Estreñimiento en niños

¿Qué es el estreñimiento?

El estreñimiento es el retraso en la frecuencia o la dificultad para defecar con normalidad. Los niños y niñas que lo padecen pueden evacuar con poca frecuencia y/o tener heces duras, secas, dolorosas o difíciles de expulsar.

Se trata de un problema común en los niños, que constituye un motivo frecuente de consulta en Atención Primaria. Aunque puede causar malestar y debe tratarse para que no empeore, no suele estar originado por enfermedades, sino por razones que se consideran funcionales -no relacionadas con alteraciones del organismo- o dietéticos. Por ejemplo, la retirada del pañal o el comienzo de la etapa escolar pueden llevar al niño a retener las heces. En la mayoría de las ocasiones, puede tratarse con laxantes suaves y hábitos saludables de alimentación y ejercicio físico. Solo en muy pocas ocasiones el estreñimiento infantil se debe a una causa orgánica.

Sin embargo, si el estreñimiento se cronifica, sí que pueden aparecer complicaciones como la encopresis, lo que se conoce como incontinencia fecal. Se trata de una evacuación involuntaria de los intestinos. Suele suceder cuando las heces retenidas se acumulan en el colon y el recto: el colon se llena demasiado y las heces líquidas se filtran alrededor de las heces retenidas, lo que termina manchando la ropa interior.


¿Es frecuente el estreñimiento en niños?

Los datos de incidencia y prevalencia del estreñimiento infantil son muy variables, ya que no existe un criterio exacto y aceptado universalmente para su definición. Por ejemplo, no  hay consenso sobre criterios como la duración o el número de deposiciones a partir del cual se considera un problema.

Según datos de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) en su publicación “Pediatría integral”, el estreñimiento es un problema frecuente en nuestras consultas de Atención Primaria, que afecta de media a un 20% de los niños y niñas, sin que haya una diferencia entre ambos sexos. Por su parte, el Sistema Nacional de Salud indica que el estreñimiento supone el 25-45% de las consultas a los especialistas en gastroenterología pediátrica.

Las cifras apuntan a que la prevalencia del estreñimiento está aumentando, sobre todo en los países desarrollados.


¿Cuándo se considera que un niño evacúa con la frecuencia necesaria?

Los patrones de evacuación intestinal que se consideran normales varían de un niño a otro, sobre todo por debajo de los cuatro años.

En los recién nacidos, la media de deposiciones oscila de tres a seis diarias, pero este número suele ser menor en los que toman fórmula de lactantes.

Los que son alimentados con lactancia materna pueden realizar una deposición líquida tras cada toma y, en total, evacuar hasta diez o doce veces en un día en las primeras semanas de vida, aunque la media es de tres a cuatro deposiciones diarias hasta los tres meses de edad. En los casos de lactancia artificial la frecuencia puede ser algo inferior.

Entre los seis meses y el año de edad la frecuencia es de unas dos deposiciones diarias, bajando a entre una y dos al día entre el año y los tres años de edad. La frecuencia de las evacuaciones va reduciéndose con la edad y, a partir de los cuatro, la media suele ser de una o dos diarias. Desde ese momento, se asimilan a las del adulto, que oscilan de tres al día a tres a la semana.


¿Cuáles son sus causas?

La SEPEAP señala que la mayor parte de las veces -el 95%-, el estreñimiento tiene una causa funcional. Es decir, no existe una alteración en el organismo que lo causa. En estos casos, el niño observa una conducta que favorece la retención de las heces, debido a razones que pueden ser muy diversas y que cambian según la edad:

