Miomas

De la mano del doctor Juan Mario Troyano Luque, catedrático de Obstetricia y Ginecología y presidente del consejo rector y asesor de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), analizamos qué son los miomas, sus síntomas y causas, así como su tratamiento y claves de prevención.

¿Qué son los miomas?

Los miomas son tumores benignos que se forman en la pared muscular del útero. El nombre deriva del griego Myo, que significa músculo. A los miomas también se les denomina fibromas por su consistencia habitualmente dura y fibrosa.


¿A quién afectan?

Los miomas son la tumoración benigna más frecuente en la mujer, con una incidencia cercana al 70%. La mayoría de ellas no presentan síntomas y lo habitual es que aparezcan varios miomas en la misma paciente.


¿Cuáles son las causas de los miomas?

Probablemente, la causa de la aparición de los miomas sea genética-hereditaria, favorecida por la acción de las hormonas sexuales, que acelera el crecimiento anormal de las células musculares del útero. De ahí que las mujeres jóvenes en edad reproductiva los padezcan con mayor frecuencia, en la niñez sean excepcionales y después de la menopausia, generalmente, se estabilicen o atrofien por ausencia de actividad hormonal.

Los factores que influyen en la aparición de los miomas son:

  • Edad: por encima de los 35-40 años.
  • Maternidad tardía: ya que estas mujeres están sometidas, durante largo tiempo, a la propia acción hormonal ovárica sin quedar embarazadas.
  • Edad temprana de la primera regla (menarquia): es el caso de las mujeres que comienzan la menstruación antes de los 9-10 años, y cuya posible aparición está ligada al mismo motivo, la sobreexposición hormonal.
  • Antecedentes familiares en madre y hermanas: que explican las causas probablemente genéticas o hereditarias de los miomas.
  • Obesidad: debido a que la grasa corporal femenina produce un sobreaporte de estrógenos que actúan en el crecimiento de estos tumores.
  • Influencia racial: los miomas son más frecuente en mujeres afroamericanas que en las caucásicas o blancas. Las mujeres asiáticas tienen mucho menor riesgo de padecerlos.
  • Anticonceptivos orales: pueden tener una cierta influencia en el desarrollo de los miomas, ya que las mujeres que toman anticoncepción hormonal pasan grandes periodos de tiempo sin quedar gestantes. Esta sobreexposición hormonal puede ser un factor facilitador en aquellas personas predispuestas a desarrollar miomas con el paso de los años.

¿Qué síntomas producen los miomas?

La mayoría de las mujeres no tienen síntomas, de ahí que sea el ginecólogo quien, habitualmente, diagnostique un mioma  en las consultas de revisión.

Cuando aparecen síntomas, estos dependen del tamaño y del lugar donde esté situado el mioma y, en líneas generales, pueden ocasionar:

  • Sangrado anómalo: provocado, sobre todo, por los miomas que están dentro de la cavidad uterina, aumentando la menstruación en cantidad y duración (menorragias) y el sangrado entre reglas (metrorragia). A veces, estos miomas tienden a ser expulsados provocando contracciones semejantes a las del parto, dilatando el cuello uterino con dolores intensos. Cuando esto ocurre, se denomina mioma parido.
  • Dolor pélvico: tanto por la compresión que ejerce el mioma sobre órganos cercanos (intestino, vejiga etc…) como por la falta de riego sanguíneo en los miomas muy fibrosos y voluminosos.
  • Compresión de la vejiga urinaria: suele provocar molestias en forma de incontinencia urinaria y orina frecuente de predominio nocturno.
  • Compresión intestinal y dificultad de defecación.

¿Cómo se diagnostican los miomas?

Las técnicas de imagen actuales permiten un diagnóstico definitivo del mioma. La ecografía, tanto abdominal como transvaginal, detecta la situación y el número, diagnosticando más del 90% de los miomas.

Por su parte, la Resonancia Magnética Nuclear (RMN)  ofrece una mayor certeza diagnóstica, permitiendo valorar la alteración exacta de la pared uterina y la posibilidad de detectar otros tumores uterinos de menor incidencia pero de peor pronóstico. Es una técnica de uso excepcional y cara

La ecografía suele detectar los miomas.

¿Cómo se tratan los miomas?

Los miomas asintomáticos no necesitan tratamiento, sino que basta únicamente con las revisiones periódicas habituales. Solo aquellos de gran tamaño o de rápido crecimiento en poco tiempo justificarían una indicación quirúrgica ante la sospecha de una poco probable malignización del mioma.

Los miomas que presenten sintomatología, fundamentalmente hemorragia, pueden mejorarse  con tratamientos médicos o con cirugía.

Entre los tratamientos médicos se encuentran:

  • Los derivados hormonales de la progesterona: frenan la acción de los estrógenos, hormonas que hacen crecer a los miomas, sobre la proliferación muscular del útero.
  • Los derivados de hormonas androgénicas (masculinas): atrofian el volumen de los miomas. El inconveniente es que provocan signos de virilización (aumento del vello corporal, fundamentalmente).
  • Análogos de la hormona liberadora de Gonadotropina (GnRH): fármacos que inhiben las hormonas encargadas de estimular al ovario para producir estrógenos y progesterona.
  • Otros fármacos, como los antagonistas de la progesterona.
  • Dispositivos intrauterinos (DIU): que incorporan progesterona, reducen el sangrado hemorrágico y, en cierta medida, frenan el crecimiento de los miomas.

Por su parte, los tratamientos quirúrgicos están indicados en los miomas que presentan síntomas molestos en la paciente. Algunos de ellos se basan en extirpar o “triturar” el mioma, y otros están más encaminados a provocar su necrosis o a disminuir su tamaño. Igualmente, en aquellos casos de mujeres mayores de 40 años, que hayan tenido hijos y que presenten síntomas molestos y un tamaño considerable del mioma, puede realizarse la extirpación del útero.


¿Cuáles son las principales complicaciones de los miomas?

Entre las principales complicaciones que pueden ocasionar los miomas están:

  • Hemorragia menstrual abundante (menorragia).
  • Hemorragia intermenstrual (metrorragia).
  • Anemia severa.
  • Dolor menstrual (dismenorrea).
  • Dolor profundo en el coito (coitalgia).
  • Sensación abdominal de peso.
  • Orina frecuente (polaquiuria).
  • Trastornos digestivos-estreñimiento, según el tamaño del mioma.
  • Infertilidad.
  • Complicaciones derivadas de la intervención quirúrgica realizada.

¿Se pueden prevenir los miomas?

Dada su predisposición genético-hereditaria, no existen medidas preventivas claras de estos tumores, aunque sí existen ciertos factores que pueden ayudar a disminuir la incidencia de los miomas:

  • Practicar ejercicio físico habitualmente.
  • Apostar por una dieta equilibrada: evitar las dietas ricas en colesterol y azúcares refinados, ya que, al favorecer la obesidad, influyen en la producción de estrógenos encargados del crecimiento de estos tumores.
  • Intentar quedar embarazada a edades adecuadas: la maternidad, por razones de reposo hormonal ovárico, es un factor que disminuye y retrasa la aparición de los miomas.
  • Todo aquello que evite o disminuya la sobreexposición hormonal durante largos periodos de tiempo.
  • Realizar revisiones ginecológicas periódicas, ya que el 70% de los miomas se detectan en la consulta ocasionalmente.

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.