Coma diabético

¿Qué es la diabetes?

La diabetes es un trastorno crónico del metabolismo que se caracteriza por unos niveles de glucosa en sangre por encima de los límites normales. Existe dos tipos de diabetes, la tipo 1 en la que el páncreas (órgano que produce esta hormona) produce poca o nada de insulina, y la tipo 2 en la que el organismo no responde adecuadamente a la insulina, denominándose este hecho “resistencia a la insulina”.

La función de la insulina es mantener valores adecuados de azúcar en la sangre. Permite que la glucosa de los alimentos pase al interior de las células, donde se transforma en la energía necesaria para que funcionen los distintos tejidos de nuestro organismo o se almacena en el interior de las células.

Cuando no hay nada o insuficiente insulina, como en los diabéticos tipo 1, o no funciona correctamente, como ocurre en los diabéticos tipo 2, la persona no absorbe la glucosa adecuadamente, lo que origina una concentración excesiva de este azúcar en la sangre (hiperglucemia), que es necesario regular mediante la administración de insulina (tipo 1 o 2 avanzada)  o de fármacos antidiabéticos (tipo 2), la práctica del ejercicio físico y la dieta.


¿Qué es el coma diabético?

El coma diabético es una complicación muy grave de la diabetes que provoca la pérdida del conocimiento. En este estado inconsciente, la persona sigue con vida, pero su cuerpo no tiene capacidad de reacción ni de respuesta a estímulos. Si no se trata a tiempo, puede producirse edema cerebral, con la posibilidad de un daño cerebral irreversible o llegar a ser mortal.

El coma diabético es consecuencia de niveles extremadamente elevados de azúcar en sangre ―hiperglucemia― o extremadamente bajos ―hipoglucemia―.

Cuando una persona diabética, especialmente las de tipo 1, se administra insulina de forma insuficiente para la situación o sufre un estado de estrés grave por enfermedad, la glucosa puede alcanzar niveles extremadamente altos en sangre dando lugar a la cetoacidosis diabética. En estos casos aparece: sed y micción excesivas, náuseas, vómitos, fatiga y, sobre todo en los niños, dolor abdominal. La respiración se vuelve rápida y profunda, debido a que el organismo intenta corregir la acidez de la sangre. El aliento tiene un olor afrutado o similar al de los productos que quitan el esmalte de las uñas (acetona), producido por las cetonas expulsadas en la respiración. Sin tratamiento, la cetoacidosis diabética puede evolucionar hasta el coma y la muerte (especialmente en los niños).

En la diabetes tipo 2 normalmente se produce algo de insulina por lo que no es habitual la cetoacidosis. Sin embargo, si la concentración de glucosa aumenta mucho en sangre (hasta más de 1000 mg/dl) se puede producir el estado hiperglucémico hiperosmolar. Estos niveles tan altos de glucosa en la sangre hacen que la persona produzca grandes cantidades de orina. Esto favorece la aparición de una deshidratación grave y en consecuencia la sangre está excesivamente concentrada (por la pérdida de líquidos) Por esta razón, el trastorno se llama estado hiperosmolar hiperglucémico. Inicialmente aparece sed extrema y micción frecuente. Si no se trata, aparecen alteraciones mentales que van desde desorientación y confusión hasta somnolencia y coma. En algunos casos se sufren convulsiones y parálisis parcial.

Enseñar a las personas de tu entorno a reconocer los síntomas también es otra recomendación útil para evitar un coma diabético
La mejor manera de prevenir el coma diabético es controlar la diabetes mediante un estilo de vida saludable.
  • Hipoglucemia

De forma normal nuestro organismo mantiene la glucemia en un rango de 70 a 110 mg/dl. En la hipoglucemia se produce un descenso acusado de estos niveles. Aunque en la diabetes los niveles de glucosa en sangre suelen ser altos, puede aparecer hipoglucemia por un exceso o un mal ajuste del tratamiento antidiabético. La hipoglucemia es poco frecuente cuando no se padece diabetes.

