Colecistitis

¿Qué es la vesícula y cuál es su función?

Se trata de un pequeño órgano con forma de pera, de entre 5 y 7 cm de diámetro, que se encuentra en la parte derecha de nuestro abdomen, debajo del hígado. Es una víscera hueca, con forma ovoidal, cuya principal función es concentrar, almacenar y secretar la bilis, un líquido que el hígado produce para ayudarnos a digerir las grasas.

Cuando comemos, la vesícula biliar expulsa la bilis a través de un tubo -el conducto biliar común o colédoco- y la libera en el intestino delgado, donde se mezcla con los alimentos que el estómago ha digerido. La bilis es un líquido de color pardo verdoso que ayuda a emulsionar las grasas facilitando así su digestión y absorción. También contribuye a aumentar la motilidad intestinal.


¿Qué son los cálculos biliares?

En ocasiones, el flujo de la bilis a través de los conductos biliares puede quedar obstruido, normalmente a causa de cálculos. Estos son pequeñas piedras que se forman en la vesícula o en el interior de los conductos. Su tamaño varía desde el de un grano de arena hasta el de una pelota de golf. Normalmente los cálculos se ubican en la vesícula biliar. Si son pequeños son eliminados sin causar síntomas. No obstante si son más grandes pueden causar síntomas. Si los cálculos se sitúan en la vesícula, el trastorno se conoce como colelitiasis, mientras que se denomina coledocolitiasis si se encuentran en el interior del conducto biliar común. A veces, pueden coexistir los cálculos en ambas localizaciones. 


¿Qué es la colecistitis crónica?

La colecistitis crónica es la inflamación prolongada de la vesícula biliar, originada generalmente por episodios repetidos de inflamaciones agudas de este órgano (colecistitis aguda). Estos ataques suelen estar causados, a su vez, por la colelitiasis o cálculos biliares. Con el tiempo y la recurrencia de esas inflamaciones debidas a los cálculos, las paredes de la vesícula se engrosan. Esto puede producir molestias y si no se trata, con el tiempo, llegar a producir una fibrosis de la vesícula con reducción de la elasticidad y capacidad de la misma o una calcificación extensa que se denomina “vesícula en porcelana”. 

La colecistitis crónica no suele presentar síntomas ni fiebre, aunque, en ocasiones, hay episodios de reagudización en forma de colecistitis aguda (cálculos en la vesícula o que obstruyen los conductos biliares) que pueden manifestarse con fiebre, náuseas, vómitos y dolor en la zona derecha superior del abdomen.

El tratamiento de la colecistitis crónica suele consistir en una intervención quirúrgica para extraer la vesícula -colecistectomía-, que suele llevarse a cabo por laparoscopia.


¿A quién afecta la colecistitis?

Esta dolencia es más frecuente entre mujeres y después de los 40 años. Hay que tener en cuenta que la prevalencia de la colelitiasis o piedras en la vesícula, principal causa de la colecistitis, es el doble en las mujeres y, con la edad, se eleva en ambos sexos: según datos de Quirón Salud, a los 65 años, alrededor de 30% de las mujeres y el 20% de los varones sufren cálculos biliares.


¿Qué factores de riesgo tiene?

Como hemos visto anteriormente, ser mujer y tener más de 60 años aumenta las posibilidades de padecer piedras en la vesícula -principal causa de la colecistitis-.

Otros factores de riesgo son padecer sobrepeso y obesidad, llevar un estilo de vida sedentario, una dieta rica en grasas animales o baja en fibra, perder peso demasiado rápidamente con una dieta baja en calorías, en menor medida por tomar determinados medicamentos como ciertos antibióticos, algunos tratamientos contra el exceso de colesterol o triglicéridos o estrógenos. El embarazo y el postparto puede incrementar ligeramente la posibilidad de una colelitiasis.


¿Cuál es la causa de la colecistitis crónica?

Como se ha comentado, la causa de colecistitis crónica son los episodios reiterados de colecistitis aguda, la mayoría de los cuales están causados por la presencia de cálculos biliares en la vesícula. 

