Dermatitis seborreica

¿Qué es la dermatitis seborreica?

La dermatitis seborreica (también conocido como eccema seborreico) es una erupción de la piel bastante frecuente, de curso prolongado y que suele evolucionar en brotes. Se caracteriza por la aparición de manchas rojizas bien delimitadas y cubiertas por escamas de aspecto grasiento de color blanco amarillento y distribuidas en las áreas del cuerpo con mayor cantidad de glándulas sebáceas (cara y cuero cabelludo, principalmente). La caspa se considera una manifestación leve de esta patología.

Las áreas afectadas suelen ser aquellas donde existe mayor cantidad de glándulas sebáceas. Las más habituales son el cuero cabelludo, cejas y surco nasolabial (entre la nariz y los labios). Es frecuente que también se afecte el conducto auditivo externo y la zona que rodea a las orejas. Con menos frecuencia afecta la zona central del pecho, axilas, bajo las mamas, y grandes pliegues de la piel como las ingles y, en el caso de los bebés, el área del pañal.

Cursa de manera crónica y son frecuentes los brotes; es decir, suele haber periodos de remisión y exacerbación. Estos últimos suelen producirse en periodos de estrés, fatiga o depresión.

Aunque no suele producir complicaciones graves, el deterioro estético que provoca puede conducir a alteraciones emocionales y sociales en la persona afectada por la dermatitis seborreica.


¿A quién afecta la dermatitis seborreica?

Según diversos estudios, la dermatitis seborreica afecta aproximadamente al 2-8% de la población adulta y es más frecuente en hombres que en mujeres. Esta prevalencia podría ser aún mayor si se considera la caspa, forma leve de la dermatitis seborreica.

Aunque puede aparecer a cualquier edad, generalmente aparece durante la pubertad y su prevalencia es mayor entre los 30 y 60 años, con pico alrededor de los 40 años de edad. En los recién nacidos puede aparecer dermatitis seborreica localizada en la cabeza y la cara denominada costra láctea. Desde la semana 3, tras el nacimiento, a la semana 12, pueden aparecer lesiones generalizadas con afectación de orejas, cejas, tronco, grandes pliegues y en el área anogenital (dermatitis del pañal).

La dermatitis seborreica se da con más frecuencia en pacientes con trastornos neurológicos, como es la enfermedad de Parkinson, con depresión e infección por VIH. Una dieta rica en grasas animales y pobre en verduras, así como la ingesta de alcohol pueden potenciar también la aparición de las lesiones
Se ha comprobado que existe una mayor incidencia en personas cuyos progenitores la padecían aunque aún no se conoce su componente genético.


¿Qué causa la dermatitis seborreica?

Los problemas mecánicos de las rodillas pueden estar provocados poLa causa es poco conocida y actualmente existen múltiples hipótesis al respecto. El aumento de producción sebácea en algunas personas puede favorecer al sobrecrecimiento de algunos microorganismos, si bien en otras personas la producción de sebo es normal aunque su composición, muy alcalina, también favorece esa proliferación. En concreto, el microorganismo que parece estar involucrado es un género de levaduras, Malassezia, comensal habitual de la piel, pero que puede proliferar en exceso en estos pacientes. En concreto las especies Malassezia globosa, Malasezzia furfur y Malasezzia sympodialis, son las más frecuentemente aisladas.

La dermatitis seborreica se caracteriza por el enrojecimiento y la descamación de la piel, así como por picor de intensidad variable
La dermatitis seborreica se caracteriza por el enrojecimiento y la descamación de la piel

¿Qué factores de riesgo existen?

Además del componente hereditario también esta enfermedad es más frecuente en personas con trastornos neurológicos, sobre todo pacientes con enfermedad de Parkinson, que han sufrido un ictus, con depresión o con infección por VIH.

Igualmente, influyen en la dermatitis seborreica los ambientes y climas extremos, fríos y secos, la exposición al sol (especialmente por incremento de sudoración), una higiene diaria deficiente, el consumo de alcohol o el uso de lociones o champús que lo contengan, la obesidad y llevar una dieta rica en grasas animales y pobre en verduras.

Por otra parte, los brotes son más frecuentes en periodos de tensión emocional, fatiga o depresión.


¿Qué síntomas tiene?

La dermatitis seborreica se caracteriza por el enrojecimiento y la descamación de la piel, así como por picor de intensidad variable.

