Hipertiroidismo
La tiroides, en el centro del metabolismo
La tiroides es una glándula del sistema endocrino que se localiza en la parte delantera del cuello, sobre la tráquea y tiene forma de mariposa.
Su función es producir las hormonas tiroideas (T4 y T3) que, a través del torrente sanguíneo, se distribuyen a todas las células del cuerpo. Estas hormonas tiroideas son estimulantes generales del metabolismo y, como consecuencia de su acción, este se acelera, al tiempo que aumenta la velocidad de circulación de la sangre.
El hipertiroidismo es una patología que se refiere específicamente a un exceso de síntesis y secreción de hormonas por parte de la glándula tiroidea. Este aumento hormonal provoca, a su vez, la aceleración del metabolismo.
Es importante distinguirla de la tirotoxicosis, que se refiere a los síntomas y signos fisiopatológicos que se producen en el organismo debido a su exposición al exceso de hormona tiroidea, independientemente de cuál sea la causa de ese exceso. En la mayoría de los casos, pero no siempre, la tirotoxicosis se produce por el hipertiroidismo.
La causa más frecuente es la Enfermedad de Graves-Basedow
Según datos de la Clínica Universidad de Navarra, el hipertiroidismo es una enfermedad frecuente que afecta a alrededor del 1% de la población. Se da en mayor medida en mujeres de entre 30 y 40 años, aunque puede presentarse a cualquier edad.
Por otra parte, el hipertiroidismo se considera un trastorno poco frecuente en niños y adolescentes, aunque supone el 10%-15% de toda la patología tiroidea, de acuerdo a la Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica (SEEP). El 95% de casos de hipertiroidismo infantil está relacionado con la Enfermedad de Graves-Basedow. De hecho, según la American Thyroid Association, esta enfermedad provoca el 70% de los casos totales de hipertiroidismo en niños y en adultos.
En la Enfermedad de Graves-Basedow, el organismo genera en la sangre anticuerpos que estimulan el crecimiento de la tiroides, por lo que esta aumenta de tamaño y segrega en exceso hormona tiroidea. No se conocen bien las causas de esta patología, aunque, como en casi todas las dolencias autoinmunes, en un individuo genéticamente predispuesto suele precipitarla un factor ambiental asociado, que puede ser infecciones, fármacos, hormonas o estrés físico o emocional.
Aparte de esta patología, existen otras causas del hipertiroidismo:
- Bocio tóxico nodular y multinodular: son las siguientes causas en frecuencia y en su aparición parecen estar involucrados factores genéticos, que condicionan también su crecimiento y desarrollo. Este tipo de bocio se manifiesta con uno o varios bultos en la tiroides, que crecen gradualmente y aumentan la secreción de hormona tiroidea.
- Otras causas menos frecuentes que provocan un aumento de la actividad de la glándula tiroidea: por ejemplo, enfermedades de la hipófisis, que transmiten una señal a la tiroides para que aumente su producción. En este caso, el origen de la enfermedad no estaría propiamente en la tiroides.
También puede suceder que la actividad de la tiroides no cause el problema, sino que sean otros agentes, como virus o anticuerpos, los implicados en el aumento de hormonas tiroideas circulantes en sangre:
- Tiroiditis subagudas o tiroiditis crónicas: son afecciones causadas por un problema en el sistema inmune o por una infección viral, lo que provoca una liberación a la sangre de las hormonas ya almacenadas por la tiroides.
- Tirotoxicosis facticia: cada día más frecuente, está provocada por la ingesta abusiva de la hormona tiroidea sin indicación médica, a menudo con fines estéticos o por indicación médica en algunos procesos que lo requieren, como evitar la reaparición de un tumor tiroideo tras su tratamiento quirúrgico. También puede producirse por ingesta involuntaria al comer carne contaminada con tejidos tiroideos (lo que se conoce como hamburger tirotoxicosis).
Gran variedad de síntomas
Entre los síntomas más comunes del hipertiroidismo, se hallan:
- Nerviosismo e inquietud.
- Irritabilidad.
- Debilidad muscular, sobre todo en brazos y muslos.
- Pérdida de peso.
- Aumento del apetito.
- Dificultad para concentrarse.
- Fatiga.
- Deposiciones frecuentes.
- Bocio (tiroides visiblemente agrandada), que si alcanza un gran tamaño, puede producir en el cuello sensación de presión, dificultad para tragar alimentos o afonía.
- Pérdida del cabello o cabello más fino y quebradizo.
- Adelgazamiento de la piel.
- Temblor en las manos.
- Intolerancia al calor.
- Aumento de la sudoración.
- Irregularidades en la menstruación y flujo menstrual más ligero.
