Primeros auxilios

¿Qué son los primeros auxilios?

Son el conjunto de actuaciones y técnicas que permiten la atención inmediata de una persona que ha sufrido un accidente o problema de salud, en el lugar de los acontecimientos, hasta que llegue la asistencia médica profesional. Son medidas sanitarias urgentes cuyo propósito es aliviar el dolor, la ansiedad del herido o paciente y evitar el agravamiento de su estado.

Se llevan a cabo de manera rápida, con los recursos disponibles y en el lugar de los hechos, por las personas que han sido testigos o que llegan en primer lugar, sin necesidad de que sean sanitarias.


¿Por qué es importante tener habilidades y conocimientos en primeros auxilios?

De acuerdo con el Ministerio de Sanidad, las lesiones que tienen lugar en el hogar y durante el tiempo libre constituyen un importante problema de salud pública, ya que son “responsables de un gran número de fallecimientos y discapacidad, además de suponer una enorme carga económica (pérdida de productividad, gastos sanitarios, etc.)”. Según esta institución, los ahogamientos, caídas, quemaduras y envenenamientos son los principales tipos de lesiones que se producen en este ámbito ―hogar y tiempo libre―.

Por otra parte, según los datos de EuroSafe Website publicados en la web del Ministerio de Sanidad español, en Europa se producen anualmente alrededor de 96.000 fallecimientos y más de 2,6 millones de ingresos hospitalarios por lesiones no intencionales en el hogar y el tiempo libre, lo que representa el 44% de las muertes y el 53% de los ingresos hospitalarios por todo tipo de lesiones. Además, según los datos de la Encuesta Nacional de Salud 2017 ―la última publicada―, en los doce meses anteriores, el 3,04% de la población española ha sufrido lesiones no intencionales en el hogar y el 4,22%, durante el tiempo libre,

Por otra parte, los accidentes y lesiones pueden tener lugar también en el puesto de trabajo, el centro académico o escolar, durante un desplazamiento… En realidad, cualquier persona puede estar en riesgo vital y requerir asistencia médica en cualquier lugar y momento. Por este motivo, es primordial que la población posea los conocimientos básicos sobre primeros auxilios para poder actuar con celeridad, seguridad y calma hasta la llegada de los servicios médicos de emergencias en caso de que una o varias personas hayan sufrido lesiones o se encuentren en riesgo vital.

En palabras de la Cruz Roja española, “cada vida cuenta”. No debe olvidarse, además, la obligación legal y moral de ayudar a quien necesita auxilio.


¿Qué se debe hacer ante una emergencia o accidente?

En caso de una emergencia en que una o varias personas hayan sufrido lesiones o se encuentren en riesgo vital, se debe reaccionar de la siguiente manera:

  1. Mantener la calma. Es imprescindible actuar con orden y serenidad para que la asistencia a la persona o personas lesionadas sea lo más efectiva posible.
  2. Protegerse y proteger a la persona accidentada. Para que la prestación de ayuda sea posible es indispensable comprobar la propia seguridad, la del entorno y la de la víctima. Por tanto, es necesario comprobar que esta y el resto de las personas presentes -incluidos nosotros mismos- se encuentran en un lugar seguro. De esta manera, nos aseguraremos de que no se produzcan nuevas víctimas o lesiones. Por ejemplo, si un niño se ha cortado con un cuchillo, lo primero que debe hacerse es retirar este utensilio de su alcance. En caso de encontrarse en una vía transitada por vehículos, emplee prendas reflectantes si es posible. En caso de peligro, no arriesgue su vida.
  3. Solicitar ayuda médica urgente. Si la situación reviste gravedad, debe llamarse al número de emergencia 112 o, si fuera posible, acudir al centro de salud u hospitalario más próximo. Durante la llamada, es necesario mantener la calma mientras se habla con el operador, así como indicar la dirección exacta donde ha tenido lugar el suceso aportando calle número y cualquier otro punto de referencia. Se debe comunicar con la máxima precisión posible qué ha sucedido, el número de heridos y la posible gravedad de las lesiones, así como confirmar el propio número telefónico para cualquier pregunta posterior. Una vez finalizada la llamada, debe permanecerse en el lugar hasta la llegada de los servicios médicos de emergencias.
  4. Reconocer y socorrer a la víctima. En primer lugar, deben reconocerse sus signos vitales. En concreto, se ha de comprobar si está consciente ―observando si tiene los ojos abiertos, hablándole o tocando o estimulando a la persona de manera suave― y si respira adecuadamente ―si no lo hiciera, debe iniciarse la reanimación cardiopulmonar o RCP―. Por último, en caso de hemorragia, es necesario intentar detenerla.

