Medicación en el embarazo

¿Son compatibles los medicamentos y el embarazo?

En este sentido, es importante recordar que el uso de medicamentos durante el embarazo puede ser necesario, e incluso, en algunos casos, imprescindible para el correcto desarrollo de la gestación. Así, es habitual que el ginecólogo recete fármacos para paliar las náuseas, o complementos alimenticios para garantizar un aporte adecuado de nutrientes; que ante una infección requiramos antibióticos; o incluso que circunstancias propias de esta etapa como una diabetes gestacional o un hipotiroidismo puntual precisen medicación específica.

Sin embargo, debemos tener muy presente que, durante el embarazo, se producen una serie de cambios fisiológicos y farmacocinéticos que pueden alterar tanto la eficacia como la seguridad de los medicamentos, y las consecuencias que estos pueden provocar. De este modo, tanto la forma en la que podemos o debemos tomarlos como su frecuencia pueden variar, y deberemos extremar las precauciones a la hora de recurrir a los fármacos.


¿Cuáles son los riesgos?

La placenta es un órgano efímero (solo presente en la gestación) que tiene como objetivo satisfacer las necesidades de respiración y nutrición del feto durante su desarrollo, y que cuenta, así mismo, con una función protectora muy importante como barrera ante posibles agresiones externas. Dentro de estos factores externos que pueden afectar al feto, se incluyen tanto bacterias, como otras sustancias nocivas para el feto, entre ellas, algunos medicamentos.

Sin embargo, esta función de barrera no es efectiva en todos los casos, ya que algunos fármacos tienen la capacidad de atravesar la barrera placentaria. Y cuando esto ocurre, pueden llegar a provocar efectos no deseados en el feto, que se conocen como efectos teratogénicos.

Se entiende como fármaco teratogénico, aquel que administrado durante el periodo embrionario o fetal es capaz de producir, directa o indirectamente, una alteración morfológica o funcional en el embrión, el feto o, incluso en el niño después de su nacimiento.

Las posibles consecuencias teratogénicas dependen, fundamentalmente, del momento de la gestación en el que se produzca la toma del medicamento:

  • Dos semanas iniciales (periodo de implantación): es la fase en la que el embrión está implantándose, y se conoce como el periodo “del todo o nada”. Esto significa que, o bien no se produce ningún efecto negativo o, si se produce, es crítico, y desemboca en la pérdida del feto.
  • Periodo entre la semana 2ª y 10ª (organogénesis): es la fase en la que los órganos del feto comienzan a formarse, y supone el periodo de mayor riesgo, ya que el efecto teratogénico puede ocasionar malformaciones importantes, que pueden llegar a ser incompatibles con el desarrollo fetal o con la vida tras el nacimiento.
  • Periodo posterior a la semana 10 (periodo de desarrollo): en esta etapa, pueden producirse alteraciones en el crecimiento y desarrollo funcional del feto o alteraciones morfológicas, si bien generalmente son de menor gravedad que en la fase anterior.

Clasificación del riesgo ABCDX

Existen varios sistemas de clasificación del riesgo (Europeo, Australiano, Americano, Británico…), pero el más conocido es el sistema Americano realizado por la FDA (Food and Drug Administration).

De acuerdo con este sistema, los fármacos se clasifican en cinco categorías de riesgo (A, B, C, D y X), dependiendo de las evidencias de riesgo conocidas en cada caso.

  • A: Ausencia de riesgo fetal demostrada en humanos (por ejemplo, el ácido fólico).
  • B: Bien tolerados en estudios en animales, pero no hay estudios en seres humanos (como la penicilina).
  • C: Carencia de estudios adecuados tanto en humanos como en animales (paroxetina).
  • D: Demostrado el riesgo fetal. Utilizarse si se valora relación riesgo/ beneficio (fenitoina).
  • X: Riesgos superiores a los beneficios, por lo que no deben utilizarse durante la gestación (estrógenos).

*Debido a las implicaciones éticas y legales, no se pueden realizar estudios de seguridad para fármacos en el embarazo y todos los datos de los que se dispone proceden de estudios epidemiológicos o de estudios realizados con animales.


Prevención antes, durante y después

Pese a que la norma general es tratar de no tomar medicamentos durante el embarazo, como se ha indicado anteriormente, puede que la medicación sea necesaria para el correcto desarrollo del mismo o si la madre tiene algún problema de salud, como alguna enfermedad crónica.

Sin embargo, lo que siempre debemos tener presente es que cualquier indicación farmacológica durante el embarazo deberá estar pautada por un profesional sanitario, independientemente de si se trata de comenzar con un fármaco nuevo o de continuar o interrumpir los que ya utilizábamos.

