Estrés laboral

¿Qué es el estrés laboral?

El estrés laboral es un fenómeno de aparición reciente pero cada vez más habitual entre la población. La Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) lo define como el conjunto de respuestas cognitivas, fisiológicas y emocionales que se producen ante ciertos aspectos adversos del contenido, la organización o el ambiente de trabajo. Es decir, se trata de la reacción física y mental ante un reto o cambio que afecta a nuestro trabajo, y que tiene lugar en el entorno o puesto donde desempeñamos las funciones que nos corresponden y donde desarrollamos nuestra carrera profesional.

Las personas experimentan estrés laboral cuando sienten que existe un desequilibrio entre lo que se les exige en el trabajo y los recursos con los que cuentan para satisfacer dichas exigencias.


¿A quién afecta?

Según la Encuesta Europea sobre Salud y Seguridad Ocupacionales, realizada con el apoyo de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EUOSHA), la mitad de los trabajadores europeos (51%) percibe el estrés como algo habitual en su entorno de trabajo.


¿Qué síntomas puede producir?

Ante esa situación de desequilibro, se produce el proceso de activación del cuerpo típico del estrés que, como hemos visto en otros apartados, se convierte en un problema cuando se prolonga el tiempo. En este caso, los sentimientos y emociones negativos terminan superando y dominando a los positivos y pueden desencadenar signos fisiológicos y alteraciones de conducta como estos:

  • Emocionales: ansiedad, agresión, apatía, aburrimiento, depresión, fatiga, sentimiento de culpa, vergüenza, irritabilidad, mal genio, tristeza, baja autoestima, tensión, nerviosismo y sensación de soledad.
  • En el pensamiento: incapacidad para tomar decisiones, para concentrarse, olvidos frecuentes, hipersensibilidad a la crítica, bloqueos mentales…
  • En el comportamiento: predisposición a accidentes, consumo de drogas, explosiones emocionales, comer, beber o fumar en exceso, falta de apetito, excitabilidad, conductas impulsivas, alteraciones en el habla, risas nerviosas, incapacidad de descansar y temblores.
  • En el trabajo: absentismo, relaciones laborales pobres, altas tasas de cambio de trabajo, mal clima en la organización, antagonismo con el trabajo, falta de satisfacción con el desempeño del empleo y mala productividad.

En definitiva, este tipo de estrés afecta directamente a la calidad de vida de aquellos que lo sufren, llegando a ser en muchas ocasiones motivo de baja laboral. Y es que, actualmente, la esfera laboral incide en todas las demás parcelas de la persona: la psicológica, relacional, personal, económica y hasta en el estado físico.


¿Qué origina el estrés laboral?

El ictus se distingue por seis señales de alEste aumento del estrés laboral en nuestra sociedad puede deberse a los cambios que se han producido en los tipos y ritmos de trabajo durante los últimos años. En concreto, la SEAS y el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad citan como agentes estresores en el ámbito laboral:

  • El exceso o la falta de trabajo.
  • Plazos de trabajo insuficientes para completar los proyectos de forma satisfactoria, tanto de cara a los demás como a nosotros mismos.
  • Ausencia de una descripción clara del puesto de trabajo o de la cadena de mando.
  • Falta de reconocimiento o recompensa después de haber tenido un buen rendimiento laboral.
  • No disponer de la oportunidad de expresar las quejas.
  • Tener responsabilidades múltiples, pero no la autoridad o capacidad para tomar decisiones.
  • Estar rodeado de superiores, compañeros o subordinados que no cooperan ni apoyan.
  • No tener control sobre el resultado del trabajo o poca satisfacción con el producto terminado.
  • Poca estabilidad laboral o inseguridad acerca del mantenimiento del puesto.
  • Estar expuesto a prejuicios por edad, sexo, raza, origen étnico o religión.
  • Estar expuesto a violencia, amenazas o intimidaciones.
  • Trabajar en condiciones físicamente desagradables o peligrosas.
  • No disponer de la oportunidad de mostrar el talento o las capacidades personales.
  • Que los pequeños errores o distracciones puedan tener consecuencias serias o incluso desastrosas.