Si los niveles de glucosa descienden excesivamente se puede afectar la función de muchos sistemas de nuestro organismo. El cerebro es especialmente sensible a la bajada de azúcar porque la glucosa es su principal fuente de energía. Si el nivel de glucemia no se corrige, el cerebro no obtendrá suficiente glucosa, lo que provoca confusión, convulsiones o pérdida de la consciencia, coma y en algunos casos, muerte.


¿Cuáles son las causas?

Como se comentaba en el epígrafe anterior, los niveles de glucosa extremadamente bajos o elevados pueden provocar problemas de salud que, a su vez, pueden desembocar en el coma diabético.

Lo habitual es que la hiperglucemia o la hipoglucemia se produzcan por un inadecuado control de la medicación (insulina o antidiabéticos).

La hiperglucemia suele ser consecuencia de una administración insuficiente de la medicación o por no estar ajustada a la situación concreta (por ejemplo excesos dietéticos) o en situaciones en las que es necesaria un mayor aporte de esta como en situaciones de estrés físico grave causados por una enfermedad.

La hipoglucemia, por el contrario, se debe a un exceso de aporte de medicación o a que esta no se ajusta a una situación concreta (por ejemplo ejercicio físico con un aporte externo excesivo de insulina).

Es muy infrecuente que la hiper o hipoglucemia aparezcan en pacientes no diabéticos y normalmente se debe a otro tipo de enfermedades que pueden ser graves (como un tumor secretor de insulina, insuficiencia cardiaca o renal grave).


¿Qué señales de alarma existen?

Si la causa es una hipoglucemia o nivel de azúcar muy bajo en la sangre, pueden darse los siguientes síntomas previos:

  • Temblores y agitación.
  • Taquicardia.
  • Hambre.
  • Sed extrema
  • Micción excesiva
  • Ansiedad.
  • Mareos.
  • Cefalea.
  • Dificultad para hablar.
  • Hormigueo o entumecimiento de labios, lengua o mejillas.
  • Visión borrosa.
  • Confusión mental, aturdimiento y desorientación.
  • Debilidad
  • Ansiedad.
  • Pérdida del conocimiento.

Las personas que padecen diabetes desde hace mucho tiempo pueden no presentar síntomas, o hacer caso omiso a estos si no son graves,  lo que se conoce como desconocimiento de hipoglucemia.

En caso de hiperglucemia, pueden presentarse previamente al coma diabético los siguientes síntomas:

  • Sed excesiva, casi insaciable.
  • Boca muy seca.
  • Aliento con olor afrutado.
  • Necesidad de orinar con mayor frecuencia.
  • Piel reseca y muy caliente, e incluso fiebre.
  • Dolor de cabeza.
  • Náuseas y vómitos.
  • Frecuencia cardíaca rápida.
  • Dificultad para respirar.
  • Dolor de estómago.
  • Visión borrosa.
  • Debilidad y cansancio.

¿Qué factores de riesgo existen?

El riesgo de sufrir un coma diabético es mayor en caso de que exista alguno de los siguientes factores:

  • No controlar debidamente la diabetes. Las personas con esta enfermedad deben vigilar de manera regular sus niveles de glucosa y adaptarlos a las situaciones concretas cotidianas (ejercicio físico, periodos de ayunas, cambios en la alimentación…).
  • La falta de adherencia al tratamiento. En ocasiones, algunas personas diabéticas no siguen las prescripciones médicas, especialmente en la diabetes tipo 2. En la diabetes tipo 1 pueden ocurrir olvidos, falta de administración por temor a ser visto por otras personas (especialmente en niños), cambios en la administración, por ejemplo con la intención de perder peso o bien pueden no administrarse insulina o se saltan comidas.
  • Problemas con la administración de insulina. Por ejemplo, puede darse una provisión insuficiente de insulina debida a fallos en la bomba.
  • Infecciones agudas, enfermedades como ataques al corazón o derrames cerebrales, traumatismos o cirugías. Algunas enfermedades o lesiones graves pueden alterar los niveles de glucosa de manera significativa.
  • Sufrir insuficiencia renal.
  • El uso de determinados medicamentos como corticoides o diuréticos.
  • Padecer estrés.
  • Sufrir sobrepeso u obesidad.
  • Consumir alcohol en exceso o drogas
  • Tener una edad avanzada.

