Covid persistente

¿Qué es la covid persistente o situación post covid-19?

Se conoce como covid persistente al conjunto de síntomas que pueden experimentarse a medio y largo plazo tras haber sufrido la fase aguda de la covid-19. Aunque la mayoría de las personas se recuperan por completo de la enfermedad inicial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que entre el 10% y el 20% de los afectados experimenta una serie de efectos prolongados que persisten desde la covid inicial, aparecen más tarde o se presentan de manera intermitente. Sorprendentemente, algunos pacientes con esta afección habían sufrido covid leve o incluso asintomática.

Al inicio de la pandemia, y por la lógica falta de experiencia con la enfermedad, no se conocía bien esta afección, lo que pudo llevar a algunos pacientes afectados a sentirse desatendidos. Hoy en día, la OMS y el Ministerio de Sanidad español reconocen esta condición.

A pesar de que se han generalizado también otras acepciones como long covid, covid de larga duración o síndrome post covid para esta afección, la OMS recomienda denominarla “condición post covid-19”. El motivo de esta denominación es que no atribuye causalidad ni duración, únicamente que se da tras infección post covid-19.

La Organización Mundial de la Salud la define como “la enfermedad que contraen personas con antecedentes de infección probable o confirmada por el SARS-CoV-2; normalmente en los tres meses siguientes al inicio de la covid-19, con síntomas y efectos que duran al menos dos meses”, sin que estos puedan explicarse por un diagnóstico alternativo.

La sintomatología de la covid persistente puede incluir más de 50 síntomas asociados (no todos tienen por qué presentarse) entre los que se incluyen como más frecuentes: fatiga, dolores de cabeza y musculares, dificultades para respirar -disnea- y disfunciones cognitivas como confusión, pérdida de memoria o falta de concentración y claridad mental. Igualmente, pueden producirse alteraciones psicológicas como ansiedad o depresión y, en algunos casos, la capacidad de la persona para llevar a cabo sus tareas cotidianas queda reducida, muchas veces por los síntomas físicos y del periodo en que esta afección tardó en reconocerse.

Se considera que, en la actualidad, puede haber condición post covid si los síntomas se prolongan más allá de 4 a 12 semanas después de la fase aguda, independientemente de la gravedad de esta, con una presentación fluctuante o en brotes.


¿Es lo mismo condición post covid-19 que secuelas de covid-19?

Es importante comentar que la condición post covid-19 es una entidad diferente a lo que se denominan “secuelas de covid-19”.

Las secuelas son consecuencia de una afectación grave por covid-19 que, en muchos casos, ha requerido ingreso hospitalario, y que ha causado síntomas derivados de las complicaciones sufridas en la fase aguda. En las secuelas de covid-19, el paciente más frecuente es hombre, mayor de 70 años, con otras enfermedades asociadas. La clínica de covid desapareció y lo que siguen son secuelas de las afectaciones (sobre todo pulmonares) y existe un daño orgánico o estructural.

Por el contrario, en la condición post covid, es más frecuente la paciente de sexo femenino, de edad en torno a los 40 años, sin problemas previos de salud importantes, no se puede identificar en qué momento la enfermedad aguda por covid-19 fue superada y no se detectan daños orgánicos o estructurales.


¿Cuáles son las causas de la covid persistente?

No se conoce con exactitud el mecanismo que desencadena la condición post covid-19, pero se barajan distintas hipótesis:

  • La persistencia del virus en el organismo, que podría causar una infección latente o crónica. Existen antecedentes de virus que se pueden comportar de forma similar como la hepatitis C, polio o ébola.
  • Una respuesta inflamatoria tardía -tormenta inflamatoria o tormenta de citoquinas- provocada por el virus de la infección inicial o reacciones inmunológicas y metabólicas tardías.
  • La existencia de autoanticuerpos que alteran la función inmunológica.

Otros grupos también investigan posibles alteraciones metabólicas o de la microbiota.


¿A cuántas personas afecta la covid persistente?

