Uso del inhalador

¿Qué es un inhalador?

Los inhaladores son dispositivos que se introducen en la boca y permiten que un medicamento, atomizado en gotas diminutas, pase directamente con la respiración a las vías aéreas. De esta forma, el principio activo accede más fácilmente a los bronquios y pulmones y su acción es más localizada, rápida y directa que si se usaran otras vías de administración. Además, las dosis de fármaco que se necesitan son menores, por lo que también se reduce el riesgo de efectos adversos.

Esta forma de administración suele emplearse para tratar problemas respiratorios como el asma o la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) con medicamentos como, por ejemplo, los broncodilatadores -que abren las vías respiratorias para facilitar la entrada del aire-, los corticoides -antiinflamatorios que evitan que los bronquios se inflamen- o una asociación de ambos.

Pero también hay que tener en cuenta el gran inconveniente de esta vía: el inhalador ha de usarse de manera correcta o, de lo contrario, su eficacia será menor.

De hecho, según una revisión de varios estudios publicados en los últimos 40 años -cuando salieron al mercado los primeros dispositivos-, la inadecuada utilización de los inhaladores es un problema que alcanza hasta el 31% de los usuarios estudiados. El uso incorrecto de los dispositivos es, por tanto, un problema que persiste a lo largo de los años. Por este motivo, es crucial que, además de que el médico prescriba el dispositivo más adecuado para las características  del paciente, este aprenda a utilizarlo correctamente, conozca la técnica y se entrene en ella.


¿Qué tipos de inhaladores existen?

Existen dos tipos principales de inhaladores:

  • 1. El primero de ellos es el inhalador de cartucho presurizado (ICP) o MDI (por sus siglas en inglés, Metered Dose Inhaler o inhalador de dosis medida). Este tipo de inhaladores pueden ser, a su vez:
  • De tipo convencional (activados por presión), con cámara o sin cámara espaciadora. Estas cámaras son dispositivos que se colocan entre el inhalador y la boca. Por una parte, ralentizan la velocidad a la que sale el aerosol y permite que las partículas del medicamento queden en suspensión dentro la cámara. De esta manera, pueden ser inhaladas más fácilmente. Se utiliza en niños y personas adultas que tengan dificultades en la técnica de inhalación. Las cámaras permiten que no sea tan necesaria la coordinación entre la pulsación y la maniobra de inspiración. En los lactantes y niños menores de cuatro años, así como en ancianos con deterioro cognitivo, además, dichas cámaras se acoplan a una mascarilla facial para facilitar aún más la correcta administración del fármaco.
  • De partículas extrafinas.
  • Inhaladores de niebla fina.
  • De autodisparo (activados por la inspiración).
  • Con espaciador incorporado.
  • 2. El segundo tipo son los inhaladores de polvo seco (IPS), que pueden ser, a su vez:
  • Unidosis: se cargan con una cápsula nueva que está fuera del dispositivo para cada dosis.
  • Multidosis: el propio dispositivo contiene muchas dosis.

El especialista médico propondrá a cada paciente un inhalador u otro, en función de factores como su edad, patología,  el tipo de fármaco y sus presentaciones en el mercado y el precio. También influirán otras características personales del paciente, como sus preferencias, su capacidad para inhalar de manera consciente y manejar el dispositivo y la posibilidad de que el tratamiento interfiera con otras enfermedades previas que pueda padecer.

La eficacia y seguridad de todos los dispositivos para  inhaladores es similar, siempre que se usen de manera correcta.


¿Cómo se usan los inhaladores?

Como se describe en la clasificación anterior, hay una variedad importante de tipos de inhaladores y cada uno de ellos tiene unas especificaciones concretas de utilización. Sin embargo, existen una serie de principios comunes de manejo para todos los dispositivos en cuanto a la técnica de inhalación.

Algunos dispositivos están adaptados para la población infantil.
  • Preparar el dispositivo: los inhaladores ICP o MDI convencionales y los de autodisparo requieren que se agiten antes de usar. Si los ICP convencionales se utilizan con cámara espaciadora además hay que insertarlos posteriormente en ella. Si se trata de IPS unidosis, hay que insertar la cápsula en el dispositivo, y si se trata de IPS multidosis, hay que cargar la dosis correspondiente que porta el sistema.
  • Realizar una exhalación (expulsar el aire previamente) seguida de una inhalación profunda: si se trata de los ICP convencionales, la inhalación ha de ser lenta, sincronizando la pulsación con la inspiración. Los ICP de autodisparo se activan con la inspiración y no requieren tanta sincronización de la inspiración con la pulsación. Si se trata de IPS, la inhalación ha de ser enérgica desde el principio, inhalando con el máximo esfuerzo inspiratorio, tan profundo y fuerte como se pueda, hasta llenar los pulmones.
  • Aguantar la respiración durante 10 segundos o tanto como sea posible cuando se complete la inhalación.
  • Cuando se requiera una segunda dosis: esperar entre 30 y 60 segundos respirando normalmente antes de repetir los pasos anteriores.

¿Cuáles son los errores más comunes en la utilización de inhaladores?

Aparte de considerar la mayor o menor habilidad del paciente, algunos de los errores más comunes en el uso de inhaladores están asociados a una carga inadecuada de la dosis en los de polvo seco, no colocar los labios alrededor de la boquilla del dispositivo para sellarlo adecuadamente, realizar una mala sincronización entre la pulsación y la inspiración cuando esta es requerida, no retener adecuadamente el aire en los pulmones tras la inspiración profunda o la falta de mantenimiento adecuado de los inhaladores y/o las cámaras espaciadoras


¿Cómo limpiar un inhalador?

Los dispositivos de inhalación han de revisarse regularmente para comprobar su buen estado y, también, en el caso de que la evolución clínica no sea la que se esperaba. En este caso, también ha de revisarse la técnica de inhalación del paciente, para asegurarnos de que sea la adecuada.

También es muy importante mantener el inhalador limpio. Para ello, en el caso de los inhaladores de cartucho presurizado, semanalmente, ha de extraerse el cartucho con el aerosol y lavar con agua templada y jabón la carcasa de plástico y la boquilla. Otra opción es usar un paño húmedo. Luego, deben secarse bien ambos elementos y asegurarse de que no quede agua en las válvulas.

Los inhaladores de polvo seco también deben limpiarse al menos una vez a la semana con un paño seco y no deben guardarse en ambientes húmedos, como pueden ser los cuartos de baño.

Igualmente, es necesario limpiar la cámara espaciadora en el caso de que sea preciso su uso al menos una vez al mes. Para ello, esta debe desmontarse siguiendo las instrucciones del fabricante y lavarse con agua tibia y jabón. Después, ha de aclararse y dejar que se seque al aire, sin frotar. Si son cámaras con válvulas, debe comprobarse su correcto funcionamiento.  Y las  cámaras de plástico deberían sustituirse al menos cada doce meses.


Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.