Eritema infeccioso

¿Cómo es el eritema infeccioso?

El eritema infeccioso, megaloeritema o “enfermedad de la bofetada o del cachete” es una infección común en la infancia y muy contagiosa, causada por el parvovirus B19. Se caracteriza por un sarpullido color rojo intenso y brillante que aparece en las mejillas. Su apariencia semeja el eritema de una bofetada y de ahí su nombre común. 

Otro nombre común de esta afección es quinta enfermedad, ya que ocupa el quinto lugar en una lista histórica de seis infecciones frecuentes en la infancia caracterizadas por sarpullido y/o eritema (enrojecimiento de la piel). En ella, el eritema infeccioso se encuentra por detrás del sarampión, la escarlatina, la rubeola y la enfermedad de Filatov-Dukes (patología que aún genera dudas hoy en día sobre si es o no otra enfermedad exantemática incorrectamente diagnosticada), y por delante de la roséola o exantema súbito.

Suele tratarse de una infección leve cuya recuperación es posible sin problemas en el plazo de una a tres semanas de reposo, sin necesidad de recurrir a medicamentos. En los adultos se da el megaloeritema, que  sí puede llegar a cobrar gravedad, al igual que en las mujeres embarazadas, personas con el sistema inmune deprimido o con algunas formas graves de anemia.

Cuando alguno de ellos se daña, aparecen diferentes problemas que causan en el paciente dolor y dificultades para caminar.


¿A quién afecta el eritema infeccioso?

De distribución mundial, el eritema infeccioso es más frecuente en escolares (niños de 5 a 15 años), aunque puede aparecer a cualquier edad y no es infrecuente en adolescentes. Muchas personas desarrollan esta infección vírica, pero nunca llegan a saberlo.


¿Cómo se contagia?

Como se comentaba al inicio, el microorganismo que provoca la quinta enfermedad es el parvovirus B19, un tipo de virus exclusivo de la especie humana. El contagio es más frecuente durante la primavera lo que produce brotes en esta época, que suelen tener lugar en el entorno escolar, aunque puede suceder en cualquier época del año.

Se transmite principalmente por vía respiratoria de persona a persona al inhalar las gotitas de saliva (gotículas) que una persona infectada expulsa al respirar, hablar, toser o estornudar, o por contacto mano-boca. La infección por parvovirus B19 también puede producirse a través de la sangre de personas infectadas si entra en contacto con la piel y también la madre puede transmitir el virus al feto a través de la placenta.

La persona infectada es capaz de transmitir la enfermedad únicamente durante el periodo de incubación y antes de que aparezca el sarpullido. Una vez este se presenta, el contagio es improbable.

A menudo, la enfermedad no presenta síntomas. En caso de que sí los haya, se manifiestan entre los cuatro y catorce días posteriores a la exposición al virus.
Si hay síntomas, los más frecuentes son febrícula, malestar general, dolor muscular o dolor de cabeza.


¿Con qué síntomas se manifiesta?

A menudo, la enfermedad no presenta síntomas. En caso de que sí los haya, se manifiestan entre los cuatro y catorce días posteriores a la exposición al virus. Los más comunes son síntomas parecidos a los de la gripe:

  • febrícula
  • síntomas catarrales leves
  • malestar general
  • dolor de cabeza
  • dolor muscular
  • secreción nasal

Posteriormente, aparece en ambas mejillas una erupción cutánea de color rojo brillante (eritema)  que posteriormente se extiende como exantema (sarpullido rojizo) a brazos, tronco, glúteos y extremidades. Suele ser simétrico y normalmente respeta las palmas de las manos  y pies. En estas áreas del cuerpo, adquiere un tono rosáceo y un leve relieve que dota a la mancha un aspecto parecido al de un encaje o filigrana. Estas lesiones pueden producir picor.

La duración es de 5 a 10 días aunque puede persistir y empeorar con la exposición a la luz solar, el ejercicio físico y el calor ambiental o el estrés.

En niños mayores de diez años, adolescentes y adultos, no es común que se presente el sarpullido característico del eritema infeccioso, sino que el principal síntoma es el dolor e inflamación de las articulaciones, especialmente en muñecas, rodillas y tobillos.


¿Qué complicaciones puede provocar?

Pueden producirse complicaciones en los siguientes grupos de riesgo:

  • Mujeres embarazadas. El eritema infeccioso puede afectar a los glóbulos rojos del feto y generar anemia grave y exceso de líquidos e hinchazón (edema fetal). Raramente, puede provocar aborto espontáneo o muerte intrauterina.
  • Personas con anemia falciforme, drepanocitosis o anemia hemolítica. Dado que la infección por parvovirus es capaz de detener la producción de glóbulos rojos, puede desencadenar una crisis anémica en las personas con estos tipos de anemia
  • Personas con el sistema inmune deprimido. En personas que sufren VIH, están en tratamiento oncológico o han tenido un trasplante de órganos, la infección por parvovirus B19 también puede provocar anemia grave y, asimismo, la infección puede volverse crónica.

¿Cómo se diagnostica y se trata?

El diagnóstico habitualmente se hace por la clínica (síntomas y signos). En algunos casos (especialmente mujeres embarazadas, historia de anemia o agravamiento del cuadro) se pueden realizar pruebas serológicas.

Se trata de una afección leve y benigna, cuyos síntomas suelen desaparecer después de una a tres semanas, sin necesidad de tratamiento antiviral específico. Solamente es necesario el reposo en casa y aumentar la ingesta de líquidos. Si hubiera fiebre, molestias o dolor, se puede usar analgésicos y/o antinflamatorios no esteroideos. Si existe comezón, puede ser necesario recurrir a antihistamínicos.

En el caso de personas con anemia grave, puede requerirse el ingreso hospitalario y las transfusiones de sangre y, en personas con el sistema inmune debilitado, puede ser necesario tratar la infección con anticuerpos por medio de inyecciones de hemoglobina.

Una vez que se ha padecido la enfermedad, se obtiene la inmunidad de por vida. No obstante, la erupción puede reactivarse durante las semanas o meses siguientes en respuesta la exposición a la luz, el sol el calor -por ejemplo, al hacer ejercicio físico o darse un baño- o en caso de estrés. También el dolor e inflamación en las articulaciones, especialmente en adultos, puede durar semanas, meses o, incluso, años, pero suele remitir con el tiempo sin que queden secuelas.

Cómo prevenir el eritema infeccioso

No existe ninguna vacuna que permita prevenir la quinta enfermedad, pero sí se pueden tomar las medidas habituales para reducir el riesgo de enfermedades que se contagian por vía respiratoria. Entre ellas, se encuentran las siguientes:

  • 1. Lávate y lava a tus hijos las manos con frecuencia.
    Hazlo con agua templada y jabón durante al menos quince segundos, prestando especial atención a la zona entre los dedos y debajo de las uñas.
  • 2. Toma las debidas precauciones al toser o estornudar y enseña a tus hijos a hacerlo.
    Es necesario cubrirse la boca y la nariz con el antebrazo o pañuelos desechables. Desecha estos después de usarlos.
  • 3. No compartas alimentos ni bebidas.
    Evita también que lo hagan tus hijos, sobre todo en el entorno escolar.
  • 4. Limpia y desinfecta las superficies que tocan los niños.
    Hazlo con un producto antibacteriano y de manera regular.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.