Medicamentos y calor

¿Qué relación hay entre medicamentos y calor?

Los medicamentos y el calor pueden verse relacionados en dos sentidos. Por un lado, las altas temperaturas que se registran en las temporadas de verano pueden afectar de manera negativa a las características y eficacia de los medicamentos que consumimos. Y por otra parte, tomar ciertos fármacos en circunstancias de calor puede empeorar situaciones clínicas de salud, como por ejemplo, una deshidratación o un golpe de calor.

Es importante tener estas condiciones ambientales y climatológicas en cuenta para realizar un correcto uso, almacenaje y transporte de los medicamentos.


¿Cómo conservar los medicamentos ante las altas temperaturas?

Antes de autorizar su comercialización, todos los medicamentos son sometidos a los denominados estudios de estabilidad, que se realizan en condiciones estandarizadas. Dependiendo de los resultados de esos estudios, podemos hablar de tres grandes grupos de medicamentos según cómo se ven afectados por las altas temperaturas. Como veremos a continuación, en cada uno de ellos, las medidas de conservación frente a estas son diferentes.

Si tienes que viajar, recuerda que debes mantener las condiciones de conservación de tus medicamentos.
Existen diferentes medidas de conservación según el tipo de medicamento.
  • Medicamentos con condiciones especiales de conservación:

    -A conservar entre 2ºC y 8ºC. Generalmente, estos medicamentos se conservan en frigoríficos (nunca en el congelador). Si se guardan adecuadamente, las altas temperaturas no tendrán incidencia sobre ellos. Si van a ser transportados, debe asegurarse el mantenimiento de la cadena de frío a través de embalajes isotérmicos refrigerados que no provoquen su congelación. Y si las temperaturas del exterior son muy altas, se recomienda utilizarlos lo antes posible tras haberlos sacado de la cámara frigorífica. Esta necesidad especial de conservación viene determinada en el embalaje de estos medicamentos con el símbolo del asterisco:



    -A conservar a una temperatura de menos de 25-30ºC. En este caso, los medicamentos tienen un límite de temperatura máximo al que pueden estar expuestos. No obstante, rebasar esa temperatura en algún caso puntual no tiene consecuencias negativas sobre la estabilidad del fármaco. Estos medicamentos pueden almacenarse en estancias de la casa en los que no haya cambios bruscos de temperatura o no haya fuentes de calor cercanas (cocinas, terrazas en verano). A diferencia de los anteriores, para su transporte solo se requerirá un embalaje isotérmico no refrigerado. Debemos evitar guardarlos en lugares donde puedan alcanzarse altas temperaturas como maleteros, guanteras o coches estacionados a pleno sol.
  • Medicamentos conservados a temperatura ambiente: estos medicamentos no requieren de ninguna acción especial de conservación, ya que sus estudios de estabilidad habrán demostrado que pueden estar a temperaturas superiores a 40ºC durante 6 meses.
  • Formas farmacéuticas especiales: algunos medicamentos son susceptibles al calor no porque su principio activo se altere por las temperaturas, sino porque su forma farmacéutica puede ser la que se vea afectada. Medicamentos con formas farmacéuticas como cremas, supositorios, óvulos, etc. son muy sensibles a las altas temperaturas. En estos casos, si vemos que el aspecto del producto es diferente del que debería, se considera un indicador de la modificación del medicamento y no debe ser consumido/usado.

¿Qué medicamentos debemos evitar que se calienten?

En situaciones de calor o altas temperaturas debemos tener especial cuidado si estamos usando algunos medicamentos:

  • Medicamentos que pueden agravar el síndrome de agotamiento-deshidratación y el golpe de calor: algunos diuréticos como furosemida o torasemida y los tiazídicos y distales (ahorradores de potasio); medicamentos que alteren la función renal (AINEs, algunos antibióticos, algunos antidiabéticos…); los medicamentos que puedan ser alterados por deshidratación (sales de litio, digosxina…) y los que puedan impedir la pérdida calórica del cuerpo (neurolépticos, antihistamínicos H1…).
  • Medicamentos que puedan inducir hipertermia (aumento de la temperatura corporal) y fomentar los desequilibrios térmicos: existen dos síndromes capaces de producir estos desequilibrios: el síndrome neuroléptico maligno (causado por medicamentos neurolépticos, antipsicóticos, antiparkinsonianos) y el síndrome serotoninérgico (producido por agonistas serotoninérgicos, algunos antidepresivos, IMAO, litio…).
  • Medicamentos que puedan agravar indirectamente los efectos del calor: los que pueden bajar la presión arterial (anti-hipertensivos y anti-anginosos) y los que actúan sobre el estado de vigilia (psicótropos en general).

