Celulitis

¿Qué es la celulitis?

Se conoce como celulitis o más comúnmente como piel de naranja, a los depósitos irregulares de grasa que se acumulan bajo la piel y forman protuberancias y hoyuelos en caderas, glúteos, muslos y abdomen principalmente. La celulitis puede hacer que la piel se vea arrugada y con aspecto grumoso, lo que coloquialmente le da el nombre de piel de naranja. También puede causar un estancamiento de la microcirculación y los líquidos.

La celulitis es una afección cutánea común e inofensiva, más frecuente en las mujeres. No puede considerarse una enfermedad, sino una alteración estética de la superficie de la piel, ya que esta grasa es mucho más visible que la que se acumula en sus capas más internas.

No debe confundirse con la celulitis infecciosa, normalmente causada por bacterias y que presenta signos y síntomas totalmente diferentes.


¿Qué tipos de celulitis hay?

La celulitis puede clasificarse según criterios como su gravedad, la zona a la que afecta o su aspecto. En función de este, puede ser:

  • Dura o compacta: este tipo de celulitis afecta sobre todo a mujeres jóvenes, también pudiendo ser delgadas e incluso deportistas. La piel es dura al tacto, firme y los nódulos son visibles sin necesidad de pellizcar con los dedos. Se encuentra principalmente en la cara externa de los muslos -acumulaciones que se conocen popularmente como cartucheras- y los glúteos, que adquieren apariencia rugosa, con hoyuelos y a menudo presentan estrías. Puede llegar a provocar dolor al presionar la piel.
  • Blanda o flácida: más común en mujeres de 30 a 40 años, afecta a personas sedentarias o que hayan variado de peso bruscamente. Se localiza principalmente en los muslos, el abdomen, los brazos, la espalda y los glúteos. Es un tejido esponjoso que se mueve y de consistencia flácida y gelatinosa, que otorga la apariencia conocida como piel de naranja. No suele ser dolorosa.
  • Edematosa: más frecuente en mujeres de 20 a 40 años, es la menos común de las tres. Se localiza sobre todo en la parte inferior de las piernas, aunque también puede afectar a los muslos y rodillas. Se suele hablar de pierna con forma de “columna”. Consecuencia de la retención de líquidos, su consistencia es viscosa o pastosa con nudos y puede ser dolorosa al tacto. A veces, molesta de manera espontánea y puede llegar a ser incapacitante. En este caso, podría requerir tratamiento médico.

¿A quién afecta?

La celulitis afecta, en mayor o menor grado, a casi todas las mujeres; en concreto, a entre el 85% y el 98% de ellas, según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Es muy poco frecuente en hombres, aunque estos también pueden padecerla. La razón de esta diferencia radica en el efecto de las hormonas femeninas (estrógenos y progesterona), que hacen que en las mujeres haya mayor cantidad de tejido graso. Por razas, afecta a todas, pero es más común en la blanca y menos en la asiática.


¿Cómo se forma la celulitis? ¿Cuál es su causa?

Se conoce poco sobre las causas de la celulitis, aunque sí se sabe que afecta a unas estructuras en forma de cordones fibrosos, largos y duros, que sujetan la piel al músculo y entre los cuales hay grasa. Conforme se va acumulando mayor cantidad de grasa, esta empuja la piel hacia arriba, mientras que los cordones tiran de ella hacia abajo, lo que crea los hoyuelos y vuelve la superficie de la piel irregular.

El tratamiento con ultrasonidos es una de las opciones actuales para combatir la celulitis.
El tratamiento con ultrasonidos es una de las opciones actuales para combatir la celulitis.

Por otra parte, influyen en su aparición aspectos como el género, la edad y el peso: aunque la celulitis también puede afectar a las personas delgadas y/o en buena forma, es más frecuente en personas con más grasa corporal. De ahí que, cuando aparece en personas delgadas o deportistas, lo haga en su forma dura o compacta, mientras que en personas más sedentarias sea en forma blanda.

Afecta más a menudo a las mujeres que a los hombres, debido a que los factores hormonales juegan también un papel relevante para que aparezca celulitis. Por ello, el embarazo, el periodo premenstrual, la menopausia o el uso de anticonceptivos orales también pueden favorecer su desarrollo.

También existen factores genéticos, ya que la celulitis suele ser hereditaria, y metabólicos, si existen enfermedades que afectan al drenaje linfático como la diabetes o la obesidad.

Otros factores que pueden favorecer la aparición de celulitis están relacionados con el estilo de vida como llevar una dieta basada en el abuso de las grasas y carbohidratos o seguir hábitos alimenticios deficientes que no permitan eliminar correctamente los desechos y las toxinas.

Igualmente, no realizar ejercicio físico suficiente, llevar una vida sedentaria o abusar del tabaco o del alcohol puede influir en la formación de celulitis. Algunos fármacos como un uso continuado de antihistamínicos puede agravar el problema, al igual que factores psicológicos como vivir una situación de estrés, depresión, ansiedad o padecer trastornos afectivos.


¿Cómo eliminar la celulitis?

