Piel y covid-19

¿Cómo afectan las medidas de protección frente al covid-19 a la piel?

La pandemia mundial que ha provocado el virus SARS-CoV-2 ha hecho que en todos los países se adopten medidas de prevención excepcionales entre la población general y, en especial, entre el colectivo más expuesto (personal sanitario, cuerpos de seguridad…) con el fin de evitar la propagación del virus.

Estas medidas consisten en el uso de mascarillas, guantes, lavado frecuente de manos con gel hidroalcohólico y uso de otros EPIs (equipo de protección individual) más específicos.

Como consecuencia de estas medidas necesarias, se está observando un incremento en la aparición y empeoramiento de diversas patologías cutáneas en la población general. Entre las alteraciones más frecuentes, encontramos dermatitis de contacto irritativa, sobre todo en las manos, el acné, la rosácea, la dermatitis seborreica o la dermatitis atópica.


¿Qué zonas de la piel son las que más sufren?

La piel de las manos y la del rostro son las que más expuestas se ven a la aparición de problemas o lesiones cutáneas, puesto que son las zonas del cuerpo que están más en contacto con productos como los geles hidroalcohólicos, las mascarillas o los guantes de diferentes materiales.


¿Por qué debemos proteger la piel de las manos?

En esta pandemia es extremadamente importante la higiene de manos para evitar la transmisión del virus. Como explica la Organización Mundial de la Salud (OMS), la covid-19 se propaga principalmente de persona a persona a través de las gotículas que salen despedidas de la nariz o la boca de una persona infectada al toser, estornudar o hablar. Estas gotitas pueden caer sobre los objetos y superficies que rodean a la persona y otras personas pueden infectarse si tocan esos objetos o superficies y luego se tocan los ojos, la nariz o la boca. Por ello, es importante lavarse las manos frecuentemente y hacerlo de forma correcta y durante un tiempo suficiente.  

Podemos llevar a cabo la higiene de manos de dos formas:

  • Con agua y jabón: se recomienda la higiene de manos con agua y jabón antes y después de la jornada laboral, si se observa o se sospecha suciedad o contaminación con fluidos contaminados (sangre, saliva…), antes de comer y después de ir al baño. La OMS recomienda dedicar entre 40 y 60 segundos a todo el procedimiento y secarse las manos después del lavado con una toallita de papel desechable.
  • Con geles o soluciones hidroalcohólicas: el uso de estas sustancias está muy extendido debido a su fácil y rápido uso y están diseñados para la higiene y desinfección de la piel.

Además, también hay que tener en cuenta el uso de guantes, que se ha vuelto más continuado, especialmente para los trabajadores de ciertas actividades profesionales.


¿Qué problemas de piel pueden aparecer en las manos?

Es preferible usar geles que no resequen la piel.

Todos estos artículos, materiales y productos están en contacto con la piel de las manos. Y en esta zona, el delicado equilibrio entre el manto ácido de la piel, que nos protege de las agresiones externas, y la lucha contra el virus con lavados frecuentes hace que puedan aparecer problemas de irritación, así como sequedad, enrojecimiento, grietas, picor, escozor y descamación.

De igual modo, el uso continuado de geles con alto contenido en alcohol puede resecar la piel, incluso en pieles sanas.


¿Cómo deben ser los jabones, geles y guantes para cuidar nuestras manos?

Para prevenir y evitar estas afecciones cutáneas, es recomendable usar jabones que respeten el pH de la piel y que no sean demasiado desengrasantes.

También es conveniente lavarse las manos con agua templada, mejor que caliente, especialmente en las personas con dermatitis previas.

Y es importante secarse muy bien las manos y los dedos, para que no queden restos de humedad entre ellos.

Si tenemos que emplear geles hidroalcohólicos para limpiar las manos porque no tenemos acceso a agua y jabón, lo ideal es usar aquellos que, si es posible, incluyan en su composición ingredientes hidratantes para que no resequen y, a la vez puedan mejorar la hidratación. No obstante, el principal consejo es optar, siempre que se pueda, por realizar un lavado de las manos con agua y jabón y no abusar de estos geles.

Para prevenir el desarrollo de patología cutánea en las manos, es fundamental el uso frecuente de cremas hidratantes, que han de tener componentes hidratantes, calmantes y reparadores. Estas cremas deben aplicarse tantas veces como lo permita la jornada laboral y fuera de ella. Es muy conveniente también aplicarlas durante el descanso nocturno.

