Intolerancia a la fructosa

¿Qué es la fructosa?

La fructosa es un tipo de azúcar (o hidrato de carbono) simple o monosacárido, presente de manera natural en muchos alimentos como la miel y un gran número de frutas y verduras. Por eso también se denomina comúnmente como azúcar de la fruta y de la miel. El azúcar común, la sacarosa, está formado por glucosa y fructosa.

Nuestro cuerpo también puede obtenerla fructosa a partir del sorbitol, otro tipo de azúcar que está presente en algunas frutas -peras, manzanas, ciruelas, membrillos, ciruelas, melocotones… A menudo, se usa como edulcorante porque aporta pocas calorías. Podemos encontrarlo en el etiquetado (E-420) de productos como chicles, zumos industriales, galletas, productos dietéticos, medicamentos…


¿Qué es la intolerancia a la fructosa?

La intolerancia a la fructosa es una afección que se produce cuando el organismo no puede absorber correctamente este azúcar. Es por tanto, una malabsorción. Cuando la fructosa no se absorbe, puede hacer que el intestino libere agua hacia su interior, produciendo diarrea. Además, la fructosa no absorbida puede llegar al colon (intestino grueso) y allí ser fermentada por las bacterias naturalesde nuestro intestino, produciendo gases. El resultado es la aparición de una serie de síntomas que veremos a continuación.

No hay que confundir la intolerancia a la fructosa, en la que el problema es una malabsorción intestinal,  con la fructosemia o “intolerancia hereditaria a la fructosa”, una enfermedad muy rara de origen genético en la que el problema es la incapacidad del hígado de metabolizar la fructosa. Es muy poco frecuente  suele darse en bebés.

Según la Asociación Andaluza de Patología Digestiva (AAPD), entre un 40% y un 60% de la población de nuestro país padece intolerancia a la fructosa. Sin embargo, la malabsorción de este azúcar está infradiagnosticado, ya que sus síntomas pueden confundirse con los de otras enfermedades digestivas.

Debido a la forma de absorción, también debemos tener en cuenta que la mayoría de los intolerantes a la fructosa pueden absorber ésta sin problemas cuando se administra conjuntamente con glucosa. Estoexplica  que las personas intolerantes a la fructosa puedan tomar sin dificultad sacarosa (azúcar común) pese a estar compuesto por fructosa y glucosa. Esto se debe a que la mezcla de ambos en el intestino facilita la absorción de la fructosa. Sin embargo, cuando se toma sola o en forma de sorbitol dificulta esta absorción por lo que a veces se habla de intolerancia a sorbitol-fructosa


¿Qué síntomas tiene la intolerancia a la fructosa?

Tras la fermentación de la fructosa en el colon, aparecen distintos síntomas similares a los que produce la dispepsia o el síndrome del colon irritable. De hecho, debe evaluarse la intolerancia a la fructosa como posible causa de ese diagnóstico:

  • Dolor de tipo cólico entre 30 minutos y  3-4 horas tras las comidas.
  • Distensión e hinchazón abdominal.
  • Flatulencias.
  • Movimientos y ruidos intestinales.
  • Con cierta frecuencia, diarrea con abundante gas (diarrea explosiva)

La intensidad de los síntomas varía según el grado de intolerancia a la fructosa de cada persona.  

En algunos casos y de manera poco frecuente, puede darse dolor de cabeza -cefalea-, náuseas, vómitos y empeoramiento de un estreñimiento previo, debido seguramente a la presencia de un tipo de flora intestinal que genera el gas metano.

En el caso de los niños, las heces ácidas pueden provocar enrojecimiento en la zona que rodea el ano y escozor al deponer. La desnutrición y la pérdida de peso son muy poco probables, aunque en caso de un mayor grado de intolerancia, podría condicionar un retraso en el desarrollo y el crecimiento.

El tiempo que tardan en aparecer los síntomas es muy variable. Si el estómago y el intestino se vacían rápidamente, pueden darse a los treinta minutos tras la ingesta. Pero si la fructosa se toma mezclada con más alimentos, al final de una comida o hay dolencias que retrasen el vaciado del estómago y/o el movimiento intestinal, los síntomas pueden tardar en aparecer entre tres y cuatro horas.


¿Qué causa la intolerancia a la fructosa?

El intestino absorbe la fructosa gracias a unas proteínas llamadas transportadoras que pueden ser de dos tipos:

  • Transportador específico de fructosa: cuando hay deficiencia de este transportador y se toma la  fructosa sola o en combinación con azúcares como el sorbitol, puede producirse la intolerancia ya que la fructosa no es absorbida y pasa al colon donde fermenta. Como consecuencia de este proceso, se liberan gases -hidrógeno, dióxido de carbono, metano-, ácidos grasos y agua.
  • Transportador inespecífico de glucosa, galactosa y fructosa: cuando en la dieta se toma sacarosa (glucosa+fructosa) o fructosa y otros azúcares que contengan glucosa o galactosa, el transportador inespecífico es capaz de incorporar grandes cantidades de fructosa aunque el propio de la fructosa no funcione adecuadamente.