En España, no existe un registro clínico riguroso de pacientes con esta dolencia, pero la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y la asociación Long Covid ACTS estiman en su Guía Clínica para la Atención al Paciente Long covid/Covid Persistente que la incidencia de esta enfermedad se eleva aproximadamente a un 10% de los afectados por covid-19.

De forma global, la OMS estima que entre el 10% y el 20% de las personas con covid-19 desarrollan condición post covid-19. Por su parte, el Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME) indica que el 6,8% de todos los casos de infecciones por SARS-CoV-2 asintomáticas y el 15,2% de las sintomáticas pasan a ser posteriormente covid persistente.


¿Quiénes corren más riesgo de desarrollar covid persistente?

Cualquier persona que contraiga la covid-19 puede desarrollar covid persistente, aunque no se ha detectado que haya relación entre la gravedad de la infección inicial y la probabilidad de desarrollar una afección posterior. Es decir, tanto las personas que sufrieron covid de manera leve e incluso asintomática, como quienes llegaron a estar hospitalizados, pueden padecer covid persistente posteriormente.

No obstante, el covid persistente sí parece afectar en mayor medida a adultos de mediana edad que a ancianos, y más a mujeres que hombres (proporción 80:20). En concreto, según datos de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) presentados en su 72º Congreso Nacional, las mujeres sufren con mayor frecuencia el covid persistente en el rango de edad que oscila de los 40 a los 60 años.

La covid persistente no tiene un tratamiento farmacológico específico.
La covid persistente se puede prevenir respetando el distanciamiento social, el uso de mascarillas y con las medidas de higiene habituales frente a otros virus.

¿Qué síntomas produce y cuánto duran?

De acuerdo con el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España, una de cada cinco personas experimenta algún síntoma de condición post covid-19 cinco semanas después de la infección y una de cada diez, doce semanas después. No obstante, como se comentaba al inicio, los síntomas pueden persistir desde la enfermedad inicial, aparecer posteriormente o fluctuar. 

Existe un amplio número de síntomas asociados a esta dolencia. Entre ellos, destacan:

  • Generales: fatiga que interfiere en la vida diaria, malestar general, dolor muscular y articular, debilidad, dolor torácico, mareos, fiebre…
  • Respiratorios: tos persistente, sensación de falta de aire y/o disnea (dificultad para respirar), dolor de pecho.
  • Digestivos: diarrea, pérdida de apetito, dolor de estómago.
  • Dermatológicos: picores, urticaria, caída del pelo, debilidad en las uñas, cambios en la piel, nuevas alergias…
  • Neurológicos: trastornos del sueño, dolor de cabeza, “niebla mental” (dificultad para pensar y/o concentrarse), problemas de memoria, alteraciones del gusto o del olfato, hormigueos (parestesias), dificultad para hablar, mareos, crisis epilépticas…
  • Psiquiátricos y emocionales: depresión o ansiedad, trastorno de estrés postraumático…
  • Oídos, ojos, garganta: dificultad para tragar (disfagia), pitidos en los oídos, ojos secos, conjuntivitis, etc.
  • Cardiovasculares: palpitaciones y cambios de la tensión arterial, entre otros.
  • Reproductivos y endocrinos: cambios en los ciclos menstruales, en las relaciones sexuales, alteraciones en la glándula tiroides, etc.

Estos síntomas pueden durar semanas, pocos meses y, en casos más raros, incluso más. Son susceptibles de empeorar con el esfuerzo mental o físico y, en ocasiones, limitan la capacidad funcional de la persona para desenvolverse en su día a día. Según una encuesta nacional publicada por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), en los casos de covid persistente, la duración de los síntomas es de más de 90 días y con una media de persistencia de 180 días.


¿Cómo se trata la covid persistente?

No existe, en la actualidad, un tratamiento farmacológico específico para esta afección. En caso de sospecha de la enfermedad, es necesario solicitar atención médica para confirmar el diagnóstico e iniciar el tratamiento más adecuado para paliar los síntomas.

