Párkinson

La enfermedad de Parkinson se da cuando el cerebro de una persona no produce dopamina, una sustancia que controla los movimientos del cuerpo y el estado de ánimo.

A continuación, la Asociación Navarra de Párkinson explica las respuestas a las preguntas más frecuentes sobre esta enfermedad.

¿Qué es la enfermedad de Parkinson?

Se trata de un trastorno neurológico progresivo bastante común entre la población. En el párkinson, ciertas células nerviosas se ven afectadas, de forma que algunas áreas concretas del sistema nervioso, encargadas de la actividad, los movimientos o el tono muscular del cuerpo se dañan y no pueden cumplir con sus funciones. Así, se da lugar a los síntomas típicos, como son grandes temblores, rigidez de los músculos y lentitud de movimientos.

Se trata de una enfermedad de la que no se conocen exactamente sus causas, pero de la que sí se sabe que es una de las enfermedades neurodegenerativas más habituales en personas mayores, aunque también se desarrolla en adultos menores de 65 años.

La esperanza de vida de los afectados de párkinson es parecida a la de la población no afectada, pero su estado clínico se va modificando con los años.


¿A quién afecta?

En España, se calcula que existen unos 150.000-160.000 afectados por Enfermedad de Parkinson, según la Sociedad Española de Neurología (SEN). De ellas, el 37% la padece en estado avanzado. Otros datos hablan de que afecta a 1 de cada 100 personas mayores de 60 años, aunque también puede darse en personas más jóvenes, por debajo de los 40.

La padecen casi por igual hombres y mujeres, y tampoco muestra límites sociales, étnicos, económicos o geográficos; es decir, que cualquier persona es susceptible de sufrir Parkinson, una enfermedad cuya edad media de aparición es en torno a los 60 años.


¿Qué la causa?

Las causas de esta enfermedad son desconocidas. Se sabe que ciertos venenos, como por ejemplo toxinas de moho y las drogas sintéticas, pueden dar lugar a algunos casos o variantes de este problema.

Además, parece que hay algunos genes que, si se dañan, pueden desencadenar párkinson. En este sentido, otro problema como el daño cerebral extenso puede causar síntomas de esta enfermedad.

Así mismo, si bien no suele tratarse de una enfermedad hereditaria, es probable que existan varios genes que predisponen al individuo a desarrollarla. De hecho, algunos estudios evidencian que unas pocas familias presentan una forma hereditaria de la enfermedad de Parkinson. También los factores ambientales pueden influir en su desarrollo.

En definitiva, las últimas investigaciones hablan de un posible origen multicausal.


Síntomas

  • Existen algunos síntomas tempranos que pueden ayudarnos a reconocer la enfermedad. Estos pueden clasificarse en motores y no motores:
    • Síntomas motores: son los relacionados con el movimiento:
      • Temblor en una extremidad en reposo.
      • Lentitud de movimientos (bradicinesia).—
      • Rigidez (agarrotamiento, mayor resistencia al movimiento pasivo ) de las extremidades o el tronco.—
      • Mal equilibrio (inestabilidad postural).
    • Síntomas no motores: los que afectan más a la mente que al cuerpo:
      • Depresión y ansiedad.
      • Alteraciones cognitivas.
      • Trastornos del sueño.
      • Alteraciones sensoriales y dolor. Por ejemplo: anosmia (pérdida o disminución del sentido del olfato), hormigueo…
      • Trastornos de la función autonómica (estreñimiento…).
    Como vemos, son muchos los síntomas que puede padecer una persona afectada de párkinson, por lo que es importante estar alerta y en caso de detectar algunos de estos signos, debemos informar al neurólogo. Una persona con párkinson no tiene necesariamente que sufrir todos los signos tempranos descritos anteriormente, ya que la enfermedad no afecta a todas las personas de la misma forma.

¿Cómo se manifiesta?