¿Cómo se trata?

Suele ser necesaria la hospitalización y los niveles de azúcar en la sangre han de estar controlados de manera constante.

  • En caso de hiperglucemia, el tratamiento, si no se ha llegado al coma, es la administración de insulina. Si ya ha habido pérdida de consciencia, ya en hospital, el tratamiento consiste en la administración de suero por vía intravenosa con suplementos de potasio, sodio o fosfato para paliar la deshidratación y asegurar el buen funcionamiento de las células, insulina para ayudar a los tejidos a incorporar  la glucosa de la sangre y antibióticos si existieran infecciones.
  • En caso de hipoglucemia, el tratamiento consiste en una inyección de glucagón (una hormona con el efecto opuesto a la insulina) o en la administración vía intravenosa de un tipo de azúcar llamado dextrosa, capaces ambos de elevar rápidamente el nivel de glucosa en la sangre. (Las personas diabéticas, especialmente las de tipo 1, y sus familias o cuidadores, deben tener siempre glucagón a mano para el caso de que aparezcan indicios de un coma hipoglucémico)

¿Cómo se debe reaccionar en casa ante el coma diabético?

En el caso de que una persona presente síntomas de niveles extremadamente altos o bajos de azúcar en sangre, especialmente si se ha perdido el conocimiento, es fundamental solicitar ayuda médica de inmediato llamando al número de emergencias 112.

Además, la persona diabética debe medirse los niveles de glucosa en sangre inmediatamente o, en caso de que haya perdido la conciencia, deben hacerlo sus familiares o cuidadores si están familiarizados con la atención a personas diabéticas.

En caso de hipoglucemia severa, es necesaria la administración de una inyección del llamado glucagón, una hormona que incrementa el nivel de azúcar. No debe administrársele insulina o hacerle beber líquidos. En caso de hiperglucemia grave, se debe esperar a que llegue la asistencia médica sin administrar azúcar.

Cómo prevenir un coma diabético

La mejor manera de prevenir el coma diabético es controlar la diabetes mediante un estilo de vida saludable y la adherencia al tratamiento médico. Además, las personas diabéticas pueden seguir los siguientes consejos para prevenir las graves consecuencia de un coma:

  • 1. Ten siempre a mano glucagón y fuentes de azúcar de acción rápida.
    Si usas insulina para la diabetes, procura tener a mano un kit de glucagón con fecha de caducidad válida y fuentes de azúcar de acción rápida como comprimidos de glucosa o zumo de naranja.
  • 2. Usa un glucómetro continuo.
    Se trata de un dispositivo que, mediante un sensor pequeño que se adhiere como parche en la piel y transmite la información de la glucemia a un smartphone o a la bomba de insulina. Su uso está especialmente recomendado si te resulta difícil mantener un nivel estable de glucosa sanguínea o si no sientes los síntomas de los niveles bajos de glucosa sanguínea (desconocimiento de la hipoglucemia).
  • 3.Enseña a las personas de tu entorno a reconocer los síntomas.
    Es conveniente que tus familiares, amigos y compañeros de trabajo (profesores en caso de niños) conozcan los primeros síntomas de los valores extremos de glucosa en sangre y que aprendan a administrar inyecciones de emergencia.
  • 4. Lleva un brazalete o collar de identificación médica.
    Si llegas a perder la conciencia, el brazalete o collar permitirá al personal médico y a las personas que se encuentren en ese momento a tu alrededor saber cómo actuar.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.