Fiebre hemorrágica de Crimea-Congo

¿Qué es la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo?

La enfermedad de fiebre hemorrágica de Crimea‐Congo (FHCC) es una infección que se transmite al ser humano principalmente por la picadura de la garrapata -sobre todo, del género Hyalommainfectada a su vez por un virus del género Nairovirus, de la familia Bunyaviridae.

Detectada por primera vez durante la guerra de Crimea en 1944, se la denominó enfermedad de fiebre hemorrágica de Crimea; sin embargo, en 1969, se demostró que el virus detectado era idéntico a otro aislado en Congo en 1956, por lo que su nombre pasó a incluir también el de este país.

Aunque muchas de las personas infectadas no llegan a tener síntomas (alrededor del 80% no los presenta), en algunos casos, la enfermedad puede llegar evolucionar a formar más graves y, en ocasiones, letales. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mortalidad de la enfermedad de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo oscila entre el 10% y el 40%.


¿Por qué se habla tanto de esta enfermedad ahora?

En la actualidad, la infección por fiebre hemorrágica de Crimea-Congo se ha convertido en motivo de preocupación en nuestro país, porque, si bien es una enfermedad habitual en África, los Balcanes, Oriente Medio y Asia, en 2010 se detectó por primera vez el virus que la causa en garrapatas capturadas en Cáceres y, desde entonces, ha continuado extendiéndose a otras zonas del país.

En 2016, se identificaron los primeros casos en humanos y desde entonces ha habido nueve  casos documentados de personas hasta diciembre de 2021 (recientemente, se ha publicado un caso de 2013 que no fue diagnosticado como tal, si bien un reanálisis de las muestras sí mostró la infección, por lo que estamos hablando de diez casos). Además, un estudio del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) publicado en febrero de 2022 en la revista Emerging Infectious Diseases -órgano de difusión científica de los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos-, ha confirmado la actual presencia del virus en cinco comunidades autónomas españolas.


¿Cuáles son las causas por las que esta infección ha llegado a España y dónde está presente?

Según un informe publicado por el Ministerio de Sanidad en 2019 –Informe de situación y evaluación del riesgo de transmisión del virus de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC) en España-, se considera que la FHCC es una enfermedad emergente en algunos países de Europa. Atendiendo a este documento, España es un país con riesgo de circulación del virus debido a su proximidad geográfica con África, lugar de tránsito de aves migratorias procedentes de áreas endémicas, pero también por la amplia presencia de la garrapata en la geografía española.

Así mismo, se atribuye la emergencia de esta enfermedad en países del sur de Europa y en España a que las condiciones climáticas, que favorecen la proliferación de los hospedadores de la garrapata y la supervivencia del parásito, son similares a las que se dan en otras áreas por donde circula el virus. También son claves los cambios climáticos y ecológicos que se están produciendo en estas regiones europeas, amplificados por factores como las prácticas agrícolas, la modificación del uso del suelo, los desplazamientos de ganado y la caza. Por ejemplo, el abandono de campos de cultivo ha llevado a la proliferación de liebres y conejos, con el consiguiente aumento de la población de garrapatas.

En la actualidad, tras analizar más de 12.000 garrapatas, los autores del estudio del ISCIII han confirmado la presencia del virus en Andalucía, Extremadura, Madrid, Castilla y León y Castilla-La Mancha, aunque también podría estar presente en Murcia.


¿Cómo se transmite la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo?

Como se ha mencionado al inicio, el principal vector de transmisión de la fiebre hemorrágica de Crimea‐Congo son las garrapatas del género Hyalomma (Hyalomma marginatum y Hyalomma lusitanicum en España) que, a su vez, se infectan picando a animales vertebrados portadores del virus Nairovirus. Es decir, se produce un ciclo garrapata-animal-garrapata.

Los principales portadores en nuestro país son los animales ungulados: principalmente, los ciervos y también corzos, jabalís o cabras.

El sangrado por la nariz es uno de los síntomas de esta enfermedad.

También pueden ser portadores los conejos, liebres, ratones, erizos, cerdos, vacas, caballos y ovejas.

Existe una segunda vía de transmisión menos frecuente, que es el contacto directo por medio de la exposición de la piel o las mucosas a sangre, fluidos y secreciones corporales o tejidos de personas infectadas. La tercera manera sería por aerosoles, vía que afectaría principalmente al profesional sanitario.

También los trabajadores de la industria ganadera, cardadores de lana, trabajadores agrícolas o de mataderos, cazadores y veterinarios podrían contagiarse en el contacto con sangre o tejidos de animales infectados, especialmente durante su sacrificio o desollado.

Por último, se han descrito algunos casos de transmisión vertical -de la madre a su hijo-.


¿Qué síntomas tiene la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo?

Como se comentaba al inicio, la enfermedad puede ser asintomática en la mayoría de los casos y, en muchos otros, presentarse cuadros febriles leves, e inlcuso también puede ser mortal.

