Golondrinos

¿Qué son los golondrinos?

Los golondrinos son el nombre coloquial que se da a unas lesiones que se producen en la piel en forma de bultos dolorosos del tamaño de un guisante. Aparecen de forma recurrente y, habitualmente, en las zonas de pliegues (axila e ingles, principalmente).

Estas lesiones pueden aparecer en forma de forúnculos, nódulos dolorosos o abscesos. En ocasiones, los golondrinos pueden formar fístulas (que son comunicaciones con la superficie de la piel, que no cierran espontáneamente, sino que supuran y no curan fácilmente) o supurar directamente. Al aparecer de forma recurrente, pueden acabar dejando cicatrices, a veces abultadas o molestas.

Si las lesiones aparecen de forma aislada o puntual y no se vuelven a formar, lo habitual es que se trate de un forúnculo, no de hidrosadenitis supurativa, que es el término médico para hablar de la formación de golondrinos. Es decir, los golondrinos son una manifestación de la hidrosadenitis, que es una enfermedad crónica inflamatoria cutánea.

Normalmente, los golondrinos aparecen en zonas donde la piel forma pliegues y además hay vello. Por eso, quien tiene hidrosadenitis suele presentarlos con más frecuencia en  axilas e ingles, aunque los bultos pueden formarse también en otras zonas como la región perianal y perineal, los genitales, los senos, las nalgas y el cuero cabelludo. Las áreas afectadas pueden ser muy extensas. La hidrosadenitis es crónica, por lo que las lesiones suelen aparecer de forma recurrente.

Aunque no  se conoce con exactitud la causa, se cree que la aparición de golondrinos se debe a una respuesta anormal del propio sistema inmunológico y que puede tener un componente genético. Se trata de una enfermedad crónica en la que hay brotes, periodos en los que no hay lesiones y otros en los que aparecen en mayor número.


¿Por qué salen los golondrinos?

Como decimos, parece que la aparición de los golondrinos tiene que ver con alteraciones en el sistema inmunológico en relación con la piel. El punto de partida del golondrino es una oclusión u obstrucción del folículo piloso -la diminuta cavidad en la piel de la que nace el pelo-, donde hay glándulas sudoríparas y sebáceas. Cuando el folículo se obstruye, la zona se inflama y se forman nódulos duros que, en ocasiones, supuran o dan lugar a  abscesos. La inflamación de las glándulas sudoríparas y sebáceas también parece estar implicada en la formación del golondrino.

Pese a que los golondrinos no tienen un origen infeccioso, el taponamiento del folículo puede acabar en infección y supuración e, incluso, en la formación de fístulas. Esta supuración puede tener mal olor, lo cual afecta muy negativamente a los pacientes y lo relacionan con una higiene deficiente. Es decir, los golondrinos no están causados por falta de higiene, pero una higiene adecuada puede ayudar a prevenir o acortar el brote.


¿Existen factores que predispongan a sufrir golondrinos?

Los factores que predisponen a tener golondrinos son la herencia familiar y el tabaquismo. Por su parte, la obesidad y sobrepeso y el uso de ropa ajustada (dos aspectos que favorecen la formación de pliegues en la piel y la oclusión de los folículos) son factores exacerbantes, es decir, que agravan la enfermedad, pero no la desencadenan.

Respecto a la predisposición genética a sufrir hidrosadenitis, se estima que el 40% de los pacientes tienen familiares en primer grado que presentan la enfermedad. Los golondrinos también son más frecuentes en mujeres (3 frente a 1 comparado con hombres), aunque no está demostrado el papel de las hormonas sexuales en la aparición de brotes o en su tratamiento.

En cuanto al tabaquismo, puede actuar como desencadenante -los efectos estimulantes de la nicotina y otros componentes del tabaco favorecen la oclusión folicular-, igual que el empleo de algunos desodorantes y de productos de depilación.

Por último, algunos fármacos como el litio y, a veces, los anticonceptivos o la isotretinoina, pueden tener efecto desencadenante o exacerbante de la hidrosadenitis.


¿Qué síntomas produce un golondrino?

Los golondrinos pueden aparecer en una única zona del cuerpo o en varias a la vez, pero siempre surgen en áreas que contienen folículos pilosos o abundantes glándulas sudoríparas y sebáceas o en las que la piel se pliega o roza como -axilas, ingles, debajo de las mamas, pliegue abdominal, el área anal, las nalgas o el cuero cabelludo, especialmente detrás de las orejas-.

