Esófago de Barrett

¿Qué es el esófago de Barrett?

De la mano de Asenbar: Asociación Española de enfermos de esófago de Barrett descubrimos más sobre esta afección.

El esófago de Barrett es una afección consecuencia del reflujo crónico en la que el revestimiento plano y rosado del esófago, que es el tubo muscular que conecta nuestro estómago con nuestra boca y por donde transita la comida, se daña.

El paso continuo de comida y sustancias ácidas por el esófago provoca una transformación de las células del esófago en células intestinales, si bien estudios recientes indican que esa transformación podría ser diferente y en consecuencia, las células intestinales se transformarían en células estomacales con propiedades de células intestinales. En cualquier caso, este fenómeno, propio del esófago de Barrett, se conoce como metaplasia intestinal, que es la condición de cambio de las células que recubren parte de nuestro esófago.

Las células se transforman con el objetivo de proteger nuestro esófago. El objetivo de estas nuevas células es que el ácido no dañe nuestras células madre, no llegue a nuestro ADN. Por eso, podríamos pensar incluso que Barrett podría ser un gran amigo protector, si bien este amigo dejará de serlo si continuamente recibe ácido y, por eso, es necesario cortar la acidez.

Se trata de un trastorno pre-maligno, ya que se asocia a un cierto riesgo de poder desarrollar cáncer de esófago.


¿Qué causa el esófago de Barrett?

La principal causa del esófago de Barrett es el reflujo crónico o la esofagitis, que es una inflamación que puede dañar los tejidos del esófago.

Las personas que tienen esofagitis normalmente presentan dificultad para tragar, dolor en el pecho, conocido como pirosis, y otros trastornos derivados de la acidez.

Cuando nuestra patrulla fronteriza –es decir, el esfínter esofágico, que es una válvula que conecta el esófago con el estómago- no realiza bien su función, el ácido regresa al esófago y provoca una inflamación que puede llegar a ser asintomática, pero, con el tiempo, provocar lo que conocemos como esófago de Barrett.


¿Qué tipos de esófago de Barrett hay?

Existen dos tipos de esófago de Barrett:

  • Esófago de Barrett Corto: cuando la extensión de la zona dañada es hasta los 3 cm.
  • Esófago de Barrett Largo: cuando la extensión de la zona dañada supera los 3 cm.

¿Cuáles son los síntomas del esófago de Barrett?

El esófago de Barrett en sí no presenta ningún síntoma. Todos los síntomas de la enfermedad son derivados del propio reflujo que se desencadena con el desarrollo de la enfermedad.

Las personas con reflujo sentirán al principio lo que conocemos como “ardores”, que de forma eventual no suelen revestir importancia, pero en el momento en que los ardores pasan a ser crónicos es cuando podemos comenzar a estar desarrollando una inflamación de nuestro esófago.

Es entonces cuando ese paso continuo de ácido de nuestro estómago a nuestro esófago provoca todo tipo de síntomas, como pirosis (dolor fuerte en el pecho), atragantamiento, tos o incluso dificultades para respirar cuando los casos son más graves.

La Esofagitis es causada por el reflujo de líquido del estómago

Especialmente notaremos estos síntomas al ingerir un alimento o líquido, cuando dormimos por la noche, cuando realizamos un esfuerzo físico o cuando estamos sentados.

Como hemos explicado en los párrafos anteriores, el paso continuo del ácido al esófago provoca una inflamación conocida como esofagitis, y dentro de ella, existen varias clasificaciones o grados según el nivel de gravedad (A, B, C y D).


¿Es reversible el esófago de Barrett?

Cuanto más tardemos en darnos cuenta del problema o cuanto más tardemos en asistir al médico, más grave será esa inflamación que finalmente provocará un daño irreparable en nuestro tejido conocido como esófago de Barrett.

Cuando desarrollamos esófago de Barrett, sabemos que el tejido dañado podrá conllevar la evolución siguiente:

  • Esófago de Barrett sin displasia (EBSD): cuando las células del esófago se han transformado en algo parecido a células intestinales. Nuestro cuerpo sustituye sus soldados por otros más fuertes que nos protejan mejor del ácido. No onstante, estos soldados también pueden ser derrotados si de forma continuada reciben ataques.
  • Displasia de bajo grado (DBG): si las células muestran pequeños signos de cambios precancerosos.
  • Displasia de alto grado (DAG): si las células muestran muchos cambios. Se cree que la displasia de alto grado es el paso final antes de que las células se transformen en cáncer de esófago.
  • Neoplasia: la etapa inicial del adenocarcinoma de esófago (ACE)

¿A quién afecta el esófago de Barrett?

La prevalencia del esófago de Barrett (EB) es del 0,45-2,2% en los pacientes que se realizan una endoscopia digestiva alta y superior al 12% si la indicación es por síntomas de reflujo, habiéndose descrito un aumento progresivo en los últimos años.

La prevalencia global de esófago de Barrett es del 1.8% en nuestra población, con una prevalencia del 7.2% en pacientes con síntomas de reflujo gastroesofágico.

El riesgo de desarrollar un cáncer asociado al esófago de Barrett parece ser entre 30 y 125 veces mayor y la prevalencia de cáncer en pacientes con esófago de Barrett varía entre el 8 y el 40%.


¿Cómo se diagnostica?

El esófago de Barrett se diagnostica mediante una endoscopia, una prueba que consiste en introducir una cámara dentro de un tubo o endoscopio, a través de un orificio (en este caso la boca). El especialista médico tomará una muestra conocida como biopsia y la analizará para comprobar el cambio celular.

En cualquier caso, una vez diagnosticada la enfermedad, la posibilidad de desarrollar adenocarcinoma es realmente baja.


¿Existe tratamiento?

Con el fin de evitar que se produzca el esófago de Barrett o incluso para eliminarlo, el médico recomendará disminuir el ácido siguiendo los tratamientos que se detallan a continuación.

  • Tratamiento mediante Inhibidores de la Bomba de Protones (IBP): el uso de este extendido medicamento provoca que el ácido se neutralice y no suba hacia nuestro esófago. La administración de IBPS se suele regular tras la realización de una prueba conocida como Phmetría donde se observa la cantidad de ácido que pasa de nuestro estómago a nuestro esófago en diferentes horas del día.
  • Cirugías: existen varias técnicas, pero la más conocida es la Funduplicatura de Nissen, donde el objetivo es “anudar” el estómago al esófago para disminuir el paso de ácido de un órgano a otro. La candidatura a ser operado se observa mediante una prueba conocida como Manometría donde se observan los movimientos de nuestro esófago.

Existen también diferentes técnicas (como la ablación) para eliminar o quemar el esófago de Barrett, pero en la mayoría de los casos se usan única y exclusivamente cuando el esófago de Barrett cambia su estado a displasia.

El esófago de Barrett será vigilado de por vida mediante control endoscópico cada 3-5 años para observar su evolución.


¿Qué recomendaciones debemos seguir para evitar el reflujo?

Para disminuir el reflujo podemos optar por seguir una serie de hábitos de vida saludable, como pueden ser:

  • Una dieta sana donde eliminamos productos picantes, cítricos, tabaco, alcohol, chocolate, café…
  • No realizar comidas copiosas.
  • No acostarnos hasta 2 o 3 horas después de comer.
  • Dormir con el cabecero de la cama elevado para que el reflujo no suba.
  • Dormir hacia el lado izquierdo para que nuestro estómago no vuelque reflujo al esófago.
  • Llevar una vida tranquila, libre de estrés y ansiedad.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.