Síndrome premenstrual

¿Qué es el síndrome premenstrual?

El síndrome premenstrual (SPM) es un conjunto de síntomas recurrentes que acontecen entre la ovulación y la regla. Estos signos pueden ser físicos –hormonales y metabólicos- o psíquicos y emocionales.

La aparición periódica es lo que distingue al síndrome premenstrual de otras alteraciones. Las mujeres que lo tienen lo presentan siempre antes de la menstruación: los síntomas aparecen de uno a 14 días antes del comienzo del periodo y desaparecen con la llegada de la regla o poco después, y durante el resto del ciclo, las pacientes suelen sentirse bien.

Este trastorno altera en distintos grados la rutina y calidad de vida de la mujer que lo sufre, así como, en ocasiones, su vida laboral y sus relaciones interpersonales. A pesar de ello, este síndrome ha sido trivializado por las propias mujeres e, incluso, en ocasiones, por los profesionales sanitarios. De hecho, los pocos estudios realizados hasta la fecha proceden principalmente de la psiquiatría, a pesar de tratarse de una dolencia vinculada a la ginecología.


¿A quién afecta?

Dada la variedad de criterios, diagnósticos y disparidad e intensidad de los síntomas, determinar la prevalencia del síndrome premenstrual resulta muy difícil. Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), ocho de cada diez mujeres sufren alguna de estas alteraciones características antes de la menstruación y a una de cada diez  pueden llegar a dificultarle su vida normal.

Aunque el síndrome premenstrual puede aparecer a cualquier edad tras la llegada de la primera menstruación, suele ser más frecuente conforme la mujer se acerca a la treintena, y la máxima incidencia se produce entre los 30 y los 40 años. La prevalencia más baja se da entre las mujeres de 40 a 50 años. Según la Oficina para la Salud de la Mujer de EEUU, el SPM es también más frecuente en las mujeres que tienen al menos un hijo.

Así mismo, ciertos acontecimientos pueden estar ligados a la aparición del síndrome, como la suspensión de la toma de la píldora anticonceptiva o el nacimiento de un bebé.


¿Qué causa el síndrome premenstrual?

Aunque no se ha identificado una causa específica del síndrome premenstrual, sí se sabe que los cambios hormonales desencadenan los síntomas típicos y existen muchas hipótesis para explicarlo: posiblemente, el SPM sea el resultado de la combinación de factores físicos, psicológicos y sociales que interactúan con situaciones de la vida diaria. También es posible que su origen sea una respuesta anormal del organismo a los niveles normales de hormonas ováricas, con alteración en el equilibrio de unas sustancias producidas en el cerebro y denominadas neurotransmisores -serotonina y betaendor­fina, entre otras-, que son las responsables de los cambios en nuestro estado de ánimo. También se han considerado teorías culturales, psicológicas y sociales, e incluso alteraciones nutricionales.

Por todo ello, podemos decir que el SPM se puede vincular a los siguientes factores:

  • Genéticos o hereditarios. Los estudios apuntan a que este trastorno es más frecuente en mujeres cuyas madres lo sufrieron también.
  • Psicoafectivos, emocionales y psicológicos. Los problemas emocionales y el estrés elevado parecen empeorar los síntomas. También influyen los posibles desórdenes anímicos de la mujer, su nivel de ansiedad y una historia médica previa de depresiones.
  • Nutricionales. Aunque no se ha podido comprobar, podría ser que el SPM esté vinculado al déficit de vitamina B6, ácidos grasos esenciales, oligoelementos o hipoglucemia.

¿Qué síntomas provoca?

Entre siete y diez días antes de la menstruación la mujer presenta síntomas de nerviosismo, mayor sensibilidad emocional, síntomas de ansiedad o depresión o incluso molestias generales. Los más frecuentes son:

Cambios físicos:

  • Tensión en el pecho.
  • Hinchazón de cara, manos o  abdomen.
  • Acné (debido a un aumento de grasa en la piel).
  • Cabello graso.
  • Dolor de cabeza.
  • Aumento del apetito, sobre todo con antojo de dulces.
  • Estreñimiento o diarrea.
  • Cambios en el ritmo del  sueño.
  • Palpitaciones.

Cambios psicológicos:

  • Sentimiento de tristeza.
  • Cansancio, fatiga.
  • Dificultad de concentración.
  • Ansiedad.
  • Irritabilidad.

El tipo de síntomas varía de una mujer a otra y de un ciclo a otro, y también en intensidad: pueden ser desde leves hasta incapacitantes, como sucede en el caso de las mujeres que sufren Trastorno Disfórico Premenstrual.


¿Qué es el Trastorno Disfórico Premenstrual?

Es aquel síndrome premenstrual en el que los síntomas psicológicos son determinantes y de una gravedad como para interferir de forma notable en las actividades habituales, el trabajo o los estudios de la mujer.

Parece que la serotonina, una sustancia química del cerebro, está involucrada en la aparición de este trastorno.

Estas alteraciones interfieren de manera significativa en la vida laboral, académica y social de la mujer, que disminuye su productividad y puede llegar a evitar las actividades sociales. En ocasiones, sus relaciones interpersonales –familia, pareja, amigos- pueden verse también afectadas o deterioradas.


¿Cómo se diagnostica el síndrome premenstrual?

