Escarlatina

¿Qué es la escarlatina?

La escarlatina es una infección causada por una bacteria llamada Streptococcus Pyogenes, también conocido como estreptococo beta-hemolítico del grupo A. Además de provocar fiebre y hacer que las anginas se inflamen, uno de sus síntomas más característicos son unas erupciones rojas y ásperas en la piel llamadas exantemas.

Se trata de una enfermedad contagiosa, pero que no suele revestir gravedad, de carácter autolimitado. Es decir, el organismo debe seguir su propio curso para que se complete el proceso de curación, aunque suele tratarse con antibióticos. . Estos reducen el periodo de tiempo en el que se sufren los síntomas, así como su intensidad y el tiempo durante el que la persona enferma puede contagiar a otros, por lo que disminuye su transmisibilidad. También el tratamiento antibiótico contribuye a evitar que aparezcan complicaciones, que, aunque poco frecuentes, pueden ser graves.


¿A quién y cuándo afecta más la escarlatina?

Según la “Guía-ABE. Infecciones en Pediatría”, la escarlatina es más frecuente entre los 2 y los 8 años de edad, aunque la incidencia máxima se produce a los 4 años.

De carácter estacional, es más frecuente al final del invierno y el comienzo de la primavera.


¿Cómo se contagia la escarlatina?

La escarlatina se transmite de una persona enferma a otra sana a través del aire, por medio de las gotitas de saliva que una persona que ya tiene la enfermedad expulsa al toser o estornudar.

Aunque es menos frecuente, el contagio también puede producirse al entrar en contacto con una superficie u objetoque tenga esas gotitas o al beber o comer del plato o vaso de una persona enferma.

Por último, se puede producir el contagio si, cuando la misma bacteria que causa la escarlatina infecta la piel y la persona entra en contacto con las llagas que origina esta infección, llamada ‘impétigo’.


¿Cuáles son los síntomas de la escarlatina?

Los síntomas de la escarlatina más comunes son:

  • Erupciones cutáneas (exantema): se trata de un sarpullido de color carmesí y tacto rugoso. Suele comenzar en el cuello y la cara, al tiempo que la zona alrededor de la boca se torna pálida, y luego extenderse al pecho, la espalda y el resto del cuerpo. En los pliegues de la piel (axilas, codos, ingles…), el color rojo es más intenso. Al sexto día, aproximadamente,  desde que se presentan las manchas, estas empiezan a desaparecer y suele darse la descamación de las zonas de piel afectadas, aunque esto es menos frecuente en la actualidad, gracias al tratamiento antibiótico.
  • Dolor e inflamación de garganta y amígdalas, que presentan un exudado blanquecino.
  • Ganglios del cuello inflamados.
  • Puntitos rojos en el paladar y lengua inflamada, revestida con una capa blanquecina, pero con puntos y bordes rojos. Es lo que se conoce como “lengua aframbuesada”.
  • Fiebre de 38 o más grados.
  • Dolor de cabeza y/o muscular.
  • También puede presentarse escalofríos, vómitos y dolores abdominales.

¿Cuánto dura la escarlatina?

Podemos establecer varias fases en el transcurso de esta enfermedad:

  • El periodo de incubación, durante el cual no se presentan síntomas, dura de dos a cuatro días.
  • Posteriormente, se produce el llamado periodo de invasión, que se prolonga de doce horas a un día, caracterizándose por una fiebre de inicio brusco, que alcanza su nivel máximo a los 2-3 días y dura entre 3-5 días en total. Durante esta fase, aparecen síntomas como la fiebre, el dolor de cabeza y de garganta, los puntitos rojos en lengua y paladar, así como los sarpullidos de color rojo escarlata que dan nombre a la enfermedad..
  • Por último, normalmente, la piel empieza a descamarse, siguiendo el mismo orden en que apareció el sarpullido.  Este último proceso puede durar varias semanas.

¿Puede tener complicaciones la escarlatina?