Respecto a los guantes, si por motivos laborales tenemos la obligación de usarlos, debemos cambiarlos a menudo y no ponérnoslos nunca con las manos húmedas, con el fin de impedir que la piel se macere y aparezca la dermatitis.


¿Qué ocurre en la piel de nuestro rostro bajo la mascarilla?

Desde mayo de 2020, las autoridades sanitarias españolas declararon el uso obligatorio de la mascarilla para la población general, por lo que estas se han convertido en un artículo cotidiano que casi todas las personas llevan puesto durante muchas horas, lo que puede afectar a la piel.

Para que la mascarilla cumpla su función, debe ajustarse correctamente a la cara. Esto, unido a su uso continuado durante mucho tiempo, hace que se puedan generar heridas por la fricción que la máscara ejerce sobre la piel, cuadros de alergia a los materiales de la mascarilla (dermatitis alérgica de contacto) y, para las personas que sufren dermatitis seborreica, rosácea, acné u otras afecciones de la piel, puede suponer un empeoramiento de la patología.

En zonas como nariz u orejas pueden aparecer rozaduras o irritación.

En concreto, la posible irritación que pueden producir las mascarillas en la piel se produce por tres causas:

  • Presión excesiva sobre la piel: si la mascarilla queda demasiado ajustada.
  • Si la máscara es rígida y queda holgada, al hablar se mueve, roza y puede llegar a producir una lesión.
  • Exceso de humedad y aumento de temperatura en la zona al llevar la mascarilla puesta: es la causa más frecuente. Se acumula la humedad por la respiración y sudoración de la piel, y todo eso crea un microambiente que favorece el crecimiento de microorganismos, dilata el poro, y aumenta la pérdida de agua de nuestra piel. El ambiente húmedo y caliente que se genera debajo de la mascarilla, al quedar bajo oclusión, provoca una acumulación de sudor y grasa en la piel que puede favorecer la proliferación de bacterias y la aparición de brotes de acné. De hecho, maskné es el término acuñado de la unión de las palabras “mask” (mascarilla, en inglés) y “acné”, apropiado para denominar el fenómeno de los brotes de acné que está provocando el uso continuado de mascarilla.

También es frecuente la aparición de xerosis o sequedad en la piel, que se manifiesta con tirantez, picor y escozor. Esto es debido a que la escasa ventilación de la zona y la humedad retenida hacen que el poro se dilate y aumente la pérdida transepidérmica de agua.


¿Cómo prevenir problemas de piel en esta pandemia?

Existen diferentes tipos de mascarillas, según su material de fabricación, eficacia, tiempo de uso, etc. En todo caso, es muy importante seguir las instrucciones de los fabricantes con respecto a la colocación y retirada, horas de uso, lavados y otros aspectos.

Para prevenir problemas de piel por el uso de la mascarilla, es aconsejable limpiar e hidratar bien la piel del rostro antes y después de usarla, evitar el maquillaje en la medida de lo posible, protegerse del sol con un fotoprotector y, quienes ya presentaban problemas dermatológicos previos, seguir con el máximo cuidado todas las rutinas del tratamiento.

Por otra parte, es muy recomendable probar diferentes mascarillas y elegir aquellas que no nos produzcan lesiones, dentro de las estipuladas por las autoridades sanitarias. Si se identifican problemas cutáneos relacionados con el empleo de un tipo concreto de mascarilla, se debe intentar usar otra del mismo nivel de protección, pero de material diferente. Y si ya estamos notando que aparecen rozaduras o irritaciones en ciertas zonas como orejas, nariz o mejillas, podemos usar una crema o stick que actúe de barrera.

¿La mascarilla protege nuestra piel de las radiaciones solares?

Al margen de la situación sanitaria que estamos viviendo, con la llegada del verano, el tiempo de exposición solar y la intensidad de los rayos aumentan, por lo que debemos prestar atención a la fotoprotección para evitar daños en nuestra piel.

Además, y al contrario de lo que podamos pensar, la mascarilla no nos protege de los efectos nocivos de las radiaciones, ya que los rayos solares son capaces de atravesar esta barrera y penetrar en nuestra piel. Por esa razón, cada día y antes de salir de casa, debemos aplicarnos fotoprotector por toda la cara, aunque luego debamos cubrirla con mascarilla como medida de protección ante el covid-19.

¿Qué tipo de fotoprotector debemos aplicarnos antes de ponernos la mascarilla?