¿Qué es la fotosensibilidad inducida por medicamentos?

La fotosensibilidad es una reacción de la piel producida por la interacción entre un compuesto químico fotosensibilizante (en este caso, el medicamento: ya sea tópico o de administración sistémica) y la exposición a la radiación solar.

Se diferencian dos tipos de reacciones de fotosensibilidad:

  • Fototoxicidad (mayoritarias >90%)
  • Foto alergia.

Los medicamentos que pueden inducir esta problemática se identifican en el embalaje con un pictograma específico de un triángulo rojo con un sol y una nube dibujados en su interior.

Los más comunes son:

  • Antibióticos / antimicrobianos: tetraciclinas, fluoroquinolonas, ácido nalidíxico sulfonamidas, trimetroprim
  • Antifúngicos: griseofluvina, ketoconazol
  • Agentes cardiovasculares: amiodarona, captopril, diuréticos (furosemida, hidroclorotiazida)
  • Algunos antiinflamatorios: ibuprofeno, diclofenaco, naproxeno, ketoprofeno, nabumetona, piroxicam, celecoxib
  • Fármacos que actúan sobre el sistema nervioso: antipsicóticos (clorpromazina, perfenazina), antidepresivos tricíclicos (amitriptilina, imipramina), benzodiacepinas (alprazolam, clordiazepóxido)
  • Hipoglucemiantes orales: clorpropamida, gliburida, tolbutamida
  • Otros fármacos: retinoides (isotretionina, etretinato), ciertos quimioterápicos (dacarbazina, 5-Fuorouracilo, vinblastina, metrotexato), vitamina B6, ranitidina

10 consejos para conservar los medicamentos ante el calor y las altas temperaturas

El periodo estival y sus altas temperaturas pueden afectar a los medicamentos que tomamos y a cómo estos influyen en nuestro estado de salud. Seguir unos sencillos consejos de conservación es  importante para disminuir el riesgo de que los fármacos se dañen o acaben deteriorándose:

  • 1. No te automediques.
    Nunca tomes un medicamento por decisión propia y sin consultar con un profesional médico o sanitario.
  • 2. Pregunta a tu médico.
    Si acudes a su consulta por algún problema de salud y el profesional sanitario te prescribe un medicamento, consúltale si las altas temperaturas o el calor pueden influir en su conservación o efecto en tu organismo.
  • 3. Lee el prospecto o busca el de conservación (asterisco) y/o fotosensibilidad (triángulo rojo con sol y nubes).
    Si ya estás siguiendo una medicación o no puedes consultar a tu médico, revisa el envase o la caja del fármaco para detectar la presencia del pictograma relacionado con la conservación y/o fotosensibilidad. Si lo tiene, toma las medidas que encontrarás en el prospecto.
  • 4. Sigue las indicaciones pautadas.
    Toma la medicación en la dosis y el horario que te haya indicado el profesional sanitario. No dejes de tomar el medicamento por tu cuenta, sino que, si te surge cualquier duda, consulta de nuevo al médico.
  • 5. Conserva los medicamentos a salvo de las altas temperaturas.
    Consérvalos acorde a las instrucciones del embalaje y nunca en zonas con alta temperatura o cambios bruscos.
  • 6. Transpórtalos con seguridad.
    Si tienes que viajar, recuerda que debes mantener las condiciones de conservación del fármaco, especialmente la cadena de frío en los medicamentos que lo necesiten. Usa embalajes isotérmicos refrigerados si es necesario.
  • 7. Nunca guardes medicamentos en el congelador.
    Algunos medicamentos deben conservarse en el frigorífico (y así aparecerá indicado en su envase), pero nunca en el congelador. Cuando lo transportemos, debemos evitar que pueda congelarse.
  • 8. Vigila el aspecto del medicamento.
    Si el aspecto es diferente al que debería, no consumas/uses el medicamento.
  • 9. Evita las horas de más calor.
    Si estás tomando algún medicamento que pueda producir hipertemia o agravar una posible deshidratación, evita tomarlo en las horas de más calor (de 12:00 a 16:00 horas), ya que podrían originarse complicaciones.
  • 10. Ten en cuenta la fotosensibilidad.
    Algunos medicamentos pueden ocasionar problemas cutáneos debido a esta capacidad de fotosensibilidad. Ten en cuenta que para que aparezcan estos problemas no son necesarias altas temperaturas, sino simplemente una alta incidencia de luz solar. Por eso, puede ser buena idea informarse sobre la intensidad de las radiaciones a través de canales como la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.