Hernia de hiato

¿Qué es la hernia de hiato?

La hernia de hiato es un trastorno muy frecuente que se produce cuando una porción de la parte superior del estómago protruye a la cavidad torácica. Su causa principal es una anomalía en el hiato diafragmático. Esta es una pequeña abertura que existe en el diafragma (el músculo que separa el tórax del abdomen)  y por el que pasa el esófago.

Tras la ingestión de alimentos y líquidos, éstos llegan hasta el estómago a través del esófago, el tubo hueco que comunica con la garganta o faringe -y que pasa por el hiato-. Distintas causas pueden llevar al hiato a aumentar de tamaño, lo cual puede inducir a que la parte superior del estómago empuje hacia arriba y se desplace del abdomen al tórax.

Se denomina ‘hernia’ dado que este es el término médico empleado para cuando un órgano, parte de este o una estructura, sale de la cavidad o lugar habitual donde está contenida. Y ‘de hiato’ por ser ese el orificio por donde se produce la hernia.

Cuando los alimentos llegan al estómago, una válvula llamada “cardias” evita que el contenido del estómago (muy ácido) retroceda hacia el esófago. Pero cuando hay una hernia de hiato, la función del cardias queda comprometida y el alimento y los ácidos que contiene el estómago pueden pasar con facilidad al esófago. Si la hernia es pequeña, puede no haber síntomas o pueden variar desde el reflujo ácido o la sensación de indigestión hasta el dolor torácico, la hinchazón, los eructos frecuentes y la dificultad para tragar.

Generalmente, estos síntomas se alivian con tratamiento farmacológico y la puesta en práctica de medidas higiénico-dietéticas saludables. En muy pocas ocasiones, es necesario recurrir a la cirugía.


¿Qué tipos de hernia de hiato hay?

Existen, principalmente, tres tipos de hernia de hiato:

  • Hernia de hiato por deslizamiento o tipo I. Se desplazan tanto la unión entre estómago y esófago (cardias) como una pequeña porción del estómago. Aproximadamente, de un 75% a un 90% de las hernias son por deslizamiento, según datos publicados en la revista Farmacia Profesional.
  • Hernia de hiato paraesofágica o tipo II. La unión entre el esófago y el estómago (cardias) se mantiene por debajo del diafragma (sin herniar). Es una parte del estómago la que pasa a través del hiato por encima del diafragma y se sitúa al lado del esófago.
  • Hernia de hiato mixta. Combina características de los dos tipos anteriores.

¿Cuáles son las causas?

La causa por la que se produce una hernia de hiato no se conoce plenamente y puede obedecer a muchos factores y la combinación de estos,  pero parece estar relacionada con el estiramiento de las bandas de tejido que se conectan mediante el hiato al esófago y al diafragma y/o a aumentos de presión abdominal.

Este estiramiento podría estar provocado por causas como cambios en el diafragma debido a la edad, lesiones generadas por cirugías o traumatismos, nacer con un hiato inusualmente grande -sería una anomalía congénita- o una presión persistente en los músculos que lo circundan. Esta presión podría ser consecuencia de padecer obesidad, tos crónica, estreñimiento -por el esfuerzo realizado durante la evacuación intestinal-, levantar peso con frecuencia o practicar determinados tipos de ejercicio físico.


¿Qué síntomas produce la hernia de hiato?

Dado que la mayoría de hernias de hiato son muy pequeñas, no suelen generar síntomas. Cuando sí los hay, suelen ser de carácter leve y están relacionados con el reflujo gastroesofágico (ERGE):

  • Retroceso de ácido estomacal del estómago al esófago (reflujo ácido).
  • Sensación de ardor o quemazón -pirosis- que asciende del estómago a la garganta. Empeora tras las comidas, sobre todo si son copiosas.
  • Regurgitación de comida o líquido a la boca y eructos. Son más habituales durante la noche.
  • Dificultad para tragar.
  • Dolor abdominal o en el tórax.
  • Sentirse lleno poco después de comer.
  • En algunas ocasiones, vómitos con sangre o heces de color negro, que pueden indicar sangrado gastrointestinal debido a úlceras provocadas por el reflujo o a lesiones por compresión por la hernia.
  • Síntomas respiratorios como falta de aire, afonía o carraspera.

La hernia de hiato paraesofágica, si su tamaño es grande, puede quedar comprimida por el diafragma y perder su aporte sanguíneo. Se trata de un trastorno grave y doloroso conocido como estrangulamiento, que requiere de una intervención quirúrgica urgente. Además de intenso dolor torácico, puede haber hinchazón, eructos y dificultad para tragar.


¿Cuál es su tratamiento?

La hernia de hiato que no produce síntomas no requiere tratamiento. Si se presentan síntomas de reflujo o acidez, puede recurrirse a un tratamiento basado en fármacos que reducen o neutralizan la producción de ácido, así como la práctica de diferentes hábitos higiénico-dietéticos que pueden contribuir a mejorar los síntomas mediante la modificación del estilo de vida. Son consejos que se pueden aplicar en el día a día como, por ejemplo, comer con mayor frecuencia y en pequeñas cantidades, eliminar el tabaco y el alcohol, elevar el cabecero de la cama a la hora de dormir y eliminar o limitar el consumo de bebidas que contienen ácido, entre otros. Puedes ampliar estas recomendaciones en el siguiente contenido.

El dolor torácico es uno de los síntomas de la hernia de hiato.
El dolor abdominal es uno de los principales síntomas de la hernia de hiato.

El tratamiento quirúrgico puede ser necesario en personas con hernias de gran tamaño o cuando existe un reflujo gastroesofágico que no se controla con fármacos o que provoca lesiones en el esófago. Por último, una hernia de hiato paraesofágica que causa síntomas debe ser intervenida quirúrgicamente para prevenir complicaciones como su estrangulación.


¿A quién afecta?

La hernia de hiato afecta con mayor frecuencia a quienes padecen obesidad, mujeres embarazadas y, en general, a personas mayores de 50 años. También los fumadores tienen mayor riesgo de sufrir una hernia hiatal.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.