes hereditarios más frecuentemente relacionados con el cáncer de endometrio son el de Lynch y el de Cowden.

En caso de sospecha de cáncer de útero, el especialista remite a la paciente a la consulta ginecológica para valoración.
En caso de sospecha de cáncer de útero, el especialista remite a la paciente a la consulta ginecológica para valoración.

En los últimos años, también se ha relacionado el síndrome de cáncer de mama y de ovario hereditario con el desarrollo de cáncer de endometrio. Otros síndromes heredo-familiares posiblemente relacionados son el de Peutz-Jeghers y de Li-Fraumeni.


¿Qué síntomas presenta el cáncer de endometrio?

  • Sangrado genital anómalo. En menores de 45 años, hay que valorar si presentan un sangrado persistente y tienen un factor de riesgo o han estado sometidas a un tratamiento prolongado de estrógenos sin oposición de gestágenos. En mujeres de entre 45 y 55 años, se debe estudiar las pérdidas intermenstruales, menstruación frecuente y, sobre todo, si es abundante o prolongada. En mujeres postmenopáusicas, se ha de observar el sangrado ginecológico, ya que en un 10-20% de los casos subyace un cáncer uterino.
  • Secreción vaginal purulenta.
  • Síntomas de edad avanzada. Dolor o distensión abdominal, alteración del tránsito gastrointestinal, clínica respiratoria, astenia, anorexia o pérdida significativa de peso. Hallazgos sospechosos en citología vaginal en pacientes asintomáticas. Presencia de adenocarcinoma, células glandulares atípicas y células endometriales en mayores de 45 años.

¿Cómo se diagnostica?

En caso de que se produzca alguno de los signos y síntomas de sospecha anteriormente comentados, se remite a la paciente a la consulta ginecológica para valoración. Algunas de las pruebas a las que se somete son:

  • Anamnesis dirigida. Es la recopilación de los factores de riesgo personales y familiares de la paciente.
  • Exploración ginecológica. Inspección con espéculo y colposcopia y tacto vagino-abdominal que permitirá definir el tamaño del útero y tacto recto-vaginal
  • Ecografía transvaginal. Introducción, a través de la vagina, de una sonda ecográfica que permite medir el grosor del endometrio.
  • Histeroscopia. Es un examen visual del cuello uterino y del interior del útero con un fino tubo flexible. Esta prueba puede tener fines diagnósticos y terapéuticos. La visión directa del interior del útero nos permite tomar una biopsia de cualquier zona de sospecha, extracción de pólipos, fibromas o cauterización de zonas de sangrado. Se puede realizar con anestesia local o sin anestesia y es un procedimiento ambulatorio.
  • Biopsia endometrial por aspiración.Técnica mínimamente invasiva y ambulatoria que permite la toma de biopsias a ciegas de las caras del útero y ángulos uterinos. Alta sensibilidad de especificidad en mujeres pre y postmenopáusicas.
  • Biopsia endometrial. Toma de un pequeño fragmento del endometrio para corroborar el diagnóstico de sospecha.

En caso de confirmarse el diagnóstico de cáncer de endometrio, se solicitarán pruebas complementarias:

  • Marcadores tumorales.
  • Rectoscopia y cistoscopia. Permiten visualización directa del recto y la vejiga, respectivamente, y sólo se valorará ante elevada sospecha de infiltración tumoral.
  • Pruebas de imagen. Resonancia magnética de pelvis (RM), una prueba para conocer el estadio preoperatorio, la Tomografía computarizada (TC), útil para la valoración de adenopatías y la presencia de metástasis, y la PET-TC, para la detección de metástasis ganglionares y también la presencia de metástasis a distancia.

¿Cómo se clasifica el cáncer uterino?

El estadio de un tumor permite definir con claridad su tamaño, localización, extensión local y a distancia (metástasis). Esto, a su vez, permite el diseño de la estrategia terapéutica para tratar la enfermedad. En el cáncer de útero podemos distinguir esta clasificación de estadios:

  • Estadio I. El tumor queda confinado en el cuerpo uterino.
  • Estadio II. El tumor invade el estroma cervical, pero no se extiende más allá del útero.
  • Estadio III. Extensión local-regional del tumor.
  • Estadio IV. El tumor invade la mucosa vesical y/o rectal, y/o metástasis a distancia.

¿Cómo se trata?

  • Tratamiento quirúrgico inicial del cáncer de endometrio. La cirugía es el eje vertebrador del tratamiento.
  • Tratamiento adyuvante. La idoneidad del tratamiento posterior al abordaje quirúrgico viene definido en base a su riesgo de recaída. Estos grupos se han realizado en base a los factores pronósticos clinicopatológicos y características moleculares.

En pacientes con una recaída sistémica, el tratamiento dependerá de la histología y de las características moleculares. En el contexto de enfermedad metastásica, los ensayos clínicos siempre deben ser una opción a considerar.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.