Si la víctima estuviera consciente, se le debe preguntar si padece síntomas como dolor, falta de aire, debilidad, pérdida de sensibilidad o fuerza, etc., así como posibles antecedentes médicos. Asimismo, es importante recabar toda la información posible acerca del suceso y sobre sus datos personales.

En todo caso, nuestra actuación debe limitarse a las acciones estrictamente necesarias para mantener el estado de la víctima. Instituciones como la Cruz Roja designan el anterior esquema de actuación con las siglas PAS (Proteger, Avisar y Socorrer).


¿Qué no se debe hacer durante una emergencia o accidente?

En caso de emergencia o accidente, es importante evitar las siguientes actuaciones:

  • Durante la llamada al número de emergencias 112, no debe colgarse hasta que lo indique el operador ni tampoco abandonar la dirección que se ha proporcionado a este.
  • Si hubiera más de una víctima, se debe evitar la visión túnel. Es decir, la atención debe focalizarse en todas las víctimas y situaciones que necesiten ser atendidas, no solo en una de ellas.
  • En caso de no estar completamente seguro sobre cómo proceder, es preferible no actuar.
  • En caso de situaciones de peligro, no debe arriesgarse la propia vida o integridad personal.
  • Es muy importante no mover a la víctima salvo peligro inminente -riesgo de incendio, explosión coma etc.- o situación de emergencia como parada cardiorrespiratoria que precisa reanimación.
  • No deben practicarse estímulos dolorosos sobre la víctima para valorar si está consciente.
  • Una vez ha llegado el servicio de Emergencias Médicas, no deben entorpecerse sus maniobras ni abandonar el lugar sin avisar previamente al personal sanitario.

¿Cuáles son las medidas básicas de primeros auxilios?

En líneas generales, deben llevarse a cabo los siguientes procedimientos en caso de que se produzcan incidentes como:

  • Caídas y golpes. En caso de contusiones, fracturas, esguinces y/o luxaciones provocadas por un golpe o caída, no hay que forzar a moverse ni a ponerse de pie a la persona afectada, sobre todo en caso de que se presente dolor acusado y/o se observe una deformidad en una zona concreta. En caso de fractura, tampoco se debe intentar poner los huesos en su sitio.

    En cambio, se debe mantener en reposo a la víctima, aplicarle frío local sobre el área afectada y, en función de la intensidad del dolor o el aspecto de la deformidad, valorar la necesidad de llamar al 112. En este caso, se debe tapar al herido y esperar la ayuda.

    Si el golpe se ha producido en la cabeza y la víctima sangra por el oído, vomita o pierde el conocimiento, se debe llamar inmediatamente al número de emergencias.
  • Cortes y heridas. En primer lugar, es necesario lavarse las manos con agua y jabón. A continuación, se debe lavar la herida también con agua y jabón o con suero fisiológico a chorro para arrastrar la suciedad, proceso que debe realizarse de dentro hacia fuera para evitar que los gérmenes penetren en la herida. Después. debe ponerse un poco de desinfectante yodado en una gasa estéril para aplicarlo sobre la herida también de dentro hacia afuera. Por último, se debe cubrir la herida con un apósito o una gasa estéril que se sujetará a la lesión con una venda o esparadrapo.

    Es importante no emplear algodón y alcohol al limpiar una herida ni aplicar polvos, ungüentos, pomadas con antibióticos o remedios caseros. Tampoco se deben extraer posibles objetos grandes clavados en la herida, ya que podrían estar haciendo de tapón e impidiendo que salga la sangre. En este caso, se ha de inmovilizar la zona afectada y solicitar ayuda médica. Esta información puede ampliarse en el apartado de Cinfasalud destinado a heridas.
  • Quemaduras. Se debe lavar con agua abundante la zona afectada de cinco a quince minutos para enfriarla y aliviar el dolor. Con este fin, pueden usarse también compresas mojadas en agua fría. Si la quemadura afecta a los dedos de manos y/o pies, deben mantenerse separados entre sí con alguna compresa y/o tela.

