Conjuntivitis neonatal

De la mano de Daniel Morillas, vicepresidente Federación Asociaciones de Matronas de España – FAME, qué es la conjuntivitis neonatal, una afección que aparece en los primeros días de vida.

¿Qué es la conjuntivitis neonatal?

La conjuntivitis neonatal (oftalmia neonatorum) se define como aquella conjuntivitis que aparece durante los primeros 28 días de vida. Puede ser causada por la irritación de algún agente químico, por acción mecánica, por la obstrucción del conducto lagrimal o por una infección al entrar en contacto los ojos del recién nacido con agentes infecciosos que se encuentran en el canal del parto de madres infectadas. Estas infecciones, si no son diagnosticadas y tratadas correctamente, pueden ocasionar secuelas de distinta gravedad en el recién nacido.


¿Qué factores de riesgo existen?

Los recién nacidos tienen un mayor riesgo de sufrir conjuntivitis debido a una serie de factores predisponentes entre otros son:

  • Menor producción de lágrimas.
  • Falta de anticuerpos en las lágrimas.
  • Función inmune disminuida.
  • Factores relacionados con el parto como rotura prematura de membranas, parto prolongado, prematuridad, embarazo no controlado, infecciones de transmisión sexual.

Además, los recién nacidos con síndrome de Down o con alteraciones faciales congénitas cuentan con un mayor riesgo de sufrir obstrucción del conducto lagrimal.


¿Cuál es la incidencia de la conjuntivitis neonatal?

La incidencia oscila entre el 1,6 y el 12% de los recién nacidos en los países desarrollados, y puede alcanzar el 23% en los países en vías de desarrollo.

La incidencia de la conjuntivitis neonatal infecciosa oscila entre el 1 y el 2% del total. En este caso nos encontramos con que el Gonococo es el causante de menos del 1% de los casos y que la Chlamydia origina en Estados Unidos entre el 2 y el 40% de las conjuntivitis neonatales de origen infeccioso.

Actualmente en España está en descenso, en relación con las condiciones socioeconómicas, la educación sanitaria general y los programas preventivos perinatales. En España la conjuntivitis neonatal de origen infeccioso es una enfermedad de declaración obligatoria.


¿Cuáles son las causas de la conjuntivitis neonatal?

La edad del recién nacido es una pista importante para localizar la causa de la conjuntivitis neonatal, aunque no debemos obviar que las infecciones bacterianas pueden producirse en cualquier momento. De forma orientativa podemos decir que:

  • Primeras 24 horas de vida: causas irritativas como gotas de nitrato de plata o la profilaxis farmacológica con eritromicina o gentamicina.
  • 24-48 horas de vida: infecciones bacterianas como el Staphyloccus aureus o la más común por Neisseria gonorrhoeae.
  • 5 a 14 días de vida: Chlamydia trachomatis.
  • 6 a 14 días de vida: queratoconjuntivitis por herpes.
  • 5 a 18 días: Pseudomona aeruginosa.

¿Qué síntomas presenta?

Debemos sospechar conjuntivitis neonatal si observamos la aparición de:

  • Secreción purulenta.
  • Edema y eritema en los párpados.
  • Hiperemia de la conjuntiva (ojos enrojecidos).

Una vez que el recién nacido es valorado por un profesional, este puede orientar su diagnóstico y el tratamiento diferenciando si la secreción es purulenta (origen bacteriano) o acuosa (origen viral), o también valorando el color y la cantidad de esta secreción. Además se ha de valorar si los síntomas afectan a un solo ojo o a los dos, aunque generalmente la conjuntivitis empieza en uno de los ojos y en un periodo de 2 a 7 días se ven afectados los dos.

Si aparece secreción en uno o ambos ojos con la conjuntiva normal, lo más probable es que se trate de una obstrucción del conducto lagrimal.


¿Cómo prevenirla?

Respecto a la conjuntivitis de origen irritativo o química, la forma de prevenirla es evitando en lo posible la exposición a agentes irritantes. Si no se ha podido evitar esta exposición, debemos lavar los ojos para retirar el producto causante y acudir a nuestro centro sanitario de referencia para que se haga una correcta evaluación del ojo afectado.

