Isquemia intestinal

¿Qué es la isquemia intestinal?

La isquemia intestinal tiene lugar cuando el flujo sanguíneo que llega al intestino se ve reducido de manera significativa, debido a causas como el estrechamiento u oclusión total o parcial de un vaso sanguíneo -una arteria en la mayoría de las ocasiones- o un episodio de tensión arterial muy baja. Puede afectar tanto al intestino delgado como al grueso o colono a ambos al mismo tiempo.

El intestino es un órgano que demanda un alto flujo de sangre, por tanto cualquier reducción del flujo sanguíneo puede producir isquemia. Cuando hay una alteración de las arterias mesentéricas, que irrigan la mayor parte del intestino, hablamos en general de isquemia mesentérica. Normalmente afecta a la arteria mesentérica superior, mayoritariamente al intestino delgado y es de inicio agudo (por embolia o trombosis), denominándose isquemia mesentérica aguda (IMA). Supone el 30% de los casos. Cuando es únicamente el colon el que se ve transitoriamente privado de suficiente flujo vascular, hablamos de colitis isquémica (aunque cada vez más se prefiere el término isquemia de colon). Esta es la forma más frecuente de isquemia intestinal, y generalmente se produce por vasoconstricción (95% de los casos) y no por embolia o trombo. El recto raramente se ve afectado por isquemia al tener doble perfusión.

Se trata de un problema de salud muy grave que se manifiesta con dolor abdominal, entre otros síntomas, y que puede impedir que el intestino funcione con normalidad. La falta de oxígeno consecuencia de la disminución del riego sanguíneo puede dañar el tejido del área afectada de manera irreversible -lo que se conoce como infarto intestinal- y llegar a provocar la muerte, aunque el diagnóstico precoz puede mejorar el pronóstico.

Ante sospecha de isquemia intestinal, especialmente si es de inicio agudo, es clave buscar lo antes posible ayuda médica. El tiempo entre el inicio de los síntomas y el comienzo del tratamiento es crítico.


¿Qué tipos de isquemia intestinal hay?

Además de aguda o crónica, la isquemia puede clasificarse en:

  • Isquemia de colon o colitis isquémica (esta última denominación cada vez con menos uso). La disminución de la circulación sanguínea afecta a una parte del colon, y sólo al colon
  • Isquemia mesentérica. La restricción del fujo sanguíneo se produce principalmente en el intestino delgado. La mayor parte de los casos son de inicio abrupto y de ahí la denominación de isquemia mesentérica aguda.

¿Qué causa la isquemia intestinal?

Como se comentaba al inicio, la isquemia intestinal se produce porque se ve reducido o interrumpido totalmente el flujo sanguíneo que circula por los vasos que irrigan el intestino -las arterias, que suministran la sangre hacia él, y las venas, que portan la sangre hacia el exterior-.

La isquemia intestinal puede ser aguda, si se da de manera repentina un dolor abdominal de alta intesidad, o crónica, con hinchazón y calambres abdominales.
La isquemia intestinal puede ser aguda, si se da de manera repentina un dolor abdominal de alta intesidad, o crónica.

Esta disminución del flujo puede producirse por varios motivos:

  • Diabetes, enfermedad coronaria y enfermedades de las arterias (arteriopatía periférica).
  • Otras afecciones médicas como el síndrome del intestino irritable (SII), estreñimiento crónico, alteraciones de la coagulación de la sangre (trombofilia) el colesterol elevado, o haber sufrido intervenciones quirúrgicas abdominales.
  • La edad. Tener más de 50 años incrementa el riesgo de padecer este problema de salud.
  • El tabaquismo.
  • Consumir drogas como la cocaína y las metanfetaminas.
  • Realizar ejercicio vigoroso y prolongado como correr una maratón.
  • Tratamientos crónicos con fármacos como vasoconstrictores, opioides o inmunomoduladores.

¿Cúales son los factores de riesgo de la isquemia intestinal?

Los factores que aumentan la probabilidad de sufrir una isquemia intestinal son los siguientes:

  • La edad. Tener más de 50 años incrementa el riesgo de padecer este problema de salud.
  • El tabaquismo.
  • Consumir drogas como la cocaína y las metanfetaminas.
  • Sufrir trastornos de la salud como la ateroesclerosis, problemas cardiacos, de los vasos sanguíneos y/o de la coagulación.
  • Otras afecciones médicas como la hipotensión, la diabetes o el colesterol elevado.
  • Realizar ejercicio vigoroso y prolongado como correr una maratón.

¿Qué síntomas produce la isquemia intestinal?

