Fatiga pandémica

¿Qué es la fatiga pandémica?

Fatiga pandémica es el término que ha acuñado la Organización Mundial de la Salud para definir la desmotivación y el cansancio que siente gran parte de la población ante una pandemia tan prolongada, de tanta gravedad y con tantas restricciones como la que estamos viviendo.

Esta fatiga está influida por distintas emociones, experiencias y percepciones relacionadas con la exposición repetida al estrés de todos estos meses. Y el principal problema es que puede provocar malestar psicológico, llevando en ocasiones a quien lo padece a abandonar la pautas de prevención y autocuidado que tan necesarias son en estos momentos.


¿Cómo está afectando a la población?

Recientes estudios e investigaciones han analizado cómo está afectando la situación de crisis sanitaria a diferentes grupos de población. En concreto, un reciente estudio del Instituto de Salud Carlos III muestra que existe un efecto de cansancio en la población española relacionado con la información sobre la covid-19 en los medios de comunicación y con la tensión derivada del seguimiento de las recomendaciones sanitarias. Además, según el estudio ‘Las consecuencias psicológicas de la Covid-19 y el confinamiento’, realizado por varias universidades españolas entre la población de nuestro país, el 45,7% de los encuestados afirmó que había aumentado su nivel de malestar psicológico. 


¿Por qué surge esta sensación de cansancio?

Existen muchos aspectos por los cuales se da esta fatiga pandémica. Como confirman los expertos de la Sociedad Española de Psicología Clínica y de la Salud (SEPCYS), uno de los factores es el ‘efecto de habituación’, que hace que nos acostumbremos a la pandemia y comencemos a interpretar que la amenaza quizá no sea tan grave.  

Además, existen muchos sesgos de pensamiento que favorecen que no se sigan o que se abandonen las medidas de protección necesarias. Entre otros, el sesgo de disponibilidad provoca que si la persona conoce pocos casos de infección por COVID-19 o si conoce a personas que no respetan las medidas de protección y no se infectan, más fácilmente pensará que es poco probable que se contagie. Así mismo, el sesgo de confirmación hace que tendamos a buscar solo la información que contraste nuestras hipótesis, por ejemplo, que en realidad no pasa nada por “incumplir de vez en cuando las medidas”. Si esto se sigue de la justificación del incumplimiento de las medidas de protección, es decir, si, por ejemplo, pensamos “No pasa nada por no usar mascarilla en esta situación, lo necesito” es más probable que poco a poco se dejen de seguir las recomendaciones. 


¿Qué consecuencias para la salud tiene la fatiga pandémica?

Como decimos, la fatiga pandémica es un concepto reciente que ha ido emergiendo gradualmente  en este último año de crisis sanitaria.

Para muchas personas, la fatiga pandémica trae consigo mayor estrés, insomnio, irritabilidad, cambios de humor, aburrimiento, problemas de concentración y sentimientos de angustia y ansiedad. Además, es como el pez que se muerde la cola: cuanto mayor es el agotamiento, más aumentan la desmotivación, el desgaste físico y el malestar psicológico.


¿Cómo influye la duración de la pandemia en nuestro estado anímico?

El 11 de marzo de 2021 se cumplirá un año desde que la Organización Mundial de la Salud declarase la situación de pandemia mundial por covid-19. Al comienzo de esta crisis, las personas contábamos con nuestros mecanismos naturales de adaptación al estrés, pero, cuando las circunstancias extremas se prolongan en el tiempo y reina la incertidumbre, como está ocurriendo, resulta difícil mantener dichos mecanismos.

A ello se añade el efecto denominado ‘últimos kilómetros del viaje’. Estamos todavía saliendo de la tercera ola y con la vacunación en marcha, pero avanzando a un ritmo más lento del deseado, no vemos avance hacia la luz al final del túnel y cada vez nos cuesta más cumplir las medidas de seguridad y respetar las restricciones.


¿Qué podemos hacer para superar la fatiga pandémica?

En plena pandemia, los cambios de humor y las emociones negativas son naturales, por tanto, no hemos de intentar reprimirlos, pero sí aprender a aceptarlos y manejarlos. Para ello, podemos empezar por observar cómo nos sentimos, con el fin de detectar emociones y pensamientos negativos y transformarlos en positivos. A esto pueden ayudarnos recursos como la distracción o técnicas de autocontrol y respiración, como la relajación, la meditación o el yoga. Es bueno disfrutar del ocio y compartir tiempo con familia y amigos, y puede resultar de ayuda apoyarse en personas de confianza y también apoyar a otros.

Es importante limitar el consumo de información sobre el coronavirus.

Además, a nivel psicológico, puede ayudarnos ver la situación no como una pausa en nuestra vida, sino como un momento para actuar y hacer planes de acuerdo a este contexto; es decir, hacer un esfuerzo por continuar nuestro día a día adaptados a lo que estamos viviendo.