Las conjuntivitis neonatales de origen infeccioso son las que aparecen con mayor frecuencia, tal y como ya hemos mencionado anteriormente. Como el contagio se produce a través del canal del parto y se trata de infecciones de transmisión sexual, podemos pensar que realizando pruebas diagnósticas a las embarazadas sabremos qué recién nacidos tienen mayor riesgo de sufrir una conjuntivitis neonatal. En la práctica, esta opción resulta costosa e ineficiente de modo que es mejor buscar otra alternativa.

En nuestro país se realiza una profilaxis universal a todos los recién nacidos, independientemente de si han nacido por parto vaginal o por cesárea, la profilaxis se ha de administrar en ambos ojos tan pronto como sea posible, aunque se recomienda esperar 120 minutos, respetando el tiempo de contacto piel con piel, para favorecer el vínculo madre-hijo y no afecta la eficacia, no se debe retrasar más allá de 4 horas.

Actualmente se considera que el uso de agentes profilácticos puede reducir la incidencia de conjuntivitis neonatal de origen infeccioso, en nuestro entorno se prefiere emplear la aplicación de pomada oftálmica de eritromicina o de tetraciclina, aunque existen otras alternativas como el nitrato de plata.

Sin embargo, en la revisión realizada por Kapoor et al. en 2020 sobre intervenciones para prevenir la oftalmía neonatal, se indica que esta profilaxis reduce la incidencia de conjuntivitis de cualquier etiología, pero no queda claro la disminución de casos de originados por gonococo o clamidia, de igual forma faltan datos sobre la prevención de desenlaces adversos graves como la ceguera.

Una vez que el recién nacido es valorado por un profesional, este puede orientar su diagnóstico y el tratamiento diferenciando si la secreción es purulenta (origen bacteriano) o acuosa (origen viral), o también valorando el color y la cantidad de esta secreción. Además se ha de valorar si los síntomas afectan a un solo ojo o a los dos, aunque generalmente la conjuntivitis empieza en uno de los ojos y en un periodo de 2 a 7 días se ven afectados los dos.

Si aparece secreción en uno o ambos ojos con la conjuntiva normal, lo más probable es que se trate de una obstrucción del conducto lagrimal.


¿Cómo se diagnostica?

Lo principal en el diagnóstico es diferenciar si se trata de una conjuntivitis u una obstrucción congénita del lagrimal, aunque también existen otras causas menos frecuentes que pueden en un principio aparecer con síntomas parecidos a los de la conjuntivitis, como serían entre otros traumatismos oculares durante el parto o la presencia de un cuerpo extraño en el ojo.

Para el diagnóstico se realizará un examen físico, valorando los diferentes síntomas (secreción acuosa o purulenta, edema en los párpados, conjuntiva enrojecida, presencia de úlceras, etc.) y si estos están presentes en uno o en ambos ojos.

En caso de sospechar conjuntivitis bacteriana se puede realizar un cultivo microbiológico, con el cual se puede ajustar el tratamiento antibiótico de forma más precisa.

Por lo general, no se necesitan imágenes ni otros estudios, pero se puede realizar una prueba de desaparición del colorante fluoresceína para descartar una obstrucción del conducto nasolagrimal.


¿Qué precauciones son necesarias para su tratamiento?

En el manejo de la conjuntivitis neonatal es muy importante tener en cuenta lo siguiente:

  • Evite la contaminación cruzada: lavado frecuente de manos y utilizar guantes.
  • Irrigar el ojo con solución salina isotónica estéril.
  • Evite los parches en los ojos.
  • Evite la automedicación, si tiene sospechas de conjuntivitis neonatal consulte a su pediatra.
  • Administrar correctamente el tratamiento prescrito.
  • La conjuntivitis química generalmente se resuelve en 24 a 72 horas y puede aliviarse con lubricación y lágrimas artificiales.
  • La obstrucción del conducto lagrimal suele resolverse de forma espontánea

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.