  • En el cuero cabelludo, en su forma más leve -la caspa-, las escamas son pequeñas, secas, de tono blanco y se desprenden con facilidad en cantidad regular. Apenas hay inflamación y picor. En su forma más grave, se forman placas cuya extensión puede variar de unos pocos centímetros a llegar a cubrir gran parte del cuero cabelludo. Las escamas son gruesas, secas y de tono amarillento, y el área puede picar.
  • En el rostro, las zonas afectadas suelen ser cejas, párpados, el área de alrededor de la nariz y la que hay entre esta y los labios (surco nasolabial), la línea de nacimiento del cabello, el interior del pabellón de la oreja y detrás de esta.
  • En el tórax, las lesiones se ubican en la parte central del pecho, las zonas bajo las mamas y, en la espalda, entre los omoplatos, aunque pueden extenderse a todo el tronco o a las extremidades. De tono rojo parduzco, son redondeadas y están bien delimitadas. No suele haber prurito o suele ser leve.

Las lesiones en los pliegues son más frecuentes en las personas con sobrepeso. En este caso, se produce inflamación y enrojecimiento, aunque la descamación es escasa.

En los bebés, la costra láctea, a su vez, se caracteriza por el enrojecimiento e inflamación leves de la piel y escamas gruesas, con costra, de color amarillo o blancuzco, que aparecen en el cuero cabelludo y en la frente, párpados, cejas, orejas y pliegues de alrededor de la nariz. En casos más graves, puede extenderse hacia el cuello y el tronco.

La dermatitis atópica del adulto suele cursar en brotes con mayor o menor frecuencia y sufrir variaciones periódicas en su intensidad.

En los pacientes con VIH las lesiones suelen ser más extensas.


¿Cómo se trata la dermatitis seborreica?

El objetivo del tratamiento es controlar los síntomas, por lo que dependerá de la localización y gravedad de estos:
Lo indicado es acudir al médico ya que deben descartarse otras patologías cuyos síntomas y signos pueden ser parecidos. Una vez diagnosticada, el tratamiento variará en función de la extensión de las zonas afectadas, de la localización y de la gravedad.

En el caso de que esté afectado el cuero cabelludo, su médico le indicará el uso de champús, disponibles en farmacias, que pueden contener medicamentos contra los hongos -antifúngicos-, queratolíticos (ayudan a disolver las escamas córneas), o derivados de brea o zinc, entre otros. En los casos más graves, y siempre bajo prescripción médica, puede ser necesario recurrir a corticoides o antifúngicos que se aplican directamente sobre el cuero cabelludo -de forma tópica y local-.

En otras localizaciones, su médico puede indicarle la administración de corticoides, antifúngicos u otros fármacos. Es importante seguir las indicaciones del médico en cuanto al tipo de tratamiento, la frecuencia de aplicación o tomas y la duración del tratamiento. En los casos de mayor resistencia, se evalúan otros tratamientos como inmunomoduladores, fototerapia combinada o antibióticos.

En niños es importante que el tratamiento lo indique el pediatra ya que se trata de evitar siempre los tratamientos agresivos por dos razones: generalmente la costra láctea suele resolverse espontáneamente y para evitar reacciones adversas por un uso inadecuado de fármacos.

Generalmente, el tratamiento dura varias semanas y su médico le indicará cómo emplearlo en caso de que aparezcan nuevos brotes.

Consejos para manejar la dermatitis seborreica

Seguir las siguientes recomendaciones puede contribuir a controlar y prevenir los brotes de este trastorno dermatológico:

  • 1. Es recomendable extremar la higiene: ducharse a diario, en lugar del baño y evitar los jabones y sustancias irritantes.
    Lávate frecuentemente, pero con champús y jabones neutros y, sobre todo, desecha aquellos que contengan alcohol. Evita el agua muy caliente y sécate con la toalla sin frotar.
  • 2. No uses cosméticos muy grasos.
    Evita aquellos que puedan obstruir los poros de la piel. Tampoco uses limpiadores faciales o perfumes con alcohol. En el rostro evita el uso de jabones y da preferencia a limpiadores neutros o agua micelar.
  • 3. Aprende a manejar el estrés.
    Practicar con regularidad actividades como relajación, meditación, mindfulness o yoga te ayudará a neutralizar la activación fisiológica del organismo que produce el estrés y te proporcionará un mayor control de los pensamientos y de las emociones.
  • 4. Elimina el alcohol y los alimentos picantes o muy especiados.
    Su presencia en tu dieta podría agravar las lesiones o influir en la aparición de nuevos brotes.
  • 5. La luz del sol puede ser beneficiosa, pero no así el calor que produce exponerse en exceso.
    Exponte a la luz solar de manera moderada. Nunca expongas al sol a los niños menores de 6 meses. Por debajo de 2 años, si hay dermatitis seborreica, evita la exposición excesiva y emplea protectores solares adecuados para la piel y edad de los niños. Evita el calor para reducir la sudoración y recuerda que, dados los riesgos de la sobreexposición a los rayos del sol para la salud, ésta debe llevarse a cabo tomando las debidas precauciones (fotoprotectores adecuados para la dermatitis seborreica) y evitando las horas centrales del día.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.