Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)
De la mano de la Sociedad Española para el avance de la Psicología Clínica y de la Salud (SEPCYS), abordamos qué es el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC), síntomas, causas, complicaciones y posible tratamiento.
¿Qué es el Trastorno Obsesivo Compulsivo y a quién afecta?
El Trastorno Obsesivo-Compulsivo (o TOC) es un trastorno mental y del comportamiento que afecta a personas de todos los sexos en la misma medida. Suele aparecer desde el inicio de la vida adulta, aunque, en menor proporción, puede aparecer también ya en adolescentes.
Se trata de una condición crónica, y aunque puede experimentar idas y venidas a lo largo de la vida, no suele remitir si no es con alguna forma de intervención clínica.
¿Por qué se caracteriza el TOC?
Como su propio nombre indica, el TOC se caracteriza por la aparición de obsesiones y compulsiones. Las obsesiones -del latín obsessio, que significa “asedio”- son habitualmente ideas o impulsos repetitivos, no deseados, hacia los que la persona siente que no tiene control, y que provocan un importante malestar. Para controlar las obsesiones y la ansiedad que producen, las personas afectadas acuden con frecuencia a las compulsiones, también llamadas “rituales”, y que son acciones, muchas veces repetitivas, estereotipadas e inflexibles, que contrarrestan, de forma real o simbólica, las obsesiones.
¿Cuáles son las causas del Trastorno Obsesivo Compulsivo?
Actualmente, las causas de la aparición del TOC son desconocidas. Es muy posible que la causa no sea única, sino que determinados factores tengan que darse asociados para llegar a producir el trastorno. En este sentido, hay algunas situaciones y vivencias que se asocian de forma clara con el TOC:
- Experimentar periodos de estrés: especialmente si la causa del estrés es un aumento de la responsabilidad personal. Por ejemplo, experiencias como cargar con una mayor responsabilidad en el trabajo o tener descendencia, etc., pueden venir seguidas de un aumento de los síntomas.
- Tener familiares cercanos con un diagnóstico de TOC: la mayoría de los pacientes puede identificar a un familiar cercano con un diagnóstico similar o con una forma de comportarse que, aunque no llegara a recibir un diagnóstico formal, puede indicar un TOC. Esto habla de que los factores genéticos pueden tener un papel importante en la aparición del problema.
- Exposición a conductas compulsivas de familiares en el proceso de crianza: el paciente puede haber aprendido esa forma de comportarse durante su infancia y adolescencia. Asimismo, crecer en un entorno cargado de normas, con frialdad emocional y un control excesivo por parte de los padres puede estar relacionado con los síntomas.
Por otro lado, respecto a los motivos que explican por qué el trastorno se mantiene una vez ha aparecido hay que destacar que el papel de las compulsiones es clave; el alivio que sigue a la neutralización de las obsesiones es un mecanismo de aprendizaje muy poderoso, que lleva a las personas con TOC a actuar de la misma manera en el futuro, una y otra vez, y a experimentar un temor cada vez mayor ante las obsesiones. Por eso, este trastorno tiende a cronificarse en el tiempo.
¿Qué síntomas tiene el Trastorno Obsesivo Compulsivo?
El TOC se define por la presencia de obsesiones y/o compulsiones, pero se trata de un trastorno tremendamente heterogéneo y que puede presentarse de muchas formas, de tal manera que puede darse el caso de pacientes únicamente tengan obsesiones o solo compulsiones.
En líneas generales, se suelen distinguir diferentes tipos de TOC en función de las obsesiones y compulsiones que aparecen:
- Obsesiones con la suciedad y la posibilidad de contagiarse de enfermedades, acompañadas de compulsiones de limpieza y desinfección.
- Obsesiones por el perfeccionismo, el orden, la simetría, y la regularidad, acompañadas de compulsiones de repetir, ordenar o comprobar que todo está “bien”.
- Obsesiones que resultan inmorales o inaceptables para la persona y sus convicciones; por ejemplo, blasfemias, impulsos sexuales desagradables, o temor a perder el control y atacar a alguien querido. En estos casos, las compulsiones están dedicadas a eliminar del pensamiento esas ideas inaceptables, o, en algunos casos, a compensar el mal que supone el mero hecho de pensarlas; por ejemplo, para una persona religiosa, mediante la oración o la búsqueda de confesión.
- Obsesiones con la posibilidad de causar daño a otras personas por descuido o negligencia, seguidas de compulsiones de comprobación de si se corre algún riesgo, o si se ha producido un daño.
Las obsesiones y las compulsiones pueden resultar excesivas o extrañas a las demás personas, como si se tratara de conductas supersticiosas o, directamente, insensatas o irracionales. Quienes las sufren, con frecuencia, las viven con vergüenza.
Además de las obsesiones y/o compulsiones, es muy frecuente que las personas con diagnóstico de TOC eviten actividades y entornos que hacen sus obsesiones más probables. Por ejemplo, una persona con diagnóstico de TOC podría evitar por todos los medios salir de casa para no entrar en contacto con suciedad o personas enfermas.
