Urgencias pediátricas

¿Cuándo acudir a urgencias pediátricas?

Es necesario llamar al 112 o acudir de manera inmediata a urgencias de un hospital o del centro de salud más cercano en los siguientes casos:

  • Síntomas respiratorios: existe grave dificultad para respirar (se marcan las costillas, el niño respira muy rápido o hay pausas en la respiración, está adormilado…), hay atragantamiento y dificultad para respirar o vómitos o salivación constante.
  • Síntomas cutáneos: mala coloración de la piel (palidez, piel moteada, coloración azul o grisácea o que simula a vetas de mármol), aparición súbita de manchitas rojas que no desaparecen ni clarean al presionar o estirar la piel e hinchazón de labios o párpados con dificultad para respirar (sospecha de alergia), vómitos o mareo.
  • Otros síntomas: dolor de tripa fuerte y continuo, orina escasa o inexistente, vómitos o diarrea muy abundantes o frecuentes que persisten más de veinticuatro horas y pueden estar causándole deshidratación (los ojos hundidos, no mojar el pañal o la falta de saliva son algunos de los signos), rigidez de cuello y nuca, pérdida de conocimiento.

Comportamiento:

  • El niño no responde a estímulos.
  • Existe irritabilidad o somnolencia excesivas.
  • Lleva a cabo movimientos anormales (convulsiones).

En caso de accidentes:

  • Existe herida profunda con sangrado abundante que no cede tras aplicar presión durante diez minutos o que precisa sutura.
  • Fractura: la extremidad está deformada o hay fractura abierta (se ve el hueso).
  • Contusión en la cabeza con pérdida de conocimiento.
  • Ingesta de objetos (sobre todo, si se trata de pilas, imanes u objetos punzantes) o de productos tóxicos.
  • Sobredosificación de medicamentos o equivocación con la dosis (Teléfono de Urgencias Toxicológicas: 91 562 04 20, 24 horas)

¿La fiebre infantil es siempre un motivo para acudir a urgencias?

La fiebre es el motivo más frecuente de consulta en urgencias pediátricas, según la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), pero se debe tener claro que no es una enfermedad, sino un mecanismo de defensa con el que nuestro organismo reacciona y se defiende ante el ataque de los gérmenes. No obstante en ocasiones puede ser más alta de lo deseable o persistente.

Por tanto, no es necesario correr al hospital si nuestro hijo o hija tiene fiebre, ya que la duración o la cantidad de esta no es el único dato que puede indicar la gravedad de la dolencia. En caso de fiebre, es necesario valorar si existen datos de alarma como los que se desglosan en el apartado anterior relacionados con la respiración, la circulación cutánea y el estado general del niño. También debe tenerse en cuenta su edad.

Programa una cita con el médico en casos de menor gravedad, como una fiebre menor a 38ºC, si el niño es menor de 3 meses o de 39ºC hasta los seis meses.
Programa la cita si hay tos y mocos sin dificultad para respirar, diarrea que se prolonga más de una semana o en caso de trámites y recetas.

¿Cuándo debo solicitar valoración médica en el día?

Se debe solicitar valoración médica en el mismo día en los siguientes casos:

  • Fiebre: se trata de un bebé menor de tres meses con fiebre igual o superior a 38º, o a cualquier edad si existe fiebre asociada a otros síntomas de alarma en respiración, piel o comportamiento o la fiebre es superior a los 40º. Los mocos no son un dato de alarma. Fiebre de más de 40,5º o fiebre durante cinco o más días.
  • Síntomas respiratorios: se marcan las costillas, se produce un “pitido” al respirar o el niño respira rápido y, si hay mocos, tras realizar un lavado nasal no presenta ningún tipo de mejoría.
  • Síntomas gastrointestinales: se trata de un bebé menor de un mes y rechaza las tomas de manera persistente (come menos de la mitad de lo habitual), hay vómitos y/o diarrea que se prolongan durante más de doce horas, asociados a intolerancia persistente a los líquidos u ojos hundidos, orina poco y tiene la boca seca o pastosa o se producen vómitos asociados a dolor de cabeza o dolor de barriga continuo. Si aparece sangre en heces.
  • Síntomas cutáneos: aparecen de manera súbita de manchas en la piel. Si aparece hinchazón de labios o párpados sin otros síntomas.
  • Otros síntomas: se producen molestias al orinar (dolor, escozor, micción imperiosa, sensación de orinar no finalizada, etc.) sin fiebre asociada de manera continua, a pesar de limpieza de zona íntima y el aumento del consumo de líquidos. Dolor de oído con fiebre o supuración, o dolor de oído en menores de 2 años.
  • Comportamiento: el niño se marea o sufre pérdida de fuerza, expresa pensamientos de muerte o suicidas o existe llanto inconsolable mantenido en el tiempo, que no se calma con las medidas habituales.

