Dolor lumbar

¿Qué es el dolor lumbar o lumbago?

El lumbago es un dolor intenso en la parte baja de la espalda, especialmente durante los primeros días, cuyas molestias limitan de forma importante los movimientos, impidiendo acciones cotidianas como realizar ejercicio, adoptar ciertas posturas o acarrear pesos. Por esta razón, y si bien no se trata de una patología grave, puede resultar muy incapacitante y dolorosa.

Puede aparecer tanto de forma repentina como progresivamente, y constituye una de las principales causas de bajas laborales en nuestro país, y la segunda causa de consulta médica, tras la cefalea.


¿A qué personas afecta?

El lumbago es una patología frecuente, que se da en uno de cada cinco españoles, según datos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Además, afecta a personas de todas las edades, si bien es más frecuente entre los 40 y los 59 años, y tiende a repetirse, pudiendo convertirse en crónica en personas mayores o con problemas asociados.

Las personas embarazadas, con sobrepeso, o aquellas que trabajan habitualmente cargando pesos son, así mismo, más propensas a sufrir estas molestias.


¿Qué tipos de lumbalgia existen?

A la hora de diagnosticar y tratar los dolores de espalda, se diferencian diferentes tipos de lumbalgia, dependiendo de su origen y de su intensidad y duración. De acuerdo a su origen, puede hablarse de:

  1. Lumbalgias inflamatorias: pueden estar provocadas por artrosis, infecciones o problemas orgánicos graves y requieren medicación específica para su tratamiento.
  2. Lumbalgias mecánicas: son más frecuentes y tienen un origen postural o por esfuerzos y sobrecarga de la espalda. Pueden tratarse con reposo, ejercicio moderado y terapia térmica, además de poder prevenirse más fácilmente con una correcta higiene postural. Dependiendo de su duración, las lumbalgias mecánicas se clasifican en:
    • Lumbalgia subaguda: conlleva un dolor de menor intensidad y no supera los 3 meses.
    • Lumbalgia aguda: se desarrolla con un dolor muy intenso. Más del 90% de estas lumbalgias se recuperan en un plazo de entre 3 y 6 meses.
    • Lumbalgia crónica: en aquellos casos en los que el dolor persiste más allá de los 3 meses. Las molestias ocasionadas pueden ser continuas o con intervalos y variar de una intensidad leve a moderada.

¿Cuáles son las principales causas del dolor lumbar?

Las principales causas de la lumbalgia son:

  • Las malas posturas en el trabajo.
  • Estar muchas horas de pie.
  • Levantar pesos.
  • Los gestos bruscos o repetidos.
  • La sobrecarga de la espalda.
  • Traumatismos o golpes.
  • Enfermedades degenerativas.

10 claves para cuidar la espalda

Una correcta higiene postural en nuestro día a día puede ayudarte a prevenir el dolor de espalda.

  • 1. Cuida la espalda, también mientras duermes.
    Puedes cuidar la espalda durmiendo sobre un colchón ni muy duro ni muy blando, así como manteniendo una correcta postura durante las horas de sueño. Lo más recomendable es dormir boca arriba, colocando una almohada bajo las rodillas y otra bajo las lumbares. Si te resulta incómodo, también puedes dormir de medio lado, con las rodillas dobladas y con una almohada no muy alta.
  • 2. Realiza ejercicio diario.
    Caminando, haciendo gimnasia en la piscina o nadando de espaldas refuerzas la musculatura lumbar. También puedes dedicar unos minutos por la mañana a practicar ejercicios específicos para las lumbares. Sin embargo, conviene que evites los deportes extremos que impliquen un sobresfuerzo de la espalda.
  • 3. Presta atención a la manera en que caminas.
    Es importante que evites caminar encorvado, un gesto muy común, y erguir la espalda levantar la cabeza. Tampoco debes abusar de los zapatos de tacón alto ni de los bolsos muy pesados que cargan el peso en un único lado del cuerpo.
  • 4. Vigila el sobrepeso.
    Las personas con sobrepeso sufren una mayor tensión en los músculos de la espalda, y por lo tanto tienen mayor predisposición a padecer dolores en la zona lumbar. En el caso de mujeres embarazadas, existen fajas específicas para aliviar las molestias.
  • 5. No descuides la postura frente al ordenador.
    La parte superior de la pantalla deberá estar a la altura de tus ojos, para evitar tener que levantar o inclinar el cuello. Tu espalda debe estar recta contra el respaldo y los pies apoyados. Una buena silla adaptable en altura y un reposapiés pueden ser herramientas muy útiles. También puedes recurrir a un pequeño cojín en la zona lumbar.
  • 6. Dobla las rodillas para coger pesos.
    Si tienes que recoger del suelo un objeto pesado, no debes inclinar la espalda. En su lugar, flexionarás las rodillas, manteniendo la espalda recta, y lo levantarás despacio y lo más pegado al cuerpo que te sea posible, evitando movimientos bruscos. Si de repetir con frecuencia este tipo de movimientos, puede ser conveniente que utilices una faja protectora.
  • 7. Huye de los movimientos repetitivos.
    Los gestos que se repiten constantemente pueden llegar a sobrecargar una zona concreta de la musculatura y provocar que nos duela. Si debes repetir estos gestos, debes prestar atención para hacerlos de una manera correcta, además de realizar breves descansos y estiramientos, cambiar de postura con frecuencia o realizar breves paseos.
  • 8. Evita el reposo total en cama.
    Si empiezas a sufrir lumbago, debes tratar de hacer vida normal, sin coger pesos ni realizar movimientos que te provoquen mucho dolor, pero practicando ejercicio moderado. La permanencia en cama está recomendada única y excepcionalmente al principio, cuando el dolor es muy intenso, o cuando sea recomendada por el médico, y siempre que se cambie de postura cada dos horas.
  • 9. El calor, un buen aliado.
    El dolor de espalda suele tener origen muscular, por lo que la terapia térmica puede ayudarte a relajar la zona. Para ello, puedes aplicar calor varias veces al día, en sesiones de 20 minutos, ayudándote de una manta eléctrica, kits de terapia térmica o bolsas de agua caliente. Los masajes suaves o la aplicación de ultrasonidos también pueden ser recomendables en algunos casos.
  • 10. Consulta al médico o al farmacéutico.
    Puedes preguntar sobre el uso de analgésicos y antiinflamatorios para aliviar el dolor y mejorar la capacidad funcional, o sobre la posibilidad de tomar relajantes musculares en casos en los que el dolor sea muy intenso, y siempre que su utilización no supere la semana. Si, tras aplicar estas recomendaciones, al final de la segunda semana no experimentas una mejoría, es conveniente que acudas al médico, para descartar otras posibles causas o valorar distintos tratamientos.

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¿Sueles sufrir dolor cervical o lumbar? Es muy habitual: uno de cada cuatro españoles padecen este tipo de molestias. Para prevenirlo sólo tienes que seguir los siguientes consejos de la Dra. Aurora Garre, ¡y di adiós al dolor de espalda!

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.