Osteogénesis imperfecta

De la mano de la Dra. Belén Sagastizabal Cardelus, pediatra Endocrinóloga. Hospital Universitario de Getafe (Madrid) y miembro de la Fundación AHUCE descubrimos qué es la Osteogénesis imperfecta

¿Qué es la osteogénesis imperfecta?

La osteogénesis imperfecta (OI) es una displasia esquelética (enfermedad caracterizada por la alteración del tejido óseo y/o cartilaginoso) hereditaria causada por una anomalía en la síntesis o procesamiento del colágeno tipo I. Se caracteriza por la  presencia de una baja densidad mineral ósea, que junto con una fragilidad asociada son responsables de fracturas, las deformidades y el dolor.  

La enfermedad se manifiesta de forma distinta, pudiendo encontrar desde formas perinatales letales hasta individuos prácticamente asintomáticos con un número reducido de fracturas.

Además de las manifestaciones esqueléticas existen un conjunto de manifestaciones extra-esqueléticas que incluyen:

  • Anomalías oculares.
  • Anomalías dentales.
  • Anomalías musculares.
  • Anomalías cardiológicas.
  • Anomalías pulmonares entre otras.

Su incidencia estimada es de aproximadamente  1: 10.000 recién nacidos.


¿Cúales son las causas de la osteogénesis imperfecta?

La mayoría de las OI (alrededor del 85 -90 % de los casos) están asociadas con variantes patogénicas de herencia dominante en los genes  COL1A1 o COL1A2. Las mutaciones en estos genes producen alteraciones en la estructura o cantidad de colágeno tipo I. El colágeno tipo I es el responsable de proporcionar resistencia y flexibilidad a los tejidos donde se encuentra, siendo el hueso el principal.

Los casos restantes son causados ​​por variantes patogénicas en genes no colagenosos.


¿Qué síntomas o características presentan los pacientes con OI?

Como se menciona anteriormente las manifestaciones clínicas principales se producen a nivel esquelético.

  • Fracturas: se caracterizan por producirse en localizaciones atípicas y ante mínimos traumatismos. La incidencia de las mismas es variable, según el grado de afectación, siendo característica la mayor incidencia durante la infancia entrando en un periodo de reducción de las mismas tras finalización del crecimiento.
  • Las deformidades óseas: son secundarias a las fracturas de repetición producidas por la fragilidad ósea presente. A mayor severidad mayor número de fracturas y por tanto mayores deformidades. El fémur suele ser el hueso más afectado seguido de las tibias y húmeros.
  • El dolor secundario a las anomalías esqueléticas estructurales: es un síntoma común.
  • Fatiga.
  • Fracturas/aplastamientos vertebrales.
  • Escoliosis: se objetiva con mayor frecuencia en las formas más severas pero puede estar presentes en individuos con afectaciones leves al igual que la patología de la unión cráneo –cervical.
  • Alteración en la estructura y síntesis del colágeno tipo I: provoca una serie de manifestaciones extra esqueléticas, entre las que destacan las alteraciones dentales, escleróticas azules, desarrollo de queratocono, pérdida auditiva, afectación de talla principalmente en las formas severas, hiperlaxitud articular y debilidad muscular. Menos frecuentes pero con implicación mas grave son las alteraciones cardiológicas (disfunción valvular y dilatación de la raíz aortica) y pulmonares.
  • La discapacidad física, el malestar y el dolor crónico que resultan de las complicaciones de la OI: afectan significativamente la calidad de vida de los pacientes.

¿Qué tratamientos existen en la actualidad?

Los principales objetivos del tratamiento de la OI son:

  • Mejorar la resistencia ósea.
  • Disminuir el número de fracturas.
  • Disminuir el dolor.
  • Aumentar la movilidad y la independencia funcional así como prevenir complicaciones a largo plazo.

Se trata por tanto de un tratamiento multidisciplinar donde intervienen distintos especialistas, de forma coordinada individualizando las actuaciones según el grado de severidad y necesidades de cada paciente.

Dentro de este abordaje multidisciplinar existen tres pilares fundamentales:

  • Rehabilitación y Fisioterapia: Su principal objetivo es maximizar la función motora (especialmente en la primera infancia), facilitar las formas seguras de movimiento, maximizar la independencia funcional y trabajar en la recuperación después de una fractura o intervención quirúrgica.
  • Tratamiento quirúrgico: Centrado en el tratamiento de fracturas que no consolidan de forma espontánea, en la corrección de deformidades y también en la prevención de fracturas de huesos largos.
  • Tratamiento Farmacológico: Individualizado con el objetivo terapéutico de reducir la actividad osteoclástica y favorecer la formación ósea. Deben asegurarse niveles óptimos de calcio y vitamina D aportando suplementos en aquellos casos donde la ingesta no sea suficiente o se detecten deficiencias.

Destacan:

  • Los bisfosfonatos son fármacos antirresortivos, ampliamente administrados en pacientes con OI.
  • Inhibidor de RANK-L: Denosumab (prolia).
  • Próximos fármacos: como los anticuerpos inhibidores de la esclerostina y la inhibición de TGF beta.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.


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