Hipermetropía
Un problema que afecta a uno de cada doce españoles
Como ya comentamos en el contenido de Miopía, en ocasiones, la forma del ojo puede verse alterada, por lo que este no es capaz de enfocar directamente la luz en la retina y se produce lo que se conoce como un error de refracción. La miopía, la presbicia, el astigmatismo y la hipermetropía, por este orden, son los más comunes.
En el caso de la hipermetropía, la imagen que llega no se enfoca en la retina, sino detrás de esta, lo cual impide ver con nitidez los objetos cercanos, pero sí permite distinguir con claridad los lejanos.
Globo ocular demasiado corto
Cuando la luz pasa de un medio a otro, se produce un cambio en su dirección debido a la distinta velocidad de propagación que tiene en los diferentes materiales. En el proceso de visión, la luz se desvía o refracta al pasar a través de la córnea y el cristalino hasta ser enfocada en la retina, la capa de células fotosensibles que recubre la parte posterior del ojo. La retina recibe la imagen que han formado los rayos de luz y la manda al cerebro por medio del nervio óptico.
Sin embargo, si el globo ocular es demasiado corto o la forma de la córnea o del cristalino han sufrido alteraciones, como sucede a las personas hipermétropes, el ojo no refracta o dobla la luz adecuadamente, por lo que se enfoca detrás de la retina, en vez de sobre ella, tal y como se aprecia en el infográfico de abajo. Ello forma en la retina un círculo de difusión que da lugar a una imagen borrosa.
Un problema muy común
Según datos de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO), la hipermetropía afecta al 12% de los españoles. Al igual que la miopía, suele ser hereditaria.
Por otra parte, un 75-80% de los niños recién nacidos son hipermétropes.
Pero, si el problema no es demasiado grave, los niños suelen ser capaces, de forma natural, de doblar los rayos de luz y colocarlos directamente sobre la retina, por lo que pueden ver con claridad los objetos a distancia y de cerca. Conforme el niño crece, el ojo tiende a alargarse y la hipermetropía va reduciéndose.
Dificultades para ver de cerca
Las personas experimentan la hipermetropía en formas diferentes. Algunas pueden no presentar ningún problema con su visión, especialmente cuando son niños y/o jóvenes. Otras personas con más dioptrías pueden sufrir dificultades para ver con claridad a cualquier distancia, pero sobre todo de cerca y, en consecuencia, tener problemas para llevar a cabo algunas actividades como la lectura.
Por otra parte, dado que los ojos con este problema necesitan mucha acomodación para enfocar de cerca –contraen mucho unos músculos de su interior, llamados ciliares-, los hipermétropes pueden sufrir varios síntomas:
- Vista cansada.
- Entrecerrar los ojos a menudo.
- Aumentar el parpadeo.
- Dolores de cabeza.
- El cansancio debido al esfuerzo visual también puede producir dolor o ardor ocular y una mayor predisposición a las inflamaciones.
Tipos de hipermetropía: de leve a elevada
Según el número de dioptrías, que varía un poco según las fuentes consultadas, la hipermetropía puede clasificarse en:
- Leve o baja: entre 1 y 3 dioptrías.
- Moderada: de 3 a 6 dioptrías.
- Elevada o alta: más de 6 dioptrías.
Así mismo, en diversos estudios se ha apuntado que por encima de 3 dioptrías aumenta la incidencia de ojo vago y estrabismo en relación a la población normal.
Gafas, lentillas o cirugía láser para corregirla
El tratamiento más adecuado para la hipermetropía depende del estilo de vida de cada persona y de sus ojos. Existen diversas opciones:
- Las gafas: a través de las lentes que convergen los rayos, la imagen se forma sobre la retina, y no detrás de ésta, por lo que la hipermetropía queda corregida. A algunas personas, sin embargo, pueden resultarles incómodas de llevar.
- Las lentes de contacto: su superficie se convierte en la primera superficie de refracción para la luz, que luego entra en el ojo y al igual que las gafas, ayudan a reorientar los rayos de luz sobre la retina. No todo el mundo puede llevarlas, pero en muchos casos proporcionan una visión más clara y un campo de visión más amplio que las gafas, además de mayor comodidad.
- La cirugía refractiva: se trata de un procedimiento quirúrgico que permite corregir o mejorar la visión mediante la remodelación permanente de la parte frontal de la córnea para ajustar su capacidad de enfoque.
Consejos para los errores refractivos del ojo
Podemos señalar algunas recomendaciones generales para los errores refractivos, es decir, que pueden aplicarse en casos de hipermetropía, miopía y astigmatismo:
- 1. Acude al oftalmólogo.
Si ves que tu hijo o tú mismo tuerces la cabeza, los ojos, tienes dolores de cabeza o se te ponen los ojos rojos con la lectura, debes concertar una revisión con el oftalmólogo para que evalúe si sufres algún tipo de error refractivo. - 2. Usa las gafas.
Si el médico te las ha recomendado, póntelas en los momentos en que así lo haya indicado (conducir, ver una película en el cine…) porque mejorarán tu visión y no aumentarán el defecto óptico. - 3. Mejor, fuera.
Realiza actividades al aire libre al menos 1-2 horas al día. - 4. Con buena luz.
Utiliza iluminación ambiental adecuada cuando trabajes con el ordenador o leas para no forzar ni cansar la vista. - 5. Descansa la vista.
Realiza descansos frecuentes cada 45 minutos mientras lees o trabajas con el ordenador, levantando la vista del libro o la pantalla.
Autor y fuentes
- American Academy of Ophtalmology. “¿Qué Es la Hipermetropía?”. 2012.
- Sociedad Española de Oftalmología (SEO). 93º Congreso
- Referencias al Libro Blanco de la Visión en España. 2013 en Federación Española de Asociaciones del Sector Óptico (FEDAO), Asociación Visión y Vida y Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas.
- Instituto Nacional del Ojo. EEUU. “La hipermetropía”.
- La Voz de Galicia. “Ocho de cada diez españoles tienen un problema visual”. Elisa Álvarez. 23 de septiembre de 2015.
- Arnaldo Belzunce Manterola, Doctor en Medicina y Cirugía, y especialista en Oftalmología.
- Defectos de refracción cap. 3 Juan Antonio Cárceles Cárceles, Mª Victoria Montoya Alfaro, Eva María Salinas Martínez, Antonio José Verdú Fernéndez.
*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.