¿Qué tipos de intolerancia a la fructosa hay?

La intolerancia a la fructosa puede ser de dos tipos:

  • Primaria. Se produce porque disminuye la proteína que transporta la fructosa y es, probablemente, de origen genético. Se desarrolla a lo largo de la vida.
  • Secundaria. No es de origen genético. Surge debido a una enfermedad intestinal como la gastroenteritis o la enfermedad inflamatoria intestinal. Suele ser transitoria, aunque también puede convertirse en permanente.

¿Cuál es el tratamiento de esta intolerancia?

El tratamiento consiste fundamentalmente en limitar o prescindir de alimentos con elevadas proporciones de fructosa y/o sorbitol en su composición. Dado que el grado de intolerancia es variable de unas personas a otras, se debe limitar la ingesta valorando no ser excesivamente restrictivos para facilitar el cumplimiento de la dieta y evitar carencias nutricionales. Se debe tener en cuenta que lo que más intolerancia genera es el exceso de fructosa en un alimento determinado y sobre todo cuando se toma en combinación con sorbitol, ya que dificulta la absorción.

Es importante conocer qué alimentos contienen o no fructosa.

El azúcar común (sacarosa) y los alimentos que además de fructosa contienen otros azucares en más proporción, suelen tolerarse bastante bien


¿Qué alimentos están permitidos y prohibidos en la intolerancia a la fructosa?

Las personas con intolerancia a la fructosa deben conocer qué alimentos contienen fructosa y cuáles no, para controlar las dosis que toman diariamente. A la hora de seleccionar los alimentos permitidos en la dieta, es importante tener en cuenta que suele provocar mayor intolerancia el exceso de fructosa en un mismo alimento y, sobre todo, la combinación de esta con sorbitol. En cambio, si el alimento contiene otros azúcares en mayor proporción, suelen ser bien tolerados.

Las frutas con bajo contenido de fructosa son la naranja, la mandarina, el plátano, el limón, la lima, la fresa, el kiwi, el aguacate, la mora, la uva y el melón. En el caso de las verduras, se toleran mejor las acelgas, el brócoli, las espinacas, el apio, las alcachofas, los berros, los champiñones, la lechuga, la escarola y las endibias. Se deben evitar principalmente las manzanas, uvas pasas, peras, ciruelas, cerezas, melocotón y albaricoques, higos y dátiles.

Los alimentos de origen animal como las carnes, pescados, huevos, leche, etc. se pueden comer sin problema, siempre y cuando no estén elaborados.

Debería reducirse el consumo de chocolate, productos de bollería, zumos comerciales mermeladas y aquellos alimentos o productos que indiquen “sin azúcar” ya que suelen tener altas concentraciones de fructosa y/o sorbitol.

Para poder saber qué otros alimentos deben eliminarse o restringirse de la dieta, en la siguiente tabla pueden consultarse las proporciones de fructosa de cada uno de ellos:

Fuente: Asociación Española de Gastroenterología (AEG).

Consejos para mejorar la tolerancia a la fructosa

Seguir las siguientes pautas en el día a día puede ayudar a reducir los síntomas que origina la malabsorción a la fructosa:

  1. 1. Toma los alimentos que contengan  fructosa en pequeñas cantidades a lo largo del día.  
    Por ejemplo, ingiere solamente una pieza de fruta hasta un máximo de dos o tres al día.
  2. 2. Excluye de tu dieta los alimentos que contengan más fructosa que glucosa o fructosa y sorbitol juntos.
    Por ejemplo, frutas como manzanas, peras, ciruelas, cerezas, melocotones y albaricoques.
  3. 3. Evita también los  dulces, especialmente los “sin azúcar”.  
    Entre ellos, los chicles y las gominolas “sin azúcar”, la mermelada, el membrillo, el chocolate y la bollería.
  4. 4. Sé precavido con las carnes y pescados elaborados (patés, embutidos, conservas). Ten en cuenta que, en su procesamiento pueden añadirse fructosa y sorbitol
  5. 5. No tomes bebidas comerciales o edulcoradas con fructosa y/o sorbitol.    
    Evita los zumos comerciales y los refrescos.
  6. 6. Cuece las verduras.   
    Así, reducirás su contenido en fructosa y mejorarás su tolerancia.
  7. 7. Revisa los etiquetados de los alimentos.      
    Te permitirá evitar todos aquellos productos que incluyan sorbitol (E-420) entre sus ingredientes.
  8. 8. Consulta con tu médico y con tu farmacéutico qué medicamentos y productos farmacéuticos o dietéticos puedes tomar. Numerosos jarabes contienen glucosa o sorbitol. Aunque la cantidad suele ser pequeña y generalmente no provoca síntomas, es preferible considerar otras alternativas.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.