- Palpitaciones.
- Problemas para conciliar el sueño.
- Ojos saltones.
¿Qué complicaciones puede tener?
En caso de no tratarse, el hipertiroidismo puede derivar en una crisis tirotóxica o tormenta tiroidea. Los principales síntomas en este caso son fiebre, dolor de abdomen, taquicardias, insuficiencia cardíaca, deshidratación y menor lucidez. Esta complicación puede llegar a ser mortal y requiere un tratamiento urgente.
Afortunadamente, el hipertiroidismo sí es controlable con los tratamientos habituales.
El diagnóstico se confirma con un análisis de sangre
El diagnóstico de hipertiroidismo se basa en la sospecha clínica y en la realización de un examen físico que detectará el agrandamiento de la tiroides y un pulso acelerado. Otros signos pueden ser la piel húmeda y el temblor de dedos, así como el aumento de reflejos o los ojos brillantes.
El diagnóstico se confirma posteriormente con análisis de sangre en laboratorio: fundamentalmente a partir de la hormona T4 libre y la TSH se confirman la mayoría de los casos. También se realizan otro tipo de análisis más completos en situaciones especiales, en las que es preciso extremar las precauciones para evitar un diagnóstico erróneo de hipertiroidismo, como en el embarazo, entre otras. La determinación de anticuerpos relacionados con el tiroides es de interés para afinar el diagnóstico y seguimiento de las enfermedades autoinmunes del tiroides, como la Enfermedad de Graves y la tiroiditis crónica.
Además, pueden realizarse pruebas de imagen complementarias como la ecografía (que aportará datos sobre la forma o crecimiento de la glándula); la gammagrafía tiroidea (útil para establecer la clasificación diagnóstica del hipertiroidismo); y, en algunos casos muy determinados, radiografías simples, TAC y RNM.
Desde medicación a cirugía para tratarlo
El hipertiroidismo es una enfermedad controlable y curable, aunque no existe un tratamiento único, sino que este depende de la edad, el tipo de hipertiroidismo, su grado de severidad y las condiciones físicas y de salud del paciente.
Existen tres tipos de tratamientos:
- Tratamiento farmacológico: se basa en la administración oral de medicamentos antitiroideos que inhiben la formación de hormonas tiroideas y, dependiendo del tipo de enfermedad (Graves-Basedow, bocios nodular ó multinodular), se administran siguiendo diferentes pautas. Es preciso realizar un seguimiento estrecho del paciente para el control de los efectos secundarios, fundamentalmente reacciones cutáneas y disminución de los glóbulos blancos y tener especial precaución con la aparición de infecciones o si se va a ser sometido a estrés. También existen otros tratamientos farmacológicos para el control de algunos síntomas, como los oculares o las palpitaciones
- Tratamiento quirúrgico: si el tratamiento conservador no funciona, al igual que en el caso de algunos bocios nodulares de gran tamaño, puede recurrirse a la cirugía.
- Tratamiento de yodo radioactivo: si el bocio es de pequeño tamaño o el riesgo quirúrgico alto, puede recurrirse a la administración oral de yodo radioactivo, que destruirá las células tiroideas que producen hormona tiroidea en aproximadamente dos meses. También puede estar indicado en otras situaciones y el médico individualizará cada caso para aconsejar su utilización.
Otras situaciones pueden requerir diferentes estrategias terapéuticas: como en el caso de la tirotoxicosis por sobredosis hormonal, por ingesta de carnes contaminadas o el uso de productos que contengan yodo.
Tanto la cirugía como el yodo radioactivo pueden producir hipotiroidismo, que debe tratarse de por vida con comprimidos de hormona tiroidea.
Fuentes
American Thyroid Association. “Hipertiroidismo”.
Clínica Universitaria de Navarra (CUN). “Hipertiroidismo”.
Revista Medicina General “Hipertiroidismo: clínica, diagnóstico y tratamiento”. Mª Reche Molina, B. Valera, C. Hidalgo, L. León, G. Piédrola. Servicios de Medicina Interna y Endocrinología. Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada.
Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica (SEEP). “Hipertiroidismo”. Cap. 15. María Chueca Guindulain, Luis Ciprés Casasnovas, Juan Ferragut Martí.
Institutos Nacionales de la Salud. Biblioteca Nacional de Medicina de los EE.UU. “Hipertiroidismo”.
Asociación Colombiana de Endocrinología. “Hipertiroidismo”. Cap. 21. Dr. Héctor Mario Rengifo Castillo Médico Internista. Endocrinólogo. Expresidente y Miembro Honorario de la Asociación Colombiana de Endocrinología. Cali.
*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.