Tendinitis rotuliana

¿Qué es el tendón rotuliano?

Los tendones son unas cuerdas fibrosas, resistentes pero flexibles, que unen los músculos a los huesos -o a otras estructuras como el globo ocular-. Al transferir la fuerza generada por los músculos, ayudan a mover la articulación o la estructura a la que están conectados.

En el cuerpo humano, hay en total unos 4.000 tendones. El tendón rotuliano (también conocido como tendón patelar) trabaja con los músculos de la parte frontal de la pierna y es esencial para poder flexionar y estirar esta extremidad, caminar, correr y saltar. o girarse.


¿Qué es la tendinitis rotuliana?

La tendinitis rotuliana es la inflamación del tendón que conecta la rótula (también conocida como patela) con la tibia y/o vaina (la estructura que envuelve el tendón). Sus fibras actúan como enlace entre los músculos cuádriceps y la tibia.


¿A quién afecta la tendinitis rotuliana?

La tendinitis rotuliana también se conoce como «rodilla del saltador» porque es una lesión frecuente entre deportistas que practican saltos recurrentes, como baloncesto, voleibol o salto.

Según la revista Española de Artroscopia y Cirugía Articular (REACA) de la Fundación Española de Artroscopia (FEA), la tendinitis rotuliana representa el 30-45% de las lesiones que afectan a los atletas que practican deporte de salto. Sin embargo, aunque no se practique ninguno de estos deportes, también es posible sufrir esta patología de rodilla.


¿Qué causa la tendinitis en la rodilla?

Esta patología de rodilla aparece como consecuencia de la sobrecarga y el desgaste en el tendón rotuliano, los microimpactos en la rodilla, los movimientos repetidos de flexoextensión.

Poco a poco, la tensión que se genera en el tendón provocada por actividades deportivas, como el tenis, el baloncesto, el salto o correr, o movimientos reiterativos causa pequeños desgarros y el cuerpo intenta repararlos. A medida que estos desgarros o roturas se multiplican, inflaman y debilitan el tendón, y esto provoca dolor.

La sobrecarga del tendón rotuliano se produce al correr intensamente, saltar, detenerse e iniciar la marcha con fecuencia, también al sufrir impactos.
La tendinitis rotuliana es común en corredores, atletas, gimnastas y otros deportistas.

Igualmente, pueden influir en la lesión factores internos como el sobrepeso o el envejecimiento o externos como cambios de entrenamiento, técnicas deportivas no adecuadas, lesiones previas, falta de estiramientos previos, uso decalzado no adecuado o irregularidades o cambios en la superficie donde se practica la disciplina.

Según Farmalastic, estos son los factores internos y externos que más influyen:

Factores internos:

  • Sobrepeso.
  • Envejecimiento (los tendones se vuelven menos elásticos con el paso del tiempo y es más fácil que se produzcan tendinitis).
  • Enfermedades previas Debilidad (laxitud) congénita de los tendones.
  • Alteraciones en el arco plantar del pie.
  • Deformidades en la rodilla.
  • Rigidez muscular del cuádriceps y los isquiotibiales que pueden aumentar la tensión en el tendón rotuliano.
  • Desequilibrio muscular, en el cual si algunos músculos de las piernas son más fuertes que otros, pueden causar la lesión al tirar más fuerte de ese tendón.
  • Problemas anatómicos o biomecánicos (piernas arqueadas, pisada pronadora, hacia el interior del pie, o dismetría de las piernas).
  • Enfermedades crónicas que alteran el flujo sanguíneo de la rodilla y debilitan el tendón (diabetes, artritis reumatoide, lupus, etc).

Factores externos:

  • Calzado inadecuado.
  • Técnica incorrecta a la hora de practicar el ejercicio.
  • Práctica deportiva sobre terrenos duros que suponen un fuerte impacto para la rodilla.
  • Entrenamiento intensivo.
  • Práctica del deporte sin haber acondicionado el cuerpo o descansado lo suficiente. Esto puede provocar un estrés excesivo para la musculatura.

¿Qué síntomas produce la tendinitis rotuliana?

El síntoma inicial es el dolor en la cara anterior de la rodilla; es decir, entre la rótula y el punto donde el tendón se conecta con la tibia.

Otros síntomas:

  • Dolor en la cara anterior e inferior de la rodilla.
  • Hipersensibilidad debajo de la rótula.
  • Sensación de rigidez, movilidad y amplitud articular reducidas.
  • Hinchazón del tendón rotuliano.
  • Inestabilidad y sensación de pérdida de fuerza en la rodilla
  • Enrojecimiento.
  • Aumento del dolor en reposo.

Al comienzo, suele presentarse cuando se practica actividad física intensa o después de esta. Posteriormente, suele interferir en la práctica del deporte y, conforme transcurre el tiempo, puede sentirse al llevar a cabo determinados movimientos cotidianos en los que hay flexión con carga como subir escaleras o levantarse de la silla o, incluso, en reposo.

También puede haber inflamación y sensación de rigidez en la articulación, sobre todo, al despertar.


¿Cómo se trata la tendinitis rotuliana?

La recuperación de esta lesión puede ser muy lenta y llevar varios meses. El tratamiento inicial abarca la terapia física para estirar y fortalecer los músculos que rodean la rodilla.

Si la patología se encuentra en un estado inicial y sin consecuencias tan severas, se recomienda el uso de soluciones como bandas para tendinitis rotuliana hipervincular, que ayudan a reducir las molestias, descargando el exceso de tensión que sufre el tendón rotuliano, y refuerzan la rótula sin reducir la funcionalidad de la rodilla.

También se recomiendan los ejercicios para la tendinitis rotuliana, enfocados a los automasajes para relajar los cuádriceps, siempre bajo la supervisión de un profesional sanitario. Pueden realizarse ejercicios suaves de fortalecimiento y estiramiento para mejorar la fuerza, la flexibilidad y el movimiento de la articulación.

En casos en los que la tendinitis está avanzada y el tendón se ha llegado a romper, es necesario recurrir a la cirugía para repararlo.

5 consejos para prevenir la tendinitis rotuliana

Puede reducirse el riesgo de sufrir tendinitis rotuliana adoptando las siguientes medidas:

  • 1. Diseña bien tu entrenamiento.
    Aumenta de manera gradual la frecuencia e intensidad del ejercicio y respeta los periodos de descanso.
  • 2. Perfecciona tu técnica deportiva.
    De esta manera reducirás el riesgo de sobrecargar el tendón y acabar sufriendo una lesión.
  • 3. Escoge bien tu calzado deportivo.
    Elige zapatillas que permitan amortiguar de manera adecuada el impacto sobre el suelo.
  • 4. Calienta adecuadamente.
    Antes de realizar deporte, asegúrate de estirar bien los cuádriceps y los músculos de la parte inferior de la pierna. Lleva a cabo también con regularidad ejercicios de fortalecimiento de estos músculos.
  • 5. No juegues o hagas deporte cuando tengas dolor.
    En cuanto lo percibas, aplica frío en la zona y descansa. Hasta que desaparezca del todo, no retomes las actividades que impliquen presionar de manera repetida las rótulas.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.