Por último, es importante mantener las medidas de protección y seguridad, pero también proteger nuestra mente. Una clave importante es limitar el consumo de información sobre la covid-19. Dedicar demasiado tiempo cada día a escuchar, ver o leer noticias sobre la evolución de la pandemia puede acentuar la sensación de desgaste y alimentar los sentimientos de angustia y ansiedad. Es importante decidir cuándo y cuánto tiempo vamos a dedicar a informarnos. Y evitar hacerlo justo antes de ir a dormir.


¿Cómo de importante es un estilo de vida sano para gestionar la fatiga pandémica?

Ahora más que nunca, es crucial seguir un estilo de vida saludable ya que, además de mantener nuestro sistema inmune fuerte, nos permitirá manejar mejor el estrés. Para ello, debemos hacer deporte de manera regular adaptado a nuestra edad y estado físico, descansar lo suficiente, sin restar horas al sueño, seguir una dieta saludable, variada y equilibrada que incluya una gran cantidad de frutas y verduras y evitar el tabaco y el alcohol u otras sustancias estimulantes.

10 consejos para afrontar la fatiga pandémica

  • 1. Observa cómo te encuentras por dentro.
    Dedica tiempo a detectar las emociones negativas y los pensamientos que las originan para transformarlas en positivas con técnicas de distracción, como practicar actividades de ocio que te gusten.
  • 2. Maneja el consumo de información sobre la covid-19.
    Dedicar demasiado tiempo cada día a escuchar, ver o leer noticias sobre la evolución de la pandemia puede acentuar la sensación de desgaste y alimentar los sentimientos de angustia y ansiedad. Decide cuándo y cuánto tiempo vas a dedicar a informarte. Evita hacerlo antes de ir a dormir.
  • 3. Actívate: disfruta de tu ocio.
    Reservar ratos para el entretenimiento puede ser la mejor terapia en tiempos de pandemia. Dedica tiempo a descansar y estar con tu familia y también a practicar tus aficiones. Puedes aplicar estrategias de compensación: leer ese libro pendiente, organizar por fin las fotos o empezar con ese hobby para el que no disponías de tiempo.
  • 4. Relájate: aprende técnicas de autocontrol.
    Practicar de manera regular actividades como relajación muscular, meditación, mindfulness o yoga, e incluso escuchar música en un entorno tranquilo, te ayudará a neutralizar la activación fisiológica del organismo que produce el estrés y te proporcionará un mayor control de los pensamientos y las emociones.
  • 5. Fomenta las relaciones personales y apoya a los demás.
    Cuando te sientas muy angustiado o triste, cuéntaselo a las personas en quienes confías. Y ofrécete para apoyarles tú a ellos también: ayudar a los demás mejora tu propio estado de ánimo y reduce el estrés.
  • 6. Haz deporte de manera regular.
    El ejercicio físico reduce la intensidad del estrés, fomenta una sensación de bienestar y conlleva beneficios para el organismo. Los expertos recomiendan practicar al día una media hora de deporte, adaptado a la edad y estado físico. Puedes optar por pasear, correr, montar en bici o realizar actividad física en casa. Procura hacerlo siempre a la misma hora y nunca en las dos o tres horas anteriores a ir a la cama.
  • 7. No restes horas a tu sueño.
    Descansado, afrontarás mejor cualquier conflicto o situación que consideres estresante. Por ello, trata de ir a dormir siempre a la misma hora y descansar al menos siete u ocho horas diarias. Evita las siestas largas durante el día y, por la noche, evita ver previamente dispositivos electrónicos e ir a la cama con ellos.
  • 8. Cuida tu dieta.
    Sigue una dieta saludable, variada y equilibrada que incluya una gran cantidad de frutas y verduras. Sus vitaminas y antioxidantes mantendrán elevadas tus defensas y también te ayudarán a estar de mejor ánimo.
  • 9. Evita los hábitos tóxicos o poco saludables.
    La alimentación equilibrada y el deporte deben acompañarse de otros hábitos como eliminar el consumo de tabaco y reducir o eliminar el de alcohol. Sobre todo en la última franja de la tarde, intenta reducir la toma de bebidas alcohólicas o sustancias estimulantes como el café o el chocolate.
  • 10. Dale importancia a la respiración.
    Respirar con el diafragma te ayudará a regular los picos de estrés o nervios. Coloca una mano sobre el pecho y otra sobre el diafragma y, a continuación, inspira durante tres segundos por la nariz intentando llevar el aire a la parte baja de tus pulmones, de manera que se mueva la mano sobre el diafragma y la otra permanezca lo más quieta posible. Haz una pausa de tres segundos y luego espira el aire por la nariz o la boca durante otros tres segundos.

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Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.