Desprendimiento de retina

De la mano del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO) analizamos en qué consiste el desprendimiento de retina, a quiénes afecta, sus causas y síntomas, así como su posible tratamiento y prevención.

¿Qué es el desprendimiento de retina?

El desprendimiento de retina es una enfermedad ocular que se produce por la separación de las dos capas de la retina; en concreto, la retina neurosensorial (capa interna de la retina) se separa del epitelio pigmentario (capa externa). Al producirse esta especie de rotura, se acumula líquido en el espacio que se forma entre ambas capas, y la retina desprendida no puede funcionar ni nutrirse de forma adecuada.


¿A quién afecta esta patología ocular?

El desprendimiento de retina es una patología ocular relativamente frecuente entre la población, sobre todo a partir de cierta edad. Afecta, especialmente, a pacientes con alta miopía que han sido operados de cataratas o que han sufrido un desgarro de retina aunque esta no haya llegado a desprenderse. Estos pacientes, así como sus familiares, considerados también población de riesgo, deben someterse a revisiones periódicas con su oftalmólogo, por lo menos una vez al año


¿Cuáles son sus causas?

El desprendimiento de retina suele aparecer como consecuencia de una o varias roturas retinianas producidas por una tracción del gel vítreo que rellena el globo ocular sobre una zona frágil de la retina.

También puede producirse un desprendimiento de retina por otras causas como:

  • Retinopatía diabética: daño de los vasos sanguíneos de la retina por niveles altos de azúcar en sangre.
  • Alta miopía.
  • Complicaciones de cirugías oculares previas.
  • Traumatismos oculares.
  • Tumores.
  • Inflamaciones graves.

¿Qué síntomas produce el desprendimiento de retina?

El desprendimiento de retina no causa dolor en el ojo y, en muchos casos, no va acompañado, al inicio, de pérdida de visión. Por eso, es importante estar alerta a sus síntomas, aunque sean aparentemente inofensivos. Estos suelen aparecer sucesivamente y son:

Las revisiones periódicas con el oftalmólogo son fundamentales a partir de cierta edad.
  • Visión de moscas volantes: son puntos negros que se mueven al mover el ojo. Están causadas por las modificaciones del vítreo.
  • Visión de destellos luminosos: síntoma de mayor importancia que refleja la existencia de tracciones o tirones sobre la retina. Suele aparecer cuando ya se ha producido la rotura.
  • Pérdida de una parte del campo visual: se produce cuando ya existe un desprendimiento de retina, por lo que hay que actuar inmediatamente.
  • Distorsión en las imágenes y posterior disminución importante de la agudeza: aparece si se desprende la zona central de la retina (mácula).

Ante cualquiera de estos síntomas, hay que acudir rápidamente al oftalmólogo. Los pacientes de riesgo también deben revisar anualmente el estado de sus ojos, aunque no tengan síntomas.


¿Cómo se trata?

Existen diferentes técnicas quirúrgicas, en función del grado y de la fase en la que se encuentre el desprendimiento:

  • Fotocoagulación con láser: mediante láser, se causan quemaduras controladas alrededor de la zona de la retina desprendida. Estas quemaduras acaban por cicatrizar y sellan la rotura retiniana, evitando que el humor vítreo se infiltre entre ambas capas cuando hay rotura, pero no desprendimiento.
  • Vitrectomía: consiste en la extracción del humor vítreo (gel transparente que rellena la cavidad ocular) para trabajar directamente sobre la retina. A veces, se combina con otros procedimientos paralelos, como la cirugía de catarata o el trasplante de córnea, si también se requiere actuar sobre otros tejidos del ojo.
  • Cirugía escleral: esta técnica quirúrgica se centra en colocar una banda de silicona sólida alrededor de la capa más externa sobre el globo ocular, facilitando el cierre de la rotura.

La mayoría de las veces, la cirugía permite recuperar visión e incluso restablecer la que se tenía antes del desprendimiento de la retina. Para ello, es muy importante que si el desprendimiento también ha afectado a la mácula (área central de la retina), esta no haya estado mucho tiempo desprendida. Si esto ha sucedido, habría que llevar a cabo dos procedimientos:

  • Realizar una cirugía precoz: si la cirugía tarda más de una semana en realizarse, la posibilidad de restablecer la visión previa al desprendimiento va a ser menor. Lo ideal es llevarla a cabo prácticamente de urgencias: el mismo día, al día siguiente o a los dos días de haberse producido el desprendimiento.
  • Contar con un cirujano experto en la cirugía del desprendimiento de retina: el éxito de la primera intervención es fundamental para evitar complicaciones y reducir el riesgo de pérdida de visión.

¿Cuáles son sus posibles complicaciones?

Cerca del 10% de los pacientes operados por un desprendimiento de retina requiere una segunda cirugía. En ocasiones, también es necesaria una tercera y hasta cuarta operación por desprendimientos recurrentes. Esto se debe al alto grado de dificultad de la cirugía escleral que hace que, en demasiadas ocasiones, no se lleve a cabo y muchos pacientes sufran varios desprendimientos después del primero y precisen ser reoperados, generalmente con peor pronóstico.

En cualquier caso, esta cirugía o su combinación con la vitrectomía es la técnica más adecuada, en general, para afrontar este tipo de problema de la retina.


¿Cómo se puede prevenir?

Es muy importante hacer un diagnóstico lo más rápido posible del desprendimiento de retina, ya que las posibilidades de mejora son mayores si no se llega a desprender la mácula. Por eso es tan importante:

  • Someterse a revisiones oculares periódicas: como mínimo, una vez al año, sobre todo si se es población de riesgo.
  • Realizar un tratamiento preventivo con láser: si existen desgarros de la retina aunque aún no hayan provocado un desprendimiento. Este tratamiento preventivo también puede ser útil para pacientes de alto riesgo, con lesiones degenerativas retinianas periféricas que puedan acabar en una rotura.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.


Contenido creado por