En la mayoría de los casos, al principio, los golondrinos vienen acompañados de dolor intermitente e hipersensibilidad al roce o al tacto y, frecuentemente, puede aparecer prurito o picor. Más tarde, termina formándose uno o varios nódulos de color violáceo, semejantes a un forúnculo. Su tamaño, normalmente, se aproxima al de un guisante, aunque pueden llegar a medir hasta cinco centímetros. Estos nódulos pueden abrirse, produciendo una secreción de mal olor.

Los golondrinos aparecen habitualmente en zonas como axilas.
Los productos irritantes favorecen la aparición de golondrinos.

Normalmente, la hidrosadenitis supurativa comienza con una sola protuberancia o golondrino, que puede permanecer bajo la piel durante semanas o meses, pero también es típico que aparezcan numerosas pápulas o pequeños nódulos inflamados (foliculitis).

Lo habitual es que los golondrinos aparezcan en brotes, es decir: temporadas en las que no se presentan bultos, ni síntomas y otras en los que surgen repetidamente.


¿Qué complicaciones pueden conllevar los golondrinos?

Tras episodios prolongados de lesiones en la piel derivadas de los golondrinos pueden llegar a formarse cicatrices hipertróficas -que se caracterizan por elevaciones gruesas del tejido que sobrepasan la superficie de la piel que rodea la lesión- o formando cicatrices “en puente” o “en cuerda”, que unen varias lesiones.

Además, el dolor, el picor y el posible olor de las lesiones, unidos a las cicatrices y a la falsa creencia de que los golondrinos están originados por una falta de higiene, afectan muchísimo la calidad de vida de los pacientes con hidrosadenitis, por lo que siempre hay que consultar al médico en busca de ayuda y tratamiento.


¿Cómo curar un golondrino?

Cuando aparece un golondrino, lo más importante es acudir al médico, porque debemos saber si estamos ante un forúnculo o un absceso único o ante la enfermedad de hidrosadenitis. Cuando se disponga del diagnóstico, se podrá decidir el mejor tratamiento: por un lado, el médico establecerá el tratamiento ante el episodio en curso para controlar el dolor y el picor; y, por otro, podrá indicar también cómo abordar el control y prevención de los brotes.

Consejos para prevenir la aparición de golondrinos

  • 1. Deja de fumar.
    El tabaquismo es muy perjudicial para la salud en general, pero también favorece la obstrucción de los folículos pilosos, que es el punto de partida para la aparición de un golondrino. Además, puede dificultar la cicatrización de las heridas.
  • 2. Conserva un peso saludable.
    Para ello, lleva una dieta variada y equilibrada y mantente activo, tratando de practicar actividades físicas que no irriten la piel. El ejercicio te ayudará, además de a controlar el sobrepeso y mejorar tu estado de ánimo, a gestionar y reducir el estrés. Tras el ejercicio, evita la humedad en los pliegues de la piel con una adecuada higiene y secado.
  • 3. No uses productos irritantes.
    Controla cualquier producto que entre en contacto con tu cuerpo y elige aquellos menos agresivos y que no contengan perfumes o colorantes. Evita también los desodorantes antitranspirantes (pueden obstruir el folículo) y los demasiado untuosos o en crema. Valora usar tampones en vez de compresas y, si en algún momento necesitas utilizar gasas y esparadrapo, opta por los hipoalergénicos.
  • 4. Cuida tu piel durante la higiene diaria.
    Cuando te duches, lava suavemente tu cuerpo con un limpiador no jabonoso. Al terminar, es importante secar bien la piel sin ser agresiva. Puedes secar las zonas donde hay pliegues con un secador a baja temperatura en vez de con una toalla.
  • 5. Si te depilas, presta atención al método que eliges.
    Mejor opta por el láser en vez de métodos tradicionales como la cera o la cuchilla.
  • 6. Usa ropa holgada.
    Elige prendas sueltas y livianas, transpirables y de tejidos naturales como el algodón, que te permitirán reducir la fricción e irritación que puede provocar la ropa. Cámbiatela a menudo, especialmente si sudas.
  • 7. Evita lesionarte la piel.
    Si ha aparecido un golondrino, no te afeites la zona lesionada ni aprietes el posible bulto. Antes y después de tocar la lesión, lávate las manos con un gel bactericida.
  • 8. Ante cualquier duda, consulta con tu médico.
    La hidrosadenitis supurativa o formación de golondrinos es una enfermedad crónica y tu médico te ayudará a controlarla y a administrar adecuadamente los tratamientos en las fases de brotes.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.