La escarlatina tratada con antibióticos no suele dar lugar a complicaciones, pero si se descuida, podría derivar en:

  • Otitis media (infecciones en los oídos).
  • Laringitis.
  • Infecciones de la piel.
  • Abscesos  de pus en la garganta.
  • Neumonía o bronconeumonía.
  • Artritis (inflamación de las articulaciones).

Estos signos son de aparición precoz, mientras que existen otros que son menos habituales y que, en todo caso, suelen tener una aparición más tardía:

  • Osteomielitis (infección del hueso).
  • Fiebre reumática: es una patología de carácter inflamatorio que puede afectar al corazón, las articulaciones, la piel y el cerebro.
  • Glomerulonefritis postestreptocócica: se trata de una enfermedad que inflama los riñones, y que daña su función.

¿Cómo se trata la escarlatina?

La escarlatina se trata con antibióticos, generalmente penicilina, que se administra durante diez días. Además de prevenir las posibles complicaciones, este tratamiento contribuye a mejorar los síntomas y a que estos remitan antes (aunque el sarpullido puede prolongarse durante más tiempo).

También pueden tomarse medicamentos antitérmicos para controlar la fiebre. En cambio, no es necesario aplicar ningún tratamiento sobre la piel.

Es importante saber que no existe vacuna frente a la escarlatina.

Diez recomendaciones para prevenir el contagio de la escarlatina:

Para prevenir el contagio y aliviar la sintomatología, pueden tomarse las siguientes precauciones:

  • 1. Lavaos las manos con frecuencia.
    Procura que tú y tus niños os lavéis las manos regularmente, sobre todo, si se están produciendo brotes de la enfermedad en vuestro entorno. Hacedlo con agua y jabón durante al menos quince segundos, prestando especial atención a la zona entre los dedos y debajo de las uñas.
  • 2. Utiliza productos antibacterianos para la limpieza de casa.  
    Especialmente para limpiar las superficies de la cocina o el baño De esta manera, eliminarás las bacterias y reducirás el riesgo de contagio.
  • 3. No compartáis cubiertos ni toallas.
    Si alguno de tus hijos ha contraído ya la escarlatina, evita compartir con ellos utensilios, toallas, ropa de cama u otros objetos personales.
  • 4. Apuesta por los productos desechables.
    De hecho, es mejor emplear pañuelos de papel de un solo uso, para evitar que las bacterias se queden en prendas que luego puedan reutilizarse y propagar el contagio.
  • 5. Sin escuela durante unos días.
    Los niños con síntomas de la escarlatina deben dejar de ir a la escuela infantil, guardería o colegio hasta que desaparezca la fiebre y, como mínimo, veinticuatro horas después de haber empezado a tomar los antibióticos.
  • 6. Máxima hidratación durante la enfermedad.
    Si tus hijos ya se ha contagiado, prepárales sopas nutritivas, batidos de leche, bebidas frescas (no excesivamente frías) con las que te aseguras de que se mantienen bien hidratados.
  • 7. Dieta blanda.
    Como es probable que por el dolor de garganta no quieran comer, ofréceles una dieta con alimentos blandos, evitando los que sean más irritantes.
  • 8. La comida,  ni muy fría ni muy caliente.
    La temperatura de los alimentos y líquidos que ingieran ha de ser templada, ni muy fría ni muy caliente.
  • 9. Ventila  la habitación donde repose el paciente.
    Con el fin de ayudar a aliviar el dolor de garganta, puede ser útil humedecer el ambiente y mantener una ventilación adecuada de la habitación donde se encuentre el paciente, así como la aplicación de alguna compresa húmeda y tibia alrededor del cuello.
  • 10. Protege a personas con ciertas patologías.
    Evita el contacto del niño afectado con personas que tengan cardiopatías, sobre todo quienes tengan enfermedades de las válvulas cardíacas, y con personas que tengan disminuidas sus defensas (inmunodeprimidos).