Los síntomas de la isquemia intestinal varían dependiendo de la magnitud y la duración de la isquemia. La mayoría de los pacientes tiene una isquemia que no llega a producir muerte (necrosis) del tejido, y generalmente se resuelve por completo. Sin embargo, casi el 10% de los pacientes desarrolla necrosis y gangrena del segmento afectado, que pueden poner en peligro la vida. Estos pacientes tienen una evolución hospitalaria más prolongada y tienden a desarrollar complicaciones a largo plazo.

La isquemia intestinal puede producirse de manera repentina -aguda- o extenderse en el tiempo -crónica-. En cada caso, los síntomas y signos más comunes son los siguientes:

  • Agudos. Se produce de manera repentina dolor abdominal de alta intensidad, evacuaciones intestinales frecuentes, presencia de sangre en las heces, náusea y vómitos, así como confusión en personas mayores. Se suele relacionar con una obstrucción de vasos sanguíneos de forma súbita (trombo o embolia).
  • Crónicos. Se manifiesta con hinchazón y calambres abdominales, sensación de plenitud treinta minutos después de comer que puede durar de una a tres horas, dolor abdominal que empeora progresivamente, miedo a comer debido a este dolor, pérdida de peso no voluntaria, diarrea o estreñimiento y náuseas y vómitos. Se suele relacionar con una disminución no completa de la perfusión del intestino, lo que en muchas ocasiones produce irritación del mismo (de ahí el término colitis isquémica).

¿Qué complicaciones puede tener la isquemia intestinal?

Entre las complicaciones más comunes de la isquemia intestinal, se encuentran:

  • Perforación de la pared intestinal. Como consecuencia de la falta de oxígeno transportado por la sangre, el tejido afectado puede morir (necrosis) y puede abrirse un agujero a través del cual los contenidos del intestino pasen a la cavidad abdominal, lo cual puede dar lugar a una peritonitis (un tipo de -infección grave-).
  • Cicatrización del intestino. Aunque el organismo se recupere de la isquemia, el tejido puede cicatrizar y estrechar y bloquear el intestino, principalmente, el colon.
  • Daño irreversible o muerte del tejido intestinal. En caso de que la circulación sanguínea se bloquee totalmente y de manera repentina, puede producirse la muerte de la zona del intestino afectada. Conocida como infarto intestinal, esta condición puede provocar al fallecimiento de la persona.
  • Shock séptico e insuficiencia orgánica. En caso de la muerte del tejido intestinal, las bacterias intestinales invaden el organismo, lo que puede llevar a un shock séptico, que también es potencialmente mortal.

¿Cómo se trata la isquemia intestinal?

El objetivo del tratamiento es restablecer el suministro de sangre al sistema digestivo mediante la restauración del flujo sanguíneo. Se trata de un trastorno potencialmente muy grave por lo que es urgente buscar ayuda médica. En general requerirá un estudio en profundidad y si se trata de isquemia aguda, es necesario el ingreso hospitalario. Una vez confirmado el diagnóstico y en función del tipo de isquemia y de su gravedad, puede ser necesario:

  • Inicialmente, medidas de soporte basadas en reposo digestivo, hidratación (vía venosa habitualmente), y si se requiere, sonda nasogástrica y antibióticos.
  • Tratar cualquier afección médica asociada como la insuficiencia cardíaca congestiva o la arritmia.
  • Suspender el uso de fármacos que provoquen el estrechamiento de los vasos sanguíneos como los medicamentos hormonales, para las migrañas o para afecciones del corazón.
  • En caso de diagnosticarse mediante una técnica conocida como angiografía, puede tratar de resolverse la obstrucción introduciendo un catéter -tubo delgado y flexible- a través de una arteria, generalmente por la ingle, hasta llegar a las intestinales para extraer un coágulo de sangre o abrir una arteria estrechada.
  • Si el tejido se ha dañado (necrosis) llevar a cabo una cirugía para extirpar el tejido dañado y conectar los extremos restantes sanos, para extraer un coágulo de sangre o para desviar una arteria bloqueada o ensanchar una estrechada -angioplastia-.
  • El uso de antibióticos y/o medicación para prevenir o disolver coágulos -anticoagulantes- o para dilatar los vasos sanguíneos.

El pronóstico de la isquemia intestinal depende en gran medida de la causa, de la zona afectada y del tiempo de evolución. Es clave, especialmente en la isquemia aguda, el diagnóstico y tratamiento temprano. Se trata de una afección muy grave y que requiere intervención de urgencia.

Por otra parte, llevar un estilo de vida saludable que incluya seguir una dieta equilibrada y la práctica regular de ejercicio ayudará a reducir el riesgo de sufrir isquemia intestinal.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.