Cinfaconsejos

El estrés laboral precisa de unas medidas muy concretas de actuación, relacionadas con las funciones del trabajador, su tipo de trabajo y su forma de afrontarlo. No obstante, podemos recurrir a estas diez claves generales frente al estrés, para ayudarnos a manejar ese sentimiento de angustia y afrontar la vida laboral con una actitud positiva.

Consulta los Cinfaconsejos para combatir el estrés.

Estudio

El principal objetivo del VII Estudio CinfaSalud: “Percepción y hábitos de la población española en torno al estrés”,elaborado por Laboratorios Cinfa y avalado por la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), es definir el perfil del español más afectado por el estrés, así como profundizar en las causas y factores que generan este trastorno, incidiendo también en aquellos vinculados al puesto de trabajo y al uso de nuevas tecnologías.

Puedes ver aquí un resumen de los datos generales más importantes, pero también detallamos a continuación las conclusiones y gráficos relativos al estrés laboral y al tecnoestrés, ya que las responsabilidades laborales y el entorno de trabajo concretos tienen una gran repercusión en el nivel de estrés de cada persona.

La sobrecarga de trabajo o el jefe, causas de estrés laboral

La investigación revela que seis de cada diez trabajadores españoles (60,3%) –tanto por cuenta ajena como propia- se sienten estresados por la sobrecarga de trabajo, el 27,2%, por la relación con sus jefes o compañeros y uno de cada cuatro (25,1%), por el temor a no estar a la altura de las expectativas. La tensión que supone la atención al público (16,5%) es la cuarta causa de estrés laboral.

El estudio ha permitido detectar diferencias significativas entre trabajadores por cuenta ajena y por cuenta propia en casi todos los factores estudiados. En primer lugar, si bien ambos coinciden en designar la sobrecarga de trabajo como primera causa de estrés, este factor es más relevante para los trabajadores por cuenta ajena. Así mismo, aunque los dos tipos de trabajador indican el temor a no estar a la altura de las expectativas como segunda causa de estrés, este temor es mayor en los autónomos. Por último, mientras que los trabajadores por cuenta ajena señalan la relación con sus superiores como tercera fuente de estrés, los autónomos se sienten más estresados por la ausencia de negocio.


El estrés laboral como causa de enfermedades

El estrés laboral puede llegar a afectar gravemente a las personas que lo sufren. De acuerdo con el estudio, la mitad (49,5%) de los españoles que sufre estrés por su relación con sus superiores desarrolla algún tipo de enfermedad física o problemas psíquicos o emocionales. Además, cuatro de cada diez españoles (41,3%) que sufren estrés por temor a no estar a la altura de las expectativas en el trabajo padecen trastornos emocionales como la ansiedad o la depresión.


Tres de cada diez personas, estresadas por las TIC

También las nuevas tecnologías como el móvil, la tablet, el correo electrónico y las redes sociales se están revelando como una nueva fuente de estrés, hasta el punto de que casi tres de cada diez españoles (28,3%) declaran que aumentan su estrés. En el caso de los jóvenes (entre 18 y 34 años), este porcentaje se eleva al 30,9%.

La principal causa por la que los encuestados afirman que las nuevas tecnologías incrementan su nivel de estrés es la imposibilidad de “desconectar” (68,2%) y, de hecho, casi la mitad de los encuestados que trabajan y se han sentido estresados alguna vez en el último año recibe correos o llamadas fuera de horario laboral (47,4%). Las otras razones por las que las nuevas tecnologías aumentan su nivel de estrés son la necesidad de respuesta inmediata que implican (54,6%) y la adicción o dependencia que generan (33,0%). Cabe destacar que esta última es más alta en las mujeres (36,3%, frente al 26,9% de los hombres) y en los jóvenes.


Puedes descargarte el Dossier de prensa con todos los datos del estudio aquí.

O ver un resumen de los principales datos del Estudio aquí.


Teletrabajo

¿Qué riesgos para la salud puede conllevar el teletrabajo?

Aunque el teletrabajo brinda numerosas ventajas, la falta de un único espacio dedicado a la actividad laboral y de ciertas condiciones ergonómicas y ambientales genera riesgos para la salud de muy diversa índole. Por ejemplo, trastornos musculoesqueléticos, como dolores musculares y articulares en zonas del cuerpo como el cuello, las cervicales, la espalda, las muñecas y las piernas; el sedentarismo derivado de pasar muchas horas delante del ordenador puede traer a su vez otras consecuencias para la salud y  agravar todavía más estos problemas; fatiga visual;  problemas relacionados con la manera en que te organizas que pueden derivar en estrés y/o problemas psicológicos como la ansiedad; problemas derivados del desconocimiento de la propia tecnología o dificultades técnicas para llevar a cabo el teletrabajo que pueden conducir a padecer lo que conocemos como tecnoestrés.