La evolución de la infección por fiebre hemorrágica de Crimea-Congo puede dividirse en las siguientes fases:

  • Periodo de incubación: en caso de que la vía de transmisión haya sido la picadura de una garrapata, suele durar de uno a tres días. Si la infección se ha producido por contacto con sangre, fluidos o tejidos, la incubación dura entre cinco o seis días, aunque hay casos documentados de periodos de incubación de trece días.
  • Periodo prehemorrágico: aparecen de manera súbita síntomas como fiebre alta (39‐40ºC), dolor muscular y articular, cefalea, mareos, náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, dolor y rigidez de cuello, lumbago, congestión ocular (ojo rojo) y fotofobia. Puede haber también cambios bruscos de humor, confusión e irritación.
  • Periodo hemorrágico: se caracteriza por la aparición de pequeños hematomas (petequias) en la piel y las mucosas internas como la boca y la garganta, que luego pueden aumentar de tamaño (equimosis). Los principales lugares de sangrado son nariz y encías, aparato digestivo (vómitos con sangre -hematemesis- o en heces -melenas e intraabdominal-), útero (menometrorragia), tracto urinario (hematuria) y respiratorio (hemoptisis). Igualmente, es frecuente en esta fase un aumento del tamaño del hígado y el bazo (hepatoesplenomegalia), inflamación de los ganglios linfáticos (adenopatías) y coloración amarillenta de la piel y las mucosas (ictericia). Otros síntomas son debilidad, depresión, somnolencia y, en los casos más graves, disminución del nivel de conciencia. Tras el quinto día de enfermedad, puede producirse, asimismo, un rápido deterioro de los riñones e insuficiencia hepática o pulmonar. Si hay muerte, suele sobrevenir durante la segunda semana, debido a las hemorragias, fallo multiorgánico o shock.
  • Periodo de convalecencia o recuperación: entre las personas que se recuperan, la mejoría suele comenzar hacia el noveno o décimo día tras la aparición de la enfermedad. El proceso, que puede ser lento, se suele caracterizar por pulso débil, afectación de algunos nervios, dificultad para respirar, sensación de boca seca, menor agudeza visual y pérdida auditiva y de memoria.

¿Cómo se diagnostica y trata esta infección?

Ante la sospecha de enfermedad (especialmente si hay constancia de picadura de garrapata y por entorno laboral), el diagnóstico de certeza se obtiene por pruebas de laboratorio (principalmente PCR o serología), que identifican la presencia del virus.

En la actualidad, no existen medicamentos específicos o vacunas para esta enfermedad. El tratamiento de la infección se basa en el manejo de los síntomas, lo que puede incluir las transfusiones de sangre. Están en fase de ensayo algunos fármacos antivirales.

En todo caso, un diagnóstico temprano permite una atención adecuada a la persona infectada y un mejor pronóstico.

Cómo prevenir la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo:

Tomar las siguientes precauciones cuando salgas al campo o al monte, te ayudará a prevenir y/o detectar la picadura de garrapata, causante de la infección por fiebre hemorrágica de Crimea-Congo.

  • 1. Sé precavido al caminar por zonas boscosas o pastizales.
    No salgas de los caminos y senderos y usa prendas de colores claros, manga larga y pantalones largos, calcetines y zapatos cerrados. Si es posible, introduce los pantalones por dentro del calcetín.
  • 2. Emplea repelentes contra insectos que sean eficaces contra garrapatas.
    Es importante que así lo detallen en su prospecto. Son muy útiles los que contienen DEET (N, N-Dietil-meta-toluamida) al 20-30%. Aplícalos siguiendo las instrucciones del envase sobre la piel limpia y seca.
  • 3. Cuando vuelvas del campo, revisa tu cuerpo cuidadosamente.
    Inspecciona tu piel en busca de posibles garrapatas, especialmente en las axilas, ingles, el cabello y detrás de las rodillas. Y, tras llegar a casa, dúchate tan pronto como sea posible para hacer caer las que no estén adheridas. Haz lo mismo con tus hijos y revisa también a tus mascotas en profundidad.
  • 4. Revisa y lava la ropa que has llevado en el campo a sesenta grados.
    De esta manera, eliminarás las garrapatas que han podido permanecer ocultas en ellas. También puedes secarla en la secadora a la misma temperatura.
  • 5. Si encuentras alguna garrapata, retírala inmediatamente.
    Es importante retirar el insecto con pinzas romas y tirando suavemente de él en sentido perpendicular a la piel. Si no dispones de pinzas romas, puedes tirar suavemente de ella, pero no la aplastes. El motivo es evitar que la garrapata regurgite al retirarla. Después, desinfecta la zona de la picadura y mantén la calma. Es mejor que contactes con tu centro de salud, donde saben retirarlas adecuadamente, pero, en todo caso, si puedes, guarda la garrapata en un bote para que puedan ver de qué especie se trata. No emplees gasolina, petróleo, aceite o calor para retirarla.
  • 6. Protégete en tu puesto de trabajo.
    Las personas que trabajan en la industria ganadera o en contacto con animales como los veterinarios deben usar prendas adecuadas de protección como guantes, monos y mandiles, sobre todo durante el sacrificio y despiece de los animales, además de los repelentes de insectos adecuados. También los profesionales sanitarios deben usar guantes y equipos de protección adecuados cuando atiendan a personas infectadas con la enfermedad de fiebre hemorrágica de Crimea‐Congo.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.