Fascitis plantar

Desde el Colegio Oficial de Podólogos de Cataluña, y de mano de su presidente, Josep Manel Ogalla Rodríguez, nos explican en qué consiste esta patología del pie.

Cuando la planta del pie se inflama

Como vemos en el dibujo de más abajo, la fascia plantar es una banda de tejido elástico que va desde el calcáneo, que es el hueso que forma el talón del pie, hasta la zona metatarsal, situada justo antes del comienzo de los dedos. La inflamación de dicha estructura, principalmente en la parte más cercana al calcáneo, es lo que conocemos como fascitis plantar.

La fascia plantar cumple una importante función biomecánica al caminar, ya que es la responsable, junto con otras estructuras del pie, de mantener el arco plantar, de absorber y devolver la energía o amortiguar el impacto que se produce cuando el pie choca contra el suelo y de proteger los metatarsianos (evitando un exceso de flexión dorsal de los dedos).


Habitual en personas con obesidad y en deportistas

Según la Asociación Médica de Podólogos Americanos (APMA), el 40% de la población de Estados Unidos padece esta patología. Así mismo, algunos estudios afirman que  alrededor del 10% de la población en general puede llegar a padecerla en algún momento de su vida.

Se trata de un problema bastante habitual en personas con obesidad o sobrepeso, y es frecuente que aparezca también en pacientes jóvenes que practican deporte. De hecho, se trata de la lesión más común entre los deportistas, especialmente entre corredores de fondo.

Mientras, en la población no deportista suele darse a partir de los 45 años, siendo algo más común entre las mujeres. En este sentido, a la hora de hablar de fascitis plantar en la población femenina, es importante resaltar la relación directa que existe ente la fascitis plantar y el acortamiento de la  musculatura posterior de la pierna, una situación que suele producirse por el uso continuado de zapatos de tacón.


Se manifiesta con un dolor intenso

El síntoma principal de la fascitis plantar es un dolor agudo en la zona interna del pie, entre el arco interno y el talón. Resulta más intenso en los primeros pasos que damos al levantarnos de la cama, porque, con el reposo de la noche, la fascia se hace más corta y está más rígida. Una vez que hemos caminado un poco, la fascia se estira y suele disminuir la molestia. Así mismo, el dolor también aparece tras periodos largos de estar sentado.

Este dolor suele ir acompañado de hinchazón leve, enrojecimiento y sensibilidad en la parte inferior del talón.


La pisada es determinante

La forma de pisar es, sin ninguna duda, una de las causas principales que influye en la aparición de la fascitis plantar.

Los tipos de pies en los que más habitualmente nos vamos a encontrar esta problema son los pies cavos (puente más elevado de lo normal) y los pies pronados (pies que tienden a caer hacia la zona interior del pie). Aunque parezcan pies totalmente distintos, en ambos tipos se produce una disminución del apoyo de la zona lateral externa, quedando la fascia en una situación de mayor tensión por su zona interna, que es la que suele inflamarse y doler.

Respecto a la forma de pisar, es en aquellos pacientes que presentan una mayor tendencia a la pronación en los que con más posibilidades encontraremos la fascitis plantar.


Varios tipos de exploraciones para el diagnóstico

La manera de realizar el diagnóstico es a través de la exploración clínica y la observación de sintomatología que presenta el paciente, ya que esta es muy específica de este tipo de patologías. Se acompaña también de la exploración radiológica, con el fin de valorar la existencia de otro problema, el espolón calcáneo, así como de una exploración ecográfica, que nos mostrará la inflamación de la fascia plantar.


Tratamiento en tres fases

El tratamiento habitual de la fascitis plantar puede llevarse a cabo a través de tres pasos.

  1. Comienza por combinar la medicación antiinflamatoria con diferentes tratamientos de fisioterapia, como laserterapia antiinflamatoria. Todo ello va encaminado a disminuir la inflamación de la zona en la fase aguda del problema.
  2. En una segunda fase, que  conviene iniciar lo antes posible, habría que realizar un correcto  estudio de la marcha y valorar si la causa de la fascitis tiene relación con la forma de pie y la manera de caminar del paciente. En caso positivo, es necesario diseñar y fabricar una plantilla que permita “descontracturar” la fascia, también el uso de taloneras ayudan a relajar la fascia en periodos iniciales.
  3. Una vez superada la fase aguda, es muy importante que el paciente adopte unos hábitos correctos sobre estiramientos y sobre el uso de calzado que debe utilizar, tanto para la vida normal como para la actividad deportiva. Aquí puedes encontrar encontrar algunos ejercicios y estiramientos sencillos para realizar en casa. Y entre esos consejos de vida saludable no podemos olvidar que conseguir un peso adecuado ayuda a que no tengamos recaídas.

Solo un porcentaje bajo de los afectados, en torno a un 10% de los casos, no presenta una mejoría tras estas medidas de tratamiento, por lo que deberán ser tratados mediante cirugía podológica.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.