El tipo de fotoprotector solar que usemos debe estar avalado científicamente y proteger de los distintos tipos de radiaciones solares: ultravioleta (UVA y UVB), infrarrojos (IR-A) y visible. Es conveniente usar un fotoprotector adecuado a nuestro fototipo pero, en cualquier caso, no debemos aplicar un factor de protección inferior a 30. Además, ten en cuenta que con los niños debemos usar productos específicos para ellos con SPF 50+, así como tener claras las claves para una fotoprotección infantil segura y eficaz.

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10 consejos para cuidar la piel en tiempos de covid-19:

Nuestra piel y mucosas son la primera línea de defensa contra los agentes externos, por ello es primordial intentar mantener esa barrera lo más intacta posible. Por eso, aunque es imprescindible seguir las medidas preventivas, debemos estar pendientes de la respuesta de nuestra piel, y así poder tratar de forma precoz cualquier alteración que pueda aparecer.

Para ello, existen profesionales sanitarios formados, como los farmacéuticos, que nos ayudarán y asesorarán con su experto consejo. Sin olvidar que, en el caso de aparición de patología cutánea persistente, deberá ser valorada y tratada por un dermatólogo.

Además, aquí tienes diez consejos generales para prevenir las afecciones cutáneas en tiempos de covid-19:

  • 1.Limpia e hidrata bien tu rostro antes y después del uso de la mascarilla.
    Lava tu cara con agua templada y jabones limpiadores suaves y sin fragancias, evitando sustancias potencialmente irritantes. También puedes utilizar un agua micelar, que hidrata y refresca la piel. Después, aplica una crema hidratante para recuperar los componentes y el agua que la piel necesita, adecuada a tu tipo de piel y edad.
  • 2. Si tienes problemas de piel, extrema tus rutinas.
    Las personas que presentan patologías dermatológicas previas, como el acné, deben cuidar de una forma mucho más exhaustiva su piel y seguir estrictamente sus rutinas de cuidado diario y tratamientos.
  • 3. Evita el uso de maquillaje.
    Este incrementa el efecto oclusivo, la obstrucción y la suciedad de los poros de la epidermis. Si no es posible, opta por bases de textura fluida.
  • 4. No olvides protegerte del sol.
    La mascarilla no protege de los rayos solares, por lo que es esencial, antes de salir a la calle, que te apliques un fotoprotector adecuado a tu tipo de piel y a las circunstancias de la exposición. Recuerda que la fotoprotección es fundamental durante todo el año, no solo en verano.
  • 5. Presta atención al material de la mascarilla.
    Si un tipo concreto de mascarilla te produce problemas cutáneos, prueba otra de diferente material. También puede ser beneficioso ir cambiando de modelo o marca de mascarilla dentro del nivel de protección recomendado por las autoridades, para intentar que apoyen o rocen en zonas diferentes y evitar así la aparición de lesiones.
  • 6. Si ves que tu piel se empieza a irritar, protégete de la fricción con una crema barrera o stick.
    Aplícate este tipo de productos unos minutos antes de ponerte la mascarilla en las zonas donde esta te roce o presione, como las orejas, la nariz o las mejillas. En el caso de tener que estar muchas horas con mascarilla, también puedes colocarte apósitos en las zonas de presión, que ayudarán a minimizar el daño en la piel.
  • 7. Lávate las manos con agua y jabón de manera frecuente y durante un tiempo suficiente.
    Una correcta higiene de manos es una medida esencial para la prevención de infecciones como la covid-19. El jabón no debe ser demasiado desengrasante y ha de respetar el pH de la piel. Cuando acabes, sécate muy bien las manos para que no queden restos de humedad entre los dedos.
  • 8. Ten el hábito de usar geles o soluciones hidroalcohólicas.
    Utilízalos sobre todo cuando no tengas acceso a agua y jabón, aunque tampoco es recomendable abusar de ellos. Aplica el producto y frota las manos para repartirlo bien por toda la piel y espera a que se seque antes de tocar otros objetos o superficies.
  • 9. Si debes usar guantes, cámbialos a menudo.
    Si por motivos laborales estás obligado a usar guantes, recuerda cambiártelos a menudo y evitar ponértelos sobre las manos húmedas, ya que la falta de recambio del guante favorece la maceración de la piel de las manos y puede desencadenar una dermatitis.
  • 10. Hidrátate las manos de forma regular.
    Para ello, usa, con tanta frecuencia como sea posible, cremas de manos que contengan componentes hidratantes, calmantes y reparadores. Recuerda aplicártelas también antes de irte a dormir.

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Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.