Tiroiditis de Hashimoto

¿Qué es la tiroides?

La tiroides es una glándula del sistema endocrino con forma de mariposa, que se localiza en la parte delantera del cuello, justo por debajo de la nuez. Su peso es de unos 30 gramos- Su función es producir las hormonas tiroideas (tiroxina o T4 y triyodotironina o T3) que, a través del torrente sanguíneo, llegan a todas las células del cuerpo con el fin de regular una parte importante del metabolismo. La producción de hormonas tiroideas (T3 y T4) está regulada por otra hormona, TSH (hormona estimulante de la tiroides) que se encuentra en la hipófisis, en el cerebro. Pequeños cambios de la T4 y T3 hacen que la TSH varíe mucho por un mecanismo de retroalimentación por lo que la medición de la TSH es un muy buen indicador del funcionamiento de la glándula tiroides.

En concreto, las hormonas tiroideas regulan principalmente el metabolismo energético, es decir la velocidad a la que se consume la energía que nos proporcionan los alimentos y  cómo el cuerpo quema el exceso de grasa, nivelando finalmente el equilibrio energético. Por tanto son claves en el mantenimiento de la temperatura corporal. Intervienen también  en el crecimiento y en el correcto funcionamiento del sistema nervioso, en la regulación del ritmo cardiaco y en el desarrollo de la piel.

La tiroides también produce otra hormona llamada calcitonina que regula el metabolismo del calcio.

Cuando una enfermedad afecta a la tiroides lo más frecuente es que se produzca una disminución de la actividad de la glándula (hipotiroidismo). Suele ser una afección que puede pasar desapercibida durante mucho tiempo. En otros casos la tiroides puede agrandarse (lo que se conoce como bocio). El hipertiroidismo, menos frecuente, es cuando la glándula segrega demasiadas hormonas.


¿Qué es la tiroiditis de Hashimoto?

La tiroiditis de Hashimoto, también conocida como enfermedad de Hashimoto (médico japonés que la describió por primera vez) o tiroiditis linfocítica crónica, es un trastorno autoinmune que produce la inflamación crónica de la tiroides. Tiroiditis indica que hay una inflamación de la glándula tiroides. Autoinmune significa que la causa está en que el propio sistema inmunitario ataca a las células de la tiroides. 

Con el paso del tiempo, la tiroides no fabrica sus hormonas adecuadamente. Habitualmente se produce un hipotiroidismo, es decir, una disminución de la producción de T4 y T3. No obstante, en algunos casos se puede producir hipertiroidismo aunque puede ser tan solo en una fase o por coincidencia de otras patologías.

No se conoce la causa última de la tiroiditis de Hashimoto, aunque es más frecuente en mujeres, el riesgo aumenta con la edad y en pacientes con enfermedades cromosómicas o con otras enfermedades autoinmune.

Al inicio, puede no haber síntomas, pero, con el paso del tiempo, puede manifestarse con un agrandamiento de la tiroides (bocio) y sensación de congestión en el cuello. Con el tiempo ese bocio puede hacerse doloroso.

Aunque la tiroiditis de Hashimoto no tiene cura, los síntomas provocados por el hipotiroidismo pueden tratarse reemplazando las hormonas que la tiroides deja de producir de manera natural con una hormona sintética llamada levotiroxina. De esta manera, se recuperan y mantienen niveles adecuados de la hormona T4. Este tratamiento debe mantenerse durante toda la vida.


¿A quién afecta la enfermedad de Hashimoto?

No se conoce con exactitud el número de personas que padecen tiroiditis de Hashimoto, pero, según el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y (NIDDK por sus siglas en inglés) de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, es de cuatro a ocho veces más común en mujeres que en hombres.

Otras publicaciones refieren una afectación de hasta un 2% de la población general aunque puede variar entre países, especialmente por la variación en la ingesta de yodo (molécula necesaria en la formación de la T4 y T3)

No se conoce con exactitud el número de personas que la padecen, pero es más común en mujeres que en hombres.

Por otra parte, aunque esta afección puede presentarse ya durante la adolescencia, es más frecuente que aparezca entre los 30 y los 50 años.

Este tipo de tiroiditis también es más frecuente en personas con anomalías cromosómicas como en los síndromes de Down (trisomía del par 21), Turner (anomalía o falta de un cromosoma X en mujeres) o Klinefelter (hombres con dos cromosomas X y un cromosoma Y, en lugar de uno de cada) y en pacientes de otras enfermedades autoinmunes como la enfermedad de Addison (insuficiencia suprarrenal), diabetes mellitus tipo 1, hipoparatiroidismo, vitíligo, anemia perniciosa, artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, síndrome de Sjögren o enfermedad celiaca.


¿Cuáles son sus causas y cómo se diagnostica?

La causa es multifactorial, interviniendo factores genéticos, ambientales y endógenos.