    Por otro lado, si, tras lavar la quemadura, se forma una ampolla, persiste el dolor, la lesión tiene aspecto “carbonizado” o su tamaño es superior al de la palma de la mano, se debe acudir a un centro sanitario. También si la quemadura ha tenido lugar en la cara o genitales.

    En caso de que la quemadura se hubiera producido por un producto corrosivo como lejía, sosa amoníaco aguarrás, etc., debe retirarse la ropa con cuidado y lavar a la víctima con agua abundante, por ejemplo, en la bañera durante mínimo quince minutos.

    Si la causa de la quemadura es una llama que ha prendido la ropa, hay que impedir que la persona corra y envolverla en una prenda amplia de abrigo o, si no se dispone de ella, echarla suelo y hacerla rodar por él. Posteriormente, se debe enfriar a la víctima con agua fresca y envolverla con una tela limpia y amplia como una sábana y llamar al 112. Nunca se debe extrae la ropa adherida a la piel.

    Por último, en el caso de electrocución, el primer paso es desconectar inmediatamente la red general de electricidad y, si no es posible, apartar a la víctima de la fuente electricidad utilizando un objeto aislante como un palo o una toalla seca. En caso de que la víctima no respire, debe llevarse a cabo la reanimación pulmonar.
  • Hemorragias. Ya que la pérdida de sangre puede ser muy alarmante, es fundamental mantener la calma y tranquilizar a la persona herida. A continuación, se debe sentar o tumbar a la víctima -ya que podría sufrir un desvanecimiento-, cubrir la herida con gasas, un paño limpio o vendaje y presionarla con firmeza durante diez minutos.

    En el caso de que las compresas se empaparan de sangre, en vez de sustituirlas, se deben colocar otras encima y seguir apretando. Por otra parte, si la herida está situada en una extremidad superior o inferior, esta debe levantarse a un nivel superior al corazón, a la vez que se continúa presionando.

    Si la hemorragia no se detuviera, se debe solicitar ayuda médica o acudir a un servicio de urgencia.
  • Parada cardiorrespiratoria. Cuando la víctima sufre una parada cardiorrespiratoria, por ejemplo, debido a un ahogamiento, queda interrumpido de forma brusca e inesperada el bombeo de sangre desde el corazón y/o la respiración, por lo que la sangre no circula por el organismo y/o no transporta el oxígeno a los órganos y tejidos. Por este motivo, deben iniciarse rápidamente las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) hasta que la víctima se recupere.

    Para ello, deben realizarse compresiones torácicas en el centro del pecho de la víctima con una frecuencia de cien por minuto alternadas con dos insuflaciones de aire ―siguiendo la secuencia de treinta compresiones por cada dos insuflaciones―. Esta maniobra puede consultarse con detalle en el apartado de Cinfasalud destinado a reanimación cardiopulmonar.
  • Ictus. El ictus es una lesión que se produce por la interrupción del flujo sanguíneo en alguna zona del cerebro. Se podría equiparar a un infarto de corazón, pero en el cerebro, y puede recibir diferentes denominaciones en función de su cuadro clínico: accidente cerebrovascular, infarto cerebral, embolia o apoplejía, entre otras. Es fundamental actuar con rapidez llamando a los servicios de emergencia. De esta manera, incrementaremos las posibilidades de salvar la vida de la persona y podremos minimizar las consecuencias en forma de discapacidad de la lesión.

    En la mayoría de las Comunidades Autónomas, una llamada de este tipo activará, en los servicios de emergencia, el Código ictus, un protocolo que dirige al paciente a un hospital con Unidad de Ictus donde un equipo de profesionales lo diagnosticará y tratará de urgencia.
  • Infarto. El infarto de miocardio es la necrosis o muerte de las células del músculo cardiaco por falta de riego sanguíneo, debido a la obstrucción de una arteria coronaria. Cuando una zona del corazón deja de recibir el flujo sanguíneo que necesita, empieza a morir, y esa es precisamente una de las manifestaciones de la cardiopatía isquémica. Los síntomas del infarto pueden diferir entre hombres y mujeres [puedes consultar cuáles son comunes y cuáles propios en este vídeo].