De este modo, deberemos recordar los siguientes puntos en cada una de las fases del embarazo:

Antes del embarazo:

Existen medicamentos con acciones prolongadas que se deben dejar un tiempo determinado antes de quedarse embarazada.

Por esta razón, si una mujer está planteándose quedarse embarazada y tiene algún tipo de tratamiento, ya sea crónico o puntual, en primer lugar debe contactar con un médico, para valorar las acciones relativas a su medicación antes de quedarse embarazada.

No obstante, si se queda embarazada sin haber previsto esta situación, no hay que alamarse Consultaremos con el médico y actuaremos en consecuencia a partir del momento en el que seamos conscientes de nuestro estado.

Durante el embarazo:

Siempre que precisemos iniciar una medicación durante el embarazo, debemos visitar previamente al médico para que valore el beneficio/riesgo del fármaco y seguiremos estrictamente sus indicaciones al respecto.

Además, en todos los casos, leeremos con detenimiento la información relativa al embarazo en los medicamentos que precisemos, que se encuentra descrita en el punto 2 de los prospectos y el 4.6 de la Ficha Técnica de todos los fármacos.

Es especialmente importante que no nos automediquemos durante esta etapa, ni siquiera con medicamentos que no requieran de receta médica.

Después  del embarazo, durante la lactancia:

Existen medicamentos que, tras el nacimiento del bebé, pueden afectar a este a través de la leche materna. Por ello, mientras continuemos con la lactancia, sigue siendo fundamental que consultemos a nuestro médico siempre que necesitemos tomar algún fármaco, así como que leamos cuidadosamente la información relativa a lactancia de los prospectos de los fármacos, descrita igualmente en el punto 2 de los prospectos y 4.6 de la Ficha Técnica.

También podemos consultar de forma gratuita una completa base de datos sobre la lactancia y su compatibilidad con medicamentos, plantas, enfermedades y procedimientos médicos en la web www.e-lactancia.org, de la Asociación APILAM, que clasifica estas sustancias en 4 niveles de riesgo y puede orientarnos en situaciones puntuales.


Enlaces de interés

  • Mother to Baby: Página web disponible en castellano con la colaboración de OTIS (Organización de Especialistas de Información Teratológica), que contiene hojas informativas muy útiles.
  • Fundación 1000: Web sobre fármacos teratogénicos creada gracias a las aportaciones recibidas mediante una campaña pública de petición de fondos para financiar la investigación del Estudio Colaborativo Español de Malformaciones Congénitas (ECEMC). Contiene los boletines de la ECEMC y unos documentos llamados Propositus muy útiles.
  • Web e-lactancia.org de la asociación APILAM (Asociación para la Promoción e Investigación científica y cultural de la Lactancia Materna): Base de datos que proporciona información gratuita sobre la lactancia y su compatibilidad con medicamentos, plantas, enfermedades y procedimientos médicos.

Consejos para la medicación durante el embarazo

  • 1. Planifica y prevén.
    Si estás pensando en quedarte embarazada y te encuentras en tratamiento con algún medicamento, consulta antes con tu médico de los pasos a seguir, dado que puede ser necesario interrumpir o sustituir la medicación durante un tiempo.
  • 2. Valora tu caso concreto con el médico.
    Si bien la pauta general es evitar la medicación durante todo el embarazo, el médico valorará la relación entre beneficio y riesgo cuando los fármacos sean necesarios y establecerá las indicaciones a seguir.
  • 3. Sigue al pie de la letra las indicaciones de tu médico.
    Es posible que, durante el embarazo, la frecuencia y dosis de los fármacos que debes tomar varíen con respecto a lo que estabas habituada.
  • 4. Nunca te automediques.
    Si habitualmente la automedicación es una práctica desaconsejada, durante el embarazo resulta algo especialmente peligroso, ya que podría tener efectos graves para el feto. Por ello, si durante el embarazo sufres alguna afección (crónica o aguda) y necesitas medicación, consulta siempre con el médico antes de tomar cualquier fármaco, incluso aunque este no requiera receta médica.
  • 5. Lee detenidamente los prospectos.
    Concretamente el punto 2, relativo a la compatibilidad del fármaco en cuestión con el embarazo y la lactancia.
  • 6. Cuidado también mientras des el pecho.
    Durante la lactancia, continua consultando con a tu médico y leyendo los prospectos, ya que existen fármacos que se transmiten al bebé a través de la leche y pueden afectarle.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.