Por este motivo, si teletrabajas, vale la pena que revises tu ‘oficina doméstica’ y compruebes que tanto los elementos de trabajo como las condiciones ambientales de la estancia donde desempeñas tu actividad laboral son los apropiados.

El equipo de trabajo es importante en el teletrabajo.

Consejos para cuidarte cuando trabajas desde casa

Si teletrabajas, conviene seguir las siguientes precauciones y pautas relativas a la organización de las tareas, los elementos de trabajo y las condiciones ambientales, con el fin de prevenir problemas de salud:

  • Organiza bien tu rutina laboral.
    Establece unos horarios regulares que te permitan controlar el ritmo de trabajo sin dar lugar a un exceso de horas. Para lograrlo, es conveniente que empieces y termines de estar frente al ordenador a la misma hora, sin olvidar cierto grado de flexibilidad atendiendo a las circunstancias personales y laborales. Además, fíjate objetivos diarios y semanales, que te ayudarán a rendir más, pero, sobre todo, a gestionar mejor el estrés. Trata de evitar también el aislamiento con respecto a tus compañeros de empresa, manteniéndote al día de sus dinámicas de trabajo.
  • Separa tu espacio de trabajo.
    Habilita un espacio o habitación lo más aislado posible del resto de la casa para trabajar, lo suficientemente grande como para contener todo tu equipo y materiales de trabajo. Es preferible, en la medida de lo posible, que este lugar sea tranquilo, disponga de luz natural y se halle lejos de las fuentes de ruido. El rendimiento será mayor y también se evitarán posibles tensiones con otros miembros de la familia que puedan afectarte psicológicamente.
  • Cuida la ergonomía de tu mobiliario.
    Tanto el mobiliario de trabajo como el equipo informático han de estar diseñados ergonómicamente: la mesa, que sea suficientemente ancha y esté elevada a unos 68 centímetros como mínimo en el caso de los hombres y a 65 cm, en el de las mujeres. Busca la silla que se adapte mejor a la mesa de trabajo, tanto en altura como en profundidad. Lo ideal es que sea regulable y que cuente con cinco apoyos rodantes en el suelo, así como con apoyabrazos y respaldo reclinable.
  • Adopta una buena postura al trabajar.
    Ajusta el respaldo de la silla para que tu espalda se mantenga recta y se forme un ángulo recto con tus muslos, así como entre tu brazo y antebrazo. Para conseguir este ángulo recto, es recomendable usar un reposapiés antideslizante, sobre todo si tus pies no llegan a apoyarse lo suficiente en el suelo. En cualquier caso, has de poder pisar el suelo con los talones por delante de las rodillas y procurar no cruzar las piernas. El teclado, que sea inclinable e independiente de la pantalla para que te permita trabajar en una postura cómoda, que no te provoque cansancio en los brazos o manos. Si es necesario, usa un reposamuñecas. Por último, el ratón del ordenador debe adaptarse a la curva de tu mano y permitir que esta y la muñeca se apoyen bien en la mesa de trabajo.
  • Protege tu visión con una pantalla adecuada.
    La pantalla debe estar situada a unos 40-55 centímetros de distancia e tus ojos, de manera que los caracteres se aprecien fácilmente y de manera nítida. Además, su borde superior deber coincidir con la altura de tus ojos y el contraste y la luminosidad han de poder ajustarse con facilidad. La imagen debe ser estable y no emitir destellos, parpadear o vibrar.
  • Cuida la iluminación en tu entorno de trabajo.
    Si es posible, es mejor optar por luz natural, aunque, si esta es insuficiente, deberás complementarla con lámparas. Evita los reflejos que se producen si hay frente a la pantalla una fuente de luz y recuerda que el monitor debe situarse de manera perpendicular a la que entra por las ventanas.
  • Mantén la habitación donde trabajas bien climatizada.
    Se recomienda una temperatura de 23-26º en verano y de 20-24° en invierno, así como una humedad que oscile en torno al 45-66%. También es muy importante mantener la habitación ventilada correctamente.
  • Realiza pausas breves de manera regular para aliviar la tensión muscular.
    Las pausas cortas y frecuentes son preferibles frente a las largas y espaciadas, ya que, una vez se ha alcanzado el estado de fatiga, es más difícil recuperarse. No dediques estos intervalos de tiempo a leer o consultar el móvil, sino a descansar la vista y caminar un poco para desentumecerte y realizar estiramientos. Además, recuerda que el mayor acceso a la comida y el picoteo entre horas pueden derivar a medio plazo en sobrepeso y problemas cardiovasculares, hipertensión y trastornos gastrointestinales. Por tanto, procura comer solo en las pausas programadas para ello, siguiendo un horario regular.
  • Descansa la vista de manera periódica.
    Acuérdate de parpadear con frecuencia mientras trabajas y de realizar descansos de cinco a diez minutos cada hora de esfuerzo visual. En estas pausas, realiza ejercicios visuales como girar los ojos hacia arriba, hacia abajo y a derecha e izquierda (poner link al infográfico correspondiente, cuando lo tengamos), y aprovecha también para recuperar la fatiga postural y mental.
  • Desconecta tras terminar de trabajar.
    Tanto al finalizar la jornada laboral como durante los fines de semana, es importante olvidarse de los problemas del trabajo y dedicarse tiempo a uno/a mismo/a y a la familia. No caigas en la tentación de prolongar el horario de trabajo o consultar tu correo electrónico. Una manera estupenda es programar una actividad física diaria para evitar que el teletrabajo te lleve al sedentarismo y a padecer sus consecuencias.