Una vez se ha desarrollado, la celulitis es un problema muy difícil de combatir. Existen varias opciones de tratamiento, aunque los resultados son variables y, a menudo, no duraderos, que pueden ayudar a eliminar la celulitis:

  • Medidas higiénicodietéticas: se deben adoptar hábitos saludables como realizar ejercicio físico de manera regular, dormir siete u ocho horas diarias y seguir una dieta equilibrada. En caso de sobrepeso u obesidad, el médico puede aconsejar una dieta de adelgazamiento.
  • Tratamientos tópicos: su objetivo es reactivar la circulación, aumentar la elasticidad y disminuir el contorno de las zonas con celulitis mediante la aplicación de principios activos capaces de actuar sobre la microcirculación -romero, roscu, abedul…-, el tejido graso -cafeína, teofilina, teobrofimina, compuestos yodados no hormonales, L-carnitina…-y el conectivo -mentol, alcanfor, nicotinatos de metilo y alfatocoferol, vitamina A, B, C y E, oligolementos como el manganeso, el cinc y el cobre-. Pueden ser preparados semisólidos -geles, cremas, emulsiones fluidas, etc.- que se aplican masajeando la zona o parches transdérmicos. Para que sean eficaces, es muy importante utilizarlos de una manera adecuada y constante.
  • Tratamientos mecánicos: los más comunes son la presoterapia -un masajeador neumático que activa la circulación- y el drenaje linfático, un masaje manual que ayuda a eliminar el exceso de líquido, pero que requiere de mantenimiento a largo plazo para mejorar la celulitis.
  • Tratamientos quirúrgicos: una de las opciones clásicas para combatir la celulitis es la liposucción -aspiración de la grasa subcutánea mediante cánulas-, pero no siempre es eficaz. En la actualidad, existe también la opción de la lipoescultura ultrasónica, que se lleva a cabo con láseres de lipólisis y que consigue eliminar la grasa de manera más controlada, si los volúmenes son pequeños.
  • Tratamientos basados en nuevas tecnologías: como los ultrasonidos, la radiofrecuencia o la ultracavitación, que, mediante ondas ultrasónicas, generan microburbujas que succionan la grasa.

10 consejos para combatir la celulitis

Introducir cambios saludables en el estilo de vida puede ayudar a controlar la aparición de la celulitis, y aunque eliminarla resulta muy complicado, sí podemos intentar mejorar la apariencia de la piel:

  • 1. Practica ejercicio físico de manera regular.
    Si reduces grasa y la reemplazas por músculo o mejoras el tono muscular, la celulitis mejorará. Lo ideal es combinar ejercicios aeróbicos con entrenamiento de resistencia. También puede ser muy beneficioso andar y/o nadar, ya que además de mejorar el tono muscular y la circulación sanguínea y linfática, reducirás el estrés.
  • 2. Evita actividades que dificulten la circulación.
    Por ejemplo, permanecer sentada, de pie o en la misma posición durante periodos largos de tiempo. Si el trabajo te obliga a ello, da breves paseos de vez en cuando para reactivar la circulación.
  • 3. Sigue una dieta equilibrada.
    Debe ser sana y variada, rica en frutas, verduras y fibra, e incluir el número de calorías adecuadas para ti. Al mismo tiempo, reduce o elimina el consumo de los alimentos ricos en azúcares refinados, las carnes y los lácteos, ya que favorecen la acumulación de grasas. Trata de masticar despacio, no picar entre horas y comer siempre a la misma hora.
  • 4. Evita el tabaco y el alcohol. Estos hábitos contribuyen a la acumulación de toxinas. Igualmente, reduce el consumo de café y sal, ya que favorecen la retención de líquidos.
  • 5. Bebe agua en abundancia.
    Evita deshidratarte. Tomar entre dos y dos litros y medio al día te ayudará a la eliminar toxinas y, por tanto, a prevenir la celulitis.
  • 6. Masajea e hidrata tu piel de manera regular.
    Los masajes contribuyen al drenaje linfático y a una mejor microcirculación. Puedes usar las manos o algún dispositivo eléctrico específico y aprovechar para hidratar la piel con un preparado anticelulítico. También puedes cepillarla antes de la ducha o baño, siempre y cuando no esté muy seca, quemada o dañada.
  • 7. Evita los baños con agua muy caliente.
    Una temperatura demasiado elevada puede afectar a la circulación.
  • 8. No uses prendas de vestir demasiado ajustadas.
    Por ejemplo, los cinturones, las fajas o los pantalones estrechos pueden alterar también la circulación. Asimismo, evita los tacones altos y finos.
  • 9. Duerme al menos ocho horas diarias.
    También mantener horarios regulares para irte a dormir y levantarte te ayudará a disfrutar de un descanso más reparador y, de esta manera, prevenir la celulitis.
  • 10. Evita el estrés y ansiedad.
    Los factores psicológicos pueden, igualmente, aumentar el riesgo de padecer este problema de la piel. Si es necesario, aprende técnicas de relajación y practica actividades que te ayuden a gestionar el estrés como el yoga o el mindfulness.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.