Espolón calcáneo

¿Qué es el hueso calcáneo?

El calcáneo, conocido también como hueso del talón, es un hueso grande situado en la parte trasera del pie. Forma parte de la articulación llamada subtalar, crucial para un buen funcionamiento del pie y muy importante para el movimiento. Sobre el calcáneo recae, además, gran parte de nuestro peso corporal.


¿Qué es el espolón calcáneo y qué síntomas produce?

En ocasiones, el hueso calcáneo puede crecer de manera anómala y prolongarse con forma de pico o punta de lanza. Este crecimiento óseo, conocido como espolón calcáneo, suele aparecer en la zona de la planta del pie (espolón calcáneo plantar). Con menor frecuencia, también puede formarse en la parte posterior del talón (deformidad de Haglund). En este texto nos referiremos especialmente al primer tipo de espolón.

Cuando se produce ese crecimiento óseo en la planta del pie, los tejidos que rodean el espolón se clavan en él, sobre todo cuando se camina. Ello lleva a veces a un proceso inflamatorio que puede generar un intenso dolor, comparable al de pisar un clavo cada vez que se da un paso. Incluso, puede llevar a cojear.

La inflamación se da en ocasiones, y el dolor, que es muy característico, tampoco tiene por qué producirse siempre. Cuando aparece, lo hace sobre todo al apoyar el pie en el suelo cuando el paciente se levanta de la cama y se siente justo en el talón, en su porción interna. Posteriormente, suele desaparecer a lo largo del día, para reaparecer en las últimas horas de la tarde. El dolor suele agravarse en caso de que la persona deba permanecer de pie y quieta durante más de cuatro horas (lo que se conoce como bipedestación prolongada), ya que la carga es mayor.

También puede suceder que el dolor esté presente mientras el espolón se está formando, y que, conforme el pie se acomoda a él, se reduzca. Incluso, como ya hemos apuntado, el espolón puede ser completamente indoloro, pasar desapercibido y ser detectado de manera casual en una radiografía.


¿Qué causa el espolón calcáneo?

El espolón del talón se forma cuando la fascia plantar, que es el tejido grueso que se extiende desde la parte inferior del talón hasta la base de los dedos, ejerce demasiada tensión y tira del talón. De hecho, aparece en una de cada dos personas con fascitis plantar, un trastorno doloroso que afecta a la fascia, aunque realmente su nombre más correcto es fasciosis plantar ya que no suele haber inflamación como tal, sino más bien desgarro, estiramiento y  degeneración en la zona de inserción de la fascia con el hueso.

Usar un calzado inadecuado puede favorecer la aparición de espolón calcáneo.

Otras causas que alteran los mecanismos de absorción de la carga o el impacto en el pie y, por tanto, también pueden provocar que se forme el espolón son la forma del pie (si es cavo o plano) y el desgaste de los tejidos que recubren los huesos de la planta del pie, que se produce con el paso del tiempo. También pisar de manera incorrecta y, por tanto, apoyar mal el pie, o usar un calzado inadecuado -demasiado rígido, con suela dura o tacones- puede provocar esa degeneración de la fascia en su zona de inserción con el hueso calcáneo y acabar favoreciendo la aparición de un espolón.

Otros factores relacionados son el sobrepeso y la realización de estiramientos de modo inadecuado, la laxitud de los ligamentos o la práctica de deporte en terrenos muy duros con calzado inadecuado.


¿Quién sufre más riesgo de presentar espolón calcáneo?

Como decíamos en el párrafo anterior, el espolón calcáneo es más frecuente en personas con sobrepeso u obesidad y partir de la edad media de la vida, ya que, como se ha comentado anterioridad, con el paso de los años, los tejidos se van desgastando. En concreto, la almohadilla que absorbe los golpes en el talón pierde eficacia con la edad.

También son más propensos a padecer espolón los deportistas que no calientan ni estiran de manera adecuada o que corren o practican deporte en superficies muy duras con un calzado inadecuado, como hemos mencionado anteriormente. En cualquier caso, también las personas sedentarias pueden padecerlo.

Por último, como se ha comentado también, corren mayor riesgo de espolón calcáneo quienes tienen el pie plano o cavo, así como las personas con tendencia a la pronación, es decir, que la carga del pie tiende a desplazarse en el lado interno al pisar, caminar o correr.

La asociación de causalidad de estos factores de riesgo está aún por establecer y, de hecho, lo que en realidad pueden provocar es una fuerza de tracción continuada y prolongada desde las partes blandas que se insertan en la planta pie y que, en ocasiones, puede conducir a la deformidad del hueso conocida como espolón. Es decir, que el origen de esta afección no está del todo claro.


¿Cómo se trata?

Normalmente, el tratamiento es conservador. En la actualidad, se basa fundamentalmente de forma inicial en el tratamiento fisioterápico, hielo y  el uso de plantillas.

En caso de obesidad, es necesaria la pérdida de peso. También puede ser necesario usar un calzado que eleve un poco el talón mediante un tacón de media altura, lo que permite relajar un poco esa parte del pie, o emplear plantillas específicas para este problema.

La fisioterapia y los ejercicios de rehabilitación que mejoren la movilidad en la flexión del tobillo pueden ayudar también a mejorar el problema, así como evitar permanecer de pie demasiado tiempo.

El tratamiento farmacológico puede ser necesario y suele consistir en la toma por vía oral o tópica de antiinflamatorios y analgésicos para mitigar el dolor. Si es necesario, se puede recurrir a la infiltración local de algunos medicamentos.

Si las anteriores medidas no han sido efectivas puede recurrirse al tratamiento con ondas de choque. Raramente, se recurre a la cirugía para eliminar la formación ósea causante del dolor.


Cómo prevenir el espolón calcáneo

Aunque muchas de las causas del espolón no son prevenibles, tomar algunas precauciones nos ayudará a reducir las probabilidades de padecerlo:

  • 1.Utiliza un calzado adecuado.
    Evita aquellos zapatos demasiado rígidos, con suelas demasiado duras o con tacones, así como los que no amortiguan adecuadamente el impacto al caminar o correr.
  • 2. Si haces deporte, estira adecuadamente.
    En concreto, presta atención a estirar correctamente el tendón de Aquiles y de la fascia plantar, para que no ejerzan tensión sobre el calcáneo. Estira también tus pies y pantorrillas al final de la jornada, si has pasado el día en tacones.
  • 3. Intenta no permanecer demasiado tiempo de pie.
    Sobre todo, en el caso de sentir dolor en el hueso calcáneo, procura no estar de pie y parado durante periodos de tiempo prolongado.
  • 4. En caso de dolor en talón, aplica frío en la zona.
    Mantenlo durante diez o quince minutos, varias veces al día. Si notas hinchazón, también es conveniente mantener los pies elevados durante un rato al terminar la jornada.
  • 5. Si es necesario, usa plantillas específicas.
    El empleo de plantillas con almohadilladas en el talón puede ayudar a mitigar la inflamación y el dolor que puede asociarse al espolón.
  • 6. Cuida tu peso.
    La obesidad y el sobrepeso son factores de riesgo a la hora de desarrollar un espolón calcáneo, ya que aumenta la carga que recae sobre este hueso.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.