El diagnóstico del síndrome premenstrual se basa en la descripción de los síntomas por parte de la paciente. Las mujeres usan la menstruación como un marcador del tiempo, y las experiencias desagradables, fáciles de recordar, son atribuidas a un indicador reconocible como éste. Por eso, es recomendable que, si la mujer sospecha que padece este trastorno, plasme en un diario los síntomas que percibe, su duración, gravedad, sentimientos que atraviesa y las repercusiones que todo ello tiene en su vida diaria. El médico tendrá en cuenta estas descripciones, que deben ser de al menos dos ciclos consecutivos.


¿Puede curarse el síndrome premenstrual?

El tratamiento del SPM está enfocado a aliviar los síntomas, pero, dada la disparidad de estos, ninguna terapia sirve para toda mujer. La Clínica Universidad de Navarra propone, en primer lugar, tranquilizar a la paciente, pues el consejo psicológico puede ayudar a ella y a su pareja a sobrellevar el trastorno. Aconseja también modificar las actividades diarias con el fin de reducir el estrés, y seguir hábitos saludables como una programación adecuada del sueño, una dieta equilibrada y la práctica de algún deporte, preferiblemente cardiovascular.

Otros posibles enfoques terapéuticos se basan en la aplicación de las siguientes medidas:

  • Cambios en la dieta. En algunas mujeres, el mayor consumo de proteínas y la disminución de los glúcidos pueden aliviar los síntomas del síndrome premenstrual.
  • Reducir la ingesta de sodio para aliviar la retención de líquidos. Si es necesario, también se puede recurrir a complementos alimenticios o medicamentos que favorecen la diuresis.
  • Tratamiento hormonal. Los anticonceptivos orales constituyen en muchas ocasiones una alternativa terapéutica, sobre todo para los síntomas físicos, si bien su eficacia varía de un caso a otro.
  • Prescripción de tranquilizantes. El médico determinará si el empleo de determinadas plantas medicinales o incluso medicamentos puede ayudar a aliviar la irritabilidad, el nerviosismo y la falta de control, especialmente en casos en los que el estrés no puede reducirse.
  • La ingesta de analgésicos o antiinflamatorios como el ibuprofeno o el naproxeno, también puede, en algunos casos, aliviar parte de los síntomas físicos como el dolor de cabeza, la tensión abdominal y la sensibilidad en las mamas.
  • Algunos antidepresivos como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina pueden ser empleados por el médico de la paciente para aliviar únicamente los síntomas de ansiedad y depresión.

10 consejos para minimizar los síntomas del síndrome premenstrual

  • 1. Mantén un calendario o diario de los síntomas.
    Este registro te ayudará a confirmar si los síntomas que padeces está producidos por el SPM. Para ello, apunta, durante tres meses seguidos, la fecha en que aparecen, así como su gravedad y duración. Si observas que se producen sólo antes de tus reglas, consulta a tu médico.
  • 2. Cuida tu alimentación.
    Sigue una dieta variada y equilibrada, rica en frutas, verduras y cereales integrales…
  • 3. Sal y azúcar, al mínimo.
    Consumir poca sal te ayudará a evitar la hinchazón, y el azúcar que puede ser la causa de que tu nivel de glucosa en sangre oscile y afecte a tu energía y tu apetito, por lo que también debes reducirla.
  • 4. Recurre a los suplementos.
    Puedes tomar complejos de vitaminas o minerales. En la actualidad, disponemos de fármacos de origen natural que proporcionan una gran mejoría de los síntomas del síndrome premenstrual. Déjate aconsejar por tu médico o farmacéutico.
  • 5. Evita la cafeína.
    La menor ingesta de metilxantinas (café, té, colas, chocolate) reduce la molestia mamaria.
  • 6. Haz ejercicio físico de manera regular.
    Practicar algún deporte regularmente, y no sólo durante los días en que se sufre el síndrome, puede ser muy beneficioso a nivel general, ya que aumentan los niveles de los neurotransmisores como la serotonina y se reduce la intensidad de los síntomas. Es especialmente recomendable el ejercicio de tipo aeróbico.
  • 7. Duerme lo suficiente.
    Es esencial, dado que el síndrome premenstrual puede afectar a tus patrones de sueño durante esos días. Intenta dormir al menos ocho horas diarias, y si tus alteraciones son de ansiedad o irritabilidad, puedes tratar de usar métodos de relajación (meditación, ejercicios de respiración…) o hacer actividades que te relajen (leer, escuchar música…).
  • 8. Busca formas sanas de combatir el estrés.
    Ya que éste agrava los síntomas, puedes aprender a controlarlo con técnicas de relajación muscular y respiración abdominal. También la práctica de yoga u otras disciplinas similares pueden ser muy útiles. Si lo necesitas, regálate un masaje. Así mismo, evita situaciones que te creen tensión y tómate las cosas con toda la calma que puedas. A veces es preciso recurrir a medicamentos como antiinflamatorios o calmantes. En este sentido, tu médico puede recomendarte el tratamiento adecuado.
  • 9. Haz partícipe a tu familia de cómo te sientes.
    Saber que las personas cercanas o que conviven contigo (pareja, amigos íntimos…) comprenden por lo que estás pasando te ayudará a sentirte más tranquila y a reducir el sentimiento de culpabilidad que acompaña a algunos de los síntomas del SPM.
  • 10. Acude a tu médico de cabecera, si es necesario.
    Si los síntomas son importantes consulta con tu médico o ginecólogo. El médico te puede recetar diferentes tratamientos que te ayuden a sobrellevar el SPM, pero sigue siempre sus instrucciones al tomarlos.