La combinación de evitación, obsesiones y compulsiones puede llegar a generar un enorme sufrimiento, y crecer hasta controlar completamente la vida de la persona. El TOC puede llegar a incapacitar del todo a quien lo padece para trabajar o llevar una vida normal.
¿Cuál es el posible tratamiento del TOC?
Las personas con un diagnóstico de TOC deberían considerar siempre la posibilidad de recibir una terapia psicológica basada en la exposición con prevención de respuesta (EPR). En estas terapias, las personas aprenden a resistir el impulso de realizar sus compulsiones y, con el apoyo de profesionales de la Psicología Clínica o Sanitaria, enfrentan sus obsesiones hasta vencerlas.
Con frecuencia, resulta, además, apropiado incluir:
- Terapia cognitiva (TC): para ayudar a reconsiderar las ideas sobre las obsesiones, su funcionamiento y significado. Hasta la fecha, solo los tratamientos psicológicos que incluyen EPR y, en menor medida, TC, ofrecen garantías de eficacia. En estos casos, es muy positivo que familiares y convivientes participen en el tratamiento.
- Fármacos: los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o ISRSs también han demostrado eficacia ante los síntomas del TOC, aunque la tendencia a recaer es mayor que con la terapia psicológica. En los casos graves, se suele recomendar la combinación de los fármacos y el tratamiento psicológico.
¿Tiene complicaciones el TOC?
Existen complicaciones habituales de este trastorno, ya que puede dar lugar a:
- Estados de ánimo depresivos, que pueden llegar a ser graves: de ahí que, en muchos casos, sea necesario paliar la depresión antes de que se pueda trabajar con el TOC. Asociado a estos síntomas anímicos, más de un tercio de las personas con diagnóstico de TOC refiere haber considerado el suicidio y una de cada diez lo intenta.
- Trastornos de ansiedad y uso de sustancias legales o ilegales, como alcohol o cannabis: para reducir el malestar provocado por las obsesiones y compulsiones.
- Complicaciones médicas, como por ejemplo lesiones en la piel por el lavado excesivo y el contacto con productos abrasivos de limpieza, y otros riesgos.
Consejos ante el Trastorno Obsesivo Compulsivo
- 1. Si experimentas malestar debido a ideas repetitivas y comportamientos inflexibles, pide ayuda cuanto antes.
Consultar con profesionales de la Psicología o de la Medicina de forma temprana puede mejorar la respuesta al tratamiento y reducir el tiempo que se ha de convivir con los síntomas. - 2. Habla de lo que te pasa con personas de tu confianza.
Sentir vergüenza ante las obsesiones o compulsiones es muy habitual, pero estos temores harán más difícil que quienes te rodean te puedan apoyar y ayudar. - 3. Examina las ideas y creencias que hay detrás de tus ideas repetitivas y comportamientos inflexibles.
Si te generan malestar o te impiden llevar tu vida como quisieras y las razones que hay detrás de ellas parecen poco racionales, desconfía de esas ideas. Las cosas pueden no ser tal y como tú las das por sentado. - 4. Recuerda que los pensamientos y las acciones son cosas distintas.
Sentir el impulso de realizar una acción no es lo mismo que desearla, ni hace necesariamente más probable que la llevemos a cabo. De la misma forma, pensar en algo no hace más probable que ocurra en realidad. - 5. Cuida tu estado de ánimo.
Mantener una vida de ocio, actividad y socialización es fundamental para poder hacer frente al TOC. Aunque sea difícil, no renuncies a tener experiencias positivas; son combustible para tu estado de ánimo. - 6. Trata de resistir tus compulsiones.
El alivio que sigue a los rituales y compulsiones es el verdadero motor del problema. Aunque pueda parecer difícil, resistir la urgencia por responder a la obsesión es posible y beneficioso; si resistes, puedes vencerlo. - 7. No luches contra tus obsesiones.
Es normal que quieras quitarte de la cabeza las obsesiones y todo el malestar que acarrean. Sin embargo, cuanto más luches contra ellas, más importantes y centrales serán en tu vida. Enfócate en seguir tu camino aunque las obsesiones estén en él. - 8. Afronta tus temores.
Si tus obsesiones se centran en áreas concretas de tu vida, como el trabajo o salir a la calle, la tentación de evitarlas por completo, por ejemplo, quedándote en casa, puede ser enorme. Tu temor se hará más grande y tu mundo, más pequeño. - 9. Cumple con el tratamiento pautado por tu profesional sanitario.
Si tus síntomas son muy severos, es probable que el tratamiento pautado se centre en alternativas que incluyen ciertas terapias (EPR) o fármacos, ya que son las que han demostrado máxima eficacia. - 10. Mantén la esperanza.
La mayoría de personas mejoran con el tratamiento y pueden llevar vidas normales y satisfactorias. Es posible que las obsesiones no desaparezcan por completo, pero lo importante es que no te impidan vivir la vida como tú quieras vivirla.
Fuentes
- Francisco J. Estupiñá Puig, profesor de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Sociedad Española para el avance de la Psicología Clínica y de la Salud (SEPCYS).
*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.