Podcast

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¿Qué puedo hacer para gestionar mejor el estrés que me causa el uso de las nuevas tecnologías en el trabajo?

La ansiedad, el agotamiento mental, la excesiva dependencia y el aislamiento social son algunos de los problemas que puede causarnos el uso de las tecnologías en el ámbito laboral. Así lo corroboró el VII Estudio CinfaSalud: “Percepción y hábitos de la población española en torno al estrés” , según el cual, tres de cada diez españoles afirman que las nuevas tecnologías aumentan su nivel de estrés —lo que se conoce como tecnoestrés—.Por fortuna, existen maneras para mitigar su efecto en nosotros. En primer lugar, es muy importante organizar bien la jornada laboral y no sobrecargarla de actividades, lo que, a su vez, nos permite gestionar con facilidad los imprevistos.También, en el día a día, es muy beneficioso realizar descansos durante la utilización del ordenador (por ejemplo, de cinco a diez minutos cada hora) y tratar de evitar la multitarea, cerrando en las pantallas aquellas ventanas que no se estén usando.Igual de importante es no llevarse el trabajo a casa: una vez terminada la jornada laboral, debemos desconectar en todos los sentidos y no estar pendientes ni del móvil ni del portátil. Las conversaciones tampoco deben centrarse en los asuntos pendientes o posibles problemas, sino que hay que intentar disfrutar del ocio y de las relaciones personales y familiares.Si es posible, se deben utilizar  líneas de teléfono distintas para la vida personal y laboral o, incluso, aparatos diferentes para ambas facetas. De esta manera, al terminar la jornada laboral, se puede apagar el móvil de trabajo. Si esto no fuera posible, siempre existe la opción de desconectar la cuenta de correo electrónico del trabajo o, al menos, sus notificaciones.Una buena medida para centrarse en las distintas áreas de actividad es emplear el modo avión y no el de silencio. Si en una reunión, curso o actividad, dejamos el modo silencio estaremos tentados de revisar la pantalla por si entraron mensajes o correos. Con el modo avión activado mejoramos la concentración en la actividad actual y el emisor del mensaje o la llamada sabrá que estamos ocupados en ese momento.Para algunas personas, puede ser necesario formarse en nuevas tecnologías con el fin de sentirse más preparadas a la hora de manejarlas y, de este modo, reducir el nivel de ansiedad o angustia que puedan provocarles. En este caso, es muy buena idea asistir a cursos —algunas empresas facilitan esta formación—, ya que contar con el conocimiento adecuado permite ganar confianza y afrontar mejor situaciones difíciles relacionadas con el uso diario de las tecnologías.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.