¿Qué son los medicamentos falsificados?

Los medicamentos falsificados son aquellos que se ofertan bajo la apariencia de medicamentos originales o autorizados. Según menciona la Organización Mundial de la Salud (OMS), la falsificación se basa en métodos muy flexibles que buscan imitar los productos legales para no ser detectados.

Entre otras prácticas, por ejemplo, se incluye, de manera deliberada y fraudulenta, información falsa acerca de la identidad o el origen del producto.

Estos medicamentos pueden contener principios activos distintos a los declarados, no contener ningún principio activo o contenerlo, pero a dosis diferentes a las autorizadas o a una potencia o pureza inadecuada. Los medicamentos falsificados pueden también contener sustancias muy nocivas que pueden producir daño a la salud o el empeoramiento de una enfermedad. En definitiva, los fármacos falsificados se fabrican a menudo en condiciones no controladas y se ponen en el mercado sin la autorización de comercialización previa de ninguna autoridad sanitaria.

Tanto en los países industrializados como en desarrollo, estos medicamentos falsificados se hacen pasar por productos auténticos, copiando el material de acondicionamiento, la imagen comercial, el logo, así como la forma y colores y aspecto exterior del envase del medicamento original. Además, pueden llegar a emplear el mismo número de lote, fecha de caducidad y otros elementos identificativos del producto auténtico. Por todo ello, estos medicamentos resultan especialmente difíciles de identificar.

¿Qué riesgo para la salud implica consumir medicamentos falsificados?

En cuanto a su fabricación, al haber sido habitualmente producidos en condiciones y con componentes “no controlados” y no haber sido aprobados de forma previa por ninguna autoridad sanitaria, los medicamentos falsificados pueden suponer un riesgo importante para la salud.

En ocasiones, el mayor impacto para la salud de los pacientes proviene de los excipientes empleados en su fabricación, que pueden estar adulterados o no ser de la calidad adecuada o, incluso, resultar tóxicos. Igualmente, al no contener el principio activo correcto o contenerlo en dosis incorrectas, estos medicamentos no permiten el tratamiento adecuado de la patología.

Además, junto al efecto directo en las personas, estos productos pueden causar resistencia a medicamentos por contener dosis insuficiente del principio activo a lasindicadas para atacar causas importantes de mortalidad.

Por último, cabe recordar que estos medicamentos son almacenados y transportados de un país a otro sin autorización y sin control de calidad.

¿Ha aumentado la falsificación de medicamentos?

La falsificación de medicamentos es un fenómeno relativamente nuevo que, en las últimas décadas, se ha acentuado y extendido de forma global y que afecta tanto a medicamentos de marca como a medicamentos genéricos.

La variedad de productos falsificados ha aumentado debido a la difusión del comercio por Internet (online), con la proliferación de páginas web ilegales donde los ciudadanos pueden buscar y acceder a tratamientos más baratos o no autorizados, con el riesgo que ello conlleva. Sin embargo, debemos saber que cuando los medicamentos se adquieren en sitios web ilegales no han pasado ni superado los mecanismos de control y calidad que las autoridades competentes ejercen en la cadena legal con el fin de proporcionar las garantías necesarias.

Así mismo, en ciertas situaciones de emergencia sanitaria, como la pandemia mundial COVID-19 (2020), se incrementan las páginas  web de medicamentos falsificados, al tiempo que aumenta la preocupación y la demanda de los ciudadanos por hacerse con tratamientos curativos y preventivos que, muchas veces, no existen o no se han desarrollado.

¿Qué mecanismos nos aseguran que los medicamentos que consumimos son seguros y legales?

Hasta llegar a las farmacias, los medicamentos son sometidos a escrupulosos controles de seguridad y de calidad durante su proceso de desarrollo y fabricación en los laboratorios farmacéuticos. Pero, además, una vez producido el medicamento y con el fin de prevenir la entrada de fármacos falsificados en la cadena de suministro legal, existen otros mecanismos de control que garantizan que los productos dispensados en la farmacia física cumplen con la legalidad.

Este sistema consiste en la presencia en el envase de los medicamentos de dos dispositivos de seguridad: un código datamatrix (código de barras de dos dimensiones) que identifica individualmente cada envase, y un mecanismo integrado en el embalaje exterior del producto, que permite verificar visualmente si el envase del medicamento ha sido manipulado o no. Estos dispositivos de seguridad son verificados y autenticados en la oficina de farmacia por parte del profesional farmacéutico en el momento de la dispensación de cada medicamento al paciente, para comprobar que se trata de un producto legal.

Y cuando compramos online, ¿qué podemos hacer para evitar los medicamentos falsificados?

Las autoridades sanitarias de todo el mundo desarrollan diversas iniciativas frente a este problema de la falsificación de medicamentos. El principal objetivo es ayudar a los ciudadanos a identificar las farmacias legales que sí permitan la compra segura de medicamentos en internet a través de sus páginas web.

Antes de nada, debemos especificar que, como explica la AEMPS, sólo está permitida la venta de medicamentos no sujetos a prescripción médica, quedando prohibida la venta por procedimientos telemáticos de medicamentos sujetos a prescripción médica.

Además, es importante tener claro que únicamente deben comprarse medicamentos sin prescripción médica en oficinas de farmacia autorizadas, que estén registradas para la venta online por parte de las autoridades sanitarias competentes (en España, las comunidades autónomas).

¿Cómo saber que una farmacia está autorizada para la venta de medicamentos online?

La legislación vigente establece que todas las farmacias online registradas para la venta a distancia de medicamentos sin prescripción deben utilizar y exhibir un logotipo común, que sirve para verificar su legalidad. Este símbolo consiste en un rectángulo con franjas horizontales y una cruz blanca situada en la mitad izquierda a la altura de la franja central. En la parte inferior se sitúa la bandera del país donde está registrada la farmacia online.

Por tanto, antes de efectuar la compra de medicamentos en una página web, el paciente debe verificar que esta tenga dicho logo y hacer clic en él. A continuación, se le redirigirá a un listado de farmacias de venta a distancia registradas. En el caso de España, este listado puede consultarse en Distafarma, la página web de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS):

Es importante que el paciente compruebe que la farmacia online que ha visitado está registrada en ese listado antes de continuar con la compra. Si la farmacia no se encuentra en el listado, no es una farmacia registrada para hacer venta online, por lo que no debe comprar ningún medicamento en esa página web.

Este sistema y todas las comprobaciones pertinentes sirven para que el paciente pueda verificar que el medicamento que va a comprar procede de una farmacia legalmente autorizada y que los productos cuentan con la todas las garantías de calidad, seguridad y eficacia.

Fuentes

• Información sobre la venta de medicamentos a través de sitios web y aplicaciones para móviles. Versión PDF. Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
• Riesgos de la compra de medicamentos en web ilegales. Distafarma. AEMPS.
• La falsificación de medicamentos, una amenaza creciente. Organización Mundial de la Salud (OMS).
• Covid-19: La EFPIA pide más esfuerzos para luchar contra los medicamentos falsos. El Global, 30 de marzo de 2020.
• Peligro a golpe de click: ¿cómo identificar una farmacia online ilegal? Publico.es, 27 de marzo de 2020.
• Medicamentos falsificados. Servier.
• Verificación de medicamentos en oficia de farmacia. Portalfarma.com
• Los farmacéuticos se blindan ante las falsificaciones de medicamentos. DiarioSanitario.com

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.