Daño Cerebral Adquirido

26 octubre, 2018
¿Qué es?

Analizamos qué es el Daño Cerebral Adquirido (DCA) con la Federación Española de Daño Cerebral (FEDACE) y abordamos sus síntomas, causas y posibles complicaciones, así como el tratamiento más adecuado en función de la evolución de la lesión

¿Qué es el Daño Cerebral Adquirido?

El Daño Cerebral Adquirido o DCA es la discapacidad originada por una lesión repentina en el cerebro. Se caracteriza por su aparición brusca y por el conjunto variado de secuelas que presenta según el área del cerebro lesionada y la gravedad del daño.

Estas secuelas provocan anomalías en la percepción, alteraciones físicas, cognitivas y emocionales, por lo que el DCA desencadena a la persona afectada dificultades para realizar actividades básicas de la vida diaria de forma independiente..


¿A quién afecta?

Según el informe realizado por FEDACE con la colaboración del Real Patronato sobre Discapacidad, en España viven 420.000 personas con Daño Cerebral Adquirido y cada año se dan 104.701 nuevos casos.

Además, el 65,03% de las personas con DCA son mayores de 65 años y, en mayor proporción, mujeres (52%).


¿Cuáles son sus causas?

Las dos causas principales de Daño Cerebral Adquirido son:

  • Ictus: es una lesión que se produce por la interrupción del flujo sanguíneo en alguna zona del cerebro y puede recibir diferentes denominaciones en función de su cuadro clínico: accidente cerebrovascular, infarto cerebral, embolia o apoplejía, entre otras.
  • Traumatismos craneoencefálicos: afectación del cerebro causada por una fuerza externa que puede producir una disminución o disfunción del nivel de conciencia y que conlleva alteraciones cognitivas, físicas, conductuales y/o emocionales del individuo (según la definición de la National Head Injury Foundation).
  • Otras causas: anoxias, tumores e infecciones cerebrales.

¿Existen señales de alarma o síntomas del DCA?

Los síntomas más característicos de las lesiones vinculadas al DCA son:

  • Disminución brusca de conciencia.
  • Dificultades para hablar o comprender la información.
  • Parálisis facial o en una mitad del cuerpo.
  • Alteraciones en la visión y la coordinación.
  • Pérdida de visión.
  • Dolor de cabeza.
  • Vómitos.

¿Qué complicaciones puede tener una persona con Daño Cerebral Adquirido?

Las complicaciones que puede sufrir una persona con DCA se pueden agrupar en:

  • Secuelas en el nivel de alerta: referido a los estados de coma derivados del DCA y que tienen una duración variable según el caso. Se puede llegar a extremos en los que no se produce el despertar y la persona se mantiene en Estado Vegetativo Persistente, también llamado Síndrome de Vigilia sin Respuesta.
  • Secuelas en el control motor: complicaciones físicas, como parálisis (hemiplejía), disminución de fuerza (hemiparesia) o tensión y rigidez en los músculos (espasticidad).
  • Secuelas en la comunicación: la persona puede presentar dificultad para producir sonidos, para leer, para utilizar las palabras correctas o para comprenderlas.
  • Secuelas en la cognición: problemas en el pensamiento complejo, en la capacidad de mantener la atención, problemas de memoria, de desorientación y confusión.
    Secuelas en las emociones y la personalidad por falta de conocimiento y comprensión: alteraciones emocionales, irritabilidad, conducta sexual inapropiada, depresión, apatía…
  • Alteraciones sensitivas y sensoriales: en general, relacionadas con cómo percibimos la información de nuestro entorno a través de los sentidos y con cómo percibimos nuestro propio cuerpo.

Además, hay que saber que esta discapacidad no afecta tan sólo a la persona que ha sufrido el daño: la familia, sin estar preparada para ello, se convierte en cuidadora de una persona con necesidades de atención específicas y que, en algunos casos, puede haber cambiado en cuanto a carácter y forma de ser. Afrontar este aspecto en el plano psicológico resulta muy duro, a lo que se une el escaso conocimiento social que hay sobre las consecuencias del DCA, debido a las propias características invisibles de las secuelas cognitivas, que dificultan identificar y comprender esta discapacidad.


¿Cuál es el posible tratamiento del DCA?

Una persona con síntomas de estar teniendo daño cerebral ha de ser trasladada de manera urgente a un centro sanitario, donde se le deben practicar las pruebas diagnósticas pertinentes y poner el tratamiento adecuado para evitar complicaciones médicas futuras.

Este tratamiento dependerá de la fase de evolución de la lesión:

  • Fase aguda: una vez estabilizada la vida del paciente, y tras mitigar las secuelas con las intervenciones de neurocirugía que sean necesarias, se inicia su rehabilitación física y neurorehabilitación.
  • Fase subaguda: da comienzo la rehabilitación específica de daño cerebral según las necesidades de cada paciente. La rehabilitación, con una duración media de entre 6 y 18 meses, se centra en reestablecer aquellas alteraciones vinculadas al DCA (físicas, cognitivas, comunicativas) y ofrecer los mecanismos de compensación necesarios (sillas de ruedas, sistemas alternativos de comunicación, etc.).
  • Fase crónica: se inicia una vez que las secuelas se han estabilizado y no hay mejoría con la rehabilitación. En esta fase la atención está encaminada a mejorar la integración y autonomía personal de la persona con daño cerebral.

FEDACE cuenta con una propuesta detallada de modelo de atención al daño cerebral y un inventario de recursos de atención al Daño Cerebral Adquirido.


¿Se puede prevenir el DCA?

Dentro de las lesiones vinculadas al Daño Cerebral Adquirido existen algunas en las que cabe la posibilidad de prevención, como en el caso de los traumatismos craneoencefálicos y el ictus (accidentes cerebrovasculares).

En este sentido, las medidas preventivas son:

  • Traumatismos craneoencefálicos:

-Llevar siempre el cinturón de seguridad puesto en el vehículo, al igual que el casco, si vamos en motos o bicicletas.

-Nunca conducir ningún tipo de vehículo bajo los efectos del alcohol o las drogas y evitar que otras personas lo hagan.

-Aplicar siempre las medidas de seguridad necesarias en caso de realizar cualquier tipo de actividad peligrosa, ya sea lucrativa o laboral.

  • Ictus:

-Mantener una dieta equilibrada.

-Practicar ejercicio con regularidad.

-Evitar el tabaco, las drogas y reducir el consumo de alcohol.

-Evitar la obesidad.

-Mantener controles periódicos de la tensión arterial y del colesterol.

Fuente

Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.

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