En función de las hipótesis actuales de posibles causas antes mencionadas y del cuadro y analíticas de cada paciente, los tratamientos de la covid persistente pueden incluir desde antivirales, fármacos que reduzcan la inflamación (cuando hay indicadores de tormenta de citoquinas), tratamientos inmunomoduladores (en casos de detección de autoanticuerpos), tratamientos de sustitución de déficits nutricionales (en alteraciones nutricionales y/o de microbiota) y tratamiento de los síntomas.

Según la Guía Clínica para la Atención al Paciente Long Covid/Covid Persistente, el tratamiento sintomático puede abarcar, entre otras, las siguientes medidas:

  • Síntomas generales: tratamiento de las alteraciones del sueño mediante fármacos y medidas de higiene, ejercicio gradual, rehabilitación, fisioterapia…
  • Síntomas neurológicos y del aparato locomotor: tratamiento farmacológico de la cefalea y las parestesias, rehabilitación cognitiva, logopedia, terapia ocupacional….
  • Trastornos psiquiátricos y emocionales: terapia psicológica y/ ocupacional y, si se requiere, tratamiento farmacológico de la depresión y de la ansiedad.
  • Síntomas respiratorios: tratamiento con antitusivos y/o broncodilatadores, ejercicios de respiración, fisioterapia respiratoria, oxigenoterapia, etc.
  • Síntomas dermatológicos: tratamiento específico para cada afección (sarpullidos, caída del pelo, alteraciones en las uñas…).

Algunos de los síntomas pueden ser discapacitantes, especialmente la astenia (cansancio) y fatiga, malestar general, cefaleas, dolores musculares y articulares, presión o dolor torácico, dificultades respiratorias y disminución de la capacidad de concentración.


¿Puede prevenirse la covid persistente?

La OMS recomienda la prevención contra la covid-19 como la manera más efectiva de combatir la condición post covid-19 –ya que, si no existe la infección por covid-19, no hay posibilidad de desarrollar una persistente-. Por ello, las medidas de prevención más eficaces están orientadas a evitar contraer la infección: vacunación, respetar las posibles medidas sociales y de salud pública como el distanciamiento social y el uso de mascarillas y seguir las medidas de higiene habituales en la prevención de virus, como los que causan también la gripe y los resfriados, entre otros muchos.

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¿Cómo puedo identificar si tengo covid persistente?

El covid persistente  o “condición post covid” son los síntomas que algunas personas experimentan a medio y largo plazo tras haber sufrido la fase aguda de la covid-19, lo que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), sucede en entre el 10% y el 20% de los casos.Es importante diferenciar el covid persistente de las “secuelas de covid-19”, que afectan con mayor frecuencia a hombres mayores de 70 años. En este caso, los síntomas de la enfermedad aguda por covid-19, que normalmente ha sido grave y ha requerido ingreso hospitalario, han desaparecido, pero existe un daño orgánico o estructural, por lo que se mantienen las secuelas, sobre todo pulmonares. En cambio, el covid persistente es más frecuente en mujeres en torno a los 40 años y, en este caso, no se produjeron daños orgánicos o estructurales en la fase aguda de la enfermedad que, incluso, pudo ser asintomática.Por otra parte, para considerar que existe esta afección, los síntomas —que pueden persistir desde la enfermedad inicial, aparecer posteriormente o fluctuar— deben prolongarse más allá de cuatro a doce semanas tras la fase aguda, independientemente de la gravedad de esta.Existen más de cincuenta síntomas distintos, que pueden durar semanas, meses o incluso más tiempo, pero no todos tienen por qué presentarse. Los más frecuentes son fatiga, dolores de cabeza y musculares, dificultades para respirar —disnea— y disfunciones cognitivas como confusión, pérdida de memoria o falta de concentración y claridad mental. También pueden producirse alteraciones psicológicas como ansiedad o depresión y, en algunos casos, la capacidad de la persona para llevar a cabo sus tareas cotidianas puede verse reducida. 

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.