Dolores articulares comunes en la columna vertebral

¿Cuáles son las funciones de la columna vertebral?

La columna vertebral es la parte del esqueleto que constituye el eje del tronco y sostiene el cráneo. También protege la médula espinal y los nervios que se dirigen a las extremidades.

Por otra parte, la columna dorsal se articula con las costillas y forma, junto con el esternón, la caja torácica, que protege el corazón, los pulmones y los grandes vasos sanguíneos, lo que evita el colapso de los pulmones y permite la respiración.


¿Cómo es la columna vertebral?

La espina dorsal o columna vertebral está formada por un conjunto de diferentes huesos y se divide en cinco partes distintas:

  • Columna cervical. Siete vértebras. Huesos individuales conectados y apilados entre sí, que integran el cuello.
  • Columna dorsal. Doce vértebras dorsales. Junto a las costillas y el esternón, componen la caja torácica.
  • Columna lumbar. Cinco vértebras lumbares.
  • Sacro. Se une al resto de la pelvis por medio de las articulaciones sacroilíacas.
  • Coxis, conocido popularmente como “rabadilla”.

Las vértebras están unidas entre sí por los discos intervertebrales, unas almohadillas planas, redondas y acolchadas, cuya función es amortiguar los golpes entre una vértebra y otra, así como permitir la flexión y torsión de la columna en casi todas las direcciones, sobre todo en la parte cervical y la lumbar.


¿Cuáles son los trastornos más comunes que causan dolor en la columna vertebral?

  • Dolor lumbar o lumbalgia. Se trata de un dolor intenso en la parte baja de la espalda, muy frecuente en la población. Puede llegar a limitar de forma importante los movimientos e impedir acciones cotidianas como realizar ejercicio, adoptar ciertas posturas o acarrear pesos. Puede ser de origen inflamatorio -causado por artrosis, infecciones o problemas orgánicos graves- o, con mayor frecuencia, mecánico -provocado por una mala higiene postural o esfuerzos o sobrecarga de la espalda-. Si hay irritación del nervio ciático, el dolor puede irradiar al muslo y limitar la movilidad de las extremidades inferiores.
  • Dolor cervical o cervicalgia. La cervicalgia es una molestia o dolor que afecta a alguna o varias de las estructuras que componen el cuello, entre ellas, los músculos, los nervios, las vértebras y los discos intervertebrales. Puede estar localizado en la parte posterior del cuello o extenderse hacia los lados y/o hacia los brazos, cabeza y espalda.

    Se trata de un trastorno muy frecuente entre la población – el más común después del lumbar-, puesto que la columna cervical es muy flexible y permite mayor movilidad que cualquier otra zona de la columna vertebral.

    La causa más común del dolor en las cervicales son las lesiones en los músculos o ligamentos debido a traumatismos o al deterioro progresivo, así como una mala postura, el estrés y la fatiga muscular crónica. La irritación y/o compresión de las raíces nerviosas de esa zona puede producir cambios en la sensibilidad de las extremidades superiores.
  • Hernia discal. La hernia discal o de disco es una patología de los discos intervertebrales. Se produce una hernia de disco cuando la cubierta resistente de un disco de la columna se desgarra o se rompe. El núcleo del disco, que es blando y gelatinoso puede desplazarse (se hernia) a través de la cubierta. Esta hernia puede comprimir la raíz nerviosa, lo que produce dolor de espalda y/o piernas (ciática, si ocurre en la zona lumbar), además de otros posibles síntomas como hormigueo o falta de fuerza en las extremidades.

    Las hernias de disco son más comunes en los dos discos inferiores de la zona lumbar, en la cintura o inmediatamente debajo de ella. El desgaste producido por el paso de los años o por algunos trabajos en los que se levanten pesos de mañera frecuente suele ser el causante del deterioro o la degeneración de los discos intervertebrales.
  • Artrosis. Es una enfermedad muy común causada por el desgaste e inflamación del cartílago en las articulaciones del cuerpo. Se trata de una patología degenerativa que afecta sobre todo a las articulaciones que soportan mayor peso y realizan mayor esfuerzo como las caderas, rodillas, hombros y las localizadas en la columna cervical y lumbar. También es frecuente en algunos dedos de las manos.
  • Espondilitis anquilosante. Se trata de un tipo de enfermedad autoinmune en la que, habitualmente, se inflaman las articulaciones y los ligamentos de la columna vertebral. Ello produce dolor y rigidez y, con el paso del tiempo, las articulaciones y las vértebras pueden soldarse entre sí, lo que conlleva la pérdida de flexibilidad de la columna y, por tanto, limitaciones para llevar a cabo algunos movimientos.

    Los síntomas suelen comenzar en la base de la columna, concretamente en las articulaciones sacroilíacas. Posteriormente, la inflamación suele ir ascendiendo hacía la parte superior de la espalda, el pecho y el cuello. También puede producir dolor e inflamación en las articulaciones de cadera, hombros, rodillas o tobillos y otras zonas del esqueleto donde exista unión de ligamentos o tendones.
  • Fracturas vertebrales. Son lesiones que se suelen producir por impactos de alta energía. Sin embargo, también pueden aparecer como microfracturas o fracturas secundarias a la osteoporosis, principalmente en personas de edad avanzada. Los accidentes de tráfico o la práctica de deportes extremos (caídas desde altura) son las causas más frecuentes de fractura por impacto. Las fracturas osteoporóticas pueden aparecer con caídas desde la altura del paciente o con gestos forzados o incluso la tos.

    El síntoma más típico es dolor agudo aunque hay pacientes asintomáticos. Si la lesión produce compresión o altera la raíz nerviosa puede aparecer dolor radicular o afectación neurológica