En caso de infarto, ante sus primeros síntomas, es vital contactar con los servicios de emergencias llamando inmediatamente al 112 y seguir sus indicaciones. Además, así podrán trasladar al paciente rápidamente al hospital, empezando a administrarle el tratamiento oportuno. Y en caso de que aparezca una arritmia maligna durante el traslado, los profesionales tendrán la posibilidad de tratarla.

  • Atragantamiento. Si la obstrucción de la vía aérea es completa -la víctima no tose ni habla y es imposible que penetre aire a la vía respiratoria-, hay que situarse al lado y ligeramente detrás de la persona que sufre el atragantamiento, sostener su tórax con una mano y, con la otra, inclinarla hacia adelante. A continuación, se le debe dar cinco golpes secos con el talón de la mano entre los omoplatos.

    Si de esta manera no se consigue extraer el objeto causante de la obstrucción, se ha de realizar la maniobra de Heimlich. Para ello, hay que colocarse detrás de la víctima, rodearla con los brazos, cerrar el puño y colocarlo en la mitad inferior del esternón. A continuación, nos cogemos el puño con la otra mano, reclinamos a la víctima hacia delante y realizamos una fuerte presión hacia adentro y hacia arriba -comprensión abdominal- en ciclos de cinco a seis veces alternados con las cinco palmadas entre los hombros.

    Los niños de menos de 5 años (20Kg de peso) solo deben recibir compresiones moderadas. Pacientes con obesidad o embarazadas deben recibir solo compresiones torácicas, no abdominales. Si se trata de lactante o niño de alrededor de un año, debe colocarse al menor a lo largo de su antebrazo, boca abajo, con la cabeza hacia la mano, usando el muslo o regazo para sostenerlo. Abra la boca del bebé y de 5 golpes secos y rápidos entre los omoplatos, con la palma de la mano.
  • Intoxicación por vía digestiva. En caso de que una persona ingiera una sustancia tóxica, se debe identificar el tóxico mediante la anotación de su nombre comercial y las sustancias que lo componen, la cantidad ingerida y el tiempo transcurrido y llamar al Instituto Nacional de Toxicología al teléfono 915 620 420. No se debe provocar el vómito a no ser que en el Instituto Nacional de Toxicología o en el 112 así lo indiquen.

    En los casos de intoxicaciones por cáusticos y en las que no se puede provocar el vómito, puede llevarse a cabo la dilución del tóxico si la víctima está consciente, no tiene convulsiones y es capaz de ingerir. Para ello, se le debe dar agua y, si se dispone de ellas, seis claras de huevo en un litro de agua en pequeñas cantidades hasta que sea posible llegar a un centro sanitario.
  • Otras actuaciones pueden venir desencadenadas por lipotimias o desmayos. Para ello, es vital seguir unos sencillos pasos, tales como recostar a la persona, llevarla a una zona de sombra si hace calor, ponerle los pies en alto y ayudarle a que pueda respirar mejor. Puedes consultar recomendaciones propias de actuación en este contenido.

Relación con la víctima: ¿cómo comportarse?

  • No pierda la calma
  • Si lo conoce, llame a la víctima por su nombre y manifiéstele su intención de ayudarle
  • Acompañe en todo momento a la víctima y protega su intimidad
  • Si la víctima puede hablar, escuche lo que tenga que decirle y pregunte por las necesidades básicas inmediatas
  • Si se trata de niños
  • Intente mantenerle distraído
  • Cálmelo y trate de minimizar sus miedos
  • Si están presentes los padres, que estén con el niño para tranquilizarle
  • En ancianos:
  • Pregúntele sobre lo ocurrido varias veces (posibilidad de amnesia)
  • Deje que se exprese y pregúntele por tratamientos médicos y enfermedades
  • Haga preguntas cortas y fáciles de entender

¿Qué componentes debe incluir un botiquín de primeros auxilios en casa?

Es importante tener un botiquín de primeros auxilios disponible tanto en casa como en el automóvil que, además de los productos básicos, debe incluir una guía de primeros auxilios. Es recomendable leer esta guía para estar listo en caso de una emergencia

Los elementos imprescindibles que debe contener un botiquín de primeros auxilios pueden consultarse en nuestro apartado Botiquín en casa.  

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.