Estos episodios múltiples irritan e inflaman la vesícula repetidamente, lo que produce el engrosamiento y la fibrosis de sus paredes. Esto lleva a que el órgano se encoja y deforme y, con el tiempo, a que pierda su capacidad de concentrar, almacenar y secretar bilis. 

En algunos casos, puede producirse la calcificación de las paredes vesiculares, lo que se conoce como vesícula en porcelana.

En muy raras ocasiones la colecistitis puede estar causada por un tumor que obstruya las vías biliares, por inflamación de la pared de la vesícula en determinadas infecciones víricas o enfermedad de los vasos sanguíneos que afecte a la vascularización de la vesícula. 

La colecistitis tiene complicaciones como la pancreatitis, la ictericia o la colangitis aguda entre otras.
La colecistitis tiene complicaciones como la pancreatitis, la ictericia o la colangitis aguda entre otras.

¿Qué síntomas tiene?

La colecistitis crónica no suele presentar síntomas, aunque, como se comentaba anteriormente, pueden producirse episodios ocasionales de reagudización de la colecistitis. En este caso, puede haber náuseas, vómitos, fiebre moderada y dolor de diversa intensidad en la parte superior derecha del abdomen, que puede irradiarse hacia la escápula y el hombro derechos. También pueden producirse calambres después de las comidas. 


¿Cuáles son las posibles complicaciones?

Entre las complicaciones de la colecistitis crónica, se hallan las siguientes:

  • Colangitis aguda (infección de los conductos biliares) (diferente de la colangitis primaria que es de naturaleza autoinmune).
  • Ictericia (coloración amarillenta de los ojos y la piel).
  • Pancreatitis (inflamación del páncreas). Cuando hay cálculos en las vías biliares que obstruyen también la salida del conducto pancreático al intestino. 
  • En ocasiones, puede producirse la muerte del tejido de la vesícula (necrosis)  o gangrena. Esta es la complicación más frecuente entre personas mayores y con diabetes y puede llevar a un desgarro o perforación en la vesícula, que debe tratarse de manera inmediata.
  • Raramente, perforación de la vesícula.
  • Aunque sucede raramente, puede haber un mayor riesgo de desarrollar cáncer de vesícula.

 


¿Cómo se trata la colecistitis crónica?

El tratamiento consiste en una colecistectomía, una intervención quirúrgica para extraer la vesícula, que suele realizarse por vía laparoscópica -mediante pequeñas incisiones por las que se introduce un instrumento denominado laparoscopia-. En algunas ocasiones es necesario emplear una cirugía abierta. 

Hay que tener en cuenta que este órgano no es necesario para vivir, ya que la bilis puede fluir directamente desde el hígado al intestino delgado. En los primeros días tras la intervención, puede presentarse diarrea que, si se cronifica, puede requerir un tratamiento médico específico.

Cómo prevenir la colecistitis crónica

La mejor manera de reducir el riesgo de colecistitis es tratar de prevenir los cálculos biliares. Aunque esto no siempre es posible, puede ayudar seguir las siguientes recomendaciones::

  • 1. Lleva una dieta equilibrada y baja en grasas.
    Una alimentación rica en grasas y baja en fibra aumenta el riesgo de cálculos biliares, por lo que tu dieta debe ser pobre en grasas y abundante en frutas, verduras y granos o cereales integrales. Igualmente, aumenta la ingesta de líquidos de dos a dos litros y medio al día, excepto contraindicación médica.
  • 2. Cocina de manera saludable.
    Preferiblemente, ingiere los alimentos crudos, hervidos, a la plancha, al vapor o en papillote.
  • 3. Mantente en un peso saludable.
    Para ello, combina una dieta adecuada con la práctica regular de ejercicio físico. Intenta realizar al menos treinta minutos de actividad física moderada al día.
  • 4. Evita la pérdida rápida de peso.
    Si tienes que adelgazar, hazlo gradualmente y, sobre todo, no te saltes comidas -debes realizar entre cuatro o cinco al día-.
  • 5. Come despacio.
    Hazlo lentamente y masticando bien los alimentos. Intenta también comer en pequeñas cantidades.
  • 7. Si has tenido algún episodio de litiasis biliar y debes tomar un medicamento…
    consulta con tu médico si existe alguna contraindicación.