  • Cambios en la alimentación como, por ejemplo, en el caso de los lactantes, en el paso a la lactancia mixta, el cambio de leche materna a la artificial o el destete. En ocasiones, estas circunstancias pueden reducir el número de deposiciones del niño sin que pueda ser considerado estreñimiento.
  • En los lactantes y niños, también puede desencadenarse el estreñimiento por una ingesta escasa de líquidos, especialmente en épocas de calor, o por deshidratación provocada por enfermedades agudas que cursen con fiebre o vómitos.
  • Por toma de algunos medicamentos que puedan inducir menor motilidad intestinal.
  • En los niños de dos a tres años, pueden ser causa de estreñimiento el comienzo de la etapa escolar -pueden permanecer horas aguantando las ganas de defecar-, el rechazo a los baños públicos y el intento de controlar el esfínter. De hecho, no se debe retirar el pañal al niño antes de los dos años y medio.
  • Los menores de dos a cinco años pueden querer demostrar que son capaces de decidir por sí mismos, lo que también puede inducirles a evitar las evacuaciones.
  • A veces, simplemente, no quieren dejar de jugar para ir al baño.
  • Los niños mayores también pueden evitar defecar cuando están fuera de casa, en el colegio o campamentos por rechazo a los baños públicos o por miedo.

Otras posibles causas de estreñimiento son:

  • Una dieta pobre en fibra o de líquido.
  • La falta de ejercicio.
  • La ausencia de horarios regulares para ir al baño.
  • Cambios en la rutina como viajes.
  • Factores psicológicos como el estrés que pueden provocar circunstancias familiares adversas, problemas escolares, etc.

En un 5% de los casos, puede haber una causa orgánica. En algunos de ellos ya aparece el estreñimiento en las primeras semanas de vida por lo que es aconsejable consultar al pediatra si aparece precozmente. Las más habituales suelen ser:

  • Alteraciones neurológicas como la enfermedad de Hirschprung (baja inervación del colon que reduce la motilidad de éste), lesiones de la médula espinal (malformaciones, tumores) o parálisis cerebral.
  • Patologías anales como la fisura anal o enfermedad perianal bacteriana o malformaciones.
  • Medicamentos entre cuyos efectos secundarios se encuentra el estreñimiento como el hierro, los antiácidos los anticonvulsivos, algunos tratamientos para el TDAH (trastorno de hiperactividad y déficit de atención) etc.
  • Trastornos endocrinos o del metabolismo como el hipotiroidismo, la diabetes y la fibrosis quística, ente otras.
  • Otras enfermedades o condiciones como el lupus, el síndrome de Down, la celiaquía o la intolerancia a la proteína de leche de vaca.
  • Están igualmente asociados al estreñimiento trastornos como el autismo, el Asperger, la depresión, la ansiedad y el déficit de atención e hiperactividad.

¿Qué síntomas tiene?

En general, los síntomas del estreñimiento infantil son:

  • Periodo de muchos días sin que se produzcan defecaciones normales o tienen lugar dos o menos deposiciones por semana.
  • Heces tan duras y voluminosas que obstruyen el inodoro.
  • Dificultad o dolor al intentar excretar las heces.
  • Hacer mucha fuerza para mover el vientre.
  • Posturas para evitar la defecación como apretar el ano.
  • Presencia de un poco de sangre en el papel higiénico, que puede estar provocado por sangrado por el recto debido a pequeños desgarros -fisuras-, que pueden aparecer con el tiempo.
  • En ocasiones, el niño puede manchar la ropa interior con un poco de excremento, sobre todo, en caso de encopresis.

¿Qué complicaciones puede tener?

Una de las complicaciones más comunes del estreñimiento es la encopresis por rebosamiento. Se trata de un escape involuntario de las heces en un niño de más de cuatro años por estar repleta la ampolla rectal -área del recto más próxima al conducto del ano-. Suele aparecer cuando el recto se acostumbra a estar distendido, lo cual anula el deseo de defecar.

El ejercicio físico es importante para evitar el estreñimiento infantil.
Factores psicológicos como el estrés también pueden provocar estreñimiento.

Puede dar lugar a que el niño ensucie la ropa, lo cual puede provocar vergüenza e inconvenientes en su entorno social o escolar e inducir que el niño aún evite más la defecación, agravando el estreñimiento.

¿Cuál es el principal tratamiento del estreñimiento infantil?

El estreñimiento debe tratarse cuanto antes, ya que las heces se vuelven más secas y duras conforme más tiempo pasan dentro del intestino. Ello incrementa el dolor durante la defecación y, por tanto, el miedo del niño a evacuar, lo que empeora el problema.

