Exantemas

De la mano de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), abordamos los exantemas: qué son, sus causas, exantemas más frecuentes, cómo se diagnostican, qué debemos vigilar tras su aparición y cómo se tratan.  

¿Qué son los exantemas en la piel?

Un exantema es una erupción en la piel de morfología, extensión y distribución variables. Se trata de una consulta muy frecuente en Pediatría por la aparición de “granitos” o “manchas” en la piel del menor.


¿Cuáles son las causas de los exantemas?

Los exantemas en Pediatría se pueden deber a múltiples causas, pero lo más habitual es que se deban a infecciones virales. Entre las infecciones más frecuentes que producen estos exantemas se encuentran:

  • Exantema súbito: suele manifestarse en niños pequeños, generalmente menores de 2 años, y se caracteriza por la aparición de unas lesiones rosadas de pequeño tamaño en el tronco y, a veces, también en la cara tras haber estado unos días antes con fiebre. Es típico que aparezcan al quitarse la fiebre. Está producido por el virus herpes humano tipo 6. No precisa tratamiento y desaparece espontáneamente en 2-3 días.
  • Megaloeritema: es más típico en niños de edad escolar y produce un enrojecimiento llamativo en ambas mejillas -se suele hablar por eso de “enfermedad de la bofetada”-. Se puede extender al resto del cuerpo, su causante es el parvovirus B19 y no precisa tratamiento.
  • Varicela: es cada vez menos frecuente debido a la vacunación y se caracteriza por lesiones en la piel de varios tipos, desde manchas rosadas, a lesiones con aspecto de vesículas y líquido en su interior, y otras lesiones con costra (aspecto de “cielo estrellado”). Suele producir picor y puede contagiarse fácilmente a otras personas, por lo que se recomienda aislar al niño o niña de otros menores o personas con problemas de inmunidad hasta que todas las lesiones se encuentren secas, con costra.
  • Enfermedad boca-mano-pie: la producen distintos tipos de virus, generalmente, del tipo de los enterovirus. En esta infección viral aparecen lesiones con contenido transparente o amarillento en su interior, tanto alrededor de la boca, como en manos y pies y, muy frecuentemente, entre los dedos. Suele acompañarse de clínica catarral y falta de apetito, y a veces también puede asociar lesiones en el interior de la boca. Se resuelve de forma espontánea, sin tratamiento.

Otras enfermedades más clásicas que se acompañan de exantemas son el sarampión o la rubeola, pero su frecuencia actualmente es muy baja gracias a la vacunación.


¿Cómo se diagnostican?

La mayoría de las enfermedades exantemáticas se diagnostican por la clínica, es decir, no se necesita realizar ninguna prueba complementaria. En función de la evolución del exantema, su distribución y localización o los síntomas acompañantes (fiebre, adenopatías, etc.), será posible llegar a un diagnóstico en la mayoría de los casos. Algunos exantemas virales son muy característicos y se pueden diagnosticar sin dificultad, como es el caso del exantema súbito.

En otras ocasiones, no está tan claro su diagnóstico y no se puede poner un nombre concreto a la enfermedad, sin que esto sea motivo de preocupación. Lo fundamental es descartar los signos de alarma y otros procesos más importantes.

La fiebre es un síntoma de los exantemas en niños.
La fiebre puede acompañar a algunos tipos de exantemas.

¿Qué debemos vigilar tras la aparición de exantemas?

Una de las cosas que siempre hay que vigilar ante un exantema es la aparición de petequias, es decir, puntos o manchas rojas o violáceas que al estirar la piel de alrededor se mantienen fijos y no desaparecen. Este tipo de manchas pueden estar relacionadas con alguna enfermedad más grave, por lo que debe ser siempre motivo de consulta. Otros aspectos a vigilar son el estado general del niño o si presenta fiebre de más de 4-5 días de evolución.


¿Cómo tratar un exantema?

La mayoría de exantemas no precisan tratamiento, ya que lo normal es que se deban a una infección viral, por lo que desaparecerán dentro de la evolución normal de la enfermedad.


Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.


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