¿Cuándo he de solicitar consulta programada en el pediatra?

En líneas generales, si el motivo de consulta no está especificado en los apartados anteriores -valoración urgente o inmediata-, el niño o niña puede esperar a la primera cita que su pediatra tenga disponible. Algunas de estas circunstancias son:

  • Fiebre: el niño presenta fiebre < 38ºC siendo menor de 3 meses o de 39ºC hasta 6 meses sin los datos de alarma incluidos en los apartados previos desde hace más de cuarenta y ocho horas.
  • Síntomas respiratorios: hay tos y/o mocos sin dificultad para respirar de más de una semanas de evolución o control de broncoespasmo con buena evolución.
  • Síntomas gastrointestinales: existe diarrea que se prolonga de más de una semana sin datos de alarma (ver apartados previos) o hay dolor abdominal que viene y va, no muy intenso y que persiste a pesar del uso de analgésicos en el hogar.
  • Síntomas cutáneos: manchas en piel que desaparecen o clarean al presionar o estirar. Otros síntomas: dolor de oído de más de cuarenta y ocho horas de duración que no remite a pesar del uso de analgésicos en el hogar, ojo rojo o picor ocular con visión conservada
  • Comportamiento. El niño muestra cansancio prolongado o siente tristeza, ansiedad o angustia.
  • Otras circunstancias. Debe controlarse la evolución del paciente valorado en urgencias sin que haya fecha improrrogable o han de realizarse trámites relacionados con recetas, certificados o documentos administrativos.
  • Cualquier otro motivo no reflejado en los apartados previos.

Aquí puedes descargarte la Guía rápida para padres y cuidadores con información sobre cuándo acudir con tus hijos o hijas a urgencias.

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¿Cuándo debo acudir a Urgencias en vez de al Centro de salud?

Es necesario llamar al 112 o acudir a los Servicios de Urgencias si se presentan los siguientes síntomas: dolor en el pecho que puede irradiar al brazo o la mandíbula -síntomas posible de un infarto de miocardio-, dificultad para respirar, parálisis en un lado del cuerpo, incapacidad repentina para hablar, ver o caminar, dolor de cabeza intenso -síntomas de ictus o infarto cerebral- o dolor brusco e intenso en la región lumbar -podría ser un cólico nefrítico (piedra en el riñón)-.También es necesario tras una reacción alérgica que produce dificultad para respirar, hinchazón o urticaria, una hemorragia abundante o que no cesa, una quemadura grave, especialmente si tiene lugar en cara, cuello o genitales, una lesión o fractura que impide la movilidad, produce una deformación o una excesiva inflamación, convulsiones o vómitos o diarrea que no cesan. Igualmente, una valoración médica puede ser necesaria tras un síncope o desmayo o la inhalación de humo o gases tóxicos.Por su parte, si se sienten enfermos, los pacientes oncológicos deberían llamar al 112 para informarse sobre la necesidad de acudir a Urgencias. En el caso de los bebés menores de tres meses, debe acudirse a este servicio si hay fiebre superior a 38º o, sin son niños más mayores, de más de 40,5º.Otros motivos para acudir con los niños a Urgencias son mala coloración, aparición súbita de manchas e hinchazón de labios o párpados, dificultad para respirar, vómitos constantes, dolor de tripa fuerte y continuo, rechazo de la lactancia en bebés menores de un mes, orina escasa y diarrea abundante o frecuente que persiste más de veinticuatro horas, así como si el niño se ha tragado un objeto.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.