Es evidente que si la causa es una intolerancia alimentaria, una medicación u otra causa que requiera de un tratamiento específico, habrá que solventar esto en primer lugar. Dicho esto, el objetivo del tratamiento es normalizar el hábito intestinal y evitar que el niño sufra dolor o molestias al defecar.

Lo más importante es reeducar en el hábito defecatorio. Es conveniente establecer un hábito regular de defecación, para lo que puede ser útil sentarle en el inodoro después de las comidas y, sin prisas, animarle a evacuar. Si está siendo entrenado para controlar los esfínteres, puede valorarse la conveniencia de suspender de manera temporal el entrenamiento hasta que se haya superado el estreñimiento. En etapas tempranas es importante buscar la colaboración no sólo de la familia sino también de la guardería o el colegio. Es importante que el niño disponga de un tiempo suficiente y en un entorno que le resulte familiar y agradable (especialmente cuando acude a guardería o primaria).

También es recomendable que el niño siga una dieta variada, equilibrada y rica en fibra -algunos niños pueden requerir suplementos de este nutriente-. Igualmente, es necesario que beba suficiente líquido y que realice ejercicio físico de manera regular.

Si el problema persiste, el pediatra podrá indicar suplementos alimenticios (como el sorbitol o prebióticos) o, llegado el caso, algún tratamiento farmacológico.

Si existen lesiones en el ano como fisuras o inflamaciones, deben tratarse y también puede ser necesario que el pediatra recete laxantes o enemas que ablanden las deposiciones y estimulen las ganas de defecar del niño. De esta manera, se evita que retenga las heces y que vuelva a establecerse el círculo de dolor

Excepcionalmente y dependiendo de la causa del estreñimiento, pueden ser necesarias otras terapias como la cirugía en el caso de la enfermedad de Hirschsprung.

Consejos para prevenir el estreñimiento infantil

Seguir los siguientes hábitos puede ayudar a la mayoría de los niños y niñas a prevenir y combatir el estreñimiento:

  • 1. Asegúrate de que tu hijo o hija bebe suficiente agua al día.
    La cantidad necesaria varía según el peso y la edad del niño, pero la mayoría de escolares deberían beber al menos tres o cuatro vasos al día.
  • 2. Incluye fibra en su dieta.
    Los niños y niñas deben consumir las cantidades recomendadas de todos los grupos de alimentos, incluidos aquellos ricos en fibra, ya que, como este nutriente no puede digerirse, ayuda a movilizar las heces. Por tanto, dale a tu hijo en abundancia frutas, verduras y cereales integrales.
  • 3. Sé precavida/o con los alimentos que provocan estreñimiento.
    Por ejemplo, elimina o reduce la cantidad de precocinados o dulces y la cantidad de leche y queso que toma tu hijo diariamente, si tiene tendencia a este problema.
  • 4. Establece un horario regular de comidas.
    Comer siempre a las mismas horas ayudará también a tu hijo o hija a estimular y regularizar el tránsito intestinal. Quizá puedas optar por adelantar un poco la hora del desayuno para que pueda ir al baño con tranquilidad antes de ir a clase.
  • 5. Establece una rutina para que vaya al baño.
    Elige una hora del día para recordarle que se siente en el inodoro, idealmente, tras las comidas, sobre todo, tras quitarle los pañales. Haz que permanezca sentado al menos durante diez minutos y, si tuviera dificultades, coloca bajo sus pies algo que pueda presionar. También puedes establecer un sistema de recompensa cuando use el baño con regularidad.
  • 6. Asegúrate de que practica suficiente ejercicio.
    La actividad física también estimula el intestino, por lo que es muy recomendable animarle a dedicar tiempo al deporte y los juegos todos los días.
  • 7. No le des laxantes o enemas sin consultar antes con el pediatra.
    A pesar de que muchos son de venta libre, estos fármacos pueden perjudicar al niño si no se usan correctamente o no están indicados por la causa de estreñimiento en ese caso particular.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.