Como se indicaba al inicio, se trata de un trastorno autoinmune. Esto significa que el sistema inmunitario invade y ataca la glándula tiroidea. Los linfocitos (un tipo de glóbulo blanco) infiltran la tiroides. También se detectan autoanticuerpos tiroideos, es decir anticuerpos producidos por nuestro sistema inmunitario, que atacan las células de la tiroides. Lesionada, esta pierde su capacidad de producir suficientes hormonas T4 y T3.

Cuando aparecen los síntomas, la confirmación proviene de la valoración de los niveles de T4, TSH, presencia de autoanticuerpos tiroideos y ecografía de tiroides.


¿Cuáles son los factores de riesgo?

El riesgo de desarrollar tiroiditis de Hashimoto aumenta si se dan los siguientes factores:

  • Ser mujer.
  • Tener entre 30 y 50 años.
  • Padecer otros trastornos autoinmunes o anomalías cromosómicas
  • Tener antecedentes familiares de enfermedad tiroidea.
  • Estar embarazada.
  • Estar expuesto a niveles excesivos de radiación ambiental.

¿Qué síntomas produce la tiroiditis de Hashimoto?

Dado que esta enfermedad progresa con mucha lentitud, pueden no aparecer síntomas al inicio, incluso aunque los análisis de sangre muestren una cantidad elevada de anticuerpos típicos de la tiroiditis de Hashimoto (anticuerpos antiperoxidasa tiroidea o antitiroglobulina).

Con el paso del tiempo, la inflamación de la tiroides daña paulatinamente las células, lo que provoca el aumento del tamaño de la glándula -bocio- y, posteriormente, la mayoría de las personas afectadas acaban desarrollando hipotiroidismo. Este puede manifestarse con signos y síntomas como los siguientes, aunque la gravedad y la aparición de los distintos síntomas dependerá del estado de evolución de la enfermedad:

  • Metabólicos: intolerancia al frío, aumento modesto de peso, hipotermia
  • Neurológicos: olvidos, alteración de sensibilidad en manos y/o pies, entumecimiento, somnolencia y fatiga
  • Psiquiátricos: depresión, cambios en personalidad, problemas de memoria
  • Dermatológicos: edema en cara, sequedad de cabello, sequedad de piel y uñas, lengua hinchada
  • Oculares, caída de párpados, edema alrededor de los ojos
  • Gastrointestinales: estreñimiento
  • Ginecológicas: sangrado o ausencia de regla (menorragia y amenorrea)
  • Cardiovasculares: disminución de la frecuencia cardiaca (bradicardia)

¿Qué complicaciones puede tener?

En caso de haber desarrollado hipotiroidismo y que este no se trate adecuadamente, pueden producirse las siguientes complicaciones:

  • Dificultades para deglución o respiración por el bocio. Es un agrandamiento de la tiroides. Externamente, puede aparecer un bulto en la parte frontal inferior del cuello, que puede oprimir la tráquea y provocar problemas para tragar o respirar.
  • Problemas cardiacos. Hay mayor riesgo de incremento de colesterol, lo que puede provocar enfermedades coronarias y arterioesclerosis. En fases avanzadas, puede desembocar en una insuficiencia cardiaca.
  • Hipertensión.
  • En las mujeres, por la amenorrea, pueden aparecer problemas de fertilidad. En los hombres, disfunción eréctil y, también, conteo bajo de espermatozoides.
  • En mujeres embarazadas mal controladas, el hipotiroidismo produce un aumento de riesgo de aborto o de mayor mortalidad en los bebés, así como mayor riesgo de hipertensión en la futura madre.
  • Los bebés de madres hipotiroideas que no se han tratado pueden tener defectos congénitos como capacidades intelectuales reducidas, autismo o retrasos en el habla.
  • Raramente, mixedema. Muy poco común, se manifiesta con insuficiencia cardíaca, crisis convulsivas, somnolencia seguida de un letargo profundo y la pérdida de conocimiento. Puede llevar al coma y ser mortal.

¿Se puede curar la enfermedad de Hashimoto?

Aunque es una enfermedad crónica, la tiroiditis de Hashimoto puede controlarse con medicación y permanecer estable durante años. En caso de que la producción de hormonas tiroideas sea normal, no es necesario tratamiento, incluso aunque los anticuerpos estén elevados, pero deben evitarse las dosis elevadas de yodo, presente en alimentos como las algas marinas o la sal yodada.

En caso de hipotiroidismo, el tratamiento se basa, como se indicaba al inicio, en el reemplazo hormonal de las hormonas que la tiroides deja de producir de manera natural con una hormona sintética llamada levotiroxina, con el fin de recuperar y mantener niveles adecuados de la hormona T-4.

Este tratamiento, que contribuye también a reducir la glándula tiroides agrandada, debe mantenerse durante toda la vida. Una vez se consigue la dosis adecuada para el paciente, es necesario controlar el nivel del TSH de forma periódica de acuerdo a las recomendaciones médicas.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.