Legañas

Información proporcionada por la Sociedad Española de Oftalmología. Por medio del doctor Antonio Mateo, conocemos qué son las legañas, un fenómeno común e inofensivo. Las legañas son un fenómeno común que la mayoría de las personas experimentan a diario. Pueden variar en textura, color y cantidad, y aunque suelen ser inofensivas, en algunos casos pueden indicar problemas de salud ocular subyacentes.

¿Qué son las legañas?

Las legañas también se denominan en diferentes lugares con otros términos como lagañas, pitarras, pitañas, o chinguiñas. Son secreciones producidas por los ojos y sus anejos, de manera natural, siendo más habitual encontrarlas como acumulaciones de moco o lágrima seca en la zona nasal periocular o en el margen de los párpados, generalmente por la mañana al despertar.


¿Por qué se producen las legañas?

La película lagrimal se produce constantemente por glándulas con la finalidad de proteger, nutrir y proporcionar confort en la superficie ocular, lo que también repercute en la calidad visual. Cuando parpadeamos, una delgada capa de lágrimas “lava” y se extiende continuamente sobre los ojos. Las lágrimas tienen principalmente dos capas, una con componente hidromucoso y otra más externa lipídica (o de grasa). Las lágrimas tienen además numerosas sustancias disueltas en ellas como proteínas, azúcares, vitaminas, electrolitos, etc., y que además se mezclan con células muertas descamadas, células inmunes, polvo y otras partículas del entorno ambiental que pueden quedar atrapados en las secreciones oculares.

Sin embargo, cuando dormimos, nuestros ojos están cerrados y estas secreciones no son “barridas” o aclaradas por el parpadeo, acumulándose próximas a los puntos lagrimales y en el borde de los párpados, donde se secan, endurecen y se quedan pegadas.

Las legañas son una parte normal del funcionamiento del ojo, aunque determinadas condiciones ambientales como polvo, polen y otros alérgenos pueden aumentar la producción de moco como mecanismo de limpieza, lo que resulta en una mayor cantidad de legañas. La mayoría de las legañas se eliminan fácilmente al lavarse la cara por la mañana. La falta de limpieza adecuada alrededor de los ojos puede aumentar la acumulación de secreciones.


¿Pueden ser indicativas de algún problema?

La textura y el color de las legañas pueden variar, y esto puede ofrecer pistas sobre la salud ocular. Cuando la apariencia es como un poco de moco seco suele ser normal. Sin embargo, si son producidas en exceso, principalmente durante el día, y con color y consistencia diferentes a lo considerado como normal, pueden indicar la presencia de inflamación o infección ocular, por diversas enfermedades como conjuntivitis, blefaritis, alergia, ojo seco u obstrucción de la vía lagrimal. Por ejemplo, las legañas amarillentas o verdosas podrían indicar una infección, con frecuencia bacteriana. Si las legañas se presentan con síntomas adicionales como dolor, enrojecimiento, hinchazón, visión borrosa o sensibilidad a la luz, es importante buscar atención médica.

Es necesario consultar al oftalmólogo en caso de producción excesiva de legañas, especialmente durante el día, o cuando están acompañadas de otros síntomas como enrojecimiento y molestias oculares para que sea diagnosticada su causa e iniciar el tratamiento más adecuado lo antes posible, en caso de que sea necesario. Las medidas terapéuticas incluirán una correcta higiene ocular y palpebral, y en dependencia de la causa subyacente podrán añadirse antiinflamatorios, antisépticos, antibióticos, y/o lubricantes oculares.


¿Cómo limpiar las legañas (sobre todo en bebés y niños)?

La mayoría de las legañas de aparición matutina son fisiológicamente normales y son eliminadas fácilmente en el lavado de cara del aseo diario. El agua es un buen mucolítico y que ayuda a la limpieza de las secreciones oculares por arrastre.

La aparición de legañas en los ojos de bebés y niños son muy frecuentes. Suelen surgir asociados a resfriados o debido a conjuntivitis, los cuales ocasionan una secreción excesiva en los ojos de color amarillenta o verdosa que se adhiere a las pestañas, pudiendo despertarse el niño por la mañana con los ojos completamente pegados. Si se acompaña de enrojecimiento, hinchazón en el párpado, u otros síntomas, deberá ser evaluado por el pediatra o por el oftalmólogo pediátrico.

Asimismo, las legañas en el bebé pueden surgir debido a una obstrucción congénita del conducto lagrimal, una condición que facilita la aparición de conjuntivitis recurrentes durante los primeros meses de vida. Puede desaparecer de forma espontánea entre los 6 y 12 meses de edad, de acuerdo con la madurez del aparato naso-lagrimal. Sin embargo, cuando el bloqueo del conducto lagrimal interfiere en el bienestar del bebé, es importante llevar al niño al oftalmólogo pediátrico para valorar la realización de un sondaje lagrimal y el tratamiento más adecuado. Independientemente de la causa, es útil disponer de pequeñas ampollas o botecitos de suero fisiológico para “regar” profusamente los ojos, reblandecer las secreciones adheridas y arrastrarlas hasta dejar el ojo completamente limpio. Del mismo modo, puede acompañarse la higiene palpebral del uso de toallitas húmedas adecuadas para este cometido. Suelen llevar alguna sustancia antiséptica, pero se deben evitar aquéllas con productos que pueden resultar tóxicos, irritantes o alergénicos.


¿Qué debemos tener en cuenta?

En conclusión, las legañas son una parte natural de la fisiología ocular, desempeñando un papel en la protección y limpieza de los ojos. Curiosamente, a pesar de ser muy comunes, las legañas no son un tema muy usual en el arte o la música, y cuesta encontrar obras que las representen o las mencionen específicamente.

Aunque generalmente son inofensivas, los cambios en su apariencia o cantidad pueden ser indicativos de problemas oculares subyacentes que requieren atención médica. Mantener una buena higiene ocular y estar atento a los síntomas inusuales es esencial para prevenir complicaciones. Si se experimenta cualquier síntoma preocupante relacionado con las legañas, es importante consultar a un médico oftalmólogo para un diagnóstico y tratamiento adecuados.

Fuentes

  • Sociedad Española de Oftalmología

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.