Dentro de esa sintomatología general, podemos decir que los síntomas iniciales de la enfermedad de Parkinson son:

  • Bradicinesia o lentitud de movimientos.
  • Al menos uno de los siguientes:
    • Rigidez. 
    • Temblor de reposo. 
    • Inestabilidad postural. 
  • Ausencia de otro proceso neurológico.
  • Datos de apoyo.
    • Inicio unilateral: en un solo lado del cuerpo.
    • Temblor de reposo.
    •  Curso progresivo: que aumenta gradualmente.
    • Asimetría persistente: se ve más afectado el lado del cuerpo por el que empezó la enfermedad.
    • Buena respuesta a L-dopa (un tratamiento específico para el Parkinson).

¿Cómo es la evolución de una persona con Enfermedad de Parkinson?

La enfermedad de Parkinson no es fatal. Las personas afectadas no mueren por eso, sino por las complicaciones que de ella se derivan. Suele decirse que “Uno muere con párkinson, no de párkinson”.

Podemos clasificar la enfermedad en estadíos clínicos según el grado de afectación; son los llamados estadíos de Hoehn & Yahr:

  • Estadío 0: estado normal.
  • Estadío 1: afectación unilateral. El paciente conserva su expresión facial y una postura recta. Pueden aparecer síntomas en un solo lado del cuerpo.
  • Estadío 2: afectación bilateral, equilibrio normal y postura algo encorvada. Comienza a manifestarse la bradicinesia, por lo que la realización de actividades cotidianas se empieza a complicar.
  • Estadío 3 y 4: afectación bilateral con alteración del equilibrio, dificultades para caminar y aumento del grado de dependencia. Aparecen dificultades en la comunicación y, en general, los síntomas se agravan.
  • Estadío 5: el paciente se encuentra severamente afectado, hasta el punto de necesitar silla de ruedas o permanecer todo el tiempo en cama.

Al principio, una persona recibe el diagnóstico e inicia la toma de medicación y en muchos casos se vive la “luna de miel de la enfermedad”, un tiempo llamado así porque los síntomas se controlan y la persona se olvida que padece ese problema.

Más adelante, van apareciendo o se van acrecentando los síntomas y es cuando se hace más consciente para el paciente. Este suele ser el momento de ir aceptando la enfermedad y de ir trabajando para ralentizarla (medicación, tratamiento rehabilitador…). En general, se trata de una enfermedad de evolución lenta y pueden pasar años de una fase a otra o en la aparición de nuevos síntomas.


¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico de esta enfermedad se realiza por parte de un especialista y únicamente después de realizar un examen a fondo. Es el neurólogo el que determinará el tipo de examen en cada caso según su juicio clínico (realización de test, pruebas complementarias o inicio de la toma de L-dopa).

Por otra parte, los análisis de sangre y escáneres cerebrales, conocidas como imágenes por resonancia magnética, se pueden realizar para descartar otras enfermedades con síntomas similares.


¿Cómo se trata?

A día de hoy, no existe un tratamiento que cure el párkinson, sino que va orientado a ralentizar la enfermedad. En la actualidad, el tratamiento del puede ser de tres tipos, aunque también son viables las combinaciones entre sí. Con ellos se pretende enlentecer o mantener la progresión de la enfermedad y que de esta forma las personas con párkinson puedan mantener una buena calidad de vida durante más tiempo:

  • Tratamiento farmacológico. Una vez que se ha producido el diagnóstico, lo mejor es iniciar el tratamiento tan pronto como sea posible. Así, en las primeras etapas de la enfermedad, se puede emplear un solo fármaco o una combinación de diferentes medicamentos. Restos restituyen de forma temporal la dopamina en el cerebro, imitan las acciones de la misma o actúan como neuroprotectores, según cada caso.
  • Tratamiento quirúrgico. Se trata de cirugía de estimulación cerebral profunda que consiste en realizar una estimulación de alta frecuencia sobre unos puntos de afectación.
  • Tratamiento rehabilitador. Como un tratamiento causal aún no es posible, el objetivo debe ser elevar la calidad de vida y lograr el máximo de independencia del paciente. Esta es la razón por la que, actualmente, la atención se dirige cada vez más hacia un tratamiento multidisciplinar de la enfermedad (fisioterapia, logopedia, terapia ocupacional, apoyo psicológico, trabajo social…).

¿Se puede prevenir esta enfermedad?

Algunos productos parecen tener un efecto protector, como el té verde, los tomates o la cafeína, que si bien también pueden tener otros efectos nocivos. El desconocimiento de las causas de la enfermedad de Parkinson hace que ésta no se pueda prevenir.

10 consejos para convivir con la enfermedad de Parkinson

  • 1. Adecúa tu entorno. 
    En casa no debe haber alfombras, muebles u obstáculos que puedan provocar tropezones o caídas. Si existen escaleras, deberían contar con una barandilla o pasamanos. Y en general, apuesta por un ambiente húmedo y adecuado.
  • 2. Vigila tu respiración y la acumulación de saliva. 
    Debes practicar una fisioterapia respiratoria habitual, por ejemplo inflando globos o cantando. Para evitar que la saliva se acumule en la boca, intenta tragarla a menudo, sobre todo antes de hablar, y procura poner la cabeza en una posición erguida para facilitar el tragado.
  • 3. Mantén la postura.
    Es importante mantener una buena higiene postural, por ejemplo al dormir, comer o estar sentado. En determinadas situaciones como el baño o el aseo puede ser de ayuda tener una silla o asiento ante el lavabo o dentro de la bañera.
  • 4. Come con tranquilidad.
    A la hora de comer, la paciencia es clave; hazlo sin prisa y utilizando cubiertos que sean ligeros.
  • 5. Combate el estreñimiento. 
    Se trata un problema común en muchos pacientes con Parkinson, causado normalmente porque beben poca agua o por la medicación. Para evitarlo, por tanto, es importante hidratarse bebiendo al menos un litro y medio de agua al día. También puedes intentar establecer una rutina para acudir al baño y hacer ejercicios de contracción y relajación para fortalecer la musculatura de la zona. Hay que saber que tampoco hace falta defecar todos los días, con hacerlo cada 2 ó 3 días es suficiente.
  • 6. Haz ejercicios de movilidad.
    Para mejorar la coordinación motora realiza ejercicios de motricidad gruesa (abrir y cerrar las manos, lavar  platos, colgar ropa…) y ejercicios de motricidad fina (pinzas, manualidades, abrochar  botones…). Además, cuando se da una situación de bloqueo o congelación antes de empezar a andar, hay que balancear el peso del cuerpo de izquierda a derecha, como llevando el ritmo de una melodía, y pensando que vas a salir corriendo hasta el momento de estar listo y comenzar a andar.
  • 7. Intenta controlar los temblores.
    Ante el temblor, efectúa movimientos rápidos con la mano, aprieta el codo de la extremidad afectada contra un lado para estabilizarlo.
  • 8. Prioriza el descanso. 
    Es importante dedicar horas suficientes durante el día al reposo y el sueño. Evita echar siestas durante el día, sí realiza actividad física y a la hora de dormir usa camas articuladas y que estén situadas a una altura adecuada para facilitar tu acceso a ella.
  • 9. Esfuérzate en la comunicación. 
    Para facilitarte las conversaciones o la expresión en general, evita hablar en lugares donde haya mucho ruido, intenta estar en una postura relajada, piensa antes de hablar y respira correctamente, emitiendo frases cortas y concisas. También puedes practicar la lectura en voz alta.
  • 10. Apuesta por las relaciones sociales. 
    Intenta practicar actividades de ocio, y dedicar tiempo a la familia, amistades o personas cercanas. Recuerda: “Si tienes Párkinson, no lo vivas solo”.

Autor

Este contenido ha sido elaborado por la Asociación Navarra de Párkinson (ANAPAR) una asociación que lleva más de veinticinco años como referencia de los más de